tag:blogger.com,1999:blog-70307961783521100242024-02-19T16:42:52.922+01:00AragonautasFico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.comBlogger17125tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-85516681256920817982019-04-19T20:26:00.000+02:002019-05-17T14:02:21.473+02:00Mariano Goybet, el militar zaragozano que capitaneó a los soldados negros estadounidenses en la Primera Guerra MundialA comienzos de la década de 1840, el por entonces alcalde de Zaragoza, Miguel Alejos Burriel, advirtió con sana envidia cómo Cataluña prosperaba con brío, al ser la más temprana región española en subirse al tren de la industrialización, y pretendió que la capital aragonesa se sumase a similar impulso modernizador. Con ese fin, alentó la creación de un complejo industrial mecanizado que aprovechara la fuerza con la que el agua del Canal Imperial bajaba por las faldas de los montes de Torrero a través de varias acequias. Una fuerza que, acrecentada por saltos y desniveles, podía poner en movimiento maquinaria pesada sin menoscabar por ello el tradicional desempeño agrícola de la zona.<br />
<br />
Este visionario político progresista imaginó la primera industrialización de Zaragoza en el área de Cuéllar y San José con abundantes fábricas alimentadas por energía hidráulica y hasta previó las barriadas obreras que las acompañarían. Su idea era que, al principio, primaran allí las factorías de hilados y tejidos, como en Cataluña, que convirtieran las materias primas locales (lana, cáñamo y lino) en productos elaborados, multiplicando así su precio y la prosperidad ciudadana.<br />
<br />
Sin embargo, el inicial desarrollo industrial, liderado por una burguesía en alza, ni fue tan vasto como planteó Burriel, ni tan rápido. Y tampoco se basó en la producción textil, con poca tradición en la ciudad a excepción hecha de la seda y el esparto. Fueron las harineras (de Felipe Almech, Manuel Pardo, Bernabé Andrés, Rufino Vidal, Pedro Urroz, etc.) las que, poco a poco, fueron ocupando el lugar para aprovechar la fuerza motriz de las aguas, junto con algún taller complementario, como los que se beneficiaban de la proximidad de las pródigas canteras de yeso que dieron nombre a la hoy concurrida plaza de las Canteras, en el barrio de Torrero.<br />
<br />
Esas pioneras instalaciones necesitaban máquinas especializadas y componentes para su ajuste o renovación, en caso de ser necesario. Y la lejanía de las forjas catalanas y vascas, junto con el lastimoso estado de los caminos de herradura, únicas vías de comunicación de la época, las encarecían sobremanera. Para atender dicha demanda, en enero de 1853 se constituyó la primera siderurgia de la región, la <b>Sociedad Maquinista Aragonesa</b>, tras la obtención de una concesión de diez años para explotar un salto de agua en Torrero. A su nombre se edificaron una fundición, dotada de turbina hidráulica y horno, un taller de elaboración y reparación de maquinaria, almacenes, carpintería…<br />
<br />
La nueva empresa estuvo impulsada por dos banqueros y comerciantes, Juan Francisco Villarroya y Tomás Castellano, que en 1848 habían puesto en pie una gran fábrica de harinas, enseguida convertida en una de las más florecientes de todo el país, en un inmejorable emplazamiento, en el centro de una feraz comarca rural próxima al puente sobre el río Gállego, en la carretera que unía Barcelona y Zaragoza, y sobre la acequia de Urdán, cuyo caudal movía sus ruedas de molino.<br />
<br />
Para que su proyecto siderúrgico echara a andar, los inversores capitalistas necesitaban gerentes expertos en la materia y los fueron a buscar a Francia, tradicional lugar de procedencia de numerosos emprendedores afincados en Aragón. La sociedad anónima se constituyó con un capital de dos millones de reales repartidos en 504 acciones. La mitad era posesión de Villarroya y Castellano, y la otra mitad se la distribuyeron tres ingenieros llegados de Lyon: Pierre Jules Goybet, Augustin Montgolfier y Antoine Averly. El primero, de mayor autoridad, que se hizo con 126 acciones mientras sus compañeros suscribían 63 cada uno, había sido el director de la Escuela de Ciencias y Artes Industriales lionesa, y era familia del segundo, pues los dos estaban emparentados con los hermanos Montgolfier, los inventores del globo aerostático, que en 1783 consiguieron hacer volar, en una cesta enganchada al aparato, primero a animales y luego a personas. Parece ser que Goybet ya conocía Aragón pues de muy joven habría ayudado a su padre y a su tío a poner en marcha alguna manufactura papelera en la región.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsbPUsZDfMiEzZQK2HrAr-2Xror0HbBo4iIs_3Nxrn-sYeaDNW_rkMXHJ3TSK3Cs0ttty7rvIw8QPemO_XfNGbVdkoNlCcEVhW1TFIR_P9WSYC8XwORniGHU_uKi2o-ui9tbTCIF8GLkWr/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="901" data-original-width="590" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsbPUsZDfMiEzZQK2HrAr-2Xror0HbBo4iIs_3Nxrn-sYeaDNW_rkMXHJ3TSK3Cs0ttty7rvIw8QPemO_XfNGbVdkoNlCcEVhW1TFIR_P9WSYC8XwORniGHU_uKi2o-ui9tbTCIF8GLkWr/s320/1.jpg" width="209" /></a>La Sociedad Maquinista Aragonesa (razón social <b>Julio Goybet y Cía.</b>) dispuso de unos medios de producción de análogo nivel técnico que sus equivalentes en Francia, en ese momento a la cabeza de la ingeniería industrial. Y sin competencia alguna en la rama de las transformaciones metálicas en Aragón vivió unos inicios de esplendor. Dos de los encargos institucionales que más prestigio le dieron fueron la verja que circundó el monumento a Pignatelli y el chapitel de la torre de la Seo.<br />
<br />
A iniciativa de la Diputación Provincial, el escultor Antonio Palao había modelado una estatua de Ramón Pignatelli, que hubo que fundir en París, para coronar un zócalo en piedra —extraída de las minas de La Puebla de Albortón por el cantero José Lasuén, padre del también escultor Dionisio Lasuén— erigido en las ajardinadas afueras de la ciudad —hoy céntrica plaza Aragón—. Solo faltaba el enrejado que rodease y protegiese el conjunto y este le fue encargado a la Maquinista Aragonesa. Al concluir los trabajos, se procedió a su instalación. Su peso ascendía a 15.400 libras, pagándose por su confección y colocación 20.000 reales. La ceremonia de inauguración, el 31 de junio de 1859, constituyó un rotundo éxito, sin precedentes, pues se trataba de la primera estatua monumental de tal calibre que ornaba Zaragoza desde tiempos de los romanos —en 1904, el justicia Juan de Lanuza arrebataría el señero emplazamiento al bueno de don Ramón y este, evaporados sus días de gloria, fue arrinconado en el parque que se le dedicó en el barrio de Cuéllar, donde permanece marginado y aburrido—.<br />
<br />
El otro encargo de tronío que recibió la fábrica dirigida por Goybet fue el chapitel del campanil de la Seo. El original había sido destruido por un rayo, que mató al campanero, en abril de 1850. El nuevo, de hierro fundido recubierto por chapas de cobre en forma de concha que lo guarecen, de 80.000 libras de peso, fue instalado entre enero y abril de 1861. Su base octogonal mide 8 m de diámetro y su altura 25 m hasta la cruz.<br />
<br />
Esos y otros logros profesionales permitieron a los Goybet alcanzar un plácido acomodo en la alta sociedad zaragozana, a la que se sumaron con naturalidad el ya llamado por todos «don Julio» y su esposa, Marie Bravais, sobrina de Auguste Bravais, célebre físico que puso las bases de la Cristalografía moderna. La familia Goybet poseía un linaje real, al descender de Luis VIII de Francia, y la mayor parte de sus componentes (militares, alcaldes, notarios, industriales...) pertenecían a la nobleza de Saboya. En la capital aragonesa, el matrimonio acudía con asiduidad a fiestas y espectáculos públicos, y Julio Goybet llegó a ser nombrado caballero por Isabel II.<br />
<br />
La dicha familiar se incrementó el 17 de agosto de 1861, cuando vino al mundo un nuevo miembro. Como «zaragozanos» de pro, sus padres bautizaron al recién nacido con gran pompa y solemnidad en la basílica del Pilar donde recibió los nombres de Mariano Francisco Julio, si bien sería conocido solo por el primero de ellos —Mariano era, con diferencia, el nombre de varón más común en el Aragón de la época, como Pilar lo era el de mujer, ambos en honor a la Virgen del Pilar, la Virgen María—.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVk0X4_gI2B1aqPcNj8cK8EmZ0DsaynZ87BgVy8geNSkE5kmm-iTbN0NgCi3P_tcdo83aXCJahTXVa9DOigMnp7rjYfTf581EMMKj4Dh6vUWaavIQ5zaAbOuGuLS0HJAV9dobSfs4JxMhJ/s1600/2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="581" data-original-width="886" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVk0X4_gI2B1aqPcNj8cK8EmZ0DsaynZ87BgVy8geNSkE5kmm-iTbN0NgCi3P_tcdo83aXCJahTXVa9DOigMnp7rjYfTf581EMMKj4Dh6vUWaavIQ5zaAbOuGuLS0HJAV9dobSfs4JxMhJ/s320/2.jpg" width="320" /></a>Ese mismo año, 1861, la Sociedad Maquinista Aragonesa se reestructuró y entraron en ella nuevos inversores. «Don Julio» siguió como principal directivo pero el porcentaje de su participación disminuyó. Además, se produjo un acontecimiento que trastocó por completo el escenario en el que actuaba la empresa. El 16 de septiembre se estrenaba, con la presencia del rey consorte Francisco de Asís, el trayecto ferroviario Barcelona-Zaragoza, que culminaba en la estación del Norte o del Arrabal. Y solo unos días después, también desde la estación del Norte, partía el primer convoy de la línea Zaragoza-Pamplona. La irrupción del ferrocarril revolucionó el panorama industrial zaragozano, que todavía se agitaría más cuando el 25 de mayo de 1863 se abriera al público la estación de Campo del Sepulcro, luego del Portillo, a la que comenzaron a llegar los trenes procedentes de Madrid.<br />
<br />
En 1863 terminaba también la concesión del salto de agua que daba vida a la Sociedad Maquinista Aragonesa y esta decidió trasladarse a un terreno adquirido a la baronesa de la Menglana, frente al Camino de Miraflores, próximo al paseo de las Damas. A su vez, <b>Antonio Averly</b>, hasta ese momento su director técnico, montó sus propios talleres en la calle San Miguel, que funcionarán como sucursal de la gran fábrica que su familia tenía en Lyon —de ahí se mudaría en 1880 al Campo del Sepulcro, al lado de la estación de Madrid, donde aún siguen en pie diferentes instalaciones, el único legado superviviente de esta época de arranque industrial, que nuestros benéficos munícipes consienten arrasar para que se levanten preciosos bloques de pisos—. Y, al calor de la recién estrenada red ferroviaria, que aumentaba de forma extraordinaria el radio de acción comercial y abarataba la producción, pronto surgirían nuevas siderurgias (de los hermanos Rodón, José Villalta, Juan Iranzo, Miguel Irisarri, los también franceses Jean Mercier y Gustave Carde…).<br />
<br />
Es en esos tumultuosos años de primera infancia de <b>Mariano Goybet</b> cuando, apurados por la quebradiza salud de Marie Bravais y la inestabilidad del momento, la familia decide regresar a Lyon, un golpe mortal para la Sociedad Maquinista Aragonesa, que terminaría por disolverse en 1867. Allí, en la confluencia del Ródano y el Saona, el pequeño Mariano continuó su formación. Y al concluir sus estudios de secundaria ingresó en la escuela militar de Saint Cyr. Sumergirse en la vida castrense era ya una tradición familiar. Su tío, Charles Goybet, participó en varias revueltas en Italia, así como en la guerra de Crimea, y llegó al generalato en el arma de Caballería. Y sus hermanos Victor, mayor, y Henri, menor, se convertirían asimismo en insignes oficiales del ejército francés —el segundo en la Marina—.<br />
<br />
El zaragozano salió de St. Cyr en 1884, ya como militar, y fue enviado al 2º Regimiento de Tiradores Argelinos, al mando del general Theodore Lespieau, con cuya hija Marguerite se casó. Al ser nombrado teniente, se unió en Grenoble al 140º Regimiento de Infantería. Y más tarde continuó su formación en la École de Guerre, graduándose con honores en 1892.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO5JjDqezSllR1YlmF9mz631fHpsuNqbh3t0KojdK7JzHzTyKIJ27FeSPvRAYlx0Mg9KXfme6sDeX96hiamQ9Mv-GhY0qIk7cn_P3CIJ5aofIZx1_Mfe5vA-M_BWbhs3Ve0t6E7jq4uw46/s1600/3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="570" data-original-width="886" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO5JjDqezSllR1YlmF9mz631fHpsuNqbh3t0KojdK7JzHzTyKIJ27FeSPvRAYlx0Mg9KXfme6sDeX96hiamQ9Mv-GhY0qIk7cn_P3CIJ5aofIZx1_Mfe5vA-M_BWbhs3Ve0t6E7jq4uw46/s400/3.jpg" width="400" /></a></div>
Su modélica trayectoria profesional le hizo pasar por diferentes destinos y grados hasta que en diciembre de 1907, siendo teniente coronel, se hizo cargo del 30º Batallón de Cazadores Alpinos. Buen esquiador y amante de la montaña, aprovechó la ocasión para acometer, al frente de sus hombres o en solitario, marchas y ascensiones por las más agrestes cumbres de los Alpes, incluido el mítico Mont Blanc.<br />
<br />
Obtuvo el grado coronel y se mantuvo en un puesto en el que se encontraba cómodo. Pero el 28 de julio de 1914 el nacionalista serbio Gavrilo Princip asesinó en Sarajevo al heredero del trono austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando, y el averno se hizo realidad en Europa. En pocas semanas, el Reino Unido, Francia, Rusia e Italia se enfrentaban en los campos de batalla a Alemania, el Imperio Austrohúngaro y el Imperio Otomano. El continente se consumía en llamas y los cadáveres de millones de soldados sembraban comarcas enteras tras infernales e interminables matanzas, una hecatombe de pesadilla en la que se ensayaban los últimos adelantos técnicos. La revolución industrial había llegado también a la guerra.<br />
<br />
En los compases iniciales de la <b>I Guerra Mundial</b>, el batallón de Mariano Goybet fue enviado a la cordillera de los Vosgos, en la región de Alsacia. Consiguió derrotar en sucesivos choques a los alemanes en Munster (14 de agosto), Gunsbach (19 de agosto) y Logelbach (22 de agosto). Y solo dos días después de la última escaramuza, el 24 de agosto, apresó un convoy de una división bávara en el Col de Mandray.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIX-jJbxTd0IxDl59VSUHh2MAZvy6j8RYlibu4Gg_gUbzEP6deQr9BjoyojcBJxIus759_Dz4INgsBtrluRemAbzkPqAcDnV8yCLcX-sSenpep_6ZP47jpC58HjPwhDM4ewtN7gzMerJYA/s1600/4b.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="886" data-original-width="563" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIX-jJbxTd0IxDl59VSUHh2MAZvy6j8RYlibu4Gg_gUbzEP6deQr9BjoyojcBJxIus759_Dz4INgsBtrluRemAbzkPqAcDnV8yCLcX-sSenpep_6ZP47jpC58HjPwhDM4ewtN7gzMerJYA/s400/4b.jpg" width="253" /></a></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5B84gYFvRn-vlvVgqYLFOdFIXV1qtA75VIaoJcydDoSPJZhWsonFGUvCz3eDbNzqMb7PbJ_Bmy7LFrev2dOz6GCaIUY-TV5w1EU5E4ACiSq2T7jSFatOi-NWj3WXCWbAM-_H-UcoLnTcS/s1600/4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="886" data-original-width="550" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5B84gYFvRn-vlvVgqYLFOdFIXV1qtA75VIaoJcydDoSPJZhWsonFGUvCz3eDbNzqMb7PbJ_Bmy7LFrev2dOz6GCaIUY-TV5w1EU5E4ACiSq2T7jSFatOi-NWj3WXCWbAM-_H-UcoLnTcS/s400/4.jpg" width="247" /></a><br />
Respaldado por esas victorias, Goybet pasó a dirigir el 152º Regimiento de Infantería, con el que repitió triunfos en la zona (Ormont y Spitzenberg). Y a continuación recibió el mando de la 81ª Brigada, que tomó la ciudad de Steinbach (3 de enero de 1915). Durante 1915 fue herido en dos ocasiones y tuvo que ser hospitalizado. Y en el breve intervalo de unos meses perdió a dos de sus hijos, Frédéric y Adrien, muertos en combate. Una vez recuperado de sus heridas, se integró en el 98º Regimiento de Infantería, desplegado en Verdún, que más tarde sería trasladado hacia el norte, a la batalla del Somme. Tanto en Verdún como en las proximidades del río Somme, la carnicería alcanzó cotas nunca vistas. Miles y miles de hombres cayeron para no volverse a levantar abatidos por la artillería, las ametralladoras y los gases tóxicos sin que apenas se alterase el dibujo de las líneas del frente.<br />
<br />
El ejército francés, agotado y desangrado, se vio obligado a reorganizarse y a principios de 1917 al militar zaragozano le fue asignado el mando de la 25ª División de Infantería. Los alemanes, también exhaustos, comenzaron a mostrar algunos síntomas de flaqueza, más todavía tras la progresiva incorporación a la guerra de las tropas estadounidenses, que se sumaron a las hostilidades desde mediados de 1917. Los hombres de Goybet aprovecharon una retirada estratégica de sus enemigos en el verano de ese año para hostigar su marcha y perseguirlos hasta la ciudad de San Quintín, de la que los desalojaron —el 80 % de sus edificios fue destruido por la <br />
artillería—, antes de apoderarse, en agosto, tras inclementes acometidas, del bosque de Avocourt. En diciembre, Mariano Goybet vio ya como en su bocamanga lucían las estrellas de general.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBLSRvFYRrS564_clPJQuiQBFuwi43R-FWs3hTGuZhBEcsynj-GWd8gneADkqAAG0nde2v3u4Vczwmt6ke52ANx78zpzP_we9O9MHa97LMxb9xUgMD7hD-US36YITBssonA_wrejvIjIpB/s1600/5a.tif" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="291" data-original-width="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBLSRvFYRrS564_clPJQuiQBFuwi43R-FWs3hTGuZhBEcsynj-GWd8gneADkqAAG0nde2v3u4Vczwmt6ke52ANx78zpzP_we9O9MHa97LMxb9xUgMD7hD-US36YITBssonA_wrejvIjIpB/s1600/5a.tif" /></a></div>
La entrada de EE.UU. en el conflicto terminó por desequilibrar la balanza. Un reguero de nuevos combatientes y copiosos recursos armamentísticos y logísticos dieron a los Aliados el empujón definitivo para desmantelar el muro alemán, agrietado tras casi cuatro años de atroz sangría. Un sinfín de voluntarios se alistó al otro lado del Atlántico para ir a luchar a Europa. Entre ellos, más de dos millones de estadounidenses negros, deseosos de acreditar su patriotismo y evidenciar que su capacidad para el combate no tenía nada que envidiar a la de sus compatriotas blancos, como algunas unidades ya habían demostrado durante la Guerra de Secesión y la Hispano-estadounidense.<br />
<br />
Pese al impulso de esos dos millones de voluntarios, algo menos de 400.000 acabaron sirviendo en el ejército durante la I Guerra Mundial. De ellos, una cuarta parte, unos 100.000, fueron enviados a Francia. A la gran mayoría se le asignó tareas de intendencia o labores secundarias: descargar los suministros de los barcos, transportar municiones, reparar líneas férreas y vehículos, cavar zanjas, limpiar establos, enterrar a los caídos… Solo dos divisiones, la 92ª y la 93ª, compuestas cada una por cuatro regimientos, un total de unos 20.000 hombres, todos de color, fueron consideradas combatientes.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL04ze-IRQxPBimRJPBOJ8R0r67rp7aQ8Br-G7qaIqQel7CCxqomxXuXzbOonnY5J1DAHwQpcqw9fHK3QMEYz7oecd33cQT9XUp8TMW05Xxry5l0yJJyqw9ptGOEbvbpm6oC-VpqkMGB3u/s1600/5b.tif" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL04ze-IRQxPBimRJPBOJ8R0r67rp7aQ8Br-G7qaIqQel7CCxqomxXuXzbOonnY5J1DAHwQpcqw9fHK3QMEYz7oecd33cQT9XUp8TMW05Xxry5l0yJJyqw9ptGOEbvbpm6oC-VpqkMGB3u/s1600/5b.tif" /></a></div>
<br />
Tanto el ejército como la sociedad del Estados Unidos de la época se oponían a que blancos y negros luchasen juntos. La <b>segregación </b>y el <b>racismo </b>eran las normas imperantes —y lo seguirían siendo hasta finales de la década de 1960— y la convivencia de unos y otros en un mismo plano se consideraba «antinatural». En todos los cuarteles, como en la mayoría de los establecimientos civiles, los letreros que informaban de espacios «solo para blancos» regulaban la vida diaria.<br />
<br />
Aunque hubo algunas protestas, el Alto Mando estadounidense mantuvo su negativa a que los soldados negros peleasen codo con codo con los blancos. El hecho llegó a conocimiento de los responsables del ejército francés que, devastado, había visto gravemente reducidos sus efectivos y se encontraba al borde de la extenuación. El mariscal Pétain solicitó al general Pershing, jefe de las fuerzas expedicionarias americanas, la colaboración de los soldados negros en las maltrechas unidades francesas, pero su petición, en un principio, no fue atendida. Preocupaba la integración de los combatientes de color en compañías no segregadas, pues resultaba un «alarmante precedente». Ningún blanco estaba dispuesto a compartir su tienda o a saludar a un superior de color y menos aún a obedecer sus órdenes. E incluso se llegó a advertir a los franceses de la indisciplina, cobardía y mala conducta de los soldados negros. Podían darse casos de robos, violaciones o, lo que es peor, de que confraternizasen con las mujeres locales —en muchos lugares de EE.UU. un hombre negro corría serios riesgos de ser salvajemente linchado, sin que las autoridades hicieran nada por evitarlo, solo por ir de la mano de una mujer blanca—.<br />
<br />
Ante la desesperada insistencia de Pétain, Pershing accedió finalmente a que los hombres de las divisiones 92ª y 93ª se pusiesen a las órdenes del cuartel general francés, repartidos en distintos destacamentos. Satisfacía así a sus aliados y a la mayoría de sus propios oficiales y soldados, que se negaban a luchar en su compañía. Por su parte, como potencia colonial, acostumbrada a tener entre sus filas a soldados negros de origen africano, Francia no mostró ninguna reticencia a integrarlos.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjInHcq_5t7j5MJOIven0sHEdutOjn2Qc1ERTIyqiks4DmD5edbqx8e2p87zjniCew1LOYTnmI5tb8m-WO2jvTBDzHtY65rYZsbVM68dSHr3tpoYhdRscFoENAvpksPn6lHBBSIRaV-m2zU/s1600/6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="461" data-original-width="709" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjInHcq_5t7j5MJOIven0sHEdutOjn2Qc1ERTIyqiks4DmD5edbqx8e2p87zjniCew1LOYTnmI5tb8m-WO2jvTBDzHtY65rYZsbVM68dSHr3tpoYhdRscFoENAvpksPn6lHBBSIRaV-m2zU/s400/6.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
En mayo de 1918, a Mariano Goybet se le encomendó la misión de reconstruir la <b>157ª División de Infantería</b>, que poco antes había sido diezmada por los alemanes. Para su resurrección se le adjudicaron tres regimientos, el 333º francés junto con el 371º y el 372º, de la 93ª División, de estadounidenses de color, en los que se aunaban reclutas de diferente procedencia y miembros de la Guardia Nacional. Todos ellos fueron sometidos a un intenso entrenamiento de cuatro semanas. Los americanos recibieron el casco y el armamento de los franceses, si bien mantuvieron su uniforme caqui. El idioma fue una de las principales barreras que hubo que salvar. Los oficiales eran en su mayoría blancos. Los suboficiales, negros.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEVbh9ZBdUT285EHde8O3HV4H7Ho0cBJQctA9OD_iy-sp_DhzrVLOYU1GuKr80vx8U5I6V-_-9vP0cCjTqL8t77k6uAYrU1mzXB-AQPzdq6r_yAL4rWn4EIKucwSNz2RccFa_l7M8WPYvc/s1600/7.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="446" data-original-width="591" height="241" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEVbh9ZBdUT285EHde8O3HV4H7Ho0cBJQctA9OD_iy-sp_DhzrVLOYU1GuKr80vx8U5I6V-_-9vP0cCjTqL8t77k6uAYrU1mzXB-AQPzdq6r_yAL4rWn4EIKucwSNz2RccFa_l7M8WPYvc/s320/7.jpg" width="320" /></a></div>
A las órdenes del zaragozano, la 157ª División adoptó como emblema una mano roja, que no tardaría en hacerse legendaria en el frente occidental. Con el IV Ejército, participó en la ofensiva general aliada en Champagne y después de enconados combates y espectaculares golpes de mano consiguió romper la línea fortificada del enemigo en <b>Monthois</b>, a pesar de la numantina resistencia alemana y de sus tenaces contraataques, que desembocaban en despiadados enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Antes de ser desplegada en la zona de los Vosgos, a las afueras de Sainte Marie les Mines, capturó cuantiosos prisioneros y se incautó de gran cantidad de piezas de artillería.<br />
<br />
Los <b>soldados negros</b> de <b>la Mano Roja</b> probaron su valía y protagonizaron incontables actos de heroísmo. Casi un tercio de los mismos murió o resultó herido. Sus dos regimientos fueron condecorados con la Cruz de Guerra, la más alta distinción militar francesa, y docenas de sus integrantes con la Legión de Honor. Un comportamiento similar tuvieron otros regimientos de combatientes de color (como el 369º, <i>The Harlem Hellfighters</i>, la primera unidad aliada en cruzar el Rin, o el 370º, <i>The black devils</i>).<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ4dQg_5ILc6pQkvFlDiJnpFXkVbftrMRTUH8pvSl8kSEwLFRe2xSgaI1o-5ZjTKCwv8wIBaB10jjIfxxWYf7tTSdcEWjb4aK-8KXOlxb18SIIFEKPdIFxzTp3xJqBezbVOh7O2aO_7KQf/s1600/9.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="472" data-original-width="683" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ4dQg_5ILc6pQkvFlDiJnpFXkVbftrMRTUH8pvSl8kSEwLFRe2xSgaI1o-5ZjTKCwv8wIBaB10jjIfxxWYf7tTSdcEWjb4aK-8KXOlxb18SIIFEKPdIFxzTp3xJqBezbVOh7O2aO_7KQf/s320/9.jpg" width="320" /></a>El 11 de noviembre de 1918, a las 11:00 h, entró en vigor el armisticio entre los Aliados y las Potencias Centrales. Y el 20 de diciembre se ordenó la disolución de la División de la Mano Roja. Mariano Goybet despidió con un emotivo discurso a sus supervivientes, que desfilaron a los sones de la Marsellesa aclamados por la multitud. Sin embargo, al regresar a su país sus gestas se sepultaron en el olvido y sus méritos no fueron reconocidos. Ciento veintisiete Medallas de Honor del Congreso estadounidense fueron concedidas al acabar la I Guerra Mundial. Ninguna para un combatiente de color —<b>Freddie Stowers</b>, por ejemplo, del 371º, muerto en combate durante el asalto a un nido de ametralladoras, fue propuesto por sus oficiales para recibirla, pero sus familiares no la conseguirían hasta ¡73 años más tarde!, en 1991, de la mano de George Bush—. Muy al contrario, en 1919 creció la tensión racial, estallaron disturbios en diferentes ciudades y aumentó el número de linchamientos, sufridos en un alto porcentaje por veteranos del conflicto, malacostumbrados a desenvolverse en un mundo en guerra pero sin segregación.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTZGRRrMQbdtilgRLKvwBnOrYIG3psFkCX8x0QNqmtnxzhN66-fCfU0CqObsuoYBR_V19-MhUmUI5m0hDDTIZEOfMKPOyOk20LtVAkXZc3ar_ug8555Wsql1LzzKEj7TIU6Yxh-N2AXlQr/s1600/8.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="624" data-original-width="800" height="155" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTZGRRrMQbdtilgRLKvwBnOrYIG3psFkCX8x0QNqmtnxzhN66-fCfU0CqObsuoYBR_V19-MhUmUI5m0hDDTIZEOfMKPOyOk20LtVAkXZc3ar_ug8555Wsql1LzzKEj7TIU6Yxh-N2AXlQr/s200/8.JPG" width="200" /></a></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKmGonOH07Ot7kkA3yy4dE5fWUmjZVYOsGC6NrCqkU-QItebyMIWWiwTPEORZM6nJ37xAGOmUzmY7c5tnI9YzTBy90gt1FoLlEAcR3hc2v5U-cwy7yEisiJvukWu7a5LLpHAahpq-F5Vj_/s1600/10.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="305" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKmGonOH07Ot7kkA3yy4dE5fWUmjZVYOsGC6NrCqkU-QItebyMIWWiwTPEORZM6nJ37xAGOmUzmY7c5tnI9YzTBy90gt1FoLlEAcR3hc2v5U-cwy7yEisiJvukWu7a5LLpHAahpq-F5Vj_/s200/10.jpg" width="143" /></a><br />
Goybet fue laureado por el general Pershing con la Medalla por Servicio Distinguido, y en marzo de 1919 con la Orden del Ejército por el mariscal Pétain. Hasta marzo de 1920 ejerció de comandante general adjunto de Estrasburgo y en esa fecha fue reclamado por el general Henri Gouraud, alto comisionado de la República Francesa en Siria, para dirigir la 3ª División de Levante.<br />
<br />
Durante la I Guerra Mundial, los británicos habían ocupado varias provincias del Imperio Otomano en Egipto, para controlar el paso por canal de Suez, y en Mesopotamia, para hacerse con los pozos petrolíferos de la zona, al tiempo que espoleaban a los árabes —entre otros, el mítico Lawrence de Arabia— para que se rebelaran contra los turcos, prometiéndoles la independencia a cambio de su respaldo militar. Su intención última, no obstante, era pasar a dominar un territorio de enorme valor estratégico y económico. Y con ese objetivo se reunieron en 1916 un enviado británico, Mark Sykes, con uno francés, François Georges Picot. Entre los dos, con escuadra y cartabón, trazaron sobre un mapa dos grandes áreas de influencia, que se repartieron sin tener en cuenta la composición étnica y religiosa de la población local o sus deseos —algo que todavía está pagando toda la humanidad y que no tiene visos de solución—.<br />
<br />
Una vez declarada la paz, varias reuniones ajustaron los límites establecidos en el <b>acuerdo Sykes-Picot</b> y surgieron en el área nuevos Estados (Siria, Líbano, Irak, Palestina, Transjordania y Arabia Saudí), pero bajo control francés o británico. El Imperio Otomano fue dividido de forma oficial por el Tratado de Sévres, que reservó a los franceses Siria y el Líbano en nombre de la Sociedad de Naciones. Pero Faisal, uno de los hijos de Hussein, monarca hachemita de Arabia Saudí, puestos en el trono de las bisoñas naciones, renegó del acuerdo y se alzó en armas.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4Yk803mmTZuqFzFiz3xTtX_A-Q0SJJoMluxJp-IVfWE5ZmIFdWElGsYbIii3nG-pGF_MJS2s_AKUqJTaKXT8OCrJcQfu_ItCLkKqDiz4gBn4BgNbntWewD47KMRo10HFhUcYwlraC2i_1/s1600/11.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1280" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4Yk803mmTZuqFzFiz3xTtX_A-Q0SJJoMluxJp-IVfWE5ZmIFdWElGsYbIii3nG-pGF_MJS2s_AKUqJTaKXT8OCrJcQfu_ItCLkKqDiz4gBn4BgNbntWewD47KMRo10HFhUcYwlraC2i_1/s400/11.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Para sofocar la sublevación fue llamado Mariano Goybet. Sus tropas, entre las que había soldados marroquíes, argelinos y senegaleses, batieron a los sublevados en la <b>batalla de Maysaloun</b> y el 25 de julio de 1920 entraron en Damasco —donde un antepasado suyo había sido esclavizado en el siglo XII, durante la segunda Cruzada—. Muy poco pudieron hacer, a pesar de su empeño, las espingardas, los caballos y los camellos de los árabes frente a las ametralladoras, los tanques y los aviones franceses.<br />
<br />
El mandato francés en Siria y el Líbano se alargó hasta la II Guerra Mundial. En 1946 se retiraron sus últimas tropas de la zona, que había abandonado mucho antes Mariano Goybet una vez cumplida su misión. Este, tras su regreso a Francia, recibió nuevos honores y en 1923 fue nombrado general de división, antes de pasar a la reserva. A lo largo de su trayectoria profesional fue muy apreciado por sus superiores, que alabaron en numerosas ocasiones su capacidad táctica. Hombre cultivado, tuvo relación epistolar con uno de sus narradores favoritos, Rudyard Kipling. Practicó el dibujo y acopió una gran biblioteca, con cuantiosos títulos de poesía.<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzOLiuAD75ATd0OPYrAg6RwdFauvg6KWACJeDc6F-HD6-H5mwt6MWGbWLR95oawOukX5CShK1lWTLz2lqUUkoBI83G_VaJzeerE_RErdk1NgTaBF0vRwpPri3pAxFGvzi2YBkmkUdafzfb/s1600/12.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="376" data-original-width="567" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzOLiuAD75ATd0OPYrAg6RwdFauvg6KWACJeDc6F-HD6-H5mwt6MWGbWLR95oawOukX5CShK1lWTLz2lqUUkoBI83G_VaJzeerE_RErdk1NgTaBF0vRwpPri3pAxFGvzi2YBkmkUdafzfb/s320/12.jpg" width="320" /></a></div>
Este singular militar zaragozano falleció el 29 de septiembre de 1943 en Yenne, en la región de Saboya, cuando las tropas nazis ocupaban Francia y dominaban la mayor parte de Europa. Contra ellas combatieron su tercer hijo, el contraalmirante Pierre Goybet, quien controlaba el puerto de Casablanca cuando los estadounidenses aterrizaron en la ciudad, y su nieto Adrien, que se enfrentó a los japoneses en Camboya y, posteriormente, intervino en las campañas de Indochina y Argelia.<br />
<br />
<b>Para saber más</b>:<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjstOpJiLVHrAEKs0Sy4PNEkxOK3lZN0JfDDMRKDuC5OLnxglDuDYrYMUu4JqGwSTbuqQPTrY0a2tyDGbktuZg4Fj27B1DvMeElVQXLzaMtTdX7iIZHVhMoudgpi7fMIqdjElc7Ak0PqwTf/s1600/13.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="431" data-original-width="280" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjstOpJiLVHrAEKs0Sy4PNEkxOK3lZN0JfDDMRKDuC5OLnxglDuDYrYMUu4JqGwSTbuqQPTrY0a2tyDGbktuZg4Fj27B1DvMeElVQXLzaMtTdX7iIZHVhMoudgpi7fMIqdjElc7Ak0PqwTf/s320/13.jpg" width="207" /></a></div>
- BARBEAU, Arthur y HENRI, Florette: <i>The unknown soldiers: Black American troops in World War I</i>, Filadelfia, Temple University Press, 1974.<br />
- BIEL, Pilar: <i>Zaragoza y la industrialización: la arquitectura industrial en la capital aragonesa</i>, Zaragoza, IFC, 2004.<br />
- BROOKS, Max y WHITE, Caanan: <i>Los guerreros del infierno de Harlem</i> (cómic), Madrid, Umbriel, 2017.<br />
- GRACIA, Mariano: <i>Memorias de un zaragozano</i>, Zaragoza, IFC, 2013.<br />
- HEYWOOD, Chester D.: <i>Negro combat troops in the World War: the story of the 371st infantry</i>, Worcester, Commonwealth Press, 1928.<br />
- <i>La integración de soldados negros estadounidenses de la 93 división de infantería en el ejército francés en 1918</i>, https://journals.openedition.org/rha/7328<br />
- <i>Luchando por respeto, soldados afroamericanos</i>, https://www.military.com/history/fighting-for-respect-african-american-soldiers-wwi.html<br />
- MANSON, Monroe y FURR, Arthur Franklin: <i>The american negro soldier with the Red Hand of France</i>, Boston, The Cornhill Company, 1920.<br />
- SCOTT, Emmett J.: <i>The american negro in the World War</i>, Chicago, Homewood Press, 1919.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-46846954788653290252016-07-01T17:26:00.002+02:002019-04-22T18:14:07.826+02:00Sindulfo García, el inventor de la primera máquina para viajar en el tiempo¿Quién no ha fantaseado alguna vez con deambular por la Atenas clásica, la Roma de los césares o las calles de su propia ciudad dos, ocho o treinta siglos atrás y averiguar de primera mano cómo se vivía en el pasado? ¿O quién no siente curiosidad por las urbes del futuro, los androides semejantes a personas, las naves interestelares o la posibilidad de entrar en contacto con vida extraterrestre? ¿A quién no le gustaría dar saltos en el calendario, hacia delante o hacia atrás, revivir fechas ya muertas o visitar las no nacidas, como en las fabulaciones de Poe, Twain, Bradbury, Borges, Asimov, Vonnegut, Elena Garro o Philippa Pearce, entre otros muchos?<br />
<br />
Viajar en el tiempo ha sido desde siempre un anhelo humano, fácil de rastrear en cualquier época y rincón del mundo, ya sea en cuentos, leyendas, obras literarias y, hoy en día, las pantallas de cine y los videojuegos. Antes de que la Revolución Industrial empezase a colonizar con máquinas el planeta, esos imaginarios desplazamientos temporales se efectuaban mediante sueños, drogas alucinógenas, tránsitos astrales, hipnosis o hechizos de nigromantes (para comprobarlo, basta con leer el exemplo XI de un clásico castellano como <i>El conde Lucanor</i>). Pero a finales del siglo XIX surgieron en la literatura occidental los primeros artefactos con tuercas, palancas y pedales capaces de transportar al hombre, a placer, por los raíles de la historia.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVH-kKKzZOGjMy2jPLELQP_aUqJxjmqvzX9DmdYISfKBze386iaazW3MH7lDv6voTEJOZCfdhCKhmpR_Av6mLbaq80bE3c98aIPeW7nipvHaPObZ3TRLSrte7o5l_riUAMwhXeq1soCESN/s1600/C.M.5556recorteb.tif" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="316" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVH-kKKzZOGjMy2jPLELQP_aUqJxjmqvzX9DmdYISfKBze386iaazW3MH7lDv6voTEJOZCfdhCKhmpR_Av6mLbaq80bE3c98aIPeW7nipvHaPObZ3TRLSrte7o5l_riUAMwhXeq1soCESN/s320/C.M.5556recorteb.tif" width="320" /></a></div>
El más célebre entre los constructores de tales artilugios es, sin duda, el protagonista de <i><b>La máquina del tiempo</b></i>, la obra de <b>Herbert George Wells</b>. Y parte de su fama se debe a la extendida la idea de que fue el “padre” de todos los que vinieron después. Sin embargo, pese a que pocos lo sepan, eso no es así. Quien primero concibió y luego materializó en su taller una máquina del tiempo no fue un inventor londinense sino uno zaragozano, <b>Sindulfo García</b> (con él vamos a inaugurar una rama del blog, sin abandonar a los reales, que seguirán siendo inmensa mayoría, consagrada a los aragonautas de ficción, en especial, por su singularidad, a los alumbrados por la imaginación de autores que ni fueron aragoneses ni residieron en Aragón).<br />
<br />
Sindulfo García es el personaje principal de una de las novelas más insólitas y menos conocidas de la narrativa europea dedicada a la ciencia ficción. Fue editada en los albores del género, cuando éste ni siquiera atendía a dicho calificativo, y se titula <b><i>El anacronópete</i></b>, un nombre muy poco comercial, la verdad, que se corresponde con el que fue bautizado el prodigioso ingenio y que nace de la unión de tres raíces griegas: ana (hacia atrás), cronos (tiempo) y petes (el que vuela).<br />
<br />
Como dibujan las páginas del relato, don Sindulfo frisa en los cincuenta años. Doctor en Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, posee una considerable fortuna, que acrecienta tras su breve matrimonio con una joven de familia adinerada, fallecida en un accidente al poco de celebrarse el enlace. Y todo su tiempo y dinero los invierte en la investigación científica. De su lado no se despega otro erudito zaragozano, Benjamín, unos diez años menor y sin recursos, políglota sin igual (habla docenas de lenguas, tanto vivas como muertas) y obsesionado con hallar el secreto de la inmortalidad, que persigue “con la terquedad de un sabio aragonés”.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6iDkviD9OaQpL8eTRfxWc9kjTMjG51xzOILxpfPWkh56WO0QvKtq5NpEweadl33KXL0pT8mDISPS5zHEWhY6N7nADGVf5Qfx2PjCiumhgcU3qWt56bxvVbKwIdpUGs6HjrMPkDHfzxuV3/s1600/016004b.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6iDkviD9OaQpL8eTRfxWc9kjTMjG51xzOILxpfPWkh56WO0QvKtq5NpEweadl33KXL0pT8mDISPS5zHEWhY6N7nADGVf5Qfx2PjCiumhgcU3qWt56bxvVbKwIdpUGs6HjrMPkDHfzxuV3/s320/016004b.jpg" width="207" /></a>El inicio de sus aventuras tiene lugar durante la Exposición Universal de París, de 1878, la misma que dio a conocer en Europa avances como el teléfono y la bombilla eléctrica (y donde el también aragonés Francisco Pradilla fue recompensado por su cuadro <i>Doña Juana la Loca</i> con la medalla de oro, la primera para España en este tipo de certámenes). Allí, en la Ciudad de la Luz, la Babilonia moderna, don Sindulfo presenta su portentosa creación ante autoridades y público, entusiasmados, que van a ser testigos de su viaje inaugural.<br />
<br />
El aparato, de aire julioverniano, tiene considerables dimensiones, como un pequeño edificio con pisos compartimentados por habitaciones y almacenes. Y se encuentra dotado con insospechados adelantos mecánicos, que incluyen escobas que barren solas, lavadoras que, después de lavar, secan, zurcen y planchan, y cocinas capaces de desplumar un pollo y limpiarlo antes de guisarlo en un santiamén. Gracias a la electricidad, logra elevarse en el aire e impulsarse desde el centro de la atmósfera, en el vacío, a una velocidad vertiginosa: 175.200 veces mayor que la que emplea la Tierra en su movimiento de rotación, esto es, puede dar dos vueltas al mundo en un segundo (hay que recordar que cuando se publicó esta novela ni siquiera existían los aviones; el primer vuelo de una nave tripulada impulsada por un motor se debe a los hermanos Wright, en diciembre de 1903; duró 12 segundos y el prototipo recorrió 36,5 metros).<br />
<br />
Como los días se suceden a medida que el planeta gira sobre sí mismo de Oriente a Occidente, para visitar el pasado el anacronópete debía desplazarse en dirección contraria, de Occidente a Oriente. De esta forma, se revertía la dinámica y se desandaba lo andado (un método bastante peregrino pero que, curiosamente, se parece al empleado por Superman en la primera de las películas interpretadas por Chistopher Reeve, con el fin de “rebobinar” el tiempo y salvar de la muerte a Lois Lane).<br />
<br />
Para evitar que, al regresar al pasado, las personas rejuvenecieran al mismo ritmo en que avanzaba la nave y pasasen en cuestión de minutos de la madurez a la juventud, de la juventud a la niñez y de ahí a la nada, don Sindulfo había ideado el “<b>fluido García</b>”, que se administraba mediante una especie de descargas eléctricas y que hacía inalterables a quienes lo recibían.<br />
<br />
Los primeros pasajeros, además de Benjamín y don Sindulfo, fueron una sobrina huérfana de éste y la criada de la joven, una madrileña lenguaraz. El zaragozano se había enamorado de su sobrina, pero ella no le correspondía, pues sólo tenía ojos para su galante primo Luis, capitán de húsares. A última hora se unieron a ellos, a petición del Gobierno francés, un grupo de antiguas prostitutas sin fortuna, ya entradas en años, para retornarlas a la mocedad y que a su regreso convencieran a las muchachas del país de que esa vida no tenía futuro, de manera que reinaran la decencia y las buenas costumbres. Y, de tapadillo, embarcaron de polizones el capitán de húsares, su asistente (Pendencias, un saleroso andaluz) y un pelotón de soldados de su compañía, recelosos, con razón, de las intenciones últimas de don Sindulfo, pues su objetivo oculto, en realidad, era recalar en algún momento histórico pretérito con leyes arcaicas que le permitieran contraer matrimonio con su sobrina, aunque fuera en contra de su voluntad.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN_ZRQYlpFbfsdnd-IUJk-_Np1CPQGWh-P_NL7tRbC_7j6TDmpBph2HObgX9efhiBsg2CJT6snj1ErcZ28Yv4YQLY7Me1i_XOLAmI89S40qnhw7X_4IwstvqGuMlOHpPo99PcPdTPIAbD2/s1600/016007b.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjN_ZRQYlpFbfsdnd-IUJk-_Np1CPQGWh-P_NL7tRbC_7j6TDmpBph2HObgX9efhiBsg2CJT6snj1ErcZ28Yv4YQLY7Me1i_XOLAmI89S40qnhw7X_4IwstvqGuMlOHpPo99PcPdTPIAbD2/s320/016007b.jpg" width="226" /></a></div>
En su etapa inicial, los crononautas se presentan en la guerra hispano-marroquí de 1860. Se ven envueltos en los combates y varios hombres del sultán intentan abordar la nave. En el último instante logran escapar y regresan al punto de partida. Al llegar a París desembarcan las prostitutas en su segunda juventud, ya que no se les había aplicado el “fluido García” en el viaje de ida (también “rejuvenecieron” sus ropas de seda y, sucesivamente, se convirtieron en hilos desmadejados, capullos, gusanos, huevos y mariposas), si bien nadie las reconoce ni se cree la historia que cuentan.<br />
<br />
Reemprenden entonces los viajeros el trayecto hacia el pasado, con periódicas paradas para avituallarse y un don Sindulfo cada vez más desequilibrado por los celos. Recomiendan a los Reyes Católicos el proyecto de Colón, observan las luchas civiles en la Rávena bizantina de finales del siglo VII y arriban a la China del siglo III, azotada asimismo por disputas internas. Allí viven odiseas sin cuento de las que salen airosos con la ayuda de una momia que viajaba con ellos y que resulta ser una emperatriz de la época que vuelve a la vida, y del pelotón de húsares, que, una vez fuera de su escondite, desaparecen y aparecen por sorpresa antes de recibir el “fluido García”.<br />
<br />
Siempre en busca del secreto de la inmortalidad, se trasladan todos a Pompeya en vísperas de la erupción del Vesubio (escapan a tiros del anfiteatro cuando iban a ser devorados por las fieras) y se entrevistan con Noé poco antes del comienzo del Diluvio que, como nadie ignora, tuvo lugar el año 3308 a.C. El patriarca bíblico les revela que la vida eterna es la recompensa para quien conoce a Dios y su palabra.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihaN_HtHEq-euINk4jLdEbJ8V-XkUDL6NRJAzk3dNCBna3aE0tmyAke4MKQJC3XMtUGbwkPTYQ7mlzxSr5DKe23v0ChsxFNL3DzWUufeESCuX8l2dN4HfJEyB9NnWDkinOI45sbxl9RtNH/s1600/016009b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="252" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihaN_HtHEq-euINk4jLdEbJ8V-XkUDL6NRJAzk3dNCBna3aE0tmyAke4MKQJC3XMtUGbwkPTYQ7mlzxSr5DKe23v0ChsxFNL3DzWUufeESCuX8l2dN4HfJEyB9NnWDkinOI45sbxl9RtNH/s400/016009b.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
De vuelta al anacronópete, don Sindulfo, enajenado por completo por el rechazo de su sobrina, con la razón extraviada, quintuplica la velocidad habitual de la máquina y destruye sus mandos. La nave alcanza el caliginoso instante de la Creación y desaparece entre masas incandescentes.<br />
<br />
La narración podía y debía haber acabado ahí. Mas, por no poner un broche lúgubre a un texto con bastante humor o para agradar a los lectores, acostumbrados a otros finales según los cánones de la novela decimonónica, termina con dos párrafos de última hora que malbaratan el turbador desenlace. Todo lo acontecido no había sido más que un mal sueño de don Sindulfo durante la representación teatral de una obra de Julio Verne, a la que había acudido acompañado de su amigo Benjamín y del matrimonio compuesto por su sobrina y un bizarro oficial.<br />
<br />
El creador del personaje de don Sindulfo, de sus compañeros de expedición y de la primera máquina para viajar en el tiempo de la literatura occidental se llamó <b>Enrique Gaspar y Rimbau</b>. Vino al mundo en Madrid, en marzo de 1842, y tanto su padre como su madre se ganaban la vida como actores de teatro. Cuando tenía seis años, falleció su progenitor y la familia marchó a Valencia. Allí comenzó estudios de Humanidades y Filosofía, que debió abandonar para entrar a trabajar en la casa de banca y comercio del marqués de San Juan. Sin embargo, desde que nació había vivido sumergido en el mundo de las tablas y a él dedicaba todos sus afanes en sus ratos de ocio. Con trece años escribió una zarzuela y a partir de entonces ya nunca dio paz a la pluma. Poco después entró a colaborar en <i>La Ilustración Valenciana</i> y con quince presentó en público su primera comedia, cuyo papel principal interpretó su madre.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrSqZCWxyowB_Gs2W90M6Te4rzYwgaWi29uB9rKZ16-qH-NDzR-N2cx2gjfPwoXOR2KHsjw0yg9ZD3nJ3JrXle61Osh2PBDbxsC0zdzCPZiAKwtccBgZauGxwIrou_w7ZFxrSuk3J6KiR6/s1600/retratob.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrSqZCWxyowB_Gs2W90M6Te4rzYwgaWi29uB9rKZ16-qH-NDzR-N2cx2gjfPwoXOR2KHsjw0yg9ZD3nJ3JrXle61Osh2PBDbxsC0zdzCPZiAKwtccBgZauGxwIrou_w7ZFxrSuk3J6KiR6/s320/retratob.jpg" width="248" /></a><br />
Al casarse ésta de nuevo, con el arquitecto Sebastián Monleón, se vio liberado de sus obligaciones familiares, abandonó su empleo y se zambulló a tiempo completo en el arte de Talía. En 1863, a los 21 años, regresó a Madrid, donde fue bien acogido por prensa y público. Los estrenos se sucedían y contrajo matrimonio con una valenciana de alta cuna, Enriqueta Batllés y Bertrán de Lis, hija de una dama de la aristocracia y de un médico que llegó a diputado y a rector de la Universidad levantina.<br />
<br />
Su nombre se hizo popular y, dispuesto a renovar el teatro de la época, sus obras comenzaron a tratar temas con trasfondo social, como haría poco después el bilbilitano Joaquín Dicenta. En ellas denunciará la falsedad de los políticos, los despropósitos de la burguesía surgida de la primera Revolución Industrial y el papel asignado a la mujer en la nueva sociedad, bien en zarzuelas, bien en dramas y comedias como <i>Huelga de hijos</i>.<br />
<br />
El segundo embarazo de su esposa en poco tiempo y las presiones de su familia política le arrastraron a buscar unos ingresos más estables que los proporcionados por el teatro. Y tras la Revolución de 1868, apadrinado por conocidos de su suegro y por su estrecha amistad con Adelardo López de Ayala, un dramaturgo aupado al sillón de ministro de Ultramar, logró ingresar en el cuerpo diplomático. Ocupó el cargo de vicecónsul en las ciudades francesas de Sète y Saint Nazarie, así como en la capital de Grecia, Atenas. Y en 1878 fue enviado a Extremo Oriente.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEc_Mf0h1XLHWijn2TaYFrU3mdR0o-PpQLDOr1ukYp1LKHq1mHUUqGHYMIjYiHUAV4UwaENUoi1VOVpsCFcKncuyNZkbOhNv4jttchVDXFpK9PCJs-hkIJmjo3NYrkpsgDCyitiwgkme-f/s1600/Viaje_Atenas3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEc_Mf0h1XLHWijn2TaYFrU3mdR0o-PpQLDOr1ukYp1LKHq1mHUUqGHYMIjYiHUAV4UwaENUoi1VOVpsCFcKncuyNZkbOhNv4jttchVDXFpK9PCJs-hkIJmjo3NYrkpsgDCyitiwgkme-f/s320/Viaje_Atenas3.jpg" width="217" /></a>Residió en Macao, Cantón y Hong-Kong, hasta que en 1885 regresó a Francia. Ya como cónsul, estuvo destinado en Olorón, Bayona, Perpiñán y, en lo que fue el cénit de su carrera, Marsella, la segunda ciudad del país vecino. Durante un tiempo, su familia se trasladó a Barcelona, donde Gaspar llegó a estrenar alguna obra en catalán. Falleció en Olorón, en casa de una hija, en septiembre de 1902.<br />
<br />
A pesar de su intensa actividad como diplomático, nunca dejó de escribir, ya fueran artículos, poemas, narraciones y, sobre todo, piezas teatrales, si bien su alejamiento de la escena española hizo menguar su ascendiente. De hecho, <i>El anacronópete</i> nació en <b>1881</b>, durante su estancia en China, como el propio autor afirma en el relato al aludir a la batalla de Tetuán, acaecida el 4 de febrero de 1860: “Escribo estos renglones veintiún años después de aquel memorable acontecimiento”. Y lo hizo como una <b>zarzuela</b>, el entretenimiento más popular de la época, dividida en tres jornadas y trece cuadros. El texto conserva características del género chico en su estructura y reparto. Al igual que en muchas de las operetas en cartel en ese momento, entre los protagonistas se forma un triángulo amoroso, con una pareja de jóvenes galanes hostigados por un rico con escasos escrúpulos. Y están presentes el habitual dúo cómico (la criada y Pendencias) y coros, tanto masculinos (los húsares) como femeninos (las prostitutas francesas).<br />
<br />
En esas fechas estuvo de moda en Europa un espectáculo musical basado en <i>La vuelta al mundo en 80 días</i>, de Verne, con una ostentosa puesta en escena, animales salvajes y unos decorados y un vestuario exóticos (tal vez el causante del mal sueño de don Sindulfo). Y algo parecido debió de ambicionar Gaspar para su obra. Pero la Gran Vía madrileña no era el West End londinense, ni la Rambla de Barcelona podía competir con el París de los primeros años de la III República (y de Zaragoza, mejor no hablar). Así pues, sin perspectivas de estreno, reacomodó su escrito, le dio forma de <b>novela </b>y lo publicó en la barcelonesa editorial Daniel Cortezo y Cía., con ilustraciones de Francesc Gómez Soler, en <b>1887</b>.<br />
<br />
La novela de Gaspar se anticipó por tanto casi una década a la de H. G. Wells, quien, a partir de abril de 1888, comenzó a publicar en <i>Science School Journal</i> un cuento titulado <i>The Chronic Argonauts</i>, que versaba sobre viajes en el tiempo y que interrumpió después de tres entregas, pues no le acababa de convencer. En los años siguientes escribió nuevas historias con similar argumento, pero hasta <b>1895 </b>no llegó a la imprenta su composición definitiva: <i>La máquina del tiempo</i>.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOyShoI6xNW360-LkKb2dUxWhZ3a0R6X9bzojpWJhpwuSnox4G9nOmAnjHGG8TtfMQbjHLyGUr3yFNH7s9kotb9PaXK21w-8AWH8eH_7y9W-fERgx0WiMCT4DHersCtd1tkdTC-g-riraD/s1600/016002b.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOyShoI6xNW360-LkKb2dUxWhZ3a0R6X9bzojpWJhpwuSnox4G9nOmAnjHGG8TtfMQbjHLyGUr3yFNH7s9kotb9PaXK21w-8AWH8eH_7y9W-fERgx0WiMCT4DHersCtd1tkdTC-g-riraD/s320/016002b.jpg" width="281" /></a>Aunque el desplazamiento sea al futuro y no al pasado, y carezca de las pinceladas de humor irreverente del español, la obra de Wells comparte con la de Gaspar aspectos básicos: la presencia de un ingenio mecánico preparado para transportar al hombre por la historia a voluntad (desafiando las paradojas temporales y las leyes de la termodinámica), y su evidente enfoque de crítica social. Sin embargo, mientras que la del primero obtuvo la gloria, se ha reeditado en infinidad de ocasiones, se ha traducido a multitud de lenguas y conoce secuelas literarias y adaptaciones cinematográficas vistas por millones de espectadores, la de Gaspar fue pronto arrumbada en abandonados anaqueles.<br />
<br />
Si se hubiera publicado en Inglaterra, es muy probable que hubiese alcanzado el reconocimiento que merece y que <b>Zaragoza </b>fuese celebrada en el mundo entero por ser la cuna de don Sindulfo, y no sólo por Agustina de Aragón y la Virgen del Pilar. Pero, al contrario que en otras latitudes, la cultura nunca ha sido una prioridad en la patria de don Quijote (y si no, que le pregunten a su autor, a Cervantes, que debe de andar en el más allá pálido de envidia al ver cómo conmemoran los compatriotas de Shakespeare el cuatrocientos aniversario de su muerte).<br />
<br />
Durante más de un siglo, el anacronópete durmió en el olvido, hasta que en 1999 un club de ciencia ficción español lo “resucitó” y divulgó su existencia entre sus seguidores, en soporte digital. Al año siguiente, el Círculo de Lectores preparó una edición de escasa tirada de la novela de Gaspar, para coleccionistas, que la editorial Minotauro reimprimió en 2005, también a pequeña escala.<br />
<br />
Cuando parecía que iba a quedarse como una curiosidad bibliográfica sólo apta para fanáticos locales del tema, en 2011 la <i><b>British Library</b></i> (la versión británica de la Biblioteca Nacional, una de las mayores instituciones culturales del mundo, con fondos que superan los 150 millones de publicaciones) organizó una magna exposición: “<i>Out of this World: Science Fiction but not as you know it</i>”, donde una hispanista estadounidense, Andrea Bell, y una profesora española afincada en Florida, Yolanda Molina-Gavilán, dieron a conocer la novela de Gaspar. Y pronto se convirtió en la principal atracción de la muestra. Los especialistas en el género allí reunidos, llegados de todo el planeta, no salían de su asombro. Existía una máquina del tiempo anterior a la de Wells, mucho más compleja y descrita con mayor precisión. Había un precursor de quien nadie tenía noticia y era español. Su traducción al inglés no se hizo esperar y, al calor del alboroto, ha conocido una nueva reedición en castellano que ojalá tenga una vida menos efímera que las anteriores.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjee_n-js5F8rlLNaihEABQlnuVEVvqSYlfhXYznjeSDBpWW1yvVxxabAWe1JuwVCJok0fva_47MG34k6pFzZc766eGSSyhVdfkGfjhw7LVOYj-2y7Z-ozp7yQt1D82O0vy_91W5A1xddiV/s1600/016003b.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjee_n-js5F8rlLNaihEABQlnuVEVvqSYlfhXYznjeSDBpWW1yvVxxabAWe1JuwVCJok0fva_47MG34k6pFzZc766eGSSyhVdfkGfjhw7LVOYj-2y7Z-ozp7yQt1D82O0vy_91W5A1xddiV/s320/016003b.jpg" width="320" /></a>¿Y cómo es que a un madrileño criado en Valencia se le ocurrió hacer zaragozanos a los dos protagonistas de unas fantasías dignas del cálamo de Luciano de Samosata? Nunca se podrá responder a esas preguntas con seguridad. Puede que sólo fuera un capricho, pero también es posible que tuviera una razón de ser. Los principales contactos de Gaspar con Aragón se fechan en la última etapa de su vida, cuando ocupó el consulado de Olorón, en el Pirineo Central francés. Zaragoza era la ciudad española de referencia para muchos acuerdos políticos y económicos allí suscritos. Y, movido por su cargo, visitó la ciudad y estableció relaciones y amistades en ella.<br />
<br />
Sin embargo, es casi seguro que su interés por la capital aragonesa era anterior y no derivaba sólo de sus obligaciones profesionales. Enrique Gaspar fue un hombre de ideas políticas progresistas, que vivió sus mejores años tras la Revolución de 1868, <i>La Gloriosa</i>, a la que prestó su apoyo. Krausista y anticlerical, se interesó por el <b>espiritismo</b>, una doctrina que prosperó sobremanera en la segunda mitad del siglo XIX (entre sus más conspicuos adeptos figuran personalidades de la talla de Arthur Conan Doyle, el médico creador de Sherlock Holmes). Sus incondicionales proclamaban la supervivencia de los espíritus (almas) tras la muerte del cuerpo y la posibilidad de comunicarse con ellos a través de médiums. Muchos, además, creían en la reencarnación de esos espíritus en otras personas y los había que defendían que dicha reencarnación podía producirse en animales e, incluso, en seres de otros planetas.<br />
<br />
Entre los partidarios de esta última tesis destacó el astrónomo y escritor francés <b>Camille Flammarion</b>, amigo personal de Gaspar. En su momento, sus libros fueron tan populares como los de Verne, pero el paso del tiempo ha sido inclemente con ellos. Las prolijas explicaciones científicas que intercala y sus reflexiones metafísicas embarran a menudo la historia, convirtiéndola en una ciénaga por donde avanzar resulta fatigoso. Gaspar, en el capítulo IX de su novela, hace una referencia explícita a <i>Lumen </i>(1872), un relato breve de Flammarion, incluido en <i>Récits de l’infini</i> (<i>Relatos del infinito</i>), en el que un espíritu cuenta sus vivencias tras su muerte corporal y su marcha a distantes estrellas a la velocidad de la luz, lo que altera la secuencia temporal y le permite observar desde allí episodios del pasado.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBzwuRfN9nIzCYptKoor1LleDTpwyGEX1HYQJtGaVrpsdsAzTHiYmfQPw65zPwAlOTzebwFjC9uNFBL_AuxIBF7CHCMcM6QiwqsdJGF57lURf-Ysn21u55A9aKi2_q7medLJW4ZVR6Ogif/s1600/El_anacron%25C3%25B3pete_Portada.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBzwuRfN9nIzCYptKoor1LleDTpwyGEX1HYQJtGaVrpsdsAzTHiYmfQPw65zPwAlOTzebwFjC9uNFBL_AuxIBF7CHCMcM6QiwqsdJGF57lURf-Ysn21u55A9aKi2_q7medLJW4ZVR6Ogif/s320/El_anacron%25C3%25B3pete_Portada.jpg" width="202" /></a></div>
El tema de la transmigración de las almas aflora en <i>El anacronópete</i> cuando Benjamín y don Sindulfo advierten con estupor que la esposa del segundo, fallecida en un accidente, había sido en realidad la reencarnación de la emperatriz china que “revive” durante el viaje, pues ambas comparten idéntico carácter, formas de expresión y hasta gestos y tics nerviosos. Y aún hay más textos de Gaspar ligados al espiritismo. En su edición original <i>El anacronópete</i> era una de las tres narraciones agrupadas bajo el epígrafe de “Novelas”, que también incluía <i>Viaje a China</i>, donde el escritor madrileño describe su periplo por medio mundo hasta llegar a su destino en Extremo Oriente, y <i>Metempsicosis</i>. En la última, dos amigos mueren y se reencarnan en toros bravos, con recuerdos de su vida anterior. Se reconocen y logran comunicarse. Al final, son toreados y muertos en la plaza por el hijo de uno de ellos, a quien las bestias le traen a la memoria inexplicablemente a los fallecidos. Conmocionado, abandona el toreo y se hace protector de los animales.<br />
<br />
En 1870, dos años antes de que apareciera <i>Lumen</i>, la zaragozana imprenta de Calixto Ariño ultimó la publicación de <i>Marietta. Páginas de dos existencias</i>, donde otro espíritu, en este caso el de una mujer napolitana que vivió en el siglo XVII, rememora episodios de su vida terrenal y sus experiencias ultraterrenas. Aunque el libro se halla firmado por un funcionario de la Diputación Provincial de Zaragoza, Daniel Suárez Artazu, en el prólogo se afirma que en realidad éste sólo fue un médium que recogió lo que la verdadera autora, Marietta, la joven napolitana, le dictaba desde la otra vida (según los testigos, la mano de Suárez Artazu escribía sola, a una velocidad inconcebible, mientras él llevaba una fluida conversación con varias personas). La publicación se hizo pronto famosa. En poco tiempo salieron a la venta nuevas ediciones de la misma en Zaragoza, Madrid y Barcelona. Y su reputación traspasó fronteras. Hay traducción al italiano y se reimprimió en México (el ejemplar que yo tengo, de los primeros años del siglo XX, lo compré en una librería de viejo de… ¡Londres!).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1eAdp0aEzLGhAAUaCfCwCV9zsVvLUAvAhmSe0jMs4wXHKT5ATnLdZhilJe9MJFNuu0hJMhIKA2qvs5N7ekdkpHVYxiHKH4GHcIMvoc7-Do_II-xOLXECZWN_6eAehGS2qo_vka5mgBdNs/s1600/016012b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1eAdp0aEzLGhAAUaCfCwCV9zsVvLUAvAhmSe0jMs4wXHKT5ATnLdZhilJe9MJFNuu0hJMhIKA2qvs5N7ekdkpHVYxiHKH4GHcIMvoc7-Do_II-xOLXECZWN_6eAehGS2qo_vka5mgBdNs/s400/016012b.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
Su difusión no hizo sino incrementar el gran prestigio que el espiritismo aragonés ya poseía en todo el país. Tras el derrocamiento de Isabel II, en el 68, se decretó la libertad de culto, asociación e imprenta, y fue destinado a Zaragoza un nuevo capitán general, Joaquín Bassols y Marañosa. Había conocido el espiritismo durante su exilio en Francia y tenía dos hijos médiums.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVJjyn4Ts7S2iO8p0E6iMCe1peSVXfx-RKWfXNCbXSFW7Bif-mT6M_8YF5qSUrjFxupqLxi8ZrUWs0ZBWpmeL1w4ujUquOduqCtMAnoSpGUzNozcsgZxPlPiyJ5TyxdaWwvLaZV5O5u1sB/s1600/016010b.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVJjyn4Ts7S2iO8p0E6iMCe1peSVXfx-RKWfXNCbXSFW7Bif-mT6M_8YF5qSUrjFxupqLxi8ZrUWs0ZBWpmeL1w4ujUquOduqCtMAnoSpGUzNozcsgZxPlPiyJ5TyxdaWwvLaZV5O5u1sB/s320/016010b.jpg" width="204" /></a>A su alrededor se congregaron personalidades de diferentes ámbitos, que se reunían para celebrar sesiones espiritistas en Capitanía (por aquel entonces emplazada en un palacio del Coso, junto al teatro Principal). Primaban los militares de alta graduación, pero también había políticos, médicos, propietarios, abogados (uno de ellos, Lucio de la Escosura, posee la patente aragonesa más antigua de cuantas se conservan: una lavadora automática que hacía la colada en un tiempo récord, de tres a cinco horas) y artistas, entre los que figuraba Pablo Gonzalvo (el íntimo amigo del héroe de la independencia cubana José Martí, quien por esas fechas estudió Derecho en la Universidad zaragozana y quedó prendado del <a href="http://www.damisela.com/literatura/pais/cuba/autores/marti/sencillo/vii.htm">indómito carácter aragonés</a>), a los que, con el tiempo, se unirían otros, como el arquitecto Félix Navarro (autor de obras del calibre del Mercado Central y la Escuela de Artes y Oficios).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKrgm2rb9qGHhyphenhyphenOZtmAxng50_QExsyEmPVTZ7aDwFzgQ68K3jdRbvSEajoVfTTEa8l8wKbJVlpjFwz67S3zh_AK6rvOniKY5clPpkx9dtlDqbzVQnakB8NwsZ6xo5NgBZq3f0klzdwD67B/s1600/016011b.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="204" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKrgm2rb9qGHhyphenhyphenOZtmAxng50_QExsyEmPVTZ7aDwFzgQ68K3jdRbvSEajoVfTTEa8l8wKbJVlpjFwz67S3zh_AK6rvOniKY5clPpkx9dtlDqbzVQnakB8NwsZ6xo5NgBZq3f0klzdwD67B/s320/016011b.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
El ascenso a ministro de la Guerra de Joaquín Bassols (tal vez con la esperanza de que, en caso de necesidad, pudiera pedir consejo a Aníbal, <i>el Gran Capitán</i> o Napoleón) y su consiguiente traslado a Madrid, en compañía de otros miembros de la sociedad Progreso Espiritista de Zaragoza, restó algo de empuje a la misma. Pero ni mucho menos significó su desaparición. En 1879, el diputado provincial Miguel Sinués publicó <i>El espiritismo y sus impugnadores</i>, en defensa de la doctrina. Dos años más tarde, el capellán del cementerio zaragozano denunció la existencia de lápidas contrarias al dogma católico con inscripciones que, por ejemplo, anunciaban: “Su espíritu voló a las regiones del infinito a los 79 años de su encarnación”. En 1883 nacían los noticieros <i>El Iris de la Paz</i> y <i>Un Periódico Más</i>, el primero en Huesca y el segundo en Zaragoza, como valedores de los valores espiritistas, la democracia y la libertad (para refutar sus “satánicas” tesis, ese mismo año comenzó su andadura el semanario católico <i>El Pilar</i>, que en nuestros días todavía se edita). Y en 1893 Benigno Pallol, con el seudónimo de <i>Polinous</i>, dio a conocer una interpretación anticlerical del <i>Quijote </i>de acuerdo a postulados espiritistas (Enrique Gaspar comenzó a traducir al chino las andanzas del Caballero de la Triste Figura durante su estancia en Extremo Oriente).<br />
<br />
Un hombre clave del espiritismo aragonés en esos tumultuosos años fue el vizconde <b>Antonio Torres-Solanot</b>. Aun cuando nació en Madrid en 1840, donde su padre ocupaba un alto cargo político (llegó a ministro de la Gobernación durante la regencia de Espartero), siempre se consideró aragonés. Toda su vida transcurrió a caballo entre Madrid, Zaragoza y Huesca, tierra esta última de sus aristocráticos ancestros. Fue secretario de la Junta Revolucionaria oscense en 1868 y, fracasado en su intento de presentarse como candidato en las elecciones, se volcó en el estudio de filosofías orientales y de avances mecánicos. Se conserva una carta de Joaquín Costa, datada en enero de 1868, en la que el montisonense le confirma que en breve atenderá su solicitud y le remitirá los planos que trajo de París de un “velocípedo” (la primera bicicleta española, o una de las primeras, se fabricó en Huesca gracias a esos planos).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxDLaGPxjKK40bQu_Pen6ReyvBtO-JfdIUZbcTxwUczZE1ndwdI0qXk70rMVB8Kuax2x5OM_o65eV9j7OR3eUl1WpA8a1bfmX8dRLFVRA39e9IUXanojrT9uPBnhhq4vJkysC5tyU_IJ_e/s1600/016008b.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxDLaGPxjKK40bQu_Pen6ReyvBtO-JfdIUZbcTxwUczZE1ndwdI0qXk70rMVB8Kuax2x5OM_o65eV9j7OR3eUl1WpA8a1bfmX8dRLFVRA39e9IUXanojrT9uPBnhhq4vJkysC5tyU_IJ_e/s200/016008b.jpg" width="186" /></a></div>
Su faceta más conocida tiene relación con el espiritismo. En 1872 surgió la Sociedad Espiritista Española, con sede en Zaragoza, de la que fue el primer presidente. Seis años más tarde fundó y dirigió <i>El Espiritista</i>, revista científica de estudios psicológicos que publicó varios números en la capital aragonesa. Y en 1888 promovió y presidió el I Congreso Espírita Internacional, celebrado en Barcelona, al que acudieron representantes de numerosos países de Europa y América.<br />
<br />
Sus constantes encontronazos con la jerarquía católica se incrementaron tras la creación de las primeras escuelas laicas, de niños y de niñas, un proyecto para armonizar ciencia y creencia que sacó adelante en Zaragoza, en 1885, con la colaboración del maestro turolense Fabián Palasí Martín, también espiritista, masón y autor del libro <i>Renacimientos o pluralidad de vidas planetarias</i>.<br />
<br />
¿Se inspiraría en parte Enrique Gaspar en las personalidades de uno o de varios de estos aragoneses de carne y hueso a la hora de dar vida a don Sindulfo y Benjamín? El secreto de la inmortalidad que perseguían ¿estaría relacionado con el ideario espiritista? Es probable que nunca lo sepamos. Pero no deja de ser una hipótesis sugerente.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6cevnk4O_BHbGtCnFvPuilLDvwuCOjrGMRG4QdO0JSShQ4fvIe0XoiLq8L9_d_sp4gdCQrIDacO49-kbOLLp5cGZ6cnkGy6tnO5OXlUo9Sl5w5oY6r1htWhlnQD42hxMVTly_OJd91KUN/s1600/016005b.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6cevnk4O_BHbGtCnFvPuilLDvwuCOjrGMRG4QdO0JSShQ4fvIe0XoiLq8L9_d_sp4gdCQrIDacO49-kbOLLp5cGZ6cnkGy6tnO5OXlUo9Sl5w5oY6r1htWhlnQD42hxMVTly_OJd91KUN/s320/016005b.jpg" width="320" /></a></div>
<b>Para saber más</b>:<span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span><br />
-BELL, Andrea y MOLINA-GAVILÁN, Yolanda: <i>Cosmos Latinos. An Anthology of Science Fiction from Latin America and Spain</i>, Middletown (Connecticut), Wesleyan University Press, 2003.<br />
-GASPAR, Enrique: <i>Novelas</i>, Barcelona, Daniel Cortezo y Cía., 1887. / <i>The time ship. A Chrononautical Journey</i>, Middletown (Connecticut), Wesleyan University Press, 2012. / <i>El anacronópet</i>e, Valencia, Trasantier, 2014.<br />
-KIRSCHENBAUM, Leo: <i>Enrique Gaspar and the social drama in Spain</i>, Berkeley, University of California Press, 1944.<br />
-POVÁN, Daniel: <i>Enrique Gaspar, medio siglo de teatro español</i>, Madrid, Gredos, 1957.<br />
-SUÁREZ ARTAZU, Daniel: <i>Marietta. Páginas de dos existencias y páginas de ultratumba</i>, Zaragoza, Imp. de Calixto Ariño, 1870. / Barcelona, Daniel Cortezo y Cía., 1889.<br />
-WELLS, H. G.: <i>La máquina del tiempo</i>, Madrid, Cátedra, 2015.<br />
-<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://elanacronopete.com&source=gmail&ust=1500073741206000&usg=AFQjCNEWLKBSrWSeM4YU_xqdT-U9uw6K9Q" href="http://elanacronopete.com/" style="background-color: white; color: #1155cc; font-family: arial, sans-serif; font-size: 12.8px;" target="_blank">http://elanacronopete.com</a>Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-72149291635473536432016-04-21T13:08:00.003+02:002019-04-22T14:09:26.175+02:00Miguel Ezquerra, el defensor del búnker de HitlerToda hoja tiene un haz y un envés. Y toda moneda, dos caras. Durante la <b>II Guerra Mundial</b> muchos aragoneses combatieron la sanguinaria demencia nazi, bien desde la Resistencia en tierras francesas, bien encuadrados en alguno de los ejércitos aliados. Los hubo que expusieron su vida para escudar a los perseguidos y los hubo que la sacrificaron con el anhelo de legar a las generaciones venideras un mundo más libre y justo. Pero también los hubo que, guiados por su personal credo, por ardor aventurero, por necesidad o por azar, batallaron en favor de las fuerzas del Eje.<br />
<br />
Uno de los más sorprendentes adalides de los empeños de Adolf Hitler fue el oscense <b>Miguel Ezquerra Sánchez</b>. En el ocaso del conflicto, cuando el triunfo era ya sólo una quimera, dirigió una unidad de las Waffen-SS bautizada con su propio nombre (<i>Einheit Ezquerra</i> o <i>Einsatzgruppe Ezquerra</i>). Estaba compuesta de forma mayoritaria por españoles y fue emplazada en Berlín, donde se batió con ferocidad en la apocalíptica defensa final de la capital alemana ante los soviéticos.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8-IoB1NMFmuPNeTG_aGzRMKIfBn6YWJjS_iLcRlGmasd3nMwdJYJgxpIYnrW8XIkGTZ7hMmj8C6ukJVFqeOSioTxiG76vo07jEYp9FvNIH06RprAOoA2QlRCU6kRy58rAe-phwewQdrAn/s1600/Lutei.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8-IoB1NMFmuPNeTG_aGzRMKIfBn6YWJjS_iLcRlGmasd3nMwdJYJgxpIYnrW8XIkGTZ7hMmj8C6ukJVFqeOSioTxiG76vo07jEYp9FvNIH06RprAOoA2QlRCU6kRy58rAe-phwewQdrAn/s320/Lutei.jpg" width="217" /></a>Las insólitas hazañas de Ezquerra, dignas de mejor causa, se recogen en un texto autobiográfico que tituló <i>Lutei até ao fim</i> (<i>Luché hasta el fin</i>), ya que fue editado por primera vez, en 1947, en Lisboa, donde residió durante un tiempo para alejarse de la policía franquista. El momento político vedaba su publicación en España, pues el régimen imperante, para sobrevivir, debía congraciarse con las potencias vencedoras en la contienda planetaria. Además, en sus páginas se traslucían críticas al país surgido de la “triunfal Cruzada” (ya desde sus primeras frases, referidas al año 1944: “En mi patria el ambiente me ahogaba. No me gustaban muchas de las cosas que veía a mi alrededor”), a la par que se fustigaba a partidarios del régimen corruptos, con nombres y apellidos.<br />
<br />
Así pues, la versión española de su libro, <i><b>Berlín, a vida o muerte</b></i>, no pudo ver la luz hasta finales de 1975, ya en los estertores del franquismo. En ella desgranaba sus vivencias en los últimos meses de vida del III Reich, con algunas divergencias respecto a lo publicado en Portugal y un estilo áspero y pobre, aunque vivo, mechado de antisemitismo y con la habitual parafernalia dialéctica falangista, donde virilidad y españolismo se encumbran como valores máximos.<br />
<br />
Dichas memorias han sido objeto de debate entre aficionados y estudiosos del tema desde su aparición. E, incluso, quienes comparten la ideología de Ezquerra han puesto serios “peros” a varios de sus pasajes. Investigaciones exhaustivas sobre la Batalla de Berlín, como la emprendida por Antony Beevor, basada en la documentación militar soviética desclasificada, han ignorado la presencia de españoles en el bando germano. Este hecho se ha sumado a la pérdida de los archivos alemanes, capaces de confirmar o desmentir un relato épico aderezado con nebulosos episodios. Y tampoco ayuda a clarificar la cuestión la peculiar personalidad del autor, atrabiliario, farfantón, con un desmedido afán de protagonismo, amigo de ponerse medallas reales o ficticias y una memoria selectiva, proclive a oportunos olvidos, medias verdades, exageraciones e inexactitudes.<br />
<br />
Sin embargo, gracias al testimonio de supervivientes, hoy se da por seguro que la Unidad Ezquerra existió, que un puñado de españoles dirigidos por un aragonés estuvieron entre los últimos pretorianos de la cancillería hitleriana, que ofrecieron una encarnizada resistencia y que sólo capitularon, ya muy diezmados, cuando la incontenible avalancha de fuego guiada en la distancia por Stalin sepultó toda esperanza.<br />
<br />
Miguel Ezquerra nació en enero de 1913 en <b>Canfranc</b>, donde su padre, que fallecería siendo él todavía niño, era responsable de un molino. Cursó estudios de Magisterio en Pamplona y su primer destino profesional, como maestro, lo condujo hasta la localidad navarra de Lodosa.<br />
<br />
No por ello perdió su vínculo con el Alto Aragón, adonde regresaba en vacaciones. El verano de 1936 decidió disfrutarlo en la capital oscense. <b>Falangista </b>de la primera hornada, tenía la costumbre de reunirse con otros jóvenes de parejo pensar en la terraza del Café Universal. Allí debatían, bebían, vociferaban el <i>Cara al sol</i> y provocaban a contrarios políticos o a paseantes curiosos.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgm2NbLIGCRnk9IdBuir121n_7e0r3ZmpLX0keAtMiAa-VYPNgAsqmFanlLqY9TNXER_kpLAEMRXgxoblkYdEr18Bh39axAPrHQHog62VHeyfGSlkJisyFjLbp2UuBNI1eCrAp1gZbijva2/s1600/cartel_facha.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgm2NbLIGCRnk9IdBuir121n_7e0r3ZmpLX0keAtMiAa-VYPNgAsqmFanlLqY9TNXER_kpLAEMRXgxoblkYdEr18Bh39axAPrHQHog62VHeyfGSlkJisyFjLbp2UuBNI1eCrAp1gZbijva2/s320/cartel_facha.jpg" width="228" /></a>El sábado 18 de julio las radios daban la noticia de un intento de golpe de Estado encabezado por oficiales del ejército contrarios a la República. A primeras horas del domingo, con los soldados ya en las calles de Huesca, Ezquerra se dirigió al Gobierno Militar. El carné de Falange le facilitó al instante un arma y la licencia para usarla.<br />
<br />
Le faltó tiempo para alistarse en el bando de los sublevados. Se desconocen con detalle sus andanzas durante la <b>Guerra Civil</b> y en sus memorias apenas les dedica un breve párrafo. Parece ser que se implicó en la ocupación de Ayerbe y Almudévar, antes de ingresar en la 2ª Bandera de la Legión. Fue herido en las proximidades de Huesca y, ya restablecido, se integró en la Columna Móvil de Aragón. Con ella participó en diferentes operaciones bélicas en las tres provincias aragonesas hasta que dolencias intestinales le obligaron a pasar por hospitales militares de Zaragoza y Valladolid.<br />
<br />
Tras su mejora, disfrutó de varias semanas de descanso en Canfranc. De nuevo en el frente, solicitó plaza en un curso de alféreces provisionales organizado en Fuentecaliente (Burgos). Con los galones ya en la bocamanga, entró a formar parte de la 7ª Bandera de Castilla y luchó en la sierra de Guadarrama. En marzo de 1938 fue destinado al Regimiento de Infantería Granada nº 6, en Extremadura, y poco después se le concedió el empleo de teniente provisional, que ostentó hasta el final del conflicto. El historiador Luis Antonio Palacio, que le ha seguido la pista en los registros castrenses, revela que obtuvo varias condecoraciones, tanto por comportamientos colectivos como por acciones individuales.<br />
<br />
En el curso de la guerra conoció a quien sería su esposa. El estallido de un obús le causó heridas oculares y fue llevado a Sevilla para su recuperación. A la espera de recibir el alta definitiva, se le asignó un empleo en la guardia de la prisión hispalense. Allí coincidía casi a diario con Consuelo Reinoso, hija de un acreditado republicano, secretario del Ayuntamiento, y con un hermano encarcelado por sus ideas políticas. Es muy posible que gracias a la mediación de Ezquerra a este último le fuera conmutada la pena de muerte. Y la relación entablada con Consuelo desembocó en boda.<br />
<br />
Rendida la República, solicitó la licencia y se instaló con su familia en Madrid, donde retomó sus labores docentes. Pero al dar inicio la II Guerra Mundial, en pago por su apoyo a la rebelión militar franquista, se presentó como voluntario en la embajada alemana, que rechazó el ofrecimiento.<br />
<br />
Se afincó a continuación en el Sur de Francia, en Bayona, para ejercer como profesor de español contratado por el Ministerio de Asuntos Exteriores. La ocupación del país por el ejército nazi alteró su día a día y se vio obligado a regresar a Madrid.<br />
<br />
Aun cuando ya tenía una hija y otra iba en camino, su visceral anticomunismo le espoleó para dejarlo todo y marchar al combate en cuanto se produjo la invasión de la Unión Soviética por parte de Alemania (Operación Barbarroja), en el verano de 1941. Otra vez se postuló sin éxito ante la embajada alemana y, más tarde, intentó ser incluido, también de forma infructuosa, en la llamada <b>División Azul </b>(la <i>250ª Infanterie-Division</i> de la Wehrmacht), el contingente de voluntarios españoles que viajó a los frentes de Nóvgorod y Leningrado para acabar con el bolchevismo alentados por las autoridades nacionales, que sentenciaron en una conocida arenga que “¡Rusia es culpable!” y, por tanto, “El exterminio de Rusia es exigencia de la Historia y del porvenir de Europa”.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOT3GwX-ODk1LinImGWmBPybdS19JcsoulNNg9K2xHSsih6PNeNcESbjDt-u7iqC0mkW1wQgqSpoaw_bC6eI5jmd6nzlejai1IKtSSJF7BCx506KjAO_ejaraDpxWi-zcPrOaKoAuaDlEz/s1600/Divisi%25C3%25B3nAzul1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOT3GwX-ODk1LinImGWmBPybdS19JcsoulNNg9K2xHSsih6PNeNcESbjDt-u7iqC0mkW1wQgqSpoaw_bC6eI5jmd6nzlejai1IKtSSJF7BCx506KjAO_ejaraDpxWi-zcPrOaKoAuaDlEz/s320/Divisi%25C3%25B3nAzul1.jpg" width="320" /></a>Ezquerra removió cielo y tierra durante meses y, por fin, en agosto de 1943, resultó admitido en uno de los reemplazos que partieron para cubrir las bajas que se producían entre los españoles. A su llegada a la Unión Soviética, gracias a su experiencia militar, fue asignado a una compañía antitanques con el grado de teniente. Sin embargo, su estancia no fue muy dilatada ya que a finales de septiembre fue herido por la metralla durante un bombardeo en los alrededores de Kólpino, un suburbio industrial de Leningrado. Tuvo que ser evacuado a un hospital de Riga (Letonia) y, de allí, a otro de Königsberg, la actual Kaliningrado.<br />
<br />
Sólo unos días después, a principios de octubre, se ordenaba el retorno de la División Azul. El rumbo de la guerra había dado un giro brusco en las estepas heladas del Frente Oriental y Franco, más interesado en conservar el poder que en guardar lealtad a quienes le habían ayudado a conseguirlo, decidió su repatriación, presionado por los Aliados. El destacamento español fue disuelto de forma oficial el 17 de noviembre y los últimos expedicionarios abandonaron el suelo ruso ya en diciembre. Ezquerra fue uno de los más rezagados, pues no pudo ser trasladado a España, todavía convaleciente, hasta el día 21 de ese mes.<br />
<br />
Es muy probable que sus heridas, junto con sus sempiternos problemas gástricos, le impidieran inscribirse en la llamada Legión Azul, la <i>Spanischen Freiwilliger Legion</i> o Legión Española de Voluntarios (LEV), unos dos mil hombres acogidos por la <i>121ª Infanterie-Division</i> que siguieron en armas hasta ser desmovilizados en marzo de 1944. Sus más celosos miembros, no obstante, se negaron a regresar y encontraron acomodo diseminados en distintas unidades alemanas.<br />
<br />
Para entonces, el Gobierno del general Franco, atento al devenir del conflicto y amigo como era de nadar y guardar la ropa, había decretado que todos aquellos españoles que prestaran servicio militar en alguno de los bandos beligerantes serían privados de la nacionalidad española. La medida no supuso un obstáculo insalvable para los devotos más recalcitrantes del nacionalsocialismo. Dispuestos a salvar la “Europa civilizada” del ataque de los “subhumanos” (<i>untermenschen</i>) que colmaban las infames “hordas rojas”, varios centenares intentaron cruzar la frontera francesa para alistarse en el cada vez más necesitado ejército alemán.<br />
<br />
Ezquerra fue uno de ellos. Y aquí comienza su relato. Dejó a su familia en un pueblecito de la provincia de Sevilla y subió a un tren con destino a Irún. Durante el viaje conoció a varios camaradas con el mismo propósito y el 2 de abril de 1944, en compañía de un joven gallego, se abrió paso a las bravas en la aduana tras encañonar con una pistola al guardia civil que la custodiaba.<br />
<br />
Los alemanes, ahora más receptivos, agruparon a todos los que lograron sortear los pasos fronterizos y los trasladaron a un campamento en las proximidades de Königsberg, de nuevo cerca del Frente Oriental. Al poco de llegar, Ezquerra protagonizó un violento altercado con compañeros que le quisieron gastar una broma y, airado, solicitó a los mandos que se le mantuviese la graduación que había ostentado durante su paso por la División Azul.<br />
<br />
Éstos se lo concedieron y lo reubicaron, ya como oficial, en unidades acantonadas en el Pirineo francés, encargadas de ayudar a nuevos voluntarios españoles, así como de detectar y eliminar a los integrados en la Resistencia. Se le ofreció luego un puesto en el Servicio Secreto alemán (<i>Abwerh</i>) y viajó a París para ser formado en radiotransmisión, lenguajes cifrados y fabricación de explosivos. En la Ciudad de la Luz entró en contacto con residentes españoles con el seudónimo de <i>Capitán Kronos</i> para recabar información. En ese momento los Aliados ya habían desembarcado en Normandía y Ezquerra asegura en su libro haber dirigido a un grupo de compatriotas incorporados a las tropas que, sin fortuna, intentaron contener el avance enemigo.<br />
<br />
París fue evacuado por los alemanes de forma precipitada y el oscense los acompañó en su caótica retirada. En busca de su batallón, pasó por Austria y Checoslovaquia, hasta dar con él en la ciudad alemana de Coblenza.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH-qVF4cZWhxvVaZxcoUoGtpJfMx-3SI9AHCYK8udX_UEPwS8_CRY-0UD147yERtS3Rh3-datUDTmm4OEa4ccDMbhqSCsCIK6P6Ryt3tAnaFGZ_6aefrS0RWKioZocLPCAZIoGbBTMrGUg/s1600/ardenas1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgH-qVF4cZWhxvVaZxcoUoGtpJfMx-3SI9AHCYK8udX_UEPwS8_CRY-0UD147yERtS3Rh3-datUDTmm4OEa4ccDMbhqSCsCIK6P6Ryt3tAnaFGZ_6aefrS0RWKioZocLPCAZIoGbBTMrGUg/s320/ardenas1.jpg" width="320" /></a>Partidarios de los alemanes procedentes de toda Europa, tanto civiles como militares, habían encontrado refugio en el interior del país. Y Ezquerra fue puesto al frente de un pequeño comando integrado por españoles, en su gran mayoría veteranos de la División Azul (de sus 36 componentes, 8 eran aragoneses).<br />
<br />
A la cabeza del mismo participó en la Batalla de las Ardenas, la última gran ofensiva de los ejércitos hitlerianos. El mal tiempo, primero el barro y luego la nieve, había empozado a los Aliados en los bosques de la región belga de las Ardenas e impedía que su aviación pudiera despegar, lo que fue aprovechado por los mariscales Model y von Rundstedt para organizar un brioso contraataque en diciembre de 1944. El comando de Ezquerra se infiltró en las líneas enemigas y sorprendió a un bisoño destacamento estadounidense. Destruyó un enorme depósito de municiones e hizo más de trescientos prisioneros (quizá uno de ellos fuera Kurt Vonnegut).<br />
<br />
Sin embargo, el colofón de la operación no fue el deseado. Ezquerra tuvo que ser evacuado, pues sufrió congelaciones en varios dedos de sus pies, algunas de cuyas falanges le fueron amputadas, y en cuanto el cielo se despejó la supremacía aérea aliada frenó en seco la embestida alemana.<br />
<br />
Ezquerra fue enviado entonces a Berlín, donde, dados sus recientes éxitos, se le ordenó organizar otra unidad, mayor, formada por españoles. Aunque en sus memorias le reste mérito, en esa decisión resultó decisiva la figura del general <b>Wilhelm von Faupel</b>, quien había fundado, junto con su esposa, el Instituto Iberoamericano para propagar el ideario nazi en los países de habla hispana. Con experiencia como asesor militar en Argentina y Perú, von Faupel había sido nombrado “encargado de negocios” ante el Gobierno de Franco en Burgos en octubre de 1936. Y ejerció como embajador alemán hasta agosto de 1937, cuando fue sustituido a petición española por su apoyo a Manuel Hedilla y a los sectores más radicales del falangismo. En la capital alemana mantuvo su postura y, a través del periódico <i>Enlace</i>, buscó aglutinar a españoles e hispanoamericanos leales a Hitler.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe0KoDhlntLDjDHcPtMAsX9qukv2vQd8p6o_IHH_Mjrz0Oh2I6UUosFuN4zkmvSAlsvFYOVNdN9nBExr5Mg68_fPFcCc2Iqa-mTG-oOBWWfOO9PD5kG_sH8EqsZDuQWkMaJKa-Xu9Vxwmv/s1600/einheitEzquerra.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe0KoDhlntLDjDHcPtMAsX9qukv2vQd8p6o_IHH_Mjrz0Oh2I6UUosFuN4zkmvSAlsvFYOVNdN9nBExr5Mg68_fPFcCc2Iqa-mTG-oOBWWfOO9PD5kG_sH8EqsZDuQWkMaJKa-Xu9Vxwmv/s320/einheitEzquerra.jpg" width="240" /></a>Ezquerra agavilló para su unidad a todo español que encontró. Rebuscó en el ejército alemán a los compatriotas que estuviesen alistados y los reclamó. A ellos sumó a residentes en Berlín necesitados de amparo, a trabajadores que habían llegado a Alemania a través de la organización Todt (creada para nutrir los centros de producción de obreros extranjeros así como de prisioneros, expatriados y judíos en régimen de esclavitud, ya que todos los alemanes en edad de combatir habían sido llamados a filas) cuyas fábricas habían sido destruidas por los bombardeos y vagaban sin recursos ni medios de huida, e incluso a deportados y presidiarios.<br />
<br />
En total logró reclutar dos compañías, completadas con algunos franceses y belgas, que fueron acuarteladas en Postdam para recibir una rápida instrucción. El heterogéneo grupo impactó a un veterano del conflicto a su llegada: “Recibimos la orden de ir a Postdam donde se estaba reagrupando a todos los españoles en una sola unidad, capitaneada por Miguel Ezquerra. Nos supo mal abandonar a los camaradas de la SS-Wallonie con los que habíamos combatido y derramado nuestra sangre por un mismo ideal. Cuando llegamos a Postdam nos alojaron en un colegio de huérfanos militares y allí nos encontramos con un espectáculo circense descomunal, había más sargentos que soldados, legionarios pendencieros, gentes de mal vivir, despistados que no sabían dónde ir y antiguos veteranos de la División Azul y de otras unidades de la Wehrmacht. Seríamos aproximadamente entre 100 y 150. Recuerdo entre todos ellos a un legionario que hacia de escolta de Ezquerra, tenía la cara completamente tatuada y llevaba un enorme cinturón del Tercio con dos pistolas, una a cada lado. Años después, me contaron que murió sepultado entre las ruinas de Berlín”.<br />
<br />
A mediados de abril de 1945 la Unidad Ezquerra entró en combate por primera vez, en Sttetin, donde defendió una cabeza de puente sobre el río Óder. Pero enseguida se le ordenó replegarse hasta Berlín. Los inconsistentes diques de contención puestos por el ejército alemán no tardaron en desmoronarse y un tsunami de hombres y armas procedente del Este anegó los alrededores de la capital alemana. El Segundo Frente Bielorruso al mando del general Rokossovski, el Primer Frente Bielorruso dirigido por Zhúkov y el Primer Frente Ucraniano de Kónev, además de una parte del renovado ejército polaco, más de dos millones de soldados, pusieron cerco al corazón del Reich.<br />
<br />
Y después de haber padecido cuatro años de infames crímenes y brutales matanzas, lo hacían azuzados por acres proclamas: “¡Soldados del Ejército Rojo, ha sonado la hora de la venganza! ¡Lanzad la antorcha a la hoguera de Berlín! ¡Matad, matad, matad! ¡Violad, violad, violad! ¡Ningún alemán es inocente, ni siquiera los que todavía no han nacido!”, demandaba, por ejemplo, el escritor Iliá Ehrenburg (más lírico, la verdad, a su paso durante la Guerra Civil por Aragón, tierra a la que dedicó un sentido poema: “Será tu impulso, ¡corazón! / quemado y rojo Aragón...”).<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikRFKWg0FzbdxuUyuNeWDjlVtCgKrqeluFEi9lN1-jZfC1FuhQA7Rx9puFjn6jXQKCMSrTjsF1fKNRy5T_CgO-hae2bCAx5B1hpEg85Xc3UUmfxtu9_ew9ACtjg0ZCfcoFTlntl73n72Sq/s1600/Berl%25C3%25ADn0.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikRFKWg0FzbdxuUyuNeWDjlVtCgKrqeluFEi9lN1-jZfC1FuhQA7Rx9puFjn6jXQKCMSrTjsF1fKNRy5T_CgO-hae2bCAx5B1hpEg85Xc3UUmfxtu9_ew9ACtjg0ZCfcoFTlntl73n72Sq/s320/Berl%25C3%25ADn0.jpg" width="320" /></a>Mientras miles de civiles buscaban refugio en el mar de escombros provocado por la aviación aliada, se atrincheraban los defensores: lo que quedaba de varias divisiones de las Waffen-SS y de la Wehrmacht, voluntarios extranjeros (nórdicos, holandeses, franceses, belgas...), policías y miembros de las Juventudes Hitlerianas y del <i>Volkssturm</i>, una milicia civil que incluía muchachos de escasa edad y ancianos. En total, unos 95.000 combatientes agotados, mal equipados y desorganizados.<br />
<br />
El 20 de abril, día en que Hitler cumplía 56 años, la artillería soviética comenzó a bombardear Berlín y cuatro más tarde la ciudad quedó sitiada. Ya no había escape. Los distritos de la periferia fueron pronto ocupados, pero no así el centro, donde durante una semana se recreó el Averno.<br />
<br />
Los enfrentamientos se libraban cuerpo a cuerpo, casa por casa, día y noche. La artillería destrozaba edificios y las ametralladoras acribillaban calles, puertas y ventanas despedazando a sus ocupantes. Los soviéticos avanzaban palmo a palmo a costa de enormes quebrantos humanos y materiales (se calcula que perdieron más de 350.000 soldados, entre muertos, heridos y desaparecidos, y unos 2000 carros de combate). Pero la salvaje carnicería, acompañada de violaciones, saqueos, ejecuciones y suicidios colectivos, también devastaba a los defensores.<br />
<br />
La Unidad Ezquerra, complementada con los restos de un batallón letón, fue destinada al barrio gubernamental, el epicentro de la lucha. Estableció su cuartel en las ruinas del Ministerio del Aire y fue dispuesta como fuerza móvil. Si bien en poco tiempo no hubo frente ni posiciones estables, cada cual luchaba donde podía, estaba encargada de acudir con urgencia allí donde era requerida para intentar cerrar las brechas que los soviéticos abrían en su avance. Sus fusiles y sus “puños de hierro” o <i>panzerfaust </i>(lanzagranadas antitanque de un único uso) hacían estragos entre la infantería y los carros de combate T-34 enemigos. Sin embargo, después de cada “salida” el número de sus miembros se reducía.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMKX8gZcic6jHb7jPFpsi8qwqmP5z5uXWGJOOeUyZ0Ygmoiyb68ylRw7AEJJwR7mpY0Fk9jgIKQ34daPABuuke5O9UmFTckhuoQKxybblMuxGG0tYbzk8ETRWV4fS3_esQ71aBAcAuO6-3/s1600/BerlinB.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="210" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMKX8gZcic6jHb7jPFpsi8qwqmP5z5uXWGJOOeUyZ0Ygmoiyb68ylRw7AEJJwR7mpY0Fk9jgIKQ34daPABuuke5O9UmFTckhuoQKxybblMuxGG0tYbzk8ETRWV4fS3_esQ71aBAcAuO6-3/s320/BerlinB.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnOJwsixnqWTF6LNEYoeS42Q7QwNlqoutuWSudAmaflhSWdz48MkngzVHxGMmzX7bUQxkfOTEezScJBta-b4hEuzufWLiU1zJ_hCgp9n1610ba1lFEByQpqunVz3OtyafpDyAAOtcw4iym/s1600/BerlinA.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="177" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnOJwsixnqWTF6LNEYoeS42Q7QwNlqoutuWSudAmaflhSWdz48MkngzVHxGMmzX7bUQxkfOTEezScJBta-b4hEuzufWLiU1zJ_hCgp9n1610ba1lFEByQpqunVz3OtyafpDyAAOtcw4iym/s320/BerlinA.jpg" width="320" /></a>Entre misión y misión se sucedieron los dos episodios que más suspicacias han levantado entre los especialistas. En el primero, durante un descanso, un alto oficial invitó a Ezquerra a que lo acompañara por un laberinto de túneles subterráneos que desembocó, nada más y nada menos, que en el búnker de Hitler. En él, el mismísimo Führer le otorgó la Cruz de Caballero y le ofreció la nacionalidad alemana, que tuvo que rechazar porque un español lo es hasta su muerte. Al acabar el acto, saboreó un té en compañía de Goebbels y el general Hans Krebs.<br />
<br />
Según Ezquerra, este mismo general, Krebs, solicitó su presencia cuando fue a parlamentar con el ruso Vasili Chuikov, el defensor de Stalingrado, las condiciones de una posible rendición alemana. Pero éste sólo aceptaba el sometimiento incondicional, que fue rechazado.<br />
<br />
No es del todo imposible que en medio de aquella dantesca locura las cosas sucedieran tal y como el oscense las narra, aunque el jerarca nazi pasó sus últimos días de vida “sedado” para evitar un colapso nervioso y es más que improbable que encontrara un rato para recibir efusivamente a un oficial menor, extranjero, y concederle la nacionalidad alemana. Y tampoco parece tener mucho sentido que Krebs le pidiese que lo acompañara en su misión, ya que apenas lo conocía y Ezquerra no hablaba ruso y se defendía con torpeza en alemán.<br />
<br />
Además, la misión de Krebs tuvo lugar el 1 de mayo, sólo un día antes de la rendición definitiva, y fue ordenada por Goebbels tras el suicidio de Hitler. Pero el Führer en persona, según Ezquerra, fue quien más tarde dictó que su Unidad ayudara a las que intentaban romper el cerco por el Norte de la ciudad para abrir una vía de escape.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBKwdGmC8rEOGge1s_UTDHOrx-Yj5sXJyJsreNYyIRI8XLQSmJRGNsAlm1EV2Ql6WHbk5MWG24bV9jWSgRvziORGsKHJ3y2qXsgLgzTPXFe-uQ-bafiHJOtH8qTfYOTS0MB3HWgBPKN-o_/s1600/BerlinD.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBKwdGmC8rEOGge1s_UTDHOrx-Yj5sXJyJsreNYyIRI8XLQSmJRGNsAlm1EV2Ql6WHbk5MWG24bV9jWSgRvziORGsKHJ3y2qXsgLgzTPXFe-uQ-bafiHJOtH8qTfYOTS0MB3HWgBPKN-o_/s320/BerlinD.jpg" width="305" /></a>Fuera quien fuera la persona que dio dicha orden, si es que ésta existió, lo cierto es que los hombres de Ezquerra que quedaban, muchos heridos y todos extenuados, se embarcaron en una huida desesperada, visto que todo estaba perdido y que las nuevas armas maravillosas (<i>Wunderwaffen</i>), que a última hora iban a revertir la situación según los más fanáticos, eran fruto de la fantasía.<br />
<br />
Al intentar atravesar un puente cubierto de restos humanos y barrido sin cesar por las ametralladoras soviéticas, el grupo se deshizo. Sólo Ezquerra y tres compañeros lograron franquearlo. Poco después, ya sólo quedaban dos, Ezquerra y un sargento llamado Juan Pinar, quien optó por buscar la salvación por su cuenta (y que años más tarde, tras ser liberado por los soviéticos, se atribuiría la jefatura del grupo de combatientes españoles en Berlín). Al resto se le perdió la pista (alguno pudo escapar, pero casi todos murieron en la pelea, fueron fusilados o hechos prisioneros).<br />
<br />
Tras enterarse del suicidio de Hitler, Ezquerra fue detenido e incorporado al torrente de cautivos que los vencedores conducían a pie hacia el Este. Al paso de su convoy por Polonia, una noche, entre Ezquerra y varios compañeros lograron matar a un guardia y fugarse. Decidieron separarse y se confundieron en el babélico caos de refugiados, deportados, exreclusos liberados y militares desmovilizados que, por miles, atravesaban Europa en distintas direcciones.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbJYviFiZ7rZpvNLCJKahqsxNfNYoJCjx58EwG9lPGRmo3vtu1KGJAiYGN6pSFvLaZkNFwmXX_pS8yFzfuYqCTRTZJ4wh3NgMhJtNzpEWfLbSH00W2U_irwoQEwMxxKSCPn31VuqLRLc5d/s1600/BerlinE.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbJYviFiZ7rZpvNLCJKahqsxNfNYoJCjx58EwG9lPGRmo3vtu1KGJAiYGN6pSFvLaZkNFwmXX_pS8yFzfuYqCTRTZJ4wh3NgMhJtNzpEWfLbSH00W2U_irwoQEwMxxKSCPn31VuqLRLc5d/s1600/BerlinE.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="198" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbJYviFiZ7rZpvNLCJKahqsxNfNYoJCjx58EwG9lPGRmo3vtu1KGJAiYGN6pSFvLaZkNFwmXX_pS8yFzfuYqCTRTZJ4wh3NgMhJtNzpEWfLbSH00W2U_irwoQEwMxxKSCPn31VuqLRLc5d/s320/BerlinE.jpg" width="320" /></a></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrbfqoYKPH6FIZR_lwEBLHA4_jrUROaT1K7Z7lmIRPuBT2pGS_zCls21JzifPJ-1yrba6N04IoVzfqyXohtaROSa8OlG9BD_Z-c6idX9tF1XMqJq0uUI0lM4Kh_qlk3Ps31u1igHLl43Eq/s1600/BerlinF.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrbfqoYKPH6FIZR_lwEBLHA4_jrUROaT1K7Z7lmIRPuBT2pGS_zCls21JzifPJ-1yrba6N04IoVzfqyXohtaROSa8OlG9BD_Z-c6idX9tF1XMqJq0uUI0lM4Kh_qlk3Ps31u1igHLl43Eq/s320/BerlinF.jpg" width="320" /></a><br />
Ezquerra regresó a Berlín, convertido en una pira funeraria, y con ayuda de una amiga falsificó un documento de identidad argentino en el Instituto Iberoamericano, ya desmantelado (los von Faupel se habían suicidado). Con él, consiguió que los soviéticos lo evacuaran al sector británico de la ciudad, desde donde se trasladó a Bélgica haciéndose pasar por refugiado y, de allí, a París.<br />
<br />
Los exiliados españoles de la ciudad lo conocían, por lo que tuvo que andar con pies de plomo. Tras fracasar en su intento de embarcarse hacia América, un antiguo camarada le prestó su documentación. Con ella viajó hacia el Sur en tren, a pie y en una bicicleta que robó hasta que, por fin, alcanzó la frontera española. Y ahí termina su relato.<br />
<br />
De su vida posterior poco se conoce. Javier Nart lo entrevistó para la revista <i>Interviú </i>en 1982 y en el diálogo que mantuvieron trazó una trayectoria vital, después de su llegada a España, poco creíble. Aseguraba que al poco tiempo había sido requerido por el Servicio Secreto español. Luego se alistó en la Legión Extranjera francesa, con la que operó como agente doble para los españoles en Marruecos y estuvo en Vietnam. La abandonó y fue contratado por el dictador dominicano Leónidas Trujillo para adiestrar la “Legión Anticomunista del Caribe”. Como no le gustó lo que vio, se marchó a Brasil y Paraguay, donde contactó con antiguos nazis. En ese último país dirigió una concesión maderera que fracasó y, tras residir en Chile y Argentina, regresó a España.<br />
<br />
En esa entrevista también afirmaba haber hablado en Sudamérica con Martin Bormann, el temible secretario personal de Hitler. Hoy se sabe seguro (por pruebas de ADN hechas a sus restos) que, como declaró un testigo, había muerto el 2 de mayo de 1945 al intentar huir de Berlín.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy9WMyk_bXmGTuscttvfqUyIcnx39Oq5E-W9tSQyApr4eFvjuzAaQRWKrXuum2u0UE0JoBy09dRXmE_HM4DfIcX3XqrsciKD1zdkY7kZndN3iQR37rRKaxo0lgyBJYKPlxlVZN568L4fi8/s1600/entrevista1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy9WMyk_bXmGTuscttvfqUyIcnx39Oq5E-W9tSQyApr4eFvjuzAaQRWKrXuum2u0UE0JoBy09dRXmE_HM4DfIcX3XqrsciKD1zdkY7kZndN3iQR37rRKaxo0lgyBJYKPlxlVZN568L4fi8/s320/entrevista1.jpg" width="266" /></a></div>
Como se ve, las lindes entre los recuerdos de Miguel Ezquerra y sus fabulaciones eran sumamente porosas. Pero no por ello todo lo que cuenta es falso. El núcleo central de sus memorias parece ser real, si bien la mayoría opina que las “enriqueció” de forma innecesaria, para darse importancia. No obstante, cuando publicó su libro todavía vivían muchos de sus compañeros de armas. Y nunca nadie lo desmintió ni lo acusó de fraude.<br />
<br />
Miguel Ezquerra Sánchez falleció en octubre de 1984 en Madrid y está enterrado en el cementerio de La Almudena, en el panteón que guarda los restos de los veteranos de la División Azul.<br />
<b><br /></b>
<b>Para saber más:</b><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjyOY72EOT9OP7u1lAlk2Ffo7ake8y8I3YBAcbpvBS2ITrLOsVMJZUbgzPAWBmQWI_yQs7s3dLjGZNtQuCAA2r9r5jBs_WFE3N4vFS30l7GZCPUEKgzeZhylSF5TH8wSRW1lx3PEiL_rEv/s1600/miniaturas_Ezquerra.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjyOY72EOT9OP7u1lAlk2Ffo7ake8y8I3YBAcbpvBS2ITrLOsVMJZUbgzPAWBmQWI_yQs7s3dLjGZNtQuCAA2r9r5jBs_WFE3N4vFS30l7GZCPUEKgzeZhylSF5TH8wSRW1lx3PEiL_rEv/s320/miniaturas_Ezquerra.jpg" width="320" /></a>-ANSUÁTEGUI, Antonio (seudónimo de Francisco F. Mateu): <i>Los últimos cien días de Berlín</i>, Barcelona, Mateu, 1945.<br />
-BEEVOR, Antony: <i>Berlín, la caída. 1945</i>, Barcelona, Crítica, 2002.<br />
-EZQUERRA, Miguel: <i>Berlín, a vida o muerte</i>, Barcelona, Acervo, 1975.<br />
-NART, Javier: “El jefe español de las SS”, en <i>Interviú</i>, 10-16 de noviembre de 1982.<br />
-PUENTE. Moisés: <i>Yo, muerto en Rusia (Memorias del alférez Ocañas de la División Azul)</i>, Madrid, San Martín, 2003.<br />
-SANZ JARQUE, Juan José: <i>Del Ebro a Volchof</i> (3 vols.), Madrid, Actas, 2010-2012.<br />
-VADILLO, Fernando: <i>Los irreductibles</i>, Alicante, García Hispán, 1993.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-50767447290562640582015-09-28T19:41:00.003+02:002020-10-30T11:09:06.123+01:00Paco Ponzán, un grito de libertadDe uno de los laterales de la gran Place d’Europe, en el corazón de <b>Toulouse</b>, nace una rectilínea alameda que se adentra en los jardines Compans Caffarelli, un inmenso espacio verde siempre frondoso gracias al húmedo aliento del cercano río Garona. A mediados de 2010 esa serena arboleda, propicia para la meditación y el descanso, y hasta entonces innominada, fue bautizada por las autoridades locales.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUbzsDWSe0XWnwR3xgWAgUtOZHyYPV_c4KhV9wG4z6u2tpvg6duJPr4RxMrygu65W6fM7vcaOR4kiaMP89Kchv5edtFiqfunQMIbRQOWv49S98vvdc26mABZuA8i76q1HXAM5vfZYI3MK_/s1600/Placas-conmemorativas-de-Ponz%25C3%25A1n-en-el-Parque-Compans-Caffarelli-de-Toulouse.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUbzsDWSe0XWnwR3xgWAgUtOZHyYPV_c4KhV9wG4z6u2tpvg6duJPr4RxMrygu65W6fM7vcaOR4kiaMP89Kchv5edtFiqfunQMIbRQOWv49S98vvdc26mABZuA8i76q1HXAM5vfZYI3MK_/s320/Placas-conmemorativas-de-Ponz%25C3%25A1n-en-el-Parque-Compans-Caffarelli-de-Toulouse.jpg" width="214" /></a>Al acto acudió el alcalde socialista de la ciudad acompañado de su antecesor, conservador, pues se pretendía rendir tributo a quien todos en el lugar consideran un legendario héroe de la <b>Resistencia </b>durante la ocupación nazi del país, en la<b> II Guerra Mundial</b>. Alguien que, al concluir la brutal contienda, recibió unánimes y públicos elogios de los máximos dirigentes de las potencias aliadas como muestra de reconocimiento y admiración.<br />
<br />
Entre otras distinciones, fue laureado por Francia con la Medalla de la Resistencia, la Cruz de Guerra y el grado de capitán de sus fuerzas armadas; el Reino Unido le otorgó la Insignia de la Hoja de Laurel de la Corona, que sólo en muy excepcionales ocasiones se concede a los no nacionales, y la Medalla del Rey por el Valor en la Causa de la Libertad; y el gobierno de los Estados Unidos hizo solemne entrega de un Certificado de Gratitud firmado por el presidente Dwight D. Eisenhower, comandante en jefe de las tropas que combatieron a Hitler en Europa.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglnvYKBqqNyIKnV3aaaS1lTVrbLG63NNFaMseXJBy2dAD1Nzgsk7JNhCFQVXdEoUg7FLIse_PyzWT4Yg6vv-jItk1a27qYHYELjcdcyiZxMm8JO3BNofeJ-UKn_miNX7wHnUSMDicumhwR/s1600/reconocimientodeeisenho.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglnvYKBqqNyIKnV3aaaS1lTVrbLG63NNFaMseXJBy2dAD1Nzgsk7JNhCFQVXdEoUg7FLIse_PyzWT4Yg6vv-jItk1a27qYHYELjcdcyiZxMm8JO3BNofeJ-UKn_miNX7wHnUSMDicumhwR/s320/reconocimientodeeisenho.png" width="192" /></a>Ese luchador ya mítico se llamó <b>Francisco Ponzán Vidal</b>, aunque en la clandestinidad también era conocido por varios alias: <i>Vidal</i>, <i>Paco</i>, <i>Gurriato</i>, <i>El gafas</i> o <i>El maestro de Huesca</i>. Y como este último apodo indica, no era francés sino que, como el propio Garona, hundía sus raíces en Aragón, una saturniana tierra donde no hay calles con su nombre ni ningún monumento en una plaza como homenaje; donde sólo un puñado de fervorosos incondicionales intenta que el sañudo olvido no consiga aventar el recuerdo de quien arriesgó su vida, todos los días durante varios años, para rescatar de la barbarie más infame a cientos de personas armado, sobre todo, con su audacia y su inteligencia.<br />
<br />
Los padres de Paco Ponzán vivieron una primera madurez viajera. Su progenitor, Agapito, natural de Sena, un maestro ilustrado que nunca ejerció, era empleado de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, <i>la Norte</i>, una empresa ferroviaria creada en 1858 que se extendió por gran parte de la mitad septentrional del país hasta ser nacionalizada y absorbida por RENFE en 1941.<br />
<br />
Escoltado siempre por su esposa Tomasa, nacida en la capital oscense, su trabajo le obligó a constantes traslados. Así, la familia vivió breves estancias en Asturias, Cataluña y Castilla hasta su definitivo regreso a <b>Huesca</b>, cuando Paco, llegado al mundo en Oviedo el 30 de marzo de 1911, había cumplido ya los dos años.<br />
<br />
Su infancia en el Alto Aragón se vio marcada por el temprano fallecimiento de su padre, en 1919, en la terrible epidemia de la llamada “gripe española”. Tomasa, mujer religiosa, lo matriculó en el colegio de los Salesianos para que aprendiera las primeras letras. Pese a estar en todo momento arropado por su madre y sus cuatro hermanas, el único varón de la casa no se amoldó a las exigencias del centro y, tras varios cursos, acabó por abandonarlo. Entró entonces como aprendiz en la imprenta y librería <i>Iglesias </i>(hasta hace poco abierta, aunque sólo como librería), donde cristalizó su amor por los libros. Se convirtió en un lector insaciable y decidió retomar sus estudios.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi43ZRU7O20SH7Pw2gKD9jVh-Y7_dp8VE1I4f2MJfJCmF54Qiuh8npjMaIvQunCS-bfqY1qoyYe6CfI1o8JYPLJKlJRWCYR2mJRihgMITCR2RqQ5VePl6SkuWrwlko_hZzwx-E0fLPAsNCI/s1600/Huesca_Iglesias.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi43ZRU7O20SH7Pw2gKD9jVh-Y7_dp8VE1I4f2MJfJCmF54Qiuh8npjMaIvQunCS-bfqY1qoyYe6CfI1o8JYPLJKlJRWCYR2mJRihgMITCR2RqQ5VePl6SkuWrwlko_hZzwx-E0fLPAsNCI/s400/Huesca_Iglesias.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Tras superar un examen, con tan sólo 14 años ingresó en la Escuela Normal de Huesca para estudiar Magisterio. Allí coincidió con un compañero que se convertiría en el hermano que no había tenido, Evaristo Viñuales, y también con un profesor de los que se guarda memoria de por vida, de los que son capaces de abrir surcos en el pensar de sus alumnos y plantar en ellos ubérrimas semillas, <b>Ramón Acín</b>. Militante anarquista desde muy joven, un Acín ya maduro se había dado cuenta de que la auténtica revolución, la única que podía dar frutos perennes, era la de la enseñanza. Estaba al corriente de las teorías pedagógicas más avanzadas y en su quehacer diario primaba la formación integral de la persona sobre los contenidos del temario.<br />
<br />
Su ejemplo de honestidad, trabajo, generosidad, confianza en el ser humano y compromiso con los más humildes alentó a Ponzán a seguir su estela. Y sus desatadas ansias de justicia social, en una España donde reinaba la miseria, le llevaron a implicarse de forma apasionada en todo tipo de actividades “subversivas”: mítines, algaradas estudiantiles, apoyo a huelgas, sabotajes a pequeña escala… Se afilió a la <b>CNT </b>y la policía no tardó en estar tras sus pasos.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCeEbYJgRacSFkuNrfo8-2S51FXuLbcnnIa1B6sFej9Yzwfzat6Ofv7_rdfs_RM34bZ56iVFEexPdhrz0x52_re-GfDR-bJ7YSgsKjdPPcU68blBl7Zm3QtK-TrnDxDU50K4uFEP5rQYXe/s1600/Francisco_Ponzan_Vidal.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCeEbYJgRacSFkuNrfo8-2S51FXuLbcnnIa1B6sFej9Yzwfzat6Ofv7_rdfs_RM34bZ56iVFEexPdhrz0x52_re-GfDR-bJ7YSgsKjdPPcU68blBl7Zm3QtK-TrnDxDU50K4uFEP5rQYXe/s320/Francisco_Ponzan_Vidal.jpg" width="211" /></a>En la alborada de su vida adulta, con 18 años y sus estudios ya concluidos, inició su carrera de maestro. Su primer destino, provisional, fue Ipás, un pequeño pueblecito próximo a Jaca. Unos cursos después, fue enviado más al Sur, a Castejón de Monegros, una localidad ya mucho mayor, al Este de la sierra de Alcubierre.<br />
<br />
Sus tareas docentes no le impidieron seguir con su participación en acciones políticas o de protesta, lo que se tradujo en repetidas visitas a prisión, donde eran habituales los malos tratos. Fue encarcelado en 1930, tras la sublevación militar de Jaca contraria a la monarquía; en 1932, por su apoyo a los trabajadores en huelga de una empresa química de Sabiñánigo; a finales de 1933, cuando se encontraba en Zaragoza para alentar una revuelta libertaria; y en 1934, acusado de complicidad en la fuga de varios presos anarquistas de la cárcel de Huesca.<br />
<br />
A pesar de todos esos “contratiempos” pudo obtener por oposición una plaza de maestro en propiedad, si bien tuvo que desplazarse hasta Galicia. Estuvo una temporada como educador en el municipio coruñés de Mazaricos, en concreto en la parroquia de Os Baos (que en 1966 fue desalojada y anegada por las aguas del embalse de Fervenza, construido para dotar de energía hidroeléctrica a una fábrica metalúrgica). Y, en enero de 1936, dejó el interior para ejercer su profesión a orillas del mar, en Camelle, un caserío pesquero de la indómita <i>Costa da Morte</i> perteneciente al concejo de Camariñas. Allí donde fue, se adhirió a la sección local de la CNT.<br />
<br />
Ese año, al terminar el curso académico, se dispuso a pasar sus vacaciones con la familia. Y en Huesca se encontraba cuando se produjo la insurrección militar del 18 de julio. Ante tal trance, nutridos grupos de militantes de izquierda, algunos llegados de localidades cercanas, se congregaron ante el edificio del gobierno civil oscense. Hubo una reunión con el gobernador, Agustín Carrascosa, para convencerle de que repartiera armas entre la población con el fin de defender la legalidad republicana. Sin embargo, éste, como otros, no calibró bien la gravedad del suceso y se negó. Paco Ponzán, que como una moderna Casandra vaticinó la tragedia que se avecinaba, era partidario de tomarlas por la fuerza. Pero su antiguo preceptor, Acín, refrenó su desbocado ímpetu y le rogó prudencia. Su moderación le costaría la vida.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIp4j2e7Rq6TOTOLgJCvvmOvX48exqX3vTK_0TwAnkKQfQWTuWXykF62JnR41M_HPTNWhSFkCjZ80nv-1mWEm7HlpW_mlIlcmuqoCmNpA01N5zqdoN1QKhYallLRBITvSESkDbrKV5finT/s1600/_screenshot2_88af9992.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIp4j2e7Rq6TOTOLgJCvvmOvX48exqX3vTK_0TwAnkKQfQWTuWXykF62JnR41M_HPTNWhSFkCjZ80nv-1mWEm7HlpW_mlIlcmuqoCmNpA01N5zqdoN1QKhYallLRBITvSESkDbrKV5finT/s320/_screenshot2_88af9992.png" width="246" /></a>Con sólo uno de los bandos enfrentados armado, los partidarios del fallido golpe de Estado pronto controlaron la situación y comenzaron la supresión sistemática de sus oponentes. No hubo ninguna clemencia. Las consignas dictadas por el general Mola eran claras: “es necesario propagar una atmósfera de terror. Hay que extender la sensación de dominancia eliminando sin escrúpulos a todo aquel que no piense como nosotros”.<br />
<br />
Ramón Acín estuvo entre los primeros en ser asesinados, el 6 de agosto. El día 23, Conchita, su esposa, formaba parte de una tanda de casi un centenar de republicanos, incluidas once mujeres, que serían paseados por la ciudad y luego ejecutados.<br />
<br />
Paco Ponzán consiguió abandonar Huesca cuando se hizo evidente que todo estaba perdido. A escondidas, caminando por la noche, encontró abrigo en casas de amigos de Chibulco y San Julián de Banzo, hasta alcanzar Angüés, en zona republicana. Su hermana <b>Pilar</b>, asimismo maestra, no tuvo tanta fortuna. Fue detenida y recluida en el jacetano fuerte de Rapitán.<br />
<br />
El vacío de poder que se originó en el Aragón fiel a la República al inicio de la <b>Guerra Civil</b> hizo posible la constitución, en octubre de 1936, del denominado Consejo de Aragón, una entidad política regida, de forma mayoritaria, por dirigentes de la CNT. En él, Ponzán ocupó en un principio la cartera de Transportes y Comunicaciones, aunque más tarde pasó a ser auxiliar de su amigo Evaristo Viñuales en la de Información y Propaganda.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8DrHPL37PwPmGV6QluBKU7R-n8OCvmHPHLSdUjIi6eog_3veS2GKZQluK-W5yPNKRNInIMr7hNCLohWAXvfsuZJqWwyGxu75CtPYBGzl_NvfxSyfY23yy02U7C9fJ_BqB0oqbIF-yFzen/s1600/francisco-ponz%25C3%25A1n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8DrHPL37PwPmGV6QluBKU7R-n8OCvmHPHLSdUjIi6eog_3veS2GKZQluK-W5yPNKRNInIMr7hNCLohWAXvfsuZJqWwyGxu75CtPYBGzl_NvfxSyfY23yy02U7C9fJ_BqB0oqbIF-yFzen/s320/francisco-ponz%25C3%25A1n.jpg" width="241" /></a>La sede del Consejo se fijó en Caspe, donde Paco conoció a <b>Palmira Pla</b>, una maestra de Cretas que organizaba unas colonias escolares en las que amparar de cotidianos horrores a los más pequeños, aunque fuera sólo por unos días. E iniciaron una relación que sembrarían de obstáculos la locura, el odio y la sinrazón de las armas.<br />
<br />
En el verano de 1937, tras los enfrentamientos en Cataluña entre partidarios de la revolución social (CNT-FAI y POUM) y aquellos que consideraban prioritario ganar la guerra, además de ver con recelo las políticas aplicadas por los anarcosindicalistas (Gobierno, Generalitat y PSUC), las autoridades republicanas decidieron disolver el Consejo de Aragón.<br />
<br />
Viñuales y Ponzán se integraron entonces en la 127 Brigada Mixta, dirigida por un viejo conocido de ambos, Máximo Franco, natural de Alcalá de Gurrea. En esa unidad operaba desde el inicio del conflicto un pequeño grupo guerrillero, formado sólo por aragoneses, autodenominado <i>Libertador</i>. Y en él encontró Ponzán, un hombre de acción alejado del frente por su acentuada miopía, el medio ideal para dar lo mejor de sí mismo en pro de la causa republicana.<br />
<br />
El grupo, que se integró en el Servicio de Información Especial Periférico (SIEP), estaba especializado en arriesgados golpes de mano tras las líneas enemigas, donde mantenía una red de contactos encubiertos. Entre sus tareas destacaban el salvamento de evadidos, la voladura de puentes, vías férreas y otras líneas de comunicación, y la obtención de datos actualizados sobre movimientos de tropas y su composición. Ponzán, con el grado de teniente, pasó a preparar y coordinar sus misiones, así como a notificar su resultado al Estado Mayor.<br />
<br />
A medida que el frente de guerra fue moviéndose hacia el Este, empujado por las ofensivas del ejército de Franco, también se trasladó el campo de acción de los miembros de <i>Libertador</i>. Ya en Cataluña, incorporó a sus filas a varios combatientes locales, conocedores del idioma y el terreno. Pero en 1939 nada pudo evitar el derrumbe definitivo de una República desbaratada y el 10 de febrero Ponzán, con sus hombres, cruzaba la frontera con Francia por la localidad gerundense de Puigcerdá para alcanzar Bourg-Madame, no muy lejos del Principado de Andorra.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA3X96C6edDtFvkmSdF7aoxrtwJBuDREd3OWFLPpIj5FmFVDXrutXIb1iplZRiZ3xT-lyU6vb-HVwi-OdFPlDyDyatvHqMpwV2beMj_XXuFLypuLRrByQK1vvwOijmps4aBV2sW0faV6e-/s1600/+Ponz%25C3%25A1n+01b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="252" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA3X96C6edDtFvkmSdF7aoxrtwJBuDREd3OWFLPpIj5FmFVDXrutXIb1iplZRiZ3xT-lyU6vb-HVwi-OdFPlDyDyatvHqMpwV2beMj_XXuFLypuLRrByQK1vvwOijmps4aBV2sW0faV6e-/s320/+Ponz%25C3%25A1n+01b.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Antes de ser interceptados por los gendarmes franceses, lograron ocultar sus armas, ya que albergaban la esperanza de seguir el combate contra el franquismo en un futuro próximo. Después, fueron conducidos al campo de internamiento de Vernet d'Ariège, unos kilómetros al Sur de Toulouse.<br />
<br />
Edificado como campo de prisioneros en la I Guerra Mundial, Vernet d'Ariège se convirtió en un centro disciplinario en el que fueron confinados “extremistas” españoles y miembros de las Brigadas Internacionales. Entre sus más afamados moradores figuraron el escritor Max Aub (que plasmó su desolador testimonio en <i>Laberinto mágico</i> y <i>Manuscrito cuervo</i>) y el cartelista Luis García Gallo, quien había colaborado en la publicación de Felipe Alaiz <a href="http://www.fundacionacin.org/comun/pdf/vida_y_muerte.pdf"><i>Vida y muerte de Ramón Acín</i></a> y fue, años más tarde, reconocido dibujante de cómics en Francia con el seudónimo de <i>Coq </i>(trabajó con Goscinny en series tan populares como <i>Yvette</i>, <i>La Fée Aveline</i> y <i>Docteur Gaudéamus</i>).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEZbFxEcT5wji3zrEvPpiWRJX6OcC8NdlNDY9C0ycGX2yvzp36CQazyh4XlEDfw3aTyM7r2s00UZTBcomPijmCU1dPmMg7lfm553_v3sdeAIa6Yk8mvBMpiTzRiXgnLI1qvaaFA7K_ghJ7/s1600/vernet1.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEZbFxEcT5wji3zrEvPpiWRJX6OcC8NdlNDY9C0ycGX2yvzp36CQazyh4XlEDfw3aTyM7r2s00UZTBcomPijmCU1dPmMg7lfm553_v3sdeAIa6Yk8mvBMpiTzRiXgnLI1qvaaFA7K_ghJ7/s320/vernet1.JPG" width="320" /></a></div>
Aun cuando seguía internado, dados su experiencia y sus éxitos anteriores, la dirección de la CNT encargó a Ponzán organizar el paso a Francia de los anarquistas prófugos en España, así como de los huidos de los campos de concentración creados por los vencedores de la Guerra Civil. En busca de nuevos agentes, guías, enlaces, alojamientos y documentación, varios de sus colaboradores escaparon de Vernet d'Ariège, de donde el propio Ponzán pudo salir gracias a un contrato de trabajo, como mecánico, que le ofreció un activista francés de izquierdas, Jean Bénazet, afincado en Varilhes.<br />
<br />
Allí se estableció de modo temporal y allí se reencontró con su hermana Pilar, quien llegó acompañada de la viuda y la pequeña hija de Evaristo Viñuales. Éste y Máximo Franco, atrapados en el puerto de Alicante junto a un aluvión de miles de republicanos desahuciados, se habían suicidado, cogidos de la mano, el 1 de abril de 1939 (“el día de la Victoria”) antes de dejarse atrapar por las tropas italianas enviadas por Mussolini, que los tenían cercados.<br />
<br />
Pilar, al contrario que muchos compañeros, había logrado esquivar la condena a muerte tras ser sometida a un consejo de guerra y, meses más tarde, formó parte de un canje de prisioneros. En ambas ocasiones, es más que probable que su “buena suerte” estuviese ligada a Carmen, otra de las hermanas Ponzán, casada con un militar que se había sumado a la sublevación del 36.<br />
<br />
Cuando Pilar se trasladó a Varilhes, en enero de 1940, la II Guerra Mundial daba sus primeros pasos. El fuego de la sangrienta tragedia que había abrasado España se reavivaba con gran fuerza, ahora por todo el planeta.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAWrkX66PVzb9hupuLKfwW9UdeRNvouZK-txEZzFClpQc-PJl-ehwLuBMxMF7fNwrFxoXeCbPsnl-Clz4g_Pha8HF_8EpYTUxUn9q3OiQ-YWrSeftVa8WkFAZg7tZrINvTCN9IWKvuGZn3/s1600/Philippe_Petain_y_Adolf_Hitler.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAWrkX66PVzb9hupuLKfwW9UdeRNvouZK-txEZzFClpQc-PJl-ehwLuBMxMF7fNwrFxoXeCbPsnl-Clz4g_Pha8HF_8EpYTUxUn9q3OiQ-YWrSeftVa8WkFAZg7tZrINvTCN9IWKvuGZn3/s320/Philippe_Petain_y_Adolf_Hitler.jpg" width="320" /></a></div>
En mayo de ese mismo año Paco cruzó furtivamente la frontera para establecer nuevos contactos en el Alto Aragón e intentar liberar a camaradas detenidos. En las cercanías de Boltaña se topó con una patrulla militar y resultó herido. Amigos de la zona lo curaron y escondieron hasta que pudo regresar a Francia. Sólo unos días después, el 14 de junio, los nazis entraban en París y el 22 se firmó el armisticio que dividía Francia en dos zonas, una ocupada por los alemanes y otra bajo el control de un régimen que colaboraba con ellos, dirigido por el mariscal Pétain.<br />
<br />
Pétain y Franco se habían conocido en Marruecos, en los años 20, y se profesaban mutua admiración. De hecho, Pétain fue el primer embajador francés ante el Gobierno franquista, antes de que acabara la Guerra Civil. Si la acogida de los franceses a los exiliados españoles había sido, salvo excepciones, desabrida y recelosa, la situación a partir de ese momento se hizo todavía más tensa.<br />
<br />
En septiembre de 1940, los Ponzán se trasladaron a Toulouse, una gran ciudad, donde sus actividades en favor de los anarquistas fugitivos podían pasar más inadvertidas. Sin embargo, el Servicio de Inteligencia británico consiguió localizarlos. Desde el inicio de la contienda mundial, numerosos militares del bando aliado que huían de los alemanes buscaban la manera de alcanzar un refugio. En poco tiempo se había logrado trenzar una trama de casas y personas de confianza que facilitaban su viaje hacia el mediodía francés como única escapatoria posible, pues al Oeste se extendía el mar y por el Norte y el Este, el enemigo. Pero ante ellos se alzaban dos obstáculos difíciles de franquear: la frontera española y los Pirineos.<br />
<br />
Para poner a salvo a docenas de hombres en peligro embolsados en Marsella y sus alrededores, los impulsores de esa cadena de evasión, el capitán escocés Ian Garrow y el general belga Albert Guérisse, cuyo alias <b><i>Pat O’Leary</i></b> daría nombre a la organización, solicitaron la ayuda de Paco y sus montaraces colaboradores. Curtidos luchadores, idealistas e irreductibles, acostumbrados a sortear tanto fusiles enemigos como quebrados riscos, eran los únicos capaces de hacer permeables las montañas y filtrar hasta territorio español a los hostigados por los nazis, e incluso conducirlos a grandes ciudades como Barcelona, desde donde los consulados británico y belga los podían trasladar hasta Gibraltar o Portugal.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG0Mbet_kzDf0BpV4vLU656f-DkFgd0dDvEpdwfuWzkziLEIx7R6jxv3h39vyml_DuIe45SbUSEBduJblljL64kjp1sdC_Gw1uHWSqcVT2BnauH3E5llwOnqwVoKKMv01bblw_Fx6giDVa/s1600/Ponzanteam.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="164" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG0Mbet_kzDf0BpV4vLU656f-DkFgd0dDvEpdwfuWzkziLEIx7R6jxv3h39vyml_DuIe45SbUSEBduJblljL64kjp1sdC_Gw1uHWSqcVT2BnauH3E5llwOnqwVoKKMv01bblw_Fx6giDVa/s320/Ponzanteam.png" width="320" /></a></div>
<br />
Los dirigentes anarquistas en el exilio, el llamado Consejo General del Movimiento Libertario, se opusieron a colaborar con quienes habían abandonado a la República española a su suerte y desautorizaron la operación. Pero Paco, a pesar de los mutuos recelos, desoyó la decisión y aceptó prestar su apoyo. Con amigos entre comunistas, socialistas y liberales, su prioridad era la desaparición de la dictadura franquista y estaba convencido de que la derrota de Hitler precipitaría, a continuación, la caída de sus correligionarios españoles. Además, no era sólo la libertad de Francia o de Gran Bretaña lo que estaba en juego. La negrura del totalitarismo se cernía sobre todo el mundo.<br />
<br />
La red dirigida por Ponzán se puso, por tanto, al servicio de los aliados, encargados a partir de ese momento de su armamento y financiación. Un flujo constante de civiles y militares, en especial pilotos derribados, fue guiado a lugares seguros por anarquistas españoles a través de desfiladeros pirenaicos o bien desde playas mediterráneas. Británicos, polacos, holandeses, belgas, checos, griegos, yugoslavos, estadounidenses…<br />
<br />
Sólo Ponzán, el organizador, estaba al tanto de todos los detalles. Sus hombres ni sabían ni querían saber más que lo imprescindible para llevar a cabo cada trabajo, con el fin de no tener nada que contar si eran atrapados. Hubo misiones centradas en socorrer a un solo individuo, como un general inglés que fue acompañado hasta la Ciudad Condal. Y también las hubo con grupos numerosos, que precisaban una infraestructura diferente, como la que ayudó a cruzar a España a 62 judíos que, en su mayoría, llegaron con bien a su destino (un anciano murió de agotamiento en la montaña y un joven tropezó y se despeñó).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6uCUxF1nvcIEjF53uXfly20hx0W-m71s14nLi7Jw0jZn7aNBKj2cMv35iuZVQJHwlQNn3IUC5thb6PmRNz2_u5VGZt8n0oAbv1rXJBaCKEVyNUAk6jNeAo8LKQLzaGwYLt_3K3fzwJPM4/s1600/PHOad25155e-2d02-11e3-ab56-e44970771e5b-805x453+-+Copie.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6uCUxF1nvcIEjF53uXfly20hx0W-m71s14nLi7Jw0jZn7aNBKj2cMv35iuZVQJHwlQNn3IUC5thb6PmRNz2_u5VGZt8n0oAbv1rXJBaCKEVyNUAk6jNeAo8LKQLzaGwYLt_3K3fzwJPM4/s320/PHOad25155e-2d02-11e3-ab56-e44970771e5b-805x453+-+Copie.jpg" width="320" /></a></div>
Antes de partir, se facilitaba a los huidos documentación falsa de impecable factura y, de ser necesario, ropa nueva o réplicas exactas de uniformes. De forma temporal, se alojaban en pisos francos o de personas amigas. Y no fue raro que algunos se cobijaran en la propia residencia de los Ponzán. Allí, cuando era posible, Paco intentaba ahuyentar los mordiscos del miedo con bromas o con conversaciones sobre Literatura, en particular sobre autores renacentistas europeos y del Siglo de Oro español, como evocaría tiempo después uno de sus asistentes más cercanos, Salvador Aguado (tras la guerra se exilió en Hispanoamérica y fue profesor en varias Universidades; publicó un ensayo sobre el <i>Lazarillo </i>que dedicó a Ponzán, en recuerdo de sus charlas).<br />
<br />
En junio de 1941 fue detenido Ian Garrow, hecho que no frenó la actividad de Ponzán y sus hombres. Su sangre fría y su pericia les permitían maniobrar con destreza en un entorno cenagoso, habitado por arribistas, confidentes, espías y agentes dobles. Sobornos y traiciones se entremezclaban con la desesperación y las ganas de vivir. La policía de Vichy estaba al acecho y era fácil cometer un error o que alguien aprovechara la desgracia ajena para conseguir dinero, salvar la propia vida o la de algún allegado, a cualquier precio y de cualquier manera.<br />
<br />
En octubre de 1942, Paco y Pilar Ponzán, junto a otros activistas españoles, fueron descubiertos y arrestados. Por fortuna, pese al minucioso registro de su domicilio, no fueron halladas ni las armas que guardaban ni los útiles para falsificar documentos.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX3UOxlOrmRVfbVjNmv5KrcGx2UTN29iJcC57iLI6TCmw2ZU93v-zF1kJXE5Hoxqv6uC0JNdriVuLtBdv5aBpyBBzaFAMwW6X9AUYilOE7_oyxRNrm6RQOBO7VlRC7anr5OBv13BTfuu0Q/s1600/controlenlafronteradepezj6.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX3UOxlOrmRVfbVjNmv5KrcGx2UTN29iJcC57iLI6TCmw2ZU93v-zF1kJXE5Hoxqv6uC0JNdriVuLtBdv5aBpyBBzaFAMwW6X9AUYilOE7_oyxRNrm6RQOBO7VlRC7anr5OBv13BTfuu0Q/s320/controlenlafronteradepezj6.jpg" width="320" /></a>Los hombres fueron enclaustrados de nuevo en el campo de Vernet d'Ariège, reconvertido por los alemanes en centro de reagrupación para familias judías “en tránsito”. Sin embargo, sólo estuvieron en él unas semanas. Agentes de los servicios secretos franceses, que jugaban con dos barajas al ver que la guerra no tenía vencedor claro, se presentaron con falsas órdenes de traslado y lograron liberarlos.<br />
<br />
Tras su salida, Ponzán retomó su arriscada lucha en favor de los perseguidos por los nazis, aunque ésta se volvió todavía más complicada. En noviembre de 1942 la seguridad interna, las fronteras y la policía de toda Francia quedaron bajo mando de la Gestapo y las SS, secundadas por milicias locales ultraderechistas. Todo el mundo se convirtió en sospechoso; todo el mundo tenía pánico de que alguien llamara a golpes a la puerta de su casa o de que un coche se parara de pronto en la calle, a su lado. Significaba el fin.<br />
<br />
Un antiguo legionario francés a sueldo de los alemanes logró infiltrarse en la organización y delató a gran parte de sus componentes. Unas cien personas acabaron encarceladas. La mayoría fueron torturadas y ejecutadas. Otras, conducidas a campos de exterminio alemanes, un infierno en el que muy pocos sobrevivirían. Albert Guérisse fue apresado en marzo de 1943 (cautivo en Dachau y Mauthausen, lograría salvar la vida) y Ponzán pasó a ser el hombre más buscado de Toulouse. Convenció a sus más cercanos compañeros para que escaparan, pero él permaneció en la ciudad. Además de su tarea clandestina, le preocupaba su hermana Pilar, que seguía recluida.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrh8iEL3al9R4a-u_DDuE-8docFTBl_l9SfVzrjpnBHK8RW90c46Q6IOGBhrhYoK4AJ8whgzoTovCCEMrkRri_01g-BGp9i4PnnBop6LIQgEcCAEuIfmx5G0c_yiC66Tdho-8IHV4RPNiW/s1600/+Ponz%25C3%25A1n+02b.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrh8iEL3al9R4a-u_DDuE-8docFTBl_l9SfVzrjpnBHK8RW90c46Q6IOGBhrhYoK4AJ8whgzoTovCCEMrkRri_01g-BGp9i4PnnBop6LIQgEcCAEuIfmx5G0c_yiC66Tdho-8IHV4RPNiW/s200/+Ponz%25C3%25A1n+02b.jpg" width="153" /></a>Se cambió el peinado, las gafas y se dejó bigote para pasar inadvertido. Aun así, el 28 de abril de 1943 un policía lo paró por la calle porque le sonaba su cara. Aunque no lo reconoció, al ir indocumentado, lo detuvo. Estuvo varios meses encarcelado, como un preso anónimo, a la espera de juicio. Pero en aquel tiempo la muerte hablaba alemán y estaba siempre al acecho. Alguien lo identificó, la Gestapo lo reclamó y el intendente general de la policía, Pierre Marty, quien sería fusilado al acabar la guerra, se lo entregó.<br />
<br />
En cuanto se enteró de su detención, Palmira Pla abandonó Chartres, donde se había afincado y trabajaba como costurera, para instalarse en Toulouse. Sin camaradas que pudiesen auxiliarlo, ella era su único y efímero consuelo. Lo pudo ver a lo lejos durante su juicio y, cada cierto tiempo, le llevaba comida y ropa limpia a la cárcel.<br />
<br />
En el verano de 1944 Pilar se unió a Palmira, tras aprovechar un motín generalizado para escapar del campo de Gurs junto a otras españolas. Por desgracia, la primera visita de la pareja al penal fue baldía. Paco ya no estaba allí.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3PAQbNxO-5KeEGMJ3rjvecJjSTUd6SZDUrhJHy0dfwoioaQjnLu4iJyJ0QvCpaXyEN97K9Tm7_eEeFCIritIjDSnTdMBtTxYMOVCLJi7L8Fh7Exc_o9FaBOcBUlGynNoGL_NbJZqBH10C/s1600/ToulouseLibere.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3PAQbNxO-5KeEGMJ3rjvecJjSTUd6SZDUrhJHy0dfwoioaQjnLu4iJyJ0QvCpaXyEN97K9Tm7_eEeFCIritIjDSnTdMBtTxYMOVCLJi7L8Fh7Exc_o9FaBOcBUlGynNoGL_NbJZqBH10C/s320/ToulouseLibere.jpg" width="320" /></a><br />
El 17 de agosto de 1944, dos días antes de que los alemanes abandonaran Toulouse en retirada y cuando ya se combatía en sus calles, seleccionaron a una cincuentena de presos a los que no querían dejar atrás y los montaron en camiones. Al llegar al bosque de Buzet-sur-Tarn, a unos 30 km de la ciudad, el convoy paró y los hicieron bajar. Nadie sabe bien qué sucedió allí. En casas cercanas se oyeron ráfagas de ametralladora y, poco después, los vecinos vieron alzarse tres enormes columnas de humo, antes de que los vehículos regresaran en dirección a Toulouse.<br />
<br />
Parece ser que, tras ametrallarlos, habían hecho tres pilas con los cuerpos de muertos y moribundos, las habían rociado de gasolina y les habían prendido fuego. Entre los vestigios carbonizados, hermanados ya para siempre, se encontraban los de Paco Ponzán. No pudo cumplirse, por tanto, una de sus últimas voluntades, reflejadas en el testamento autógrafo que dejó en prisión: <i>Deseo que mis restos sean trasladados un día a tierra española y enterrados en Huesca, al lado de mi maestro, el profesor Ramón Acín, y de mi amigo Evaristo Viñuales</i>.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIuGj7IrLn0quh5cp70jnb2ur_d71q8vCzRQoIpIITh99JVaIuxTcw3PXX8c35xiqP-zwumNa4FWJl1RdC1KrBRO_P2YLAtbbKThVxrgFfuofF40PL-GiTZF12SvSr3inhzVeM4qAxGmVz/s1600/px-Francisco_Ponzan.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="221" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIuGj7IrLn0quh5cp70jnb2ur_d71q8vCzRQoIpIITh99JVaIuxTcw3PXX8c35xiqP-zwumNa4FWJl1RdC1KrBRO_P2YLAtbbKThVxrgFfuofF40PL-GiTZF12SvSr3inhzVeM4qAxGmVz/s320/px-Francisco_Ponzan.jpg" width="320" /></a></div>
Tras la liberación de Francia, se sucedieron los homenajes y los reconocimientos póstumos. Se calcula que Ponzán y sus hombres, muchos aragoneses, sacrificaron sus vidas para salvar la de alrededor de 3000 personas de forma directa (más o menos, el triple que las salvadas por el mundialmente conocido Oskar Schindler) y muchísimas más de forma indirecta, pues actuaron incontables veces como correo de informaciones clave para el desarrollo de la guerra.<br />
<br />
Sin embargo, quienes celebraron su coraje y sus obras le negaron su máxima ambición, acabar con la dictadura de Franco, que se prolongaría durante décadas.<br />
<br />
<b>Para saber más</b>:<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5Em0-kqWY_qgak93iZVM0WM2GVIrShgPsZzC3Q_w93ifGQTQCYBvOBdrXShMgHQkY2FT4LFz0AfzFWagqoT6xGRbgoF6itNbOwaSFg5Lq9MOhfYsND39R-z1Fdm7GYLZIw7Y5yplFv7eT/s1600/lucha-y-muerte-por-la-libertad.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5Em0-kqWY_qgak93iZVM0WM2GVIrShgPsZzC3Q_w93ifGQTQCYBvOBdrXShMgHQkY2FT4LFz0AfzFWagqoT6xGRbgoF6itNbOwaSFg5Lq9MOhfYsND39R-z1Fdm7GYLZIw7Y5yplFv7eT/s320/lucha-y-muerte-por-la-libertad.jpg" width="228" /></a></div>
-BROME, Vincent: <i>L'histoire de Pat O'Leary</i>, París, Amiot-Dumont, 1957 (versión inglesa: <i>The Way Back. The Story of Lieut-Commander Pat O'Leary</i>, Londres, The Companion Book Club, 1958).<br />
-CLAVET, Josep: <i>Las montañas de la libertad</i>, Madrid, Alianza, 2010.<br />
-JUAN, Víctor: <i>Por escribir sus nombres</i> (novela), Zaragoza, Prames, 2007.<br />
-MONTSENY, Federica: <i>Pasión y muerte de los españoles en Francia</i>, Toulouse, Espoir, 1969.<br />
-PONS PRADES, Eduardo: <i>Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial</i>, Madrid, La Esfera de los Libros, 2003.<br />
-PONZÁN, Pilar: <i>Lucha y muerte por la Libertad, 1936-1945</i>, Barcelona, Tot Editorial, 1996.<br />
-SÁNCHEZ AGUSTÍ, Ferrán: <i>Espías, contrabando, maquis y evasión. La II Guerra Mundial en los Pirineos</i>, Lérida, Milenio, 2003.<br />
-TÉLLEZ, Antonio: <i>La Red de Evasión del Grupo Ponzán. Anarquistas en la guerra secreta contra el franquismo y el nazismo (1936-1944)</i>, Barcelona, Virus, 1996.<br />
-VV.AA.: <i>La España exiliada de 1939</i>, Zaragoza, IFC, 2001.<br />
-<i>Francisco Ponzán, el resistente olvidado</i> (vídeo documental): <a href="https://www.youtube.com/watch?v=H11q0ow7pTg">https://www.youtube.com/watch?v=H11q0ow7pTg</a><br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGKg0mMecBrOWqlmgdw3uIVp3DOgVT90VovAbxxlBTMEU45YGLTYqKsVqVI9fMYklgijHmhTa6Me-h57p0fflGbWYwYMvehU5OHySv8YHWnPweSpvQHR5etiKP2wybhlldrJgWmfVt0eQA/s1600/688.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGKg0mMecBrOWqlmgdw3uIVp3DOgVT90VovAbxxlBTMEU45YGLTYqKsVqVI9fMYklgijHmhTa6Me-h57p0fflGbWYwYMvehU5OHySv8YHWnPweSpvQHR5etiKP2wybhlldrJgWmfVt0eQA/s400/688.jpg" width="400" /></a></div>
<br />Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-52871243551527119632015-06-30T00:58:00.000+02:002020-07-09T12:49:22.502+02:00Juan José Laborde, un jacetano en la Corte del rey de FranciaAlgunas veces el curso de la historia se acelera de manera brusca. Durante un limitado espacio de tiempo altera su habitual fluir y sobreviene un sensible salto cualitativo. En el mundo occidental, una de esas excepcionales ocasiones se vivió a finales del siglo XVIII, cuando la afilada hoja de la guillotina descabezó un Antiguo Régimen en descomposición.<br />
<br />
En las décadas anteriores, los filósofos de la Ilustración habían aupado la Razón a un pedestal del que ya no ha bajado, los artistas volvieron sus miradas hacia la Antigüedad clásica, hubo guerras que convulsionaron continentes y nació un nuevo país, los Estados Unidos de América, que no tardaría en convertirse en señera potencia mundial. En todos y cada uno de esos trascendentes pasos previos al arrebato final tuvo un protagonismo incuestionable, si bien en la sombra, un jacetano llamado <b>Juan José Laborde</b>. En Europa le dedican tesis, estudios y publicaciones. Por el contrario, en su Aragón natal muy pocos han oído hablar de él.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSV7K7UBvs3pfItwvl-0YWScNjFYehRoRvktdk2kxwRTFinO9axqodR2Fb9SGILHYi7J4AHtqKrZkRYfjcq5q6a8CxiLfbT48F1fE6orhcufpcuDkeN6vBb-fJ-iCsdjV26TdJbPrykmn_/s1600/LABORDE_Jean-Joseph_Marquis-de.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSV7K7UBvs3pfItwvl-0YWScNjFYehRoRvktdk2kxwRTFinO9axqodR2Fb9SGILHYi7J4AHtqKrZkRYfjcq5q6a8CxiLfbT48F1fE6orhcufpcuDkeN6vBb-fJ-iCsdjV26TdJbPrykmn_/s320/LABORDE_Jean-Joseph_Marquis-de.jpg" width="307" /></a></div>
A pesar de sus majestuosas moles pétreas, sus ásperos acantilados cortados a pico y sus tortuosas hoces, los Pirineos nunca han constituido un muro infranqueable. Desde la llegada del hombre al lugar, el tránsito de personas, mercancías e ideas entre sus dos porosas vertientes, la norte y la sur, ha sido incesante.<br />
<br />
Los pueblos prerromanos que habitaron la Cordillera compartieron formas de vida y costumbres. Las calzadas romanas facilitaron, más tarde, el trasiego. Por ellas circularon carros, caballerías e infinidad de gentes a lomos de sandalias, abarcas o alpargatas. Los visigodos reinaron a ambos lados del macizo montañoso y, en la Edad Media, colonos llegados de lo que hoy es la Francia meridional abundaron en la repoblación del territorio arrebatado por los cristianos a los musulmanes.<br />
<br />
Entre los extranjeros instalados en tierra aragonesa en tiempos más recientes, la francesa siempre ha sido, por vecindad, la comunidad más numerosa. Sobre todo en la capital, donde lograron enraizarse y medrar familias por todos conocidas (Bruil, Lac, Averly, Carde, Mercier…), así como en poblaciones próximas a la frontera. En una de ellas, en <b>Jaca</b>, primera villa del Reino, se afincaron a comienzos del siglo XVIII el joven Jean Pierre Laborde y su esposa, Marguerite Aleman de Sainte-Croix.<br />
<br />
Jean Pierre era natural de Bielle, una pequeña localidad del Bearne emplazada en el valle de Ossau, comunicado con el oscense valle de Tena a través del paso de El Portalet. Allí su familia regentaba un hostal. Él, sin embargo, se estableció como tratante de ganado, aunque parece ser que también ejerció de ocasional banquero y no fue ajeno al velado contrabando de diferentes productos entre ambos países, práctica inmemorial en la zona desde la aparición de las invisibles barreras políticas.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic9pf2FEgx3dF8z0a8tVI8wqKyfgqvKfhAWHLyBdAgv_S3Y69FxxtcH8kVKgGzc2dV_bU8NsC4dOr-pWUr-3XZHwdSc9MCqXLYBSyU43kbXoC_1ls0LI4cKKP-riYrDj5YZMZ7l3KpEpnY/s1600/Jaca.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="230" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic9pf2FEgx3dF8z0a8tVI8wqKyfgqvKfhAWHLyBdAgv_S3Y69FxxtcH8kVKgGzc2dV_bU8NsC4dOr-pWUr-3XZHwdSc9MCqXLYBSyU43kbXoC_1ls0LI4cKKP-riYrDj5YZMZ7l3KpEpnY/s320/Jaca.jpg" width="320" /></a>El apellido Laborde, con sus variantes locales (Laborda, Labuerda), muy extendido en suelo oscense, incrementó todavía más su presencia tras el nacimiento de los cuatro hijos de la pareja. Juan José, llegado al mundo en enero de 1724, fue el menor y el único varón. En las calles de Jaca, al amparo de su centenaria catedral, al igual que en los cercanos parajes pirenaicos que luego añoraría, transcurrió su tranquila infancia. Pero al no ver claro su futuro en el Alto Aragón, cuando cumplió los 10 años su progenitor lo envió a casa de unos familiares en Bayona.<br />
<br />
En aquel tiempo, la ciudad francesa despuntaba como uno de los puertos más prósperos del país vecino. Un primo suyo dirigía una compañía marítima de importación y exportación, y en ella entró de aprendiz. Trabajó duro y se mantuvo siempre atento a todo. Así, cuando en 1748 se produjo el fallecimiento de su primo, le sustituyó al frente del negocio con tan solo 24 años.<br />
<br />
Con las riendas en su mano, la empresa prosperó de forma exponencial. Sus contactos en Madrid, pero también su condición de español y su dominio del idioma, le permitieron acaparar las importaciones francesas de plata procedente de las colonias hispanoamericanas. Desde la llegada de los Borbones al trono de España, los principales focos financieros de la Corte y de la Administración se encontraban en manos de banqueros originarios del suroeste de Francia, en dura pugna con inversores vascos y navarros. Y el panorama no varió tras la creación, en 1748, del llamado Real Giro, institución estatal que buscó monopolizar el lucrativo flujo de plata amonedada hacia Europa.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgovWqtx0JRTHCygyxcMG9trdlna7Cw9ydR0TmX-TBBwyUjjPL64xtVdM1bTM1IIq95P4FjNuQgOgJKc7HOO8VPp_UAWmaTHhoGov9DazmYcQ2TV2R7EmlOvWVpsVylikKY1_SAim54Gx32/s1600/piastraSud%25C3%25A1n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="193" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgovWqtx0JRTHCygyxcMG9trdlna7Cw9ydR0TmX-TBBwyUjjPL64xtVdM1bTM1IIq95P4FjNuQgOgJKc7HOO8VPp_UAWmaTHhoGov9DazmYcQ2TV2R7EmlOvWVpsVylikKY1_SAim54Gx32/s200/piastraSud%25C3%25A1n.jpg" width="200" /></a></div>
<b>La moneda de plata española</b> (el real de a ocho o piastra) era la más demandada y la única aceptada en todos los rincones del planeta, incluido el Extremo Oriente, por su acreditada calidad. Resellada por otros Estados o no, se convirtió en la primera divisa internacional (y también la primera moneda de curso legal en los Estados Unidos, donde circuló hasta 1857).<br />
<br />
Para gestionar el negocio, Laborde se asoció a François Nogué, marido de su hermana mayor, Orosia (nombre que subrayaba los vínculos de la familia con Jaca, cuya patrona es Santa Orosia). En 1752 fundaron Laborde & Nogué, que representó en Bayona a la Compañía Francesa de las Indias Orientales, necesitada de las monedas españolas para, entre otras transacciones, la compra de algodón hindú. A su vez, canalizó diversas operaciones económicas entre las monarquías española y francesa. En pago, obtuvo favores políticos y beneficios económicos de ambas.<br />
<br />
Parte de los cuantiosos dividendos obtenidos con la plata fueron reinvertidos por Laborde en diferentes proyectos. Se hizo dueño de una flota de barcos de pesca que incluía varios balleneros, participó en el comercio transatlántico de materias primas, especias y frutas tropicales, adquirió una gran hacienda en Haití con el fin de cultivar caña de azúcar y hasta se involucró en la trata de esclavos, para dotar sus plantaciones de vigorosos braceros.<br />
<br />
En el otoño de 1756 dio comienzo una encarnizada “guerra mundial”. La conocida como <b>Guerra de los Siete Años</b> (1756-1763) enfrentó en distintos campos de batalla a dos poderosas coaliciones. Por un lado, la formada como potencias principales por Francia, Austria, Rusia y Suecia. Por otro, la que integraron Gran Bretaña y Prusia, junto con varios aliados menores. Con el paso del tiempo, España también sería arrastrada a la contienda, de lado de los primeros, mientras que Portugal lo haría en apoyo de los segundos.<br />
<br />
La penuria de fondos del Estado francés para abastecer y sostener a sus ejércitos le llevó a solicitar préstamos a Laborde. Éste adelantó el dinero preciso de su ya insondable bolsa o bien suministró equipos y víveres. Además, consiguió mediante un crédito personal, que le concedió de forma reservada el rey de España, 12 millones de libras en oro.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKJAd8S6Fu0nzXMUJtkYqkRXZW81i5zJRq5JPjVhMj99zT_MUEesNyHqIIM8m_bAwHGVpXpTqSeky0X6WALl56-kvNrDifBCHBY8UXbQeUw8C9B2hL1ePUyEb7Ih1bY54iYOfQGleCXQ13/s1600/Guerra7a%25C3%25B1os.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKJAd8S6Fu0nzXMUJtkYqkRXZW81i5zJRq5JPjVhMj99zT_MUEesNyHqIIM8m_bAwHGVpXpTqSeky0X6WALl56-kvNrDifBCHBY8UXbQeUw8C9B2hL1ePUyEb7Ih1bY54iYOfQGleCXQ13/s320/Guerra7a%25C3%25B1os.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Gracias a ello, sólo unas semanas después del inicio del conflicto armado, el jacetano ya ejercía como consejero de la cancillería de Luis XV. Su influencia en palacio se abría paso a grandes zancadas. Y con poco más de treinta años, hacía gala de escudo de armas (que luego heredaría la localidad de Méréville, en la que Laborde residió en sus últimos años) y acuñó una divisa <i>Ex parvo, multum</i> (De poco, mucho), declaración explícita, sin pudor alguno, tanto de sus humildes orígenes como de sus formidables conquistas económicas y sociales. La joven aristocracia del dinero ya no se amilanaba acomplejada ante la rancia aristocracia de sangre.<br />
<br />
En septiembre de 1758, presionado por los principales dirigentes políticos franceses, Laborde abandonó Bayona y, reacio a hacerlo en Versalles, como le habían sugerido, se instaló en París. Y al poco tiempo, sustituyó en el empleo de banquero de la Corte a Jean de Pâris de Montmartel, padrino de <i>madame </i>de Pompadour y titular del cargo durante lustros. Sin embargo, ahí no culminó su andadura.<br />
<br />
Varios reveses diplomáticos y bélicos precipitaron el relevo del hasta entonces principal responsable de la política exterior de Francia, el cardenal Bernis. Su sucesor, el duque de Choiseul, encontró en Laborde uno de los pilares básicos de su labor. La sintonía entre ambos, que desembocó en una estrecha amistad, facilitó el ingreso del jacetano en el círculo íntimo de Luis XV y su elección como recaudador general de impuestos (<i>fermier général</i>).<br />
<br />
El 9 de septiembre de 1760, se desposó en Bruselas con Rosalie Claire de Nettine, trece años menor. El padre de la novia, Mathias de Nettine, había sido el banquero más relevante de los Países Bajos austriacos; esto es, de gran parte de la actual Bélgica, que tras varios siglos bajo la tutela del rey de España había pasado a depender de las autoridades de Viena en 1714, al concluir la Guerra de Sucesión Española. Cuando Mathias de Nettine falleció en 1749, el negocio familiar pasó a ser regido, con mano de hierro, por su esposa, Barbe Stoupy. Con ese matrimonio se unían dos de las mayores fortunas de Europa y, como pretendía Choiseul, más que probable Celestina, se apuntalaba la alianza entre Francia y Austria.<br />
<br />
Pero la estrecha relación entre ambos países no florecería en los campos de batalla. Pese al sostén económico de Laborde, la pericia como estratega del monarca prusiano Federico II <i>el Grande</i> tenía en continuo jaque a las tropas francesas y austriacas. Centroeuropa se vio arrasada (como revela <i>Barry Lyndon</i>, la película filmada por Kubrick). Y otro tanto sucedió en lejanos escenarios, como la India o Filipinas, donde se combatía con saña y los ingleses solían salir victoriosos.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvUwyWQUAu69bbywVUK7jY3TwVWN5dYK8M7h9pDyNmYMOch54zQEM2NJJYkcBSVI-fNcwGD47TN1ArKPa6YzRg698PtXWNdTwr_b6-mFyLI6ETscmiX3Nj9xfiZhy4CNfNngL0d7qx0qt5/s1600/guerraFranco-india.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvUwyWQUAu69bbywVUK7jY3TwVWN5dYK8M7h9pDyNmYMOch54zQEM2NJJYkcBSVI-fNcwGD47TN1ArKPa6YzRg698PtXWNdTwr_b6-mFyLI6ETscmiX3Nj9xfiZhy4CNfNngL0d7qx0qt5/s320/guerraFranco-india.jpg" width="320" /></a>Mientras, el Norte de América era sacudido por matanzas no menos pavorosas que las que asolaban el Viejo Continente. Aun cuando las tribus indígenas, salvo las de lengua iroquesa, se aliaron con los colonos y expedicionarios franceses, los británicos acabaron por imponer su ley (también hay películas sobre el tema, en particular las que recrean el final del último de los mohicanos, según la novela de James F. Cooper). Todo ello obligó a una Francia exhausta a buscar la paz en condiciones muy desfavorables. Y con la firma del Tratado de París perdió muchas de sus posesiones en América y Asia.<br />
<br />
El descalabro no minó en exceso la posición privilegiada de Laborde. En 1764, sólo un año después del fin de las hostilidades, adquirió a poco más de 100 km de París el castillo de <b>La Ferté-Vidame</b>, hogar hasta su fallecimiento del duque de Saint-Simon, célebre por sus <i>Memorias </i>y por su amistad con Montesquieu, a quien acostumbraba a alojar en su mansión.<br />
<br />
Decidido a hacer del lugar una morada regia, demolió la vetusta fortaleza medieval y encargó la construcción de un nuevo palacio a uno de los arquitectos de moda en Francia, Antoine Mathieu Le Carpentier. Al darse por concluidas las obras, en 1771, en el centro de la finca, cuya extensión se multiplicó con la compra de señoríos vecinos, se levantaba una majestuosa construcción de aire clásico, repartida en varios cuerpos escalonados y rodeada de versallescos jardines, estanques, pabellones, establos, granjas… La inversión ascendió a la colosal cifra de 14 millones de libras.<br />
<br />
Ni la caída en desgracia de Choiseul ni el fallecimiento de Luis XV, en 1774, alejaron a Laborde de la gloria social. En su suntuosa residencia de La Ferté-Vidame recibió con asiduidad a ilustres visitantes. Por ella pasó, por ejemplo, el hermano de la reina María Antonieta, el futuro José II de Austria, el gran reformador y modernizador del Sacro Imperio Germánico, enfrentado a la Iglesia y a la nobleza.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhexwA5kCsDTGvF48NCYHIT0gPbFgdLQkw38MXey1VA1cwWmIaUdQJh1ZXtqbnIb1r7KoCXdDOGE8ZSUw3Cw70tEhBZxXixqsGiALnfXCZ4o_J-UJQa7WW6TSKAKpLshTlyhw4Y4x-LMWr6/s1600/La-Ferte-Vidame_chateau-des-Laborde4b.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhexwA5kCsDTGvF48NCYHIT0gPbFgdLQkw38MXey1VA1cwWmIaUdQJh1ZXtqbnIb1r7KoCXdDOGE8ZSUw3Cw70tEhBZxXixqsGiALnfXCZ4o_J-UJQa7WW6TSKAKpLshTlyhw4Y4x-LMWr6/s320/La-Ferte-Vidame_chateau-des-Laborde4b.jpg" width="320" /></a>Su fortuna se incrementó con la compraventa de terrenos e inmuebles, sobre todo en París, y con la especulación financiera. Aconsejó en sus inversiones a una heterogénea clientela compuesta por reyes, nobles y burgueses adinerados, en la que no faltaron destacados integrantes de la Ilustración. Ente estos últimos figuró <b><i>Voltaire </i></b>(moriría inmensamente rico), con quien llegó a tener bastante complicidad, hasta el punto de intercambiar cartas en las que el jacetano desvelaba confidencias referidas a su matrimonio (dichoso, parece ser, pues calificaba a su esposa de “templo de la virtud” y “su mejor amigo”).<br />
<br />
En 1780, Laborde costeó la campaña militar de Jean-Baptiste-Donatien de Vimeur, conde de Rochambeau, a la que se incorporaron los voluntarios del marqués de La Fayette en apoyo de la insurrección de las colonias británicas en el Norte de América. Los combatientes franceses, cuyo número triplicó al de los locales, se unieron al ejército de George Washington (equipado y avituallado por el diplomático español Francisco de Saavedra) y juntos batieron a los ingleses en Yorktown, un encuentro calificado por algunos historiadores como “la batalla que cambió el curso de la historia”. Tras la derrota, sumada a la que unos meses antes habían sufrido en Pensacola a manos del gobernador español de Luisiana, Bernardo de Gálvez (cuyo retrato, en homenaje, cuelga de las paredes del Capitolio), los vencidos se vieron obligados a iniciar unas conversaciones de paz que culminarían con el reconocimiento de la <b>independencia de los Estados Unidos de América</b>, en 1783.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ2UKDneHie3t2GvP3QNzfqLmkdftoRybf8mHCzn9wM9UtLg7ukFOGFghz2Ko8auJ0YjJcTSUXc72M6HblIB6DNKBqsVQwDUyVuz3aR0NuvNh2JfDQf3XGFHukdJ-uQit7Hi9it4su1X47/s1600/Yorktown.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ2UKDneHie3t2GvP3QNzfqLmkdftoRybf8mHCzn9wM9UtLg7ukFOGFghz2Ko8auJ0YjJcTSUXc72M6HblIB6DNKBqsVQwDUyVuz3aR0NuvNh2JfDQf3XGFHukdJ-uQit7Hi9it4su1X47/s400/Yorktown.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Ese mismo año, seducido por los vastos bosques que rodeaban la edificación principal, magníficos para la caza, el rey Luis XVI se encaprichó del castillo de Rambouillet, propiedad de su primo, Luis Juan María de Borbón, duque de Penthièvre. A cambio de su cesión, éste solicitó La Ferté-Vidame para su familia. No pudiendo negar nada al monarca, Laborde se vio obligado a vender su residencia por una simbólica cantidad. Sólo pudo retener para sí los muebles y objetos de arte que el duque de Penthièvre desdeñó (todo el lugar sería devastado unos años después, durante la Revolución Francesa, y todavía hoy continúa en ruinas).<br />
<br />
No era prudente enemistarse con tan egregios personajes y, además, como todo el mundo en Francia, conocía la historia de Nicolas Fouquet, el otrora todopoderoso intendente de finanzas de Luis XIV. Su palacio de Vaux-le-Vicomte alcanzó tal majestuosidad que desató los celos del soberano, quien sospechó que tanto fasto podía tener su germen en la apropiación de fondos públicos. Fouquet fue arrestado por el capitán de la guardia real (llamado, por cierto, d’Artagnan) y, tras un tormentoso proceso judicial, “desapareció para siempre”, sin dejar huella, en las cárceles reales.<br />
<br />
Laborde encajó el revés con entereza. Y unos meses después de ser privado de tan preciada posesión, se trasladó a <b>Méréville</b>. Aunque ya había cumplido los sesenta años, no se desalentó y decidió levantar otra morada elísea. Para ello, contrató a François-Joseph Bélanger, arquitecto de la Corte con marcado apego por la Antigüedad, así como a escultores, ebanistas y dos renombrados pintores, Claude-Joseph Vernet y Hubert Robert, paisajistas formados en Italia, consagrados por sus cuadros de ruinas romanas.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKZ19cABc-qwjU7oioCE2Fiv0dKso5_baDBTaFT6pidnpzt0dlR02rYQIZe1-ot7EtK0h6nl_NZgabQJXNEMAmRQITk9JHq73RSHrpYE-m8maBXEHEq1QvMZckJ73oghOwyyL_wUTuGwtX/s1600/Jeurre_colonne_pigeonnier_ferme.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKZ19cABc-qwjU7oioCE2Fiv0dKso5_baDBTaFT6pidnpzt0dlR02rYQIZe1-ot7EtK0h6nl_NZgabQJXNEMAmRQITk9JHq73RSHrpYE-m8maBXEHEq1QvMZckJ73oghOwyyL_wUTuGwtX/s320/Jeurre_colonne_pigeonnier_ferme.jpg" width="240" /></a>Junto a ellos, un ejército de 700 obreros especializados trabajaría durante diez años para dar vida a un extraordinario “jardín inglés”, trufado de idílicos elementos propios de la naturaleza salvaje (pequeñas cascadas, grutas, roquedales, riachuelos, serpenteantes caminos,…), que evocaban en Laborde el Pirineo de su infancia. Un oasis, según el escritor romántico François-René de Chateaubriand, que lo recorrió maravillado. El jardín reunió numerosas especies vegetales importadas y aclimatadas al lugar (sirvió de vivero a muchos otros jardines de Francia), pues Laborde, hombre del Siglo de las Luces, estaba interesado por la botánica, el progreso científico y los descubrimientos.<br />
<br />
Ese interés por el conocimiento fue la base en la educación de sus hijos, dos de los cuales, Édouard y Ange Auguste, se embarcaron en la expedición dirigida por el conde de La Pérouse al océano Pacífico. Los navíos que la componían levaron anclas en agosto de 1785 con objetivos científicos, económicos y políticos. Exploraron las costas de América y Asia, Australia y varios archipiélagos de Oceanía. A su paso por Alaska, en la bahía de Lituya, Édouard y Ange Auguste murieron de forma heroica al tratar de salvar a unos compañeros arrastrados por la corriente (la expedición al completo desaparecería en el mar meses más tarde; hasta 2005 no se identificaron sus restos, hallados en las islas Salomón).<br />
<br />
En su honor, en una pequeña isla en el corazón de un lago de los jardines de Méréville, fue erigida una gran columna rostral, un monumento conmemorativo propio de Grecia y Roma. Y en sus cercanías y de acuerdo, asimismo, a patrones del arte de la Antigüedad, fueron edificados un cenotafio (tumba vacía) para preservar la memoria del navegante inglés James Cook, uno de los primeros europeos en aventurarse por las aguas del Pacífico, y el Templo de la Piedad Filial, presidido por un busto de su hija menor, Nathalie, <span style="font-size: 12pt;">tallado </span>por Augustin Pajou (en los últimos años del siglo XIX, todas esas construcciones fueron trasladadas al Parc de Jeurre, en el municipio de Morigny-Champigny, próximo a París; mientras el busto de Nathalie fue a parar al Louvre).<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHqmyg6ODNhyphenhypheniJwogISDyZPnskMr71TaLrUwk9ut3qWjKygHYYu0IaFfgEvfT8IlKtp8_15J-X4A2fTWfawMoeBIehPm3Tlq02hIdopnYO1ckK2c1giSqYTbAgoy2eDQPZVGNGYC7lnMdw/s1600/Jeurre_temple2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="135" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHqmyg6ODNhyphenhypheniJwogISDyZPnskMr71TaLrUwk9ut3qWjKygHYYu0IaFfgEvfT8IlKtp8_15J-X4A2fTWfawMoeBIehPm3Tlq02hIdopnYO1ckK2c1giSqYTbAgoy2eDQPZVGNGYC7lnMdw/s400/Jeurre_temple2.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Alejado ya del ojo del huracán, Méréville se convirtió en refugio ideal para el sereno atardecer de Juan José Laborde. Luis XVI le concedió el título de marqués de Méréville, que desestimó utilizar de forma oficial y que se sumó al que Luis XV le había otorgado de marqués de Laborde. Su vida giró alrededor de sus jardines, el apoyo a sus hijos y sus dádivas. Todos los años donaba 24.000 libras para los pobres y en 1788 sufragó la construcción de cuatro grandes hospitales en París.<br />
<br />
Su voluntario retiro propició que durante las primeras sacudidas de la <b>Revolución Francesa</b> los insurrectos no le prestaran atención. Pero el 7 de noviembre de 1793 fue arrestado y recluido en el parisiense palacio de Luxemburgo, acusado de haber ayudado al duque de Orleáns a trasladar su colección de arte a Inglaterra, es decir, a evadir capitales al extranjero. Un tribunal revolucionario presidido por Louis Antoine Léon de Saint-Just, apodado el “arcángel del terror”, lo condenó a muerte el 18 de abril de 1794 (el 29 germinal del año II) y ese mismo día, en la plaza de la Concordia, la cabeza del jacetano, separada de su cuerpo por la inclemente guillotina, acabó en un cesto. Tenía setenta años.<br />
<br />
Sobrevivieron a su padre tres hijos, ya que, además, de los ahogados en Alaska, en 1792 había fallecido Pauline, casada con Jean-François de Pérusse, primer duque d'Escars o des Cars.<br />
<br />
El primogénito, François, heredó sus títulos y su afición por las finanzas. Ingresó en la Marina y combatió en la Guerra de Independencia Americana. Miembro de los Estados Generales, participó en el famoso <a href="http://es.chateauversailles.fr/es/history-/the-significant-dates/chronologie/1789--serment-du-jeu-de-paume-en-en-en">Juramento del Juego de Pelota</a>, génesis de la primera Constitución de la República Francesa. Más tarde, se exilió en Londres (en realidad, había sido él quien orquestó el traslado de capitales y obras de arte del duque de Orleáns a Inglaterra), donde falleció soltero en 1802. La benjamina, Nathalie, estuvo casada con Charles de Noailles, duque de Mouchy, y fue una de las numerosas amantes de Chateaubriand.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgudjWhfoCXSreJmGWy8A8T2NtJPpXIsFzwrmI8mpbqBgEcm265bs_w1JHgUI1a8MVAhSqWio4xg5hPoMGv7ALxMD7IVl4pSxOFeUrkFxV-RJNVUAAB7OrmpCYQ_f1G29oTN3t6FOdynG3A/s1600/LabordeSantaEngracia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="185" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgudjWhfoCXSreJmGWy8A8T2NtJPpXIsFzwrmI8mpbqBgEcm265bs_w1JHgUI1a8MVAhSqWio4xg5hPoMGv7ALxMD7IVl4pSxOFeUrkFxV-RJNVUAAB7OrmpCYQ_f1G29oTN3t6FOdynG3A/s320/LabordeSantaEngracia.jpg" width="320" /></a></div>
El más ilustre y longevo de sus hijos fue <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Alexandre_de_Laborde"><b>Alexandre de Laborde</b></a>, viajero, escritor, historiador y político. De joven tuvo relaciones amorosas con un personaje clave en la Revolución Francesa, Teresa Cabarrús (precipitó la caída de Robespierre y fue amiga inseparable de Josefina Beauharnais, la esposa de Napoleón), hija también de una franco-aragonesa y de Francisco Cabarrús, ministro de finanzas de Carlos III y creador del Banco de España. Pero la relación no llegó a buen puerto por la oposición de sus respectivos progenitores.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdgItLDXBjS5EKp9x6Ibm9cFDYDpWVw72uV2mLnWo8PUSfoALKaQ86Bd8mhNrwRYOE_1V3zVUdHyJfaiN8SRc7K227RKJTghJe0DWQ7r_aZbYWyBcnG-zGXxv4leSH6HmBz4Y1b9GmseV1/s1600/LabordePilar.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdgItLDXBjS5EKp9x6Ibm9cFDYDpWVw72uV2mLnWo8PUSfoALKaQ86Bd8mhNrwRYOE_1V3zVUdHyJfaiN8SRc7K227RKJTghJe0DWQ7r_aZbYWyBcnG-zGXxv4leSH6HmBz4Y1b9GmseV1/s320/LabordePilar.jpg" width="320" /></a>Alexandre de Laborde visitó con mucha asiduidad España, el país de procedencia de su padre, en misiones diplomáticas o a la cabeza de un equipo de artistas y eruditos que plasmó sus impresiones en varios libros, muy cotizados (si bien hay quien opina que, en realidad, su objetivo era el del espionaje, para preparar la inminente invasión de las tropas napoleónicas). De su paso por Aragón, dejó constancia en varios grabados. Los dedicados a Zaragoza tienen un valor especial, pues aportan detalles sobre algunas construcciones, como el monasterio de Santa Engracia, que poco después de ser llevadas al papel fueron arruinadas durante los Sitios.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCin-iZWLta8XPiK_M-Pk_5Q1ZB1nGSmko0ApQbIURSMXe4vMCqFT1F5LSmM7YZVa4ZaA_MgwX3Ymz1uDlMKr5jinl_yumW62IFHNLNYd2638oVsh_GC-McfVvUHYU-KtKtX71ud551ICP/s1600/libro.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCin-iZWLta8XPiK_M-Pk_5Q1ZB1nGSmko0ApQbIURSMXe4vMCqFT1F5LSmM7YZVa4ZaA_MgwX3Ymz1uDlMKr5jinl_yumW62IFHNLNYd2638oVsh_GC-McfVvUHYU-KtKtX71ud551ICP/s200/libro.jpg" width="125" /></a></div>
<b><br /></b>
<b>Para saber más</b>:<br />
- DURAND, Yves: "Mémoires de Jean-Joseph de Laborde, banquier de la cour et fermier général", en <i>Bulletin de la Société d'Histoire de France</i>, 1968-69.<br />
- ORMESSON, François d' y THOMAS, Jean-Pierre: <i>Jean-Joseph de Laborde: banquier de Louis XV, mécène des Lumières</i>, París, Perrin, 2002.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-55558495378127643852014-12-19T20:27:00.000+01:002016-06-06T21:16:59.719+02:00Maximino Cano Gascón, un maestro de la República en Las HurdesEl 14 de abril de 1931 se proclamó la II República en España en medio de una esperanzada alegría general. Entre sus máximas prioridades figuró la de sacudir con fuerza el carcomido sistema educativo vigente y proporcionar al país una escuela obligatoria, pública, laica, mixta y moderna que le permitiera alcanzar el progreso económico, social y cultural que disfrutaban otras naciones europeas.<br />
<br />
En España, hasta entonces, enseñar era penar. Quien lea las memorias del maestro oscense <b>Valero Almudévar</b>, activo en la segunda mitad del siglo XIX, podrá advertir cuán ardua era la tarea en el mundo rural. Funcionarios municipales recaudaban su escuálido salario entre los padres de los alumnos, en su mayoría sumidos en la indigencia. Muchos no podían satisfacer las demandas económicas por exiguas que fuesen y, a su vez, no entendían para qué debían aprender a leer o escribir sus hijos, pues para empuñar la hoz o apacentar ovejas no era necesario, incluso estorbaba. Así, había meses en que no se conseguía reunir la paga o se vivían auténticos motines populares.<br />
<br />
Toda actividad docente se encontraba, además, tutelada por los caciques locales y por la Iglesia. Sin su visto bueno resultaba imposible emprender tarea alguna. No hay que olvidar que el último ejecutado por una Junta de Fe, hijas postreras de la Inquisición, había sido un maestro de primeras letras. Cayetano Ripoll no comulgaba con algunos dogmas católicos, se resistía a salir de su casa para presentar sus respetos al paso de la procesión y se le vio comer carne un Viernes Santo. No contento con eso, llevó a sus alumnos algún domingo al campo para observar la naturaleza sin que hubieran oído misa. Tal comportamiento, intolerable según el arzobispo de Valencia, merecía un castigo ejemplar. Y tras dos años encerrado en una mazmorra, fue ahorcado con asistencia de numeroso público en julio de 1826. Su cadáver fue metido en un barril pintado con llamas infernales y enterrado en un paraje apartado. Y de eso no hacía tanto tiempo.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTdqOXKz1zox1pgu100Q-alhCnHkNgSytNizOwxDnlC6Eg0NMT2oODxdakiMgX8_l7VltaQL0uKOvel1a0FyA2SLGKfHOSgT3KRLGnjwTzMmdlQsPf8Bp8GeLkrrLyHqUIQYmBUr_i7TH9/s1600/Huesca2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTdqOXKz1zox1pgu100Q-alhCnHkNgSytNizOwxDnlC6Eg0NMT2oODxdakiMgX8_l7VltaQL0uKOvel1a0FyA2SLGKfHOSgT3KRLGnjwTzMmdlQsPf8Bp8GeLkrrLyHqUIQYmBUr_i7TH9/s1600/Huesca2.jpg" width="228" /></a>Urgía, pues, impulsar un giro copernicano a la situación y los primeros Gobiernos de la República se pusieron manos a la obra sin pérdida de tiempo. Se proyectó la creación de nada menos que 27.000 escuelas de primaria (se calcula que más de un millón de niños estaban sin escolarizar y que el porcentaje de analfabetos superaba el 50% de la población) y se declaró no obligatoria la instrucción religiosa. Al mismo tiempo, con el sello de la Institución Libre de Enseñanza, se potenciaron las colonias escolares de vacaciones y se pusieron en marcha las Misiones Pedagógicas, alimentadas por voluntarios, que llevaron a recónditas poblaciones lectura, música, teatro, cine y arte.<br />
<br />
Uno de los cambios más radicales consistió en dignificar la figura del maestro, cuya formación solía ser casi tan parca como magro su sueldo. A los aspirantes a ejercer el Magisterio se les exigió tener completo el bachiller antes de matricularse en las Escuelas Normales, en las que se instruían y donde comenzaron a disfrutar de un último curso con prácticas remuneradas. Se garantizó e incrementó su retribución, y se multiplicaron los cursos de reciclaje, en los que podían conocer de primera mano novedades didácticas.<br />
<br />
<b>Maximino Cano Gascón</b> llevaba ya muchos años en la docencia cuando todas esas innovaciones pusieron del revés la escuela tradicional. Pero, como se verá, formó parte de las hornadas de vocacionales veteranos que renunciaron a la comodidad de la costumbre y abrazaron, plenos de optimismo y entusiasmo, el embate renovador. Había nacido en 1892 en <b>Huesca</b>, como hijo natural de un viudo pudiente. En 1910 obtuvo el título de maestro y enseguida comenzó a ejercer en pequeñas localidades aragonesas. Primero en Maleján, a los pies del Moncayo, y, más tarde, en distintos enclaves oscenses.<br />
<br />
Durante sus primeros años de profesión combinó su quehacer cotidiano con su apego por la literatura. Se enfrascó en la redacción de una novela, que nunca terminaría, y en 1920 editó un librito de poemas y narraciones breves de resonancias modernistas, <i>El primer amor</i>. Lo más valioso de la publicación hay que buscarlo en su portada, pues revela su relación con el ilustrador, <a href="http://www.fundacionacin.org/index.php/ramon/"><b>Ramón Acín</b></a>, un artista, escritor, pedagogo y político cuyo generoso influjo marcaría de forma imborrable a varias generaciones de oscenses. No se conocen los vínculos que ligaban a Cano con un Acín sólo cuatro años mayor, aunque ya profesor en la Escuela Normal de Maestros de Huesca. Sin embargo, haberlos los hubo y tal vez se hallen en la base de episodios ocurridos años más tarde.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiORJawp7GNI605L4VMMKOAv-qy689-P_jMZQTWFpN1LKBAK-NkCgg6azLQpTYNVWJJwq__rMLsYD7-7g-7CT_jGA-cCw1gYvRScKEddFNtgGcA1pmUh7WeGwV48sPSekqn-w2hyQHuvfwf/s1600/1Amor1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiORJawp7GNI605L4VMMKOAv-qy689-P_jMZQTWFpN1LKBAK-NkCgg6azLQpTYNVWJJwq__rMLsYD7-7g-7CT_jGA-cCw1gYvRScKEddFNtgGcA1pmUh7WeGwV48sPSekqn-w2hyQHuvfwf/s1600/1Amor1.jpg" width="211" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7CJ9zJrsLMjju-27D0kBDSJwJbB-NdW4Dq8SFZM_69jas5VRwkDBXs_gFiflbpMaKBNgD1KMyUDVL2sTAwVrKnewQaOlpQzJ4uF_7lF7ja9R8jU7IDC129Pg1QkNihLWcqtzc7sPMQVIo/s1600/1Amor2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7CJ9zJrsLMjju-27D0kBDSJwJbB-NdW4Dq8SFZM_69jas5VRwkDBXs_gFiflbpMaKBNgD1KMyUDVL2sTAwVrKnewQaOlpQzJ4uF_7lF7ja9R8jU7IDC129Pg1QkNihLWcqtzc7sPMQVIo/s1600/1Amor2.jpg" width="244" /></a></div>
<br />
<br />
Tras unos apacibles cursos, desavenencias familiares, en concreto disputas por la herencia tras la muerte de su padre, movieron a Maximino a soltar amarras y solicitar empleos en poblaciones alejadas de su ciudad natal, en la que no volvió a residir. Y, de este modo, inició un rodar que le llevó a impartir docencia en Campillos (Málaga), Sanlúcar la Mayor (Sevilla), Caravaca de la Cruz (Murcia) y el pueblo turolense de Lechago. En los primeros meses de 1930 su peregrinar hizo escala en un destino que le marcaría de por vida. Pasó a dirigir la escuela de una alquería perdida, llamada La Huerta y enclavada en una de las más aisladas y paupérrimas comarcas del país, <b>Las Hurdes</b>.<br />
<br />
Las Hurdes había saltado a las páginas de los periódicos unos años antes de la mano de Maurice Legendre, director de la Casa de Velázquez, un centro cultural francés abierto en Madrid. Este hispanista, intrigado por la existencia de una Peña de Francia en el interior peninsular, en tierras salmantinas, con un santuario donde se veneraba una Virgen hallada por un devoto francés en la Edad Media, se animó a conocerla en el verano de 1909. Ferviente católico, tanto el paisaje como el oratorio le cautivaron y desde entonces visitó el lugar con asiduidad.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKg5C0RfcQIJV5TrJ2OGMKgptOJZzEKcwssXIFxv9cLpsvEeRmUNV6iQi0GYs2pLCX6dcEuhkW0LIJokuEJtpZNQioh0vraGe2SC1rYJpfSbuweYrD0JQlMhOeNyibnC8hWLtseQYQpVS7/s1600/mapaHurdes.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKg5C0RfcQIJV5TrJ2OGMKgptOJZzEKcwssXIFxv9cLpsvEeRmUNV6iQi0GYs2pLCX6dcEuhkW0LIJokuEJtpZNQioh0vraGe2SC1rYJpfSbuweYrD0JQlMhOeNyibnC8hWLtseQYQpVS7/s1600/mapaHurdes.jpg" width="320" /></a>En 1912, acompañado por un guía local, descendió algo más de lo habitual por las estribaciones meridionales de la Peña, hasta adentrarse unos kilómetros en el extremo norte de la provincia de Cáceres, en Las Hurdes. Y allí descubrió algo que lo sobrecogió. Una serie de pequeñas aldeas tachonaban un agreste rincón. Sus pobladores sobrevivían a duras penas, abandonados a su suerte. Nunca había visto nada igual. Atroz miseria en toda su desnudez. Le pareció haber dado un salto en el tiempo hasta un pasado remoto, excluido por completo de cualquier rasgo de civilización.<br />
<br />
A su regreso a Madrid, profundamente turbado, inició una campaña para llamar la atención de la opinión pública sobre esas gentes y las deplorables circunstancias en que discurría su vida, castigada por el hambre, el paludismo y el bocio, males endémicos. En 1914 recorrió la zona en compañía de Miguel de Unamuno y en 1922 hizo lo propio con otro de sus amigos, Gregorio Marañón, quien encabezó una comisión sanitaria. Tanto ruido armó que, en junio de ese último año, hasta el mismo rey, Alfonso XIII, viajó hasta allí, en una excursión más propagandística que otra cosa. Cuando el séquito, las comitivas y los periodistas desaparecieron, todo continuó igual, inmutable.<br />
<br />
No en vano, con Maximino Cano ya instalado allí, la comarca fue elegida como sede de terrible destierro por las autoridades republicanas. A ella fue a parar durante diez meses, entre mayo de 1932 y marzo de 1933, José María Albiñana, el creador del Partido Nacionalista Español, de corte fascista, incansable instigador de algaradas e insurrecciones (y en 1967, en tiempos de Franco, acogería al secretario general de la UGT, Nicolás Redondo). Tras su estancia, escribió un libro, <i>Confinado en Las Hurdes</i>, donde describía el lugar como “un puñado de chozas miserables, levantadas sobre estiércol secular, una breve humanidad enferma y harapienta, una promiscuidad repugnante de sexos y especies animales”.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi20LVXJXJ6yD9GUc9Y0_XoKxCD3ax6SxZ1WjvcWPn7ufe8ZfIdpqbJJo5St2mmTZJ1HNa9EEMhsgULbbAp7CDGQf7sPOqxyXaCFKRlLj4u9FR4vyGnU_9ie3lTpS0q4sQcH27PQPKerfrO/s1600/alfonsoxiii_hurdes2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi20LVXJXJ6yD9GUc9Y0_XoKxCD3ax6SxZ1WjvcWPn7ufe8ZfIdpqbJJo5St2mmTZJ1HNa9EEMhsgULbbAp7CDGQf7sPOqxyXaCFKRlLj4u9FR4vyGnU_9ie3lTpS0q4sQcH27PQPKerfrO/s1600/alfonsoxiii_hurdes2.jpg" width="281" /></a>En esas mismas fechas, en abril y mayo de 1932, <b>Luis Buñuel</b> rodaba, en compañía, entre otros, de Ramón Acín y Rafael Sánchez Ventura, su célebre documental <i>Las Hurdes. Tierra sin pan</i>. Con una estudiada puesta en escena, denunciaba su atraso, su centenario desamparo y la dejadez institucional. El crudo testimonio social del cineasta aragonés escandalizó a espectadores y atizó conciencias en varios continentes.<br />
<br />
Pues bien, en ese entorno extremo, en "el fin del mundo", Maximino Cano inició una aventura educativa que sólo se puede calificar de asombrosa en compañía de<b> José Vargas Gómez</b>, originario del pueblo murciano de Abarán, responsable de la cercana escuela de Caminomorisco. Con el fin de dotar de humanidad y dar una oportunidad y un porvenir a unos niños condenados de antemano por todo y por todos, ambos maestros decidieron poner en práctica un sistema de enseñanza pionero en Europa.<br />
<br />
Y, sin dejarse intimidar por las penosas condiciones en las que se desenvolvían sus alumnos, sucios, descalzos, mal vestidos y peor alimentados (la anemia y la tuberculosis eran habituales entre ellos), aplicaron en sus colegios las innovadoras teorías del pedagogo francés <b>Célestin Freinet</b>, basadas en la experimentación, el contacto con la realidad circundante y el trabajo en equipo como instrumentos básicos de educación.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKEIFvJkPE1lLRl7VkKbk7XNd2O2Ltczq9ON7m5kwiDZ6_M9Eqnt_wOSRNro2RjeD6N8-vpAH4xQ9v_X-5BtEz9M5n1z_VELgWB9fpetqzIbpboPC29-lwF6T2-La-cp3P8fve1IDnv06b/s1600/G22_01-imagen02-pueblo-hurdano.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKEIFvJkPE1lLRl7VkKbk7XNd2O2Ltczq9ON7m5kwiDZ6_M9Eqnt_wOSRNro2RjeD6N8-vpAH4xQ9v_X-5BtEz9M5n1z_VELgWB9fpetqzIbpboPC29-lwF6T2-La-cp3P8fve1IDnv06b/s1600/G22_01-imagen02-pueblo-hurdano.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Tras intentar paliar, en la medida de lo posible, las carencias materiales más acuciantes (se crearon un comedor escolar, aseos y un ropero, y las Misiones Pedagógicas llevaron libros), ambos maestros abandonaron el recitado de lecciones en voz alta, de memoria, por parte de monótonos coros infantiles en favor de actividades más ilustrativas y participativas. Cuando no se daban largos paseos por el campo para estudiar el medio natural, las plantas y los animales, se observaban con atención las labores de los adultos, se organizaban talleres de manualidades, se aplicaba el cálculo a problemas cotidianos o se redactaban textos de tema libre para exponer y debatir en clase. Un objetivo siempre presente fue el de armonizar el cuidado de los materiales, el respeto por los otros y la responsabilidad con una formación lúdica y amena, para engañar lágrimas y lástimas. La educación sin alegría es una educación a medias.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBTN9d8uS1QBIrLFkgvR89NYCg6HE0P3W4NTD6x5Mq5QJ1_6ZpRi_2DiGYNgI7F0zjruShc3lW_ozwTRQTrTdvl7fc5XL55I6X-yo8GXWmnFoKp5Zp8NW5pusrriJLgqSvE9UOWLS8uawb/s1600/33.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBTN9d8uS1QBIrLFkgvR89NYCg6HE0P3W4NTD6x5Mq5QJ1_6ZpRi_2DiGYNgI7F0zjruShc3lW_ozwTRQTrTdvl7fc5XL55I6X-yo8GXWmnFoKp5Zp8NW5pusrriJLgqSvE9UOWLS8uawb/s1600/33.jpg" width="320" /></a></div>
Con dinero de sus débiles bolsillos, los docentes compraron pequeñas imprentas con el fin de que los chavales las manejaran y publicaran sus propios trabajos en periódicos escolares. En abril de 1933 aparecía el primer número de <i>Ideas y Hechos</i>, en Caminomorisco, y sólo unos días después lo hacía el ejemplar inicial de <i>Niños, Pájaros y Flores</i>, en La Huerta (este último adornado con pajaritas, ¿un guiño a Ramón Acín y Huesca?). Los logros y experiencias se pusieron en común con otros colegios, hasta del extranjero. Se mandaron a centros mexicanos, uruguayos, franceses y belgas plantas disecadas, dibujos, cuentos oídos o inventados, sellos, etc. Cuando era necesario, los niños escribían en castellano pero dejaban espacios en blanco donde el maestro traducía el texto al francés. Y el mismo sistema empleaban los franceses y belgas en sus respuestas.<br />
<br />
¡¡¡Y todo eso se hacía desde uno de los lugares más desventurados y míseros del país, Las Hurdes, a comienzos de los años 30!!! Una comarca de la que Marañón había llegado a decir: “contemplando aquellas viviendas y aquella pobreza inconcebible, se comprende que ciertas normas éticas que parecen fundamentales en la vida espiritual de los pueblos han de ser allí lujos exquisitos que no hay derecho alguno de exigir”.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBrvnv6AxXekU8AfUiUFILaNwy6YCzmSQx7CHIvEHGAzE8PkWHyrBTXC_-NPXtngdUK8dMLWr9ZaylaQD2yKWkOlU-hIK_eMT2tu3et7vGpiUBdaDhk-NxRjl7nCrdc-K0u8d_dCDJZZR3/s1600/hurdes.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="260" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBrvnv6AxXekU8AfUiUFILaNwy6YCzmSQx7CHIvEHGAzE8PkWHyrBTXC_-NPXtngdUK8dMLWr9ZaylaQD2yKWkOlU-hIK_eMT2tu3et7vGpiUBdaDhk-NxRjl7nCrdc-K0u8d_dCDJZZR3/s1600/hurdes.jpg" width="320" /></a></div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4SOUXCOTS9otOSR947NPbbZOF9l9itxxz4lAIQRoy4XiXzf40_5A6VvVFk9TXxrWqgxroS2n6vT8DVQza2yGApyXMT6NKE2YbKop14GP84lW1szdHIJyzU9yHPhu1hQTQl-fZC-VKxf3I/s1600/bunuel_hurdes1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4SOUXCOTS9otOSR947NPbbZOF9l9itxxz4lAIQRoy4XiXzf40_5A6VvVFk9TXxrWqgxroS2n6vT8DVQza2yGApyXMT6NKE2YbKop14GP84lW1szdHIJyzU9yHPhu1hQTQl-fZC-VKxf3I/s1600/bunuel_hurdes1.jpg" width="320" /></a>No se sabe con certeza a cuál de los dos maestros correspondió la iniciativa de introducir los métodos freinetianos, pero su trabajo fue de los más tempranos en España. Entre los primeros promotores de Freinet en territorio patrio figura Jesús Sanz Poch. Becado en el Instituto Rousseau de Ginebra, supo de sus teorías de primera mano y las dio a conocer en la Escuela Normal de Lérida. Allí coincidió con un inspector de enseñanza primaria, Herminio Almendros (padre del prestigioso director de fotografía Néstor Almendros, exiliado y ganador de un Óscar), quien las divulgó por los pueblos a su cargo y, desde el curso 1931-1932, también por los de la provincia de Huesca, a la que fue trasladado. En la capital oscense, Almendros intimó con Ramón Acín, cuyas hijas, Katia y Sol, abandonaron la escuela oficial para recibir clases particulares de la esposa del primero, María Cuyás, de acuerdo a los postulados freinetianos.<br />
<br />
Quizá Cano y Acín mantuvieran la relación y se intercambiaran información. O tal vez el freinetismo llegó a Las Hurdes por otras vías, gracias a contactos y experiencias previas de José Vargas o a través de libros y revistas especializadas. El caso es que desde Las Hurdes se extendió a otras zonas de Extremadura, pues Maximino Cano fue trasladado en septiembre de 1933 a Montijo, una población mayor, en la provincia de Badajoz. En Montijo aparecieron dos periódicos escolares, <i>Floreal </i>(de igual título que una revista editada por Acín) y <i>Alborada</i>, y sus centros educativos se convirtieron en referente para muchos otros. En poco tiempo, casi una treintena de maestros bebieron de ese manantial, cada vez más fecundo.<br />
<br />
Pero en el verano de 1936 las fauces del infierno se abrieron en España y todo lo engulleron. En agosto, los militares alzados ocuparon la región y pisotearon cualquier atisbo de pedagogía moderna. El apocalipsis se llevó por delante, de golpe, lo hecho hasta entonces. La represión fue brutal. Aunque la gran mayoría nunca había alzado un arma ni hecho mal a nadie, los maestros fueron considerados peligrosos. Quien controla la educación, controla el futuro. Muchos, entre ellos varios freinetianos, fueron detenidos y ejecutados en los primeros días de la contienda, sin esperar a ningún juicio. Y otros muchos, hombres y mujeres, fueron a parar a prisión, de donde no todos saldrían con vida, pues se habían convertido en el "enemigo", como aseguraba José Pemartín, dirigente destacado del nuevo Ministerio de Educación Nacional: "Tal vez un 75 por ciento del personal oficial enseñante ha traicionado —unos abiertamente, otros solapadamente, que son los más peligrosos— la causa nacional".<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9Wkepot1bSl7Uq6qpDf27qv0L2E_z0YSrbmPbseEkFA-8NlVb8HpLFp6ffgeB9IbwJj1fa-vzDvWZJu3CATY3k-NM6Rvv6CaysknGC82wotgXvCNhJQubn6WC5DaD0KRHFo8a8onj3rIL/s1600/ecole+Freinet+006p.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9Wkepot1bSl7Uq6qpDf27qv0L2E_z0YSrbmPbseEkFA-8NlVb8HpLFp6ffgeB9IbwJj1fa-vzDvWZJu3CATY3k-NM6Rvv6CaysknGC82wotgXvCNhJQubn6WC5DaD0KRHFo8a8onj3rIL/s1600/ecole+Freinet+006p.jpg" /></a></div>
Maximino fue encarcelado, acusado de sindicalista y espía. Tenía una imprenta, con la que podía elaborar propaganda subversiva, y una radio (era un gran aficionado a montar radios y lo hacía en clase con sus alumnos), con la que podía escuchar emisoras enemigas. Además, se señaló que viajaba mucho a Las Hurdes, quizá para informar de movimientos de tropas. La verdad es que de ahí era la familia de su mujer, pues se había casado con una muchacha del lugar durante su estancia (su esposa y un hijo fallecerían durante la guerra), y la pareja hacía frecuentes visitas.<br />
<br />
Al final, logró sortear la muerte, pero tuvo que pasar por un duro proceso de depuración y fue suspendido durante un tiempo de empleo y sueldo. En su favor influyeron de forma definitiva el enérgico testimonio del párroco de Caminomorisco y la solicitud de los vecinos y del alcalde de La Huerta, que lo recordaban con devoción, para que volviera a ejercer allí. Y eso fue lo que hizo, una vez libre.<br />
<br />
Sin embargo, ya nada fue lo mismo. Tuvo que embridar sus ansias renovadoras y la pedagogía vanguardista acabó desechada para siempre. Y lo mismo le ocurrió a José Vargas, quien había regresado a su Abarán natal en 1934. Con una familia a su cargo e informes negativos del cura de su pueblo en el juicio a que fue sometido tras la victoria de los sublevados, no le quedó otro remedio que afiliarse a Falange como último recurso para sobrevivir.<br />
<br />
La enseñanza en la España de Franco, liberada de malsanas doctrinas extranjeras, volvió a manos de la Iglesia católica. Se decretó la obligatoriedad de conocer de memoria el catecismo escrito por el turolense Jerónimo Martínez de Ripalda a finales del siglo XVI. En el Ripalda “modernizado” se podía leer: “¿Hay otras libertades perniciosas? Sí señor, la libertad de enseñanza, la libertad de propaganda y de reunión. ¿Por qué son perniciosas esas libertades? Porque sirven para enseñar el error y propagar el vicio”. Y el primer ministro de Educación de la posguerra, el también turolense José Ibáñez Martín, afirmó: “lo verdaderamente importante desde el punto de vista político es arrancar de la docencia y de la creación científica la neutralidad ideológica y desterrar el laicismo, para formar una nueva juventud poseída de aquel principio agustiniano de que mucha ciencia no acerca al Ser Supremo”.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvM4arbiIcENbmcbsycf3NeVrTRiPaWarzbUlo8f0AweJC-aYw-HuR3pTgbE0MBcO4cRrjRRYuAwAwNImNBDcEfPQl49_PpxQrZcb_SnPE2RKmP0zmpm04uwy40ikAET4JAVivDqFKPav4/s1600/Floreal.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvM4arbiIcENbmcbsycf3NeVrTRiPaWarzbUlo8f0AweJC-aYw-HuR3pTgbE0MBcO4cRrjRRYuAwAwNImNBDcEfPQl49_PpxQrZcb_SnPE2RKmP0zmpm04uwy40ikAET4JAVivDqFKPav4/s1600/Floreal.jpg" width="220" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEBRqojCBohjTqkDGuA9mPPLJkvIhQIoT2imR9CnOXOh3RdRTIN3ZfuAk_L9mAhC6MGz7woGO9D4MOPKgnhZtgTAF6P0I6BD83T_AaTvZ-H2jHmq6HacLB6gZ2s5DvvYRD6JKJrISUAAZh/s1600/ni%C3%B1os,pyf.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEBRqojCBohjTqkDGuA9mPPLJkvIhQIoT2imR9CnOXOh3RdRTIN3ZfuAk_L9mAhC6MGz7woGO9D4MOPKgnhZtgTAF6P0I6BD83T_AaTvZ-H2jHmq6HacLB6gZ2s5DvvYRD6JKJrISUAAZh/s1600/ni%C3%B1os,pyf.jpg" width="222" /></a><br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Maximino regresó a La Huerta en 1940, viudo y con tres hijas. Allí se volvió a casar y tuvo más descendencia. En 1946 se trasladó a Asturias, sin hacer mucho ruido. Primero dio clase en la escuela de Miranda y, más tarde, en la de Figueredo. Concluyó su carrera en tierras castellanas, Villadepalos y Medina de Rioseco, hasta su jubilación en 1958. Murió en Ponferrada, donde está enterrado, en 1973.<br />
<br />
Hoy nadie lo conoce en su Aragón natal, ni tampoco sabe nada de su prodigiosa empresa en tiempos de la República. Y es una pena. Si alguien le prestara alguna atención, quizá se pudieran resolver las muchas incógnitas aún existentes. ¿Qué relación le unía a Ramón Acín? ¿El foco pedagógico aragonés influyó de alguna manera en el extremeño, o viceversa? ¿Tuvo algo que ver en la decisión de Buñuel y Acín de rodar en Las Hurdes? ¿Visitó el rodaje?<br />
<br />
En un presente que sonroja y envilece, en el que la educación pública vuelve a ser ninguneada, con menos presupuesto y profesores para "ahorrar", en el que resurge la asignatura de Religión y desaparece la de Educación para la ciudadanía porque adoctrinaba (sic) —con lo provechosa que les hubiese sido a esos que acaparan bienes de forma compulsiva en supuestos paraísos—, la figura de Maximino Cano y su quijotesco ejemplo deberían ser un espejo en el que mirarnos. Porque él creyó que otra educación era posible, es decir, que otro futuro era posible.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhN3iugtqDYxpZBj7QAZDdc5PBCZ4URW9RGXd7A_fJE0UBoyAZJWm3W5tWdUDL2-Zou7A9Uo9_tSteW0z45TVIg46kuBxPL0iiL-u4GTJ4GSTUkD5-14zi2HnrV6a-YEWAzVBT8hix45SrN/s1600/peri%C3%B3dico2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="103" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhN3iugtqDYxpZBj7QAZDdc5PBCZ4URW9RGXd7A_fJE0UBoyAZJWm3W5tWdUDL2-Zou7A9Uo9_tSteW0z45TVIg46kuBxPL0iiL-u4GTJ4GSTUkD5-14zi2HnrV6a-YEWAzVBT8hix45SrN/s1600/peri%C3%B3dico2.jpg" width="400" /></a></div>
<b><br /></b>
<b>Para saber más:</b><br />
-Almudévar, Valero: <i>Páginas originales (memorias de un maestro de escuela)</i>, Huesca, Museo Pedagógico de Aragón, 2010 (ed. facsímil).<br />
-García Madrid, Antonio: <i>Freinet en Las Hurdes durante la Segunda República: los maestros José Vargas Gómez y Maximino Cano Gascón</i>, Mérida, Editorial Regional de Extremadura, 2008.<br />
—<i>Un ejército de maestros: experiencias de las técnicas de Freinet en Castilla y Extremadura (1932-1936)</i>, Salamanca, Universidad Pontificia, 2009.<br />
-Gertrúdix, Sebastián: <i>Simeón Omella, el maestro de Plasencia del Monte</i>, Zaragoza, Gobierno de Aragón-CAI, 2002.<br />
-Hernández Huerta, José Luis: <i>La influencia de Célestin Freinet en España durante la década de 1930</i>, Villares de la Reina (Salamanca), Anthema, 2005.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-26759991447496710232014-11-04T09:59:00.000+01:002017-05-02T13:57:48.935+02:00Antonio Serón, el Virgilio bilbilitanoEn el otoño de la Edad Media obras literarias, filosóficas y científicas nacidas en Grecia y Roma durante la Antigüedad lograron saltar las tapias de los monasterios donde habían sobrevivido atrincheradas más de mil años y ayudaron a los europeos a dulcificar la asfixiante omnipresencia de la Iglesia y alumbrar una nueva concepción de la existencia.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih_wpmWcHSI-llfvB6mTuW5ggY-cZ2MZ4ckkPVYB8bbedhd3qALg3swHh_-qi10Wt9VTHkuZ5TutKNwcvJjz-46KUHYVLIcXtQfuG9IPuMrgM_3VxRTn7FDW6yz0Upa3NLPPhxuh0MtykG/s1600/Calatayud1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEih_wpmWcHSI-llfvB6mTuW5ggY-cZ2MZ4ckkPVYB8bbedhd3qALg3swHh_-qi10Wt9VTHkuZ5TutKNwcvJjz-46KUHYVLIcXtQfuG9IPuMrgM_3VxRTn7FDW6yz0Upa3NLPPhxuh0MtykG/s1600/Calatayud1.jpg" width="220" /></a>Ese revivir de la cultura clásica, el llamado <b>Renacimiento</b>, surgió en la península Itálica, ya que allí su poso era mayor, y se extendió con rapidez por toda Europa con el eficaz apoyo de la imprenta.<br />
<br />
La imparable marea empapó a infinidad de literatos aragoneses, oscurecidos en nuestros días, a pesar de su valía, por los vaivenes de la historia y el brillo de sus contemporáneos castellanos. Uno de los más desconocidos de entre esa pléyade de desconocidos se llamó <b>Antonio Serón</b>, nació en <b>Calatayud </b>y fue poeta.<br />
<br />
Lo único que se conoce de su biografía es lo que él mismo cuenta en su obra, de forma subjetiva, fragmentaria y sin preocuparse por la exactitud de los detalles. A eso hay que sumar que en esos poemas donde esboza episodios de su azarosa existencia se desdibujan las lindes entre experiencias vividas y ficción alegórica. Su vida se presenta como un relato de aventuras en verso poblado de dioses y criaturas mitológicas, por el que asoman taimados leguleyos, escritores de renombre, sanguinarios piratas, odaliscas de harén, obispos y reyes. Y en él no se sabe a ciencia cierta dónde acaba la realidad y dónde comienza el recurso literario.<br />
<br />
Pero, aunque la trayectoria vital que traza, veraz o fantástica, resulte hoy asombrosa, no fue tan excepcional para su tiempo. De hecho, preludia la de Miguel de Cervantes pues, al igual que el universal creador del <i>Quijote </i>unas décadas más tarde, parece ser que Serón conoció traiciones, pobreza, batallas navales, esclavitud, redención, prisiones y destierros, antes de recibir la visita, al final de sus días, de la fama y los laureles.<br />
<br />
En los manuales de literatura es habitual fechar el origen del Renacimiento en España a comienzos del siglo XVI e, incluso, considerar que la chispa prendió cuando el embajador de Venecia, Andrea Navagero (quien, por cierto, tras su visita a Zaragoza la consideró una “ciudad bellísima”, meritorio elogio en boca de un veneciano), convenció a Juan Boscán, en una tertulia mantenida en los jardines de la Alhambra en 1526, de que en sus poemas adoptase los metros del <i>dolce stil novo</i>, de moda en Italia.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYDYdjyKXNsDjwO_dj8gJm2nI-2h7KiMDEpvIFJf2F4mGdqR_DNb4V58S2P3F9UF5zW2HGl0x0BaqRvhmDTa2XD_YHxvAGkNFAa5ODI1W3DbX9S59v1WIClAFyZ8Lpw5CP4Q22Nbl3YRfQ/s1600/Cancionero_de_St%C3%BA%C3%B1iga.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYDYdjyKXNsDjwO_dj8gJm2nI-2h7KiMDEpvIFJf2F4mGdqR_DNb4V58S2P3F9UF5zW2HGl0x0BaqRvhmDTa2XD_YHxvAGkNFAa5ODI1W3DbX9S59v1WIClAFyZ8Lpw5CP4Q22Nbl3YRfQ/s1600/Cancionero_de_St%C3%BA%C3%B1iga.jpg" width="210" /></a>Sin embargo, en la <b>Corona de Aragón</b> temas y composiciones habituales en la cultura grecorromana, así como nuevas formas poéticas, se iban abriendo paso desde mucho antes. En 1443 el soberano aragonés Alfonso V, tras lustros de combates en la zona, decidió establecer su Corte en <b>Nápoles</b>. Este monarca, entusiasta protector de las artes, se rodeó de un amplio séquito de humanistas entre los que sobresalieron Lorenzo Valla, Antonio Beccadelli (<i>el Panormita</i>), Jorge de Trebisonda y Giovanni Pontano. En Nápoles, todavía en el siglo XV, se llevaron a cabo traducciones de autores griegos y romanos, además de gestarse el <i>Cancionero de Estúñiga</i>, que reunió creaciones de rapsodas aragoneses, catalanes, valencianos, baleares y castellanos, junto a las de italianos.<br />
<br />
Uno de ellos, el aragonés Juan de Villalpando, fue el primero de quien se tiene noticia en llevar al papel <b>sonetos </b>en castellano, si bien con versos de doce sílabas. Un poco después lo haría Íñigo López de Mendoza, el famoso marqués de Santillana, quien se crió literariamente en la Corte aragonesa. Estuvo al servicio de Fernando I y, después, ocupó el cargo de copero de su hijo, Alfonso V. Vinculado durante largo tiempo a los hermanos de este último (los infantes de Aragón evocados por Jorge Manrique: ¿Qué fue de tanto galán / qué de tanta invención / como trajeron?) y admirador confeso de Petrarca, en sus coplas “<i>fechas al itálico modo</i>” adoptó ya el endecasílabo, abriendo la puerta de ese modo a poetas posteriores como Garcilaso, cuya primorosa lírica nunca hubiera sido la que fue sin sus dos estancias en el reino de Nápoles (en 1522-1523 y en 1533).<br />
<br />
El precoz “sabor a Italia” de raíz napolitana pronto tomó cuerpo en tierras aragonesas gracias a la proliferación de academias de humanidades (<b><i>studi humanitatis</i></b>). Frente a la enseñanza escolástica de las Universidades medievales, en poblaciones como Zaragoza, Uncastillo, Daroca, Calatayud y Alcañiz, se empezó a impartir una nueva educación, requerida por los dirigentes del naciente Estado moderno (regidores, legisladores, diplomáticos, docentes, funcionarios, etc.), que ponía un particular acento en el estudio de las lenguas y las letras clásicas.<br />
<br />
En una de esas academias, en el colegio de los jesuitas de Calatayud (sobre su solar se levanta hoy la iglesia de San Juan el Real, con pinturas atribuidas a Goya), Antonio Serón aprendió latín, así como rudimentos básicos de Gramática, Retórica y Poética, bajo la atenta guía de Juan Franco. Su padre ocupaba el puesto de vicario en la administración ciudadana y había puesto un interés especial en su educación desde que vino al mundo en una fecha incierta, ya avanzado el siglo XVI.<br />
<br />
Un temprano e inconveniente enamoramiento, junto a la inestabilidad política y el clima viciado que reinaban en la localidad, que se vio sacudida entre 1517 y 1522 por sangrientas refriegas armadas entre la nobleza y grupos de agricultores, artesanos y comerciantes (descritas por Serón con un tono homérico), movieron a su progenitor a enviarlo a Valencia para continuar con su formación. En la capital del Turia tuvo como maestro a <a href="http://portal.uc3m.es/portal/page/portal/inst_lucio_anneo_seneca/bases_datos/bvhe/biblioteca/f_l/juan_angel_gonzalez">Juan Ángel González</a> y coincidió con otros poetas que ejercieron una notable influencia en sus composiciones, entre ellos <a href="http://www.patriciofalco.com/jaimejuanfalco/index.html">Jaime Juan Falcón</a>, quien mantendría ásperas disputas con otro humanista aragonés, el alcañizano <a href="http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=9817">Juan Lorenzo Palmireno</a>.<br />
<br />
Su plácida vida de estudiante junto al Mediterráneo, que añoró luego en sus rimas, se derrumbó cuando, al regresar a Calatayud para poner en orden los temas de la herencia tras el fallecimiento paterno, advirtió con estupor que el albacea testamentario, el jurisconsulto Antonio Calvo, le había desposeído de forma arbitraria de los bienes en depósito y que quedaba poco menos que en la indigencia (tal vez por ostentar la condición de hijo natural). Y después de acudir sin éxito a los tribunales y ver que vecinos y antiguos amigos le daban la espalda, se vio obligado a abandonar su ciudad natal sin recurso alguno.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRVacg-Ya2lcron2kZZYR0UhB9Wh1U4pWsksAboeEYI_sUywZQm5VrOOqdmY_JfnU1IRPRkl_6nhxszMlt4CTl0l1_o3sGKApwu38c6SA_I0yud3Zeb39jlnaPx_7Btcri1NIlv7bmhDec/s1600/Turgut_Reis.jpg.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRVacg-Ya2lcron2kZZYR0UhB9Wh1U4pWsksAboeEYI_sUywZQm5VrOOqdmY_JfnU1IRPRkl_6nhxszMlt4CTl0l1_o3sGKApwu38c6SA_I0yud3Zeb39jlnaPx_7Btcri1NIlv7bmhDec/s1600/Turgut_Reis.jpg.jpeg" width="280" /></a>Hay quien piensa que se alistó entonces en el ejército de Carlos I. No era raro en la época alternar la pluma y la espada, ya se tratara de miembros de la Corte, como los citados Jorge Manrique y Garcilaso (ambos fueron heridos de muerte en combate), o de figuras más alejadas del poder, como Cervantes, que perdió el uso de una mano en Lepanto tras recibir un disparo de arcabuz. Sin embargo, es más que probable que Serón, de haber participado en alguna campaña militar lo hubiese hecho constar en sus escritos (una vez magnificada e idealizada su intervención), donde encuentra un hueco todo suceso excepcional que vivió.<br />
<br />
Él sólo señala que cuando todavía no había cumplido los treinta años y se dirigía hacia Italia por mar, su embarcación fue abordada por el corsario otomano <b>Dragut</b>, sobrenombre dado al célebre Turgut o Turgut Reis (<i>reis </i>significa almirante). Los turcos lo consideran, aún hoy en día, uno de sus grandes héroes. Le han dedicado una imponente estatua en Estambul y su localidad natal, en la costa de Anatolia, lleva con orgullo su nombre. Los españoles, por el contrario, lo tenían por un personaje abominable, de legendaria ferocidad, y así aparece retratado, por ejemplo, en <i>Los trabajos de Persiles y Segismunda</i>, novela cervantina en la que “azota a los remeros cristianos con el brazo muerto de otro cristiano cautivo”.<br />
<br />
Lo cierto es que, en 1540, cuando apenas llevaba unos años surcando los mares, el navegante turco había sido apresado por Gianetti Doria, sobrino del almirante genovés Andrea Doria. Y pasó una larga temporada esclavizado como galeote o encadenado en una sucia mazmorra, una humillación que no ayudó a incrementar su afecto por los cristianos. No fue liberado hasta 1544, por Jeireddín <i>Barbarroja</i>, a quien sucedería en el mando de la flota corsaria, una vez satisfecho un descomunal rescate que los genoveses se vieron obligados a aceptar cuando 250 naves turcas pusieron cerco a su puerto.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghZAFTJtQxbdUcKOi7z-Z7kWNQE3-oPLH1-jMXBDWzHellFhIQFzmaktDaHriahAUCJ_8-iVhjqaVuRJIby-Ud_ueLodEKzvR6WOpcK3ss9ZHlRshu7oyZ4ED2qilHEOFoDuZi9BZg09Ds/s1600/Hagia+Sophia,+interior,+east.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghZAFTJtQxbdUcKOi7z-Z7kWNQE3-oPLH1-jMXBDWzHellFhIQFzmaktDaHriahAUCJ_8-iVhjqaVuRJIby-Ud_ueLodEKzvR6WOpcK3ss9ZHlRshu7oyZ4ED2qilHEOFoDuZi9BZg09Ds/s1600/Hagia+Sophia,+interior,+east.jpg" width="203" /></a>Dragut no solía matar a sus “presas”, pues prefería obtener de ellas un beneficio económico. Llevó a Serón y al resto de sus compañeros a <b>Estambul</b>. Y allí fue vendido ante las puertas de la antigua basílica de Santa Sofía, reconvertida en mezquita, a un rico amo, quien lo puso al servicio de una de sus siete esposas, “blanca de piel, delgada, alta, de rostro apacible, ojos verdes, hermosa de cara, de seno redondo”.<br />
<br />
Ésta, desatendida por un marido que sólo le dedicaba un día a la semana, según riguroso turno, se prendó del poeta (como Dido de Eneas). Los iniciales requerimientos de su dueña: “Tú eres mi dulce amor, tú mi placer exquisito, yo tu sierva, tú mi señor” no tardaron en convertirse en amenazas: “Créeme, en tus manos está tu vida. Volverás libre a España. Si desprecias mi amor, serás siempre mi esclavo”. Y ante tal disyuntiva, alguien que “no era tan ignorante en las cosas del amor”, alguien a quien “muchas veces habían solicitado mujeres hermosas”, ¿qué podía hacer?, “ni podía librarme de la esclavitud, ni ver en parte alguna ninfas tan propicias. El amor me conturbaba pues ¿quién ante una mujer así, joven y hermosa, que vencería a los brillantes del cielo, resistiría insensible y no respondería a la amante?”.<br />
<br />
Rendido a los deseos de su propietaria, la muelle “esclavitud” de Serón (nada que ver con el terrible cautiverio de Cervantes en Argel años después) se prolongó durante un tiempo en una de las ciudades más fascinantes del mundo en aquel momento. Bajo el dictado de Solimán <i>el Magnífico</i>, la capital otomana vivía un apogeo político y cultural que dejaría huellas indelebles. Pero, con el correr de los meses, el aragonés comenzó a echar de menos su tierra y, sobre todo, su condición de poeta, pues había abandonado cálamo y tintero. Letraherido, convenció a un mercader veneciano para que le ayudara a huir. Y escondido en su navío pudo alcanzar la costa italiana.<br />
<br />
Visitó Roma y poco después se instaló en Borja, bajo la protección del turiasonense Carlos Muñoz Serrano, clérigo y alto funcionario real que acabaría de obispo de Barbastro y a quien Serón dedicó varios poemas. El giro dado allí a su vida fue definitivo. Según cuenta, en un sueño se le apareció la Virgen y le aconsejó abandonar su sempiterno vagar y sus liviandades de juventud, además de vestir cogulla, ser morador del Carmelo y conducir el rebaño a “conocidos rediles” y “abrigadas sombras”.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMIzIdnx1wIGokrVSXVeM23bREmeeU_NxOTPQNL5EgB5uINkJaw8AudFeFDqNxpKXhdGmNgec9m4GC6PP0noM9ZECZ0Qmn_BmgdlO165Iu0mfOz9ZXBiuUw7OVzs5gYFnFEv7Fjxf_kz2W/s1600/Borja2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMIzIdnx1wIGokrVSXVeM23bREmeeU_NxOTPQNL5EgB5uINkJaw8AudFeFDqNxpKXhdGmNgec9m4GC6PP0noM9ZECZ0Qmn_BmgdlO165Iu0mfOz9ZXBiuUw7OVzs5gYFnFEv7Fjxf_kz2W/s1600/Borja2.jpg" width="266" /></a>Su vida conventual, sin embargo, resultó bastante efímera. Un sacerdote lo acusó de impío, disoluto, lascivo y hechicero (preparador de sortilegios amatorios) ante el obispo de Tarazona, Juan González de Munébrega, quien compatibilizaba ese cargo con el de inquisidor de Sevilla, donde fue flagelo de erasmistas y librepensadores durante décadas. Y, pese a proclamar su inocencia, acabó en un calabozo hasta oír la definitiva sentencia: destierro de la diócesis.<br />
<br />
Inició en aquel momento un prolongado errar que le llevó, como profesor de Gramática y Retórica, a un sinfín de poblaciones de Andalucía, Castilla y Galicia, en ocasiones en condiciones de extrema precariedad. Hasta que a comienzos de la década de 1560 fue coronado por Felipe II con el título de “poeta laureado” (al parecer, a petición de las autoridades literarias de Calatayud). Gracias a ese galardón, su prestigio se incrementó de forma considerable y fue invitado a impartir docencia en Huesca, Zaragoza y Lérida, ciudad esta última donde se pierde su rastro alrededor de 1568.<br />
<br />
Antonio Serón fue un poeta bastante prolífico. Sus obras llaman la atención por su estilo elegante, de métrica pulcra y precisa, y no pocos pasajes de notable inspiración, que hunden sus raíces en la poesía latina de tiempo de Augusto, una edad áurea marcada por autores de la envergadura de Virgilio, Horacio y Ovidio. Pero su característica más reseñable es que todas ellas están escritas en latín clásico. La zambullida en la Antigüedad alcanzó en Aragón tal profundidad que muchos de sus literatos sólo se expresaron en dicha “lengua muerta”. En ese terreno, en cantidad y en calidad, las letras aragonesas deslumbraron como ningunas otras durante todo el siglo XVI.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiX0TyzCkAgtK5J0mx4llLNL-pGfypzp_QJIAWam82hoeN4-3lBNsmBg5yd0CcjoRn6SSZy96ni7slCNVe8HBz1NEFFWey1fr_vwLl9upJybPjENXRThl4knhaaW1tV5ZGppXVOqj0MRiy5/s1600/reyesArag%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiX0TyzCkAgtK5J0mx4llLNL-pGfypzp_QJIAWam82hoeN4-3lBNsmBg5yd0CcjoRn6SSZy96ni7slCNVe8HBz1NEFFWey1fr_vwLl9upJybPjENXRThl4knhaaW1tV5ZGppXVOqj0MRiy5/s1600/reyesArag%C3%B3n.jpg" width="213" /></a>Su proyecto más ambicioso cristalizó en un extenso poema épico, en tres libros, <b><i>Aragonia</i></b>, en el que evoca la historia de Aragón, desde sus legendarios orígenes hasta la elección del conde barcelonés Ramón Berenguer como marido de Petronila, la única hija de Ramiro II <i>el Monje</i>. Su reconocible ideal se encuentra en la mítica fundación de Roma narrada por Virgilio en <i><b>La Eneida</b></i>. Y como el padre literario del héroe troyano, Serón sacrificó el rigor histórico en aras de la belleza poética, al contrario que su contemporáneo Jerónimo Zurita, quien en esa misma época hilvanaba sus <i>Anales de la Corona de Aragón</i>.<br />
<br />
Además de ese magno texto, al que dedicó sus mayores afanes y tiempo, Serón escribió una serie de poemas de carácter narrativo o descriptivo, en su mayoría silvas y elegías (en la literatura latina, elegía es una composición que alterna un verso hexámetro y otro pentámetro, asociada a temas amorosos, lejos del luctuoso sentido actual). Se sirvió de ellos para dar a conocer líricamente fragmentos de su biografía, pero también para elogiar a algunos autores de su siglo, como Nebrija o <a href="http://servicios.laverdad.es/escritores-murcia/12_pagan.html">Diego Ramírez Pagán</a> (“el segundo Ovidio”), a quien debió de conocer en Valencia, así como para reprender a otros, en particular al navarro Jerónimo de Arbolanche, censurado asimismo por Cervantes en su <i>Viaje al Parnaso</i>.<br />
<br />
Su crítica se convierte en social cuando recorre el infierno acompañado por su admirado Virgilio, tal como Dante en la <i>Divina Comedia</i>. Allí observa los tormentos que padecen politeístas, mahometanos y herejes, pero también cómo penan jueces venales, abogados codiciosos y eclesiásticos ávidos de poder o mujeriegos.<br />
<br />
En uno de sus poemas más estimados describe la Calatayud de su niñez. Pocas ciudades españolas, si es que hay alguna, tienen la suerte de contar con un testimonio de primera mano de muchas de sus antiguas calles y de las gentes que las habitaban, ya que el poeta recorre las vías urbanas y detalla quiénes eran sus moradores, con nombres y apellidos, qué negocios las dotaban de vida y los festejos que en ellas se celebraban.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmbyxuJrk4o_ExjGt16VEvyi-M9JSGRfgDMXzQdzva3DeuEP-IQmSBOcFJGo9VBRrUVGGIgXs71bzsJOXDenuesv6KXGefD9_avQ4IMXgPC6omNV8U2ssnqKOaJ-B22ZqohOQjI11SWxz7/s1600/amantes.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="207" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmbyxuJrk4o_ExjGt16VEvyi-M9JSGRfgDMXzQdzva3DeuEP-IQmSBOcFJGo9VBRrUVGGIgXs71bzsJOXDenuesv6KXGefD9_avQ4IMXgPC6omNV8U2ssnqKOaJ-B22ZqohOQjI11SWxz7/s1600/amantes.JPG" width="320" /></a></div>
<br />
Y en dos cuestiones de interés se tiene a Serón por pionero. Fue el primero en versificar la historia de amor de Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla, los “<b>Amantes de Teruel</b>”, cuyas supuestas momias fueron halladas en 1555. Y también aparece como precursor en el uso del gentilicio “<b>bilbilitano</b>”, que terminó imponiéndose con el tiempo a calatayubí o calatayucense, hasta entonces en uso.<br />
<br />
Su pluma estuvo siempre guiada por “Cintia”, denominación que da a su musa. Se trata del mismo alias que Sexto Propercio, poeta latino contemporáneo de Augusto, empleó para enmascarar a su amada. E igualmente puso título a una colección de versos, <i>Cintia, historia de dos amantes</i>, firmada por uno de los más notables humanistas del siglo XV europeo, Eneas Silvio Piccolomini, más conocido como Pío II tras ser elegido papa, en 1458 (esa obra, que reúne veintitrés composiciones de tema erótico, tiene como protagonista a una joven de quien el futuro Sumo Pontífice se había enamorado cuando estudiaba en la Universidad de Siena; censurada con posterioridad por las autoridades eclesiásticas, vería la luz de nuevo a finales del siglo XIX).<br />
<br />
En vida, Antonio Serón fue elogiado por su amigo Ramírez Pagán en su <i>Floresta de diversa poesía</i> (1562). Pero su muerte trajo de la mano un rápido olvido. Sólo algunos eruditos repararon en su figura y obra. Ya en el siglo XVII, el zaragozano Juan Francisco Andrés de Uztarroz lo citó en <i>Aganipe de los cisnes aragoneses celebrados en el clarín de la fama</i>, en el que pretendía congregar a los escritores patrios más sobresalientes. Y el sevillano Nicolás Antonio, que reunió nada más y nada menos que a todos los literatos hispanos desde Augusto hasta sus días, lo menciona en su <i>Bibliotheca hispana nova</i>.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg83O7r6DFE-9F-FRDN7oBOmwTdX-mQBslIlJ9HLCVvc8zY3_pNKMLzhalRuyC35bBGY0WGU02PEcOaKjkvwItVzfKz_5uOhMg3DgFCwaHEU2mwxleRJOdcM8pw-vbIdVCpFEK-PP3U3gB1/s1600/Ser%C3%B3n116.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg83O7r6DFE-9F-FRDN7oBOmwTdX-mQBslIlJ9HLCVvc8zY3_pNKMLzhalRuyC35bBGY0WGU02PEcOaKjkvwItVzfKz_5uOhMg3DgFCwaHEU2mwxleRJOdcM8pw-vbIdVCpFEK-PP3U3gB1/s1600/Ser%C3%B3n116.jpg" width="320" /></a>El también zaragozano Ignacio Jordán de Asso fue el primero en publicar una selección de sus poemas, en 1781. Lo hizo en Ámsterdam, donde ejercía de cónsul español, con el título <i>Antonii Seronis bilbilitani carmina</i>. En su tarea es probable que se valiera del manuscrito hoy guardado en la Biblioteca Nacional con el número 3663 y que con anterioridad fue posesión de Bartolomé Morlanes, capellán de la basílica del Pilar. Unos años más tarde, Félix Latassa recogió su nombre, al que sumó escuetos datos biográficos, en su <i>Biblioteca de escritores aragoneses</i>.<br />
<br />
Pese a su evidente calidad y a que ha sido traducido hace escasas fechas por José Guillén Cabañero, en nuestros días nadie se ocupa en leer a Serón. Tanto los latinistas, cuyo interés se circunscribe a la Antigüedad, como los estudiosos del Renacimiento, ocupados en analizar los textos en castellano, lo ignoran. Como consecuencia, se ha instalado en tierra de nadie, en el limbo, en compañía de otros aragoneses que durante el siglo XVI escribieron en la lengua de Cicerón. Bueno, o ahí estaba hasta que el papa Benedicto XVI decidió suprimir el limbo.<br />
<br />
<b>Para saber más</b>:<br />
-Pérez Lasheras, Antonio: <i>La literatura del reino de Aragón hasta el siglo XVI</i>, Zaragoza, Ibercaja-DPZ, 2003.<br />
-Sánchez Portero, Antonio: <i>Noticia y antología de poetas bilbilitanos</i>, Calatayud, Imp. Tipo Línea, 1969.<br />
—<i>Segunda Noticia y antología de poetas bilbilitanos</i>, Calatayud, Centro de Estudios Bilbilitanos, 2005.<br />
-Serón, Antonio: <i>Obras completas de Antonio Serón</i> (2 vols., ed. José Guillén), Zaragoza, IFC, 1982.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-21663216597438180812014-06-05T21:41:00.000+02:002015-09-09T21:57:31.136+02:00Al-Mutamín (o Al-Mutamán), el matemático que fue reyEn nuestros días, sofocados por la zozobra en la que nos han sumido, los términos “gobernante” y “sabio” parecen pertenecer a universos opuestos, antitéticos. Sin embargo, esto no siempre ha sido así. Hubo otras épocas en que personas inteligentes, versadas con gran aprovechamiento en diferentes ciencias, se ocuparon también de tareas políticas y orientaron su capacidad y tiempo al servicio de la comunidad.<br />
<br />
Uno de esos singulares prohombres se llamó Abú Amir Yúsuf ben Ahmed ibn Hud, aunque los cronistas se refieren a él por el sobrenombre que adoptó: <b>Al-Mutamín </b>(o <b>Al-Mutamán</b>), “el que confía en Dios”. Reinó en la <b>taifa de Saraqusta </b>(<b>Zaragoza</b>), ciudad en la que había nacido hacia el año 1040 (el 431 del calendario musulmán), y, tras recientes investigaciones, hay quien ha llegado a la conclusión de que, pese a morir bastante joven, se trata del matemático más brillante en la historia de la península Ibérica y, posiblemente, el más sobresaliente de toda la Europa medieval. Hasta tal punto ha asombrado la magnitud de sus logros que algunos especialistas han planteado la posibilidad de cambiar los nombres de varios teoremas clásicos de la <b>Matemática</b>, pues Al-Mutamín los expuso siglos antes de que fueran “descubiertos” y divulgados en Occidente.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgggM1WudzmedrxtHcJcgbRhSwCiCYSDgkRUtKSnVY313OCFXIq2puqSBbGC_W7AAOMSLNr-PTp4-iHZVOiUD0E1yCAqspavHASsbxPJWMaenLiS42fYlg5RvKDv78S86tZz0HQUOhKnOfq/s1600/Aljafer%C3%ADa18.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgggM1WudzmedrxtHcJcgbRhSwCiCYSDgkRUtKSnVY313OCFXIq2puqSBbGC_W7AAOMSLNr-PTp4-iHZVOiUD0E1yCAqspavHASsbxPJWMaenLiS42fYlg5RvKDv78S86tZz0HQUOhKnOfq/s1600/Aljafer%C3%ADa18.JPG" width="220" /></a>Al contrario de lo que mucha gente cree, el Islam no sólo floreció en el sur peninsular. Hubo otras zonas de lo que hoy es España donde la cultura musulmana alcanzó un espectacular desarrollo. Una de ellas fue el valle del Ebro, espina dorsal de la llamada Marca Superior, un territorio de frontera cuya cabeza visible era Zaragoza. Tales fueron su arraigo en la zona y su poderío que, por ejemplo, en su avance hacia el Sur los cristianos ocuparon antes Toledo (1085), ya en La Mancha, que Huesca (1096), a las puertas del los Pirineos.<br />
<br />
Después de una tumultuosa relación plagada de constantes pugnas entre la autoridad central y los poderes islámicos locales, estos últimos aprovecharon la <i>fitna </i>o guerra civil que despedazaría el hasta entonces próspero califato de Córdoba para constituir, a comienzos del siglo XI, un reino o taifa independiente. Dos linajes árabes con origen en el Yemen, los Tuyibíes y los Hudíes, se sucedieron en el trono y Saraqusta conoció con ellos un periodo de prodigioso esplendor.<br />
<br />
El padre de Al-Mutamín y segundo miembro de la dinastía hudí, Abú Yafar Ahmed ben Sulaymán, extendió el dominio saraqustí hasta el mar al ocupar Tarragona, Tortosa y Denia. Y Zaragoza contó con un puerto muy activo, al igual que en época romana. El Ebro, navegable, se convirtió en aventajado camino para el tránsito de mercancías, gentes e ideas hacia el Mediterráneo, en especial las costas de Siria y Egipto, en viajes de ida y vuelta.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0nhKaOOOdTCsor2qrkB2YwKp5iVVqF6muQXc-Nw3y_pn0UcPpYzqbUUck7lMRv9SSXJqpfPmNSaSP3ZD_oaaErobbTinj8eB2ZfUa8-Q1FuhC0DpGgBV3FF7jKtEVvJ_f1hZnNdbqacMQ/s1600/mapa1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="262" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0nhKaOOOdTCsor2qrkB2YwKp5iVVqF6muQXc-Nw3y_pn0UcPpYzqbUUck7lMRv9SSXJqpfPmNSaSP3ZD_oaaErobbTinj8eB2ZfUa8-Q1FuhC0DpGgBV3FF7jKtEVvJ_f1hZnNdbqacMQ/s1600/mapa1.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
En 1064, dicho rey recuperó Barbastro, que había sido sometido un año antes por la primera cruzada de la historia, animada por el papa Alejandro II (una especie de ensayo de las que unas décadas más tarde asolaron Tierra Santa), y se ganó a pulso el sobrenombre de <b>Al-Muqtadir Billáh</b>, “el victorioso con la ayuda de Dios”. En las afueras de Zaragoza mandó levantar una residencia de ensueño, como sacada de un cuento de <i>Las mil y una noches</i>, la <b>Aljafería</b>, a la que el propio monarca calificó en un poema como el “palacio de la alegría” (<i>qasr al-surur</i>). Y en ella reunió una Corte de ilustrados, musulmanes y judíos, instruidos en múltiples saberes. Literatos, filósofos y científicos de todo Al-Ándalus, que huían de la contienda fratricida, buscaron refugio a orillas del Ebro y aquí se sumaron a los eruditos autóctonos, que ya despuntaban.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVUdJA64qhrmxk6DgxakGDAT1S2ww1yKVQ8WapxnIA1WTrUupiDh2oM2YZnVaI0UOr9U67nupeJF9pvjHOORZ68v1erArmryGkpv-pUiU8Z5YL_UnhVFcvc-c2cULVsmCQUCzuvYRg_JE_/s1600/Aljafer%C3%ADa3.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVUdJA64qhrmxk6DgxakGDAT1S2ww1yKVQ8WapxnIA1WTrUupiDh2oM2YZnVaI0UOr9U67nupeJF9pvjHOORZ68v1erArmryGkpv-pUiU8Z5YL_UnhVFcvc-c2cULVsmCQUCzuvYRg_JE_/s1600/Aljafer%C3%ADa3.JPG" width="240" /></a>En este ambiente creció Al-Mutamín, rodeado de señeros hombres de ciencia. Su interés se centró en los matemáticos y los astrónomos. Los primeros estaban ligados a figuras como Abú Abd Allah Assaraqustí o el cordobés Al-Karmani, difusor del neoplatonismo a través de la llamada <i>Enciclopedia de los Hermanos de la Pureza</i>. Entre los segundos descollaba Ahmad ben Muhammad Al-Naqqash, quien fabricó un astrolabio que custodia con especial celo el museo Nacional Germánico de Núremberg.<br />
<br />
Aun cuando el dilatado reinado paterno, que se extendió entre 1046 y 1081, le permitió dedicar parte de su tiempo al estudio, Al-Mutamín no abandonó sus obligaciones cortesanas. De esta forma, al fallecer su progenitor, estuvo en disposición de gobernar con destreza un reino ya debilitado e inmerso en una espinosa encrucijada, puesto que todas sus fronteras se veían amenazadas por temibles antagonistas, no solo cristianos sino también musulmanes. Castilla aguardaba expectante la oportunidad de poner el pie en territorio saraqustí. Pero las mayores amenazas provenían del Norte y del Este, donde el joven reino de Aragón y los condados catalanes se expandían con gran pujanza, y donde su hermano menor Al-Mundir, asentado en Lérida, le negó el vasallaje y se alzó en rebeldía.<br />
<br />
Para contrarrestar el poder de sus enemigos, Al-Mutamín contó durante su gobierno, desde el primer al último día, con la inestimable ayuda de un aliado a sueldo, Rodrigo Díaz de Vivar, <b>el Cid Campeador</b>. El célebre cantar de gesta que relata sus hazañas, compuesto más de un siglo después de los hechos históricos, silencia su servicio a las órdenes del monarca saraqustí y ahorma la realidad a necesidades propagandísticas y literarias. En sus versos, a golpe de espada, cercenando cabezas y miembros de “moros” a diestro y siniestro hasta que <i>le va por el codo abajo mucha sangre chorreando</i>, el caballero castellano se abre paso por los dominios zaragozanos (<i>todas las tierras aquellas mucho que las saqueaba</i> / <i>y ya también Zaragoza la tiene sujeta a parias</i>), que el poema épico hace depender equivocadamente del rey de Valencia.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjteYEpcrZWg6iX03vrXQ0Df_qbO3H8itdUBRLbRasqVi7i8skQkTaiP_OwnLe9Md0Uxn6Ii5RGg6kBWSqo5wH1_Hjv5Du8hgl87gj3Q2E31ORxbcRbBFI6dFFUZjyIdxAyXVpN6xh1Cg-h/s1600/combate_cat_teruel.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjteYEpcrZWg6iX03vrXQ0Df_qbO3H8itdUBRLbRasqVi7i8skQkTaiP_OwnLe9Md0Uxn6Ii5RGg6kBWSqo5wH1_Hjv5Du8hgl87gj3Q2E31ORxbcRbBFI6dFFUZjyIdxAyXVpN6xh1Cg-h/s1600/combate_cat_teruel.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Pero la realidad fue otra, muy distinta a la cantada por los juglares. El Cid, al frente de su hueste mercenaria en el exilio, se convirtió en el brazo armado de la política de Al-Mutamín. Se mantuvo siempre fiel al zaragozano, con quien formó un tándem cabal. Y en su nombre batalló sin descanso y derrotó en varias ocasiones, pese a una clara inferioridad numérica, a los ejércitos coaligados de Al-Mundir, el rey de Aragón Sancho Ramírez y el conde barcelonés Ramón Berenguer II (a este último le arrebataría <i>Colada</i>, una de las dos espadas, junto a <i>Tizona</i>, que la tradición le atribuye). Para los habitantes de la taifa era un héroe admirado y sólo el repentino fallecimiento del monarca musulmán en otoño de 1085, unas semanas después de que todo Al-Ándalus llorara sobrecogido la conquista cristiana de Toledo, pondría fin a la alianza.<br />
<br />
La herencia política de Al-Mutamín no le sobrevivió mucho tiempo. Su hijo y sucesor, Al-Mustaín (“el que implora la ayuda de Dios”), pudo mantener la independencia del reino ante los nuevos paladines del Islam occidental, los almorávides. Pero no fue capaz de detener el imparable avance de los aragoneses y encontró la muerte en combate, en 1110, a manos de las tropas de Alfonso I <i>el Batallador</i>.<br />
<br />
No sucedió lo mismo, por suerte, con el legado intelectual de Al-Mutamín. Aunque también cultivó la Filosofía, el saraqustí se volcó en la redacción de un compendio enciclopédico de la Matemática más avanzada de su época, el <b><i>Libro de la perfección</i> </b>(<i style="font-weight: bold;">Kitab al-Istikmal</i>).<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMpOLnAA8_Jokka9Ccud6Q4n85vVXtq_zI8kDWzvqL25cp1vf_X338pxi7Ge8XCAFte5tiLCdM6v26K6s0xk8_QFfD4DJjHrojNRdiBptLE_-D84-EnzqtAPUPEm3yF8eIcXr2FuRI3HrO/s1600/al-Istikmal2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMpOLnAA8_Jokka9Ccud6Q4n85vVXtq_zI8kDWzvqL25cp1vf_X338pxi7Ge8XCAFte5tiLCdM6v26K6s0xk8_QFfD4DJjHrojNRdiBptLE_-D84-EnzqtAPUPEm3yF8eIcXr2FuRI3HrO/s1600/al-Istikmal2.jpg" width="199" /></a>En ese tratado, el más extenso escrito hasta entonces, se recogen, glosadas en profundidad, lo que los musulmanes llamaban “ciencias de los antiguos”. Es decir, los escritos científicos de la Grecia clásica (Euclides, Arquímedes, Teodosio de Bitinia, Menelao de Alejandría, Apolonio de Pérgamo, etc.), reunidos y conservados en Bagdad por orden de los califas abasíes desde mediados del siglo VIII. A esos textos se añaden descubrimientos destacados de las primeras generaciones de matemáticos musulmanes. En particular, de Thabit ibn Qurrá e Ibn Al-Haytham (el Alhacén de los cristianos). No hay que olvidar que la erudición islámica desarrolló enormemente la aritmética decimal, las fracciones y la trigonometría plana y esférica, así como la resolución de ecuaciones. De ella proceden los números que usamos en la actualidad (números “arábigos”), junto a términos tan comunes hoy en día como algoritmo o álgebra.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
En el <i>Libro de la perfección</i> se diseccionan infinidad de postulados de Aritmética (teoría de los números, números amigos, números irracionales, razones y proporciones...) y Geometría (geometría plana, geometría de la esfera y otros cuerpos sólidos, secciones cónicas...), así como sus aplicaciones en ciencias como la Óptica y la Astronomía.<br />
<br />
Sin embargo, no se trata tan solo de una recopilación y unos comentarios de teorías ajenas. Su presentación es novedosa e inédita, al estructurar el contenido de acuerdo a las categorías de la <i>Lógica </i>de Aristóteles y dividirlo en géneros y especies. A su vez, incluye aportaciones originales de gran mérito. Una de ellas es la resolución, nunca antes hecha, del denominado<b> <a href="http://mimosa.pntic.mec.es/jgomez53/matema/proteo/teoceva.htm">teorema de Ceva</a></b>, una proposición geométrica que no pudo ser demostrada en Europa hasta ¡seis siglos después!, cuando en 1678 lo consiguiera el milanés Giovanni Ceva.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNPCzomv5k87JhLiEBrLDRDTPU3os7b99Wkd_01MeP8MiR1BGBSqW7oV7vNLPuvCz2DPaDZBXLf_XCtnIJ-agAKXwDzz5C9KDtdm4zfrUbmsZcOBhYyMX__DeeC7eq62RlPOvpdyebjsnc/s1600/Teorema_de_Ceva2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNPCzomv5k87JhLiEBrLDRDTPU3os7b99Wkd_01MeP8MiR1BGBSqW7oV7vNLPuvCz2DPaDZBXLf_XCtnIJ-agAKXwDzz5C9KDtdm4zfrUbmsZcOBhYyMX__DeeC7eq62RlPOvpdyebjsnc/s1600/Teorema_de_Ceva2.jpg" width="292" /></a>Como se ve, la influencia de los escritos de Al-Mutamín no llegó a alcanzar la Europa cristiana, a pesar de que su biblioteca personal fue salvada y trasladada a Rueda de Jalón, refugio de los últimos Hudíes, antes de que <i>el Batallador </i>tomara Zaragoza. Unos años más tarde, cuando Rueda pasó a depender de la diócesis de Tarazona, traductores al servicio del obispo Miguel de Toulouse, en particular Hugo de Santalla (“<a href="http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=5090">Escuela de Traductores de Tarazona</a>”), trabajaron en los manuscritos allí guardados. Pero no existe ninguna referencia a la obra del rey matemático.<br />
<br />
Por el contrario, sí que circuló por el mundo musulmán. Uno de los primeros estudios científicos de <b>Maimónides </b>fue una revisión exhaustiva del <i>Libro de la perfección</i>, cuyo contenido dieron a conocer en el Egipto fatimí los discípulos del pensador judío nacido en Córdoba. Y desde allí se difundió a otras zonas de dominio islámico, pues se ha documentado su presencia en Bagdad en el siglo XIV.<br />
<br />
Su rastro, sin embargo, se perdió en el tiempo y hasta hace escasas fechas el texto de Al-Mutamín era desconocido. Fragmentos anónimos de un manual matemático, que hoy se sabe que pertenecen al <i>Libro de la perfección</i>, fueron catalogados en bibliotecas de Leiden, Copenhague y El Cairo. Pero hasta 1985 no se produjo su resurrección, cuando fue hallada una copia en la biblioteca L’Askeri Müze de Estambul procedente de la colección de obras científicas del cultivado sultán otomano Mehmed II (1432-1481), el mismo que con la conquista de Constantinopla puso irreversible fin al milenario Imperio Romano de Oriente. Esa resurrección fue definitiva tras ser encontrada, poco después, una segunda copia en la capital egipcia.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQfvFeWZbctqiJwy8Sf0qxzJjeZpuAB7tPxYAesjHN-jq72xgU7W4IZdGNfts1tTMKJnyDmdLGU53NBYau6rJv8ed9eeBva1Y2BYj24ZaLctbEZYuyeEc-VPGWPLSeKEKEmxmqAgeH2Oys/s1600/astrolabio1.tif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQfvFeWZbctqiJwy8Sf0qxzJjeZpuAB7tPxYAesjHN-jq72xgU7W4IZdGNfts1tTMKJnyDmdLGU53NBYau6rJv8ed9eeBva1Y2BYj24ZaLctbEZYuyeEc-VPGWPLSeKEKEmxmqAgeH2Oys/s1600/astrolabio1.tif" width="151" /></a><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVWZhqzUpUaCWzdXOHYLRBAuLw_LGt91695fn8fJt5Z6lz8N0M2hZpKtcGgdwNKCi5219TzwA2UVjI46vuZbcowkzTT_VLT5vhJDjydynnVBtr8acm6JCRCPuEKK5MwMnZ7kLJOdqtvN6K/s1600/astrolabio2.tif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVWZhqzUpUaCWzdXOHYLRBAuLw_LGt91695fn8fJt5Z6lz8N0M2hZpKtcGgdwNKCi5219TzwA2UVjI46vuZbcowkzTT_VLT5vhJDjydynnVBtr8acm6JCRCPuEKK5MwMnZ7kLJOdqtvN6K/s1600/astrolabio2.tif" width="145" /></a></div>
<br />
Dos profesores universitarios, el holandés Jan Hogendijk y el argelino Ahmed Djebbar, han dedicado desde entonces muchas horas de estudio a los trabajos matemáticos de Al-Mutamín. Y este último advirtió, además, que una obra de Ibn Sartaq (siglo XIV), que se conserva en dos códices en El Cairo y Damasco, es en realidad una versión del <i>Istikmal </i>que permite completar las partes que faltan en otros repertorios.<br />
<br />
De la importancia de los hallazgos de este rey sabio habla el hecho de que Al-Mutamín se convirtiera en el tema estrella del XIX Congreso Internacional de Historia de la Ciencia, certamen auspiciado por la UNESCO cada cuatro años y celebrado en Zaragoza en 1993 (cuando aún no había que ahorrar también en sabiduría), al que acudieron más de 1.300 científicos de todo el mundo, entre ellos varios premios Nobel. En él, los conocimientos acopiados por el zaragozano asombraron a todos los presentes y, aunque hoy arrinconado, quedó certificado que se trata de uno de los matemáticos más sorprendentes y magistrales de la historia.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUEKdjSRKytEDzHM26ND4PRx54lLeGgvh1mKS9ja1kn9HjlVO1IBrB90Ytm4u486Lg0bT-bppITtTX3RDwWflOdkuownRNC2Al0WYcGPxWoRtgUQDXvXqroiK98jarpep61qWh_ZI2nhQ2/s1600/Aljafer%C3%ADa21.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="205" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUEKdjSRKytEDzHM26ND4PRx54lLeGgvh1mKS9ja1kn9HjlVO1IBrB90Ytm4u486Lg0bT-bppITtTX3RDwWflOdkuownRNC2Al0WYcGPxWoRtgUQDXvXqroiK98jarpep61qWh_ZI2nhQ2/s1600/Aljafer%C3%ADa21.JPG" width="320" /></a></div>
<b><br /></b>
<b>Para saber más</b>:<br />
-Andú, Fernando: <i>El esplendor de la poesía en la taifa de Zaragoza</i>, Zaragoza, Mira, 2007.<br />
-Al-Gazzar, Abu Bakr: <i>Diwan. Abu Bakr al-Gazzar, el poeta de la Aljafería</i>, Zaragoza, Prensas Universitarias (Col. Larumbe), 2005.<br />
-Cervera, M ª José: <i>El reino de Saraqusta</i>, Zaragoza, CAI, 1999.<br />
-Corral, José Luis: <i>El salón dorado</i> (novela), Madrid, Edhasa, 1996.<br />
— <i>Historia de Zaragoza. Zaragoza musulmana (714-1118)</i>, Zaragoza, Ayuntamiento y CAI, 1998.<br />
— <i>El Cid </i>(novela), Barcelona, Edhasa, 2000.<br />
-Turk, Afif: <i>El reino de Zaragoza en el siglo XI de Cristo (V de la Hégira)</i>, Madrid, Instituto Egipcio de Estudios Islámicos, 1978.<br />
-Viguera, Mª Jesús: <i>El islam en Aragón</i>, Zaragoza, CAI (Col. Mariano de Pano y Ruata), 1995.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-80818848745084664962014-03-09T21:48:00.000+01:002016-09-05T20:45:35.666+02:00Jerónimo Soriano, un pediatra moderno del siglo XVIEn nuestros días, nos es imposible imaginar lo frágil que ha sido la vida humana desde que el<i> homo sapiens</i> comenzara a poblar la Tierra hasta hace tan solo unos años, cuando fue descubierta la penicilina y, al finalizar la II Guerra Mundial, se generalizó el uso de los antibióticos. Un catarro mal curado, una simple rozadura que sangrara y se infectara, la rotura de una muela o cualquier otro problema de salud que en la actualidad únicamente representa una enojosa molestia pasajera no era extraño que desembocara en una segura condena a muerte.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinu_pV4OEd5D0IB-_-i5F4LGqhqQwmo44NlM5tGKp4gMM4A4m9VXNuEte7Sk-7jdt6rMjyTa-BoL00VNC9DFthPKBYw0S1pes_vQLhOVR-9uIOEQvxw8pir5161BS4254ANorh-AIQO1Uh/s1600/birth.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinu_pV4OEd5D0IB-_-i5F4LGqhqQwmo44NlM5tGKp4gMM4A4m9VXNuEte7Sk-7jdt6rMjyTa-BoL00VNC9DFthPKBYw0S1pes_vQLhOVR-9uIOEQvxw8pir5161BS4254ANorh-AIQO1Uh/s1600/birth.jpg" width="200" /></a>Los más expuestos al peligro eran, como cabe suponer, los más débiles. Y entre éstos, el colectivo con mayor número de afectados, con diferencia, era el de los niños, diezmado por la ausencia de condiciones higiénicas y la deficiente alimentación. Por poner un ejemplo, la <b>tasa de mortalidad infantil</b> (el número de fallecidos antes de cumplir un año de vida, de cada mil nacimientos), que en España era del 3,1‰ en 2012, sólo una centuria antes, en 1901, ascendía hasta el 185,9‰. De cada mil niños que llegaban al mundo en nuestro país, casi doscientos fallecían antes de poder celebrar su primer cumpleaños. Y si eso ocurría en los albores del siglo XX, ¿qué no sucedería en el siglo XVI?<br />
<br />
En esa época la Medicina todavía estaba anclada en los escasos tratados grecorromanos que habían logrado franquear el pantanoso filtro de la Edad Media. Textos atribuidos a Hipócrates, Aristóteles, Celso, Dioscórides o Galeno eran lo único que iluminaba a quienes intentaban sanar al prójimo, antes de que <a href="http://www.historiadelamedicina.org/vesalio.html">Vesalio</a> y la sistemática disección de cadáveres comenzaran a minar muchos de los irrefutables dogmas de la Antigüedad, a pesar de la feroz oposición de la Iglesia. Esas eran las contadas armas, junto con lo aprendido en el ejercicio de su profesión, con las que podían batallar en el día a día los más cualificados médicos.<br />
<br />
Uno de los más sorprendentes, admirables y “revolucionarios” de su tiempo se llamó <b>Jerónimo Soriano</b>, y nació y vivió en <b>Teruel</b>. No buscó nunca el beneficio económico ni el reconocimiento académico por la práctica de su trabajo. Su única preocupación fue la de restablecer la salud de los enfermos o, al menos, aliviar sus dolores y mejorar sus condiciones de vida. Sus escritos tuvieron gran repercusión durante décadas tanto en España como en Europa y América. Y la historia de la <b>Pediatría </b>(un término que no se comenzó a utilizar hasta bien entrado el s. XVIII) no sería la misma sin las aportaciones de Soriano, quien se anticipó en varios siglos a diagnósticos y logros de la Medicina contemporánea.<br />
<br />
No se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento. Es probable que fuera en torno a 1540, pues en el año 1600 asegura llevar “cuarenta años de ejercicio de la facultad médica”. Debió de cursar estudios superiores tanto en Valencia como en Zaragoza, al parecer con la ayuda económica de un protector llamado Gaspar de Pedro. Pero casi toda su vida profesional transcurrió en la capital turolense. Allí se ocupó de los problemas de salud de pacientes adinerados, aunque sin olvidar nunca a los más desfavorecidos, a quienes atendió de forma gratuita y por los que sintió una especial devoción, hasta el punto de llegar a ser conocido entre sus conciudadanos como señor “san Jerónimo”.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsTRkMJGI8OVGUYVJtdZLX0fW_UlZt1n3XuxRxLqYzq1eHmtB6MYVyYsQ5a8oqI5AbloAj10CWFV37OUHY0Ed43wIG4p6Al_JufgRUM5chsfDLx_AOsooTFxvknis_ML1riN8wrNBz9Xf2/s1600/Ger%C3%B3nimo+Soriano.tif" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsTRkMJGI8OVGUYVJtdZLX0fW_UlZt1n3XuxRxLqYzq1eHmtB6MYVyYsQ5a8oqI5AbloAj10CWFV37OUHY0Ed43wIG4p6Al_JufgRUM5chsfDLx_AOsooTFxvknis_ML1riN8wrNBz9Xf2/s1600/Ger%C3%B3nimo+Soriano.tif" width="201" /></a>En 1595 llevó a la imprenta su <b><i>Libro de experimentos médicos fáciles y verdaderos, recopilados de gravísimos autores</i></b>, considerado la más antigua “<b>enciclopedia médica</b>” en castellano, dirigida a un público amplio y no sólo a los especialistas. Aunque la verdad es que por aquel entonces eran pocos los privilegiados que sabían leer y tenían la suficiente capacidad económica como para comprar un ejemplar, la publicación circuló pródigamente, pues fue reeditada hasta en 15 ocasiones, la última en el año 1700.<br />
<br />
Con la intención de llegar al mayor número posible de lectores, Soriano eligió el castellano para difundir sus saberes y no el latín, la lengua internacional del momento y la usada habitualmente en la composición de obras científicas. Su fin último era el de instruir a cuantos más mejor en la tarea de prevenir, diagnosticar y tratar.<br />
<br />
En cada uno de sus 59 capítulos, explicaba de una forma sencilla y comprensible cómo enfrentarse con remedios caseros a muy diferentes dolencias, desde quemaduras a úlceras pasando por la tiña, la sarna, los dolores menstruales, las molestias del embarazo, los cólicos, las verrugas, las almorranas, el dolor de muelas o de oídos, los piojos, las picaduras de serpientes... e, incluso, la alopecia. Primero presentaba las fórmulas aplicadas por los maestros antiguos, que conocía bien, y, luego, las matizaba o complementaba con recetas propias, producto de su experiencia.<br />
<br />
Pero si su labor como divulgador de enseñanzas médicas fue más que notable, su figura se agiganta en el terreno de la <b>asistencia a la infancia</b>. Sus observaciones, sus intuiciones y su actitud le convirtieron en un profesional único, muy diferente al resto de sus coetáneos, al ser de los primeros en darse cuenta de que los chiquillos no son adultos bajitos, sino que padecen enfermedades particulares, propias de su edad. Hasta entonces, una vez que pasaban sus primeros meses de vida y abandonaban la lactancia materna, recibían los mismos cuidados que el resto de la población.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBWhfQqrva9VRf1CQEQlvRa_pLsd4H5JqNWqjH6dk9p6SS3bBgDFGTNe8xJeEkPJQqzaoyGF35se50V_dZC3Xz6iTIxE_hpTRVlc8EGfzvv0imbIfMf2ReO-1dKYm4Fwxpuz_8Z1I3SIfk/s1600/ni%C3%B1o.gif" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBWhfQqrva9VRf1CQEQlvRa_pLsd4H5JqNWqjH6dk9p6SS3bBgDFGTNe8xJeEkPJQqzaoyGF35se50V_dZC3Xz6iTIxE_hpTRVlc8EGfzvv0imbIfMf2ReO-1dKYm4Fwxpuz_8Z1I3SIfk/s1600/ni%C3%B1o.gif" width="320" /></a>En 1600 Jerónimo Soriano editó en Zaragoza su obra más conocida: <b><i>Método y orden de curar las enfermedades de los niños</i></b>, de nuevo en castellano, con un estilo claro e inteligible que limita en lo posible los términos técnicos, además de emplear aragonesismos y sus equivalentes en otras regiones de España para hacerse entender mejor. Su estructura es similar a la de su primera publicación. Está dividida en 39 capítulos, cada uno de ellos dedicado a una enfermedad específica de la infancia, en los que se trasluce su aversión por el intrusismo profesional de sanadores y curanderos, así como por las estériles prácticas de hechicería.<br />
<br />
Su enorme cariño hacia sus pequeños pacientes y su entrega vocacional se manifiestan en su pluma, cargada de tiernos diminutivos, suaves recomendaciones y expresiones de afecto.<br />
<br />
En su siglo, ya había aparecido algún <b>manual de orientación pediátrica</b>. Dos de los más leídos fueron redactados por <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Thomas_Phaer">Thomas Phaer</a> y <a href="http://it.wikipedia.org/wiki/Girolamo_Mercuriale">Girolamo Mercuriale</a>. El primero, que compaginó su quehacer como médico con los de abogado, político y traductor de Virgilio, había editado en 1545, en inglés, <i>The Boke of Chyldren</i>. Mientras que el segundo, esta vez en latín, dio a conocer en 1583 <i>De morbis puerorum</i>. En España, el mallorquín <a href="http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=carbo-damian">Damián Carbó</a> (o Carbón), el toledano <a href="http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=nunnez-de-oria-francisco">Francisco Núñez de Oria</a> y el médico de Carlos V, <a href="http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=lobera-de-avila-luis">Luis Lobera de Ávila</a>, habían llevado al papel varios compendios en los que se hacía referencia a enfermedades infantiles, si bien centrados, fundamentalmente, en las complicaciones que pueden poner en peligro el parto o a los recién nacidos.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJO59vJ_cpxRN-tSd17JeNvt98LQ9tthQ3pIz_T6VaNC0u_a0O7nj8Ito_j8cix5MirnO7BRsXS50_WbigSgWXGJqz5RBf0tayjhabnerqQVohdXUEMJ-wtyiFO1-EF-hAjInAIK7YtNs6/s1600/Eucharius_R%C3%B6sslin.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJO59vJ_cpxRN-tSd17JeNvt98LQ9tthQ3pIz_T6VaNC0u_a0O7nj8Ito_j8cix5MirnO7BRsXS50_WbigSgWXGJqz5RBf0tayjhabnerqQVohdXUEMJ-wtyiFO1-EF-hAjInAIK7YtNs6/s1600/Eucharius_R%C3%B6sslin.jpg" width="224" /></a>Soriano se ocupó también del embarazo, el alumbramiento y las primeras semanas de vida. Para la composición de esos capítulos se apoyó en <i>Der schwangeren Frauen und Hebammen. Rosengarten</i> (<i>Las mujeres embarazadas y las parteras. El jardín rosa</i>), de <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Eucharius_R%C3%B6sslin">Eucharius Rösslin</a> (Rößlin, Roesslin, Roslin o Rhodion), referencia básica en la Europa renacentista, desde 1513, para atender problemas de obstetricia, con ilustrativos grabados de Martin Caldenbach, discípulo de Durero. El turolense incluía la traducción castellana del correspondiente pasaje alemán, enriquecida con comentarios de cosecha propia que, en ocasiones, refutaban las tesis de la “autoridad” o aportaban puntos de vista particulares junto a medidas higiénicas y tratamientos novedosos.<br />
<br />
Así, cuando el texto original recomienda baños y ungüentos para paliar la delgadez excesiva, Soriano no duda en desdeñar la idea por improductiva y defender, con un impagable sentido común, un mayor control en la calidad y cantidad de los alimentos, ya que “no hay remedio eficaz si por la boca no se da alguna cosa que ayude para que pueda rehacer naturaleza y recibir nudrimento en el cuerpo”.<br />
<br />
Pero ahí no terminaron sus aportaciones, ni mucho menos, puesto que en las páginas de su libro abordó un extenso catálogo de dolencias infantiles, que aconsejó siempre tratar con los métodos curativos menos agresivos para el paciente. De esta forma diagnosticó la meningitis, los cólicos nefríticos, la dermatitis, el asma, las dificultades respiratorias durante el sueño, las complicaciones cardíacas y hasta las psiquiátricas. Vislumbró el carácter hereditario de la epilepsia, diferenció entre las convulsiones asociadas a procesos febriles y otros tipos de espasmos, y prescribió baños de agua tibia con objeto de bajar las altas temperaturas corporales, al contrario de como era costumbre.<br />
<br />
Para combatir ciertas cámaras (diarreas) propuso el ayuno y la ingestión de bebidas azucaradas, pero nunca de leche. Distinguió entre diversos parásitos intestinales y subrayó la importancia de la nutrición para el desarrollo físico e intelectual, con conceptos que no se retomarían hasta el siglo XIX. En su texto se encuentra, además, la primera referencia española a la <b>celiaquía</b>, una enfermedad cuyos síntomas ya fueron advertidos por <a href="http://novaromahispania.blogspot.com.es/2007/12/aretaeus-de-capadocia.html">Areteo de Capadocia</a> a comienzos del siglo II, pero que no sería tenida en consideración hasta que, en 1888, el inglés <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Samuel_Gee">Samuel Jones Gee</a> fijase su definitivo cuadro clínico.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEb744HPfWz8onBDbbdj2ifZ38GPVWLARiLwuXe01KCw_MyxipgIRulLaDXwHR1pTV_yChMFi3WKeKEUS579nXpse9ZABzjJu96xtAoq4o2fxBbg6pGa_w1HD0Bup2l3I_Hv30YedvcDDc/s1600/jeronimo_soriano_2.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEb744HPfWz8onBDbbdj2ifZ38GPVWLARiLwuXe01KCw_MyxipgIRulLaDXwHR1pTV_yChMFi3WKeKEUS579nXpse9ZABzjJu96xtAoq4o2fxBbg6pGa_w1HD0Bup2l3I_Hv30YedvcDDc/s1600/jeronimo_soriano_2.png" width="201" /></a>Muchas de las tesis de Soriano tuvieron un enorme eco tras la muerte de su autor. Su última obra conoció ediciones ampliadas en 1690, 1697, 1709 y 1721. Y reputados profesionales, como <a href="http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=perez-cascales-francisco">Francisco Pérez Cascales</a> y <a href="http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=mercado-luis">Luis Mercado</a>, este último médico de Felipe II y Felipe III, se adentraron por las sendas que había desbrozado el genial turolense.<br />
<br />
Pero si en algo se adelantó Soriano a su tiempo fue en la creación del primer <b>hospital infantil </b>del que se tiene noticia. En su trato diario observó que los niños precisaban un tipo de atención y un entorno distintos a los requeridos por los adultos, pues ni su cuerpo ni su mente han madurado todavía. Y con dinero de su propio bolsillo organizó un centro que acogió a los más necesitados.<br />
<br />
Hubo que esperar casi trescientos años para que en las principales capitales de Europa se pusieran en marcha proyectos similares y sus ciudadanos pudieran tener a su alcance lo que consiguieron los turolenses a finales del siglo XVI. En la “muy civilizada” Inglaterra, por ejemplo, el Great Ordmond Street Hospital, establecimiento sanitario para niños pionero en Londres, no abrió sus puertas hasta... ¡1852! (por cierto, este hospital goza de un vital refuerzo económico al administrar los derechos de autor de <i>Peter Pan</i>, que le fueron cedidos en 1929 por su creador, J. M. Barrie, amigo y compañero en la redacción del periódico de la Universidad de Edimburgo de Arthur Conan Doyle y Robert Louis Stevenson).<br />
<br />
A pesar del gran impacto de la persona y la obra de este precursor de la moderna Pediatría, especialidad que no alcanzaría la “mayoría de edad” hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando se independizó gradualmente de la Obstetricia y la Medicina Interna, la figura de Jerónimo Soriano se fue desdibujando tras su fallecimiento.<br />
<br />
Sin embargo, el polvo dejado por paso del tiempo no ha logrado ocultarla por completo y, hoy, se le honra en su ciudad natal. En su memoria, se organizan en Teruel unos cursos de Pediatría que llevan su nombre, que también pone título a unas becas para proyectos de investigación que buscan asistir a niños de países subdesarrollados. A su vez, el premio Jerónimo Soriano, distingue el mejor trabajo publicado cada año en la revista <i>Anales de Pediatría</i>, órgano oficial de la Asociación Española de Pediatría.<br />
<br />
<b>Para saber más: </b><br />
-LÓPEZ PIÑERO, J. M. y BUJOSA, F.: <i>Los tratados de enfermedades infantiles en la España del Renacimiento</i>, Valencia, Universidad, 1982.<br />
-SORIANO, Jerónimo: <i>Método y orden de curar las enfermedades de los niños</i>, Madrid, Real Academia de Medicina, 1929. / Valladolid, Maxtor, 2011 (ed. facsímil).Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-88071087205935493592014-01-31T22:16:00.002+01:002020-12-10T18:20:33.202+01:00Abraham Abulafia, el Mesías no nació en Belén sino en ZaragozaTodavía crepitan los rescoldos de los fastos navideños con que la Cristiandad rememora anualmente el nacimiento de Jesús de Nazaret. Según el relato cristiano, el pregonado <b>Mesías </b>de los textos bíblicos fue alumbrado en Belén hace algo más de dos milenios. Sin embargo, hay quien considera que esa tradición, arraigada con vigor por los cinco continentes, no se sustenta sobre una base real. Para algunos, el anunciado Salvador es una mera figura literaria que ni habitó ni habitará entre los hombres. Para otros, todavía está por llegar. Han existido creyentes convencidos de que la Divinidad se encarnó en otros personajes históricos. E, incluso, los hubo que defendieron, con sincera devoción, que su venida al mundo se produjo durante el siglo XIII en... ¡¡<b>Zaragoza</b>!!, en el seno de la comunidad judía local.<br />
<br />
A lo largo de los siglos, infinidad de iluminados, embaucadores o tunantes engañabobos se han apropiado de la condición de Mesías, el ungido por Dios, para instaurar su reino en la Tierra sin otro interés que el beneficio propio. No es ese el caso de Abraham ben Shemuel Abulafiah, más conocido como <b>Abraham Abulafia</b>, pues está considerado como una personalidad de enorme relieve en la cultura hebraica medieval, clave en la historia de la <b>cábala </b>y uno de los máximos representantes de la <b>mística</b>, no solo judía, sino universal.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQwNB7O2PsE326eyLuO2punVIWHWKKDA0WM_0P6Gxdq2RGxnZihfTdwu-aRk4tJrrWCy9dp71fy-MIbPiBhmNBm76gY7MbjeuCB2VdBUWXBdeuiQrlAY-bKTRWyGDXJ3BBzqqhYNiBUiLY/s1600/yehudabenmoshe.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQwNB7O2PsE326eyLuO2punVIWHWKKDA0WM_0P6Gxdq2RGxnZihfTdwu-aRk4tJrrWCy9dp71fy-MIbPiBhmNBm76gY7MbjeuCB2VdBUWXBdeuiQrlAY-bKTRWyGDXJ3BBzqqhYNiBUiLY/s1600/yehudabenmoshe.jpg" width="169" /></a></div>
Abraham Abulafia vio su primera luz en la capital del Ebro en 1240. En ese tiempo, la <b>judería </b>de Zaragoza, cuyo origen se remonta a época romana, iniciaba un periodo de pujanza que se mantendría vivo durante décadas. El número de sus miembros crecía de forma sostenida, pues había acogido a judíos del sur peninsular, huidos del rigorismo religioso de los almohades, a los que se sumarían familias expulsadas de Francia. Y su prosperidad, tanto económica, como política y cultural, aumentaba al mismo ritmo.<br />
<br />
Llegó a ser conocida como <i>qiryah ‘alizah</i> (ciudad alegre), un espejo, un modelo que imitar, punto de referencia para otras aljamas de la Corona de Aragón. Su elite, ligada a la monarquía, ocupó puestos de responsabilidad en la Corte, además de financiar empresas del soberano aragonés, de quien dependía. Y las sentencias de sus <i>sofrim </i>(notarios), hoy atesoradas como joyas jurídicas, literarias e históricas de valor incalculable en prestigiosas colecciones, como la Hebraica de Berlín o la British Library, sentaban cátedra en todo el Mediterráneo occidental.<br />
<br />
Tal fue el auge de la aljama zaragozana que no tardó en rebasar sus límites físicos. Durante centurias ocupó el cuadrante sudoriental del antiguo recinto romano, comunicada con el resto de la ciudad por seis puertas o postigos que se cerraban por la noche. La sinagoga mayor se levantaba en el solar hoy ocupado por la iglesia del seminario de San Carlos Borromeo. A partir de 1273, con permiso real, saltaría la barrera que hasta entonces habían supuesto la antigua muralla de piedra y el Coso para dar vida a la llamada judería nueva, extramuros, de la que se conservan unos baños públicos, en los bajos de un edificio de viviendas, como único vestigio de la presencia hebraica en la capital aragonesa.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqwnt68KbsGe2pDwbF9SCEvHnUV9_D2ZFc4nLMvdmZ-xrBCUG0e9d1jh4nPk7Q0BXAJBguRFcHdgchCAj9f4z99Is7XxwGXC8IMK8Y3LzwUV7uo5C3h6zIiy6752tYu5dF34lx7AAVJn6X/s1600/rollo001b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqwnt68KbsGe2pDwbF9SCEvHnUV9_D2ZFc4nLMvdmZ-xrBCUG0e9d1jh4nPk7Q0BXAJBguRFcHdgchCAj9f4z99Is7XxwGXC8IMK8Y3LzwUV7uo5C3h6zIiy6752tYu5dF34lx7AAVJn6X/s1600/rollo001b.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Ese entorno de prosperidad no retuvo, sin embargo, a la familia de Abraham Abulafia, que dejó la ciudad para instalarse en Tudela. Allí recibió el muchacho su primera formación de la mano de su padre, quien le inició en los preceptos del judaísmo. En 1260, tras el fallecimiento de su progenitor, partió hacia Tierra Santa en un viaje iniciático en busca del Sambation, un mítico río más allá del cual se encontraban las diez tribus perdidas de Israel. Pero al encontrar la zona devastada por las Cruzadas (en el siglo XIII se sucedieron cinco Cruzadas que solo sirvieron para sembrar en la región muerte, desolación y caos) y por el traumático fin del califato abasí a manos de los mongoles (1258), regresó a Europa.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK8CQ38uOAPB9rEbcTeveDFsTJlkoDT9CqUS9mXDKY5lrVx5WBqA1Cwjr1zz6KXXQdktN-OSiIALYCOiCNC5w67BsDnQEK1us3IfAExfLn-x_tYuTxdyjiG0FxHo9ZYBzNyPFTgHPPqr0v/s1600/Abraham_abulafia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK8CQ38uOAPB9rEbcTeveDFsTJlkoDT9CqUS9mXDKY5lrVx5WBqA1Cwjr1zz6KXXQdktN-OSiIALYCOiCNC5w67BsDnQEK1us3IfAExfLn-x_tYuTxdyjiG0FxHo9ZYBzNyPFTgHPPqr0v/s1600/Abraham_abulafia.jpg" width="235" /></a>Se casó a su paso por Grecia y se instaló en Capua, en el sur de Italia, donde bajo la guía de un médico llamado Hillel, probablemente el rabino Samuel ben Eliezer, también conocido como Hillel de Verona, se entregó al estudio de tratados cabalísticos (la cábala es una suma de las tradiciones místicas judías que pretende desentrañar los mensajes crípticos y las enseñanzas ocultas en la <b>Torá</b>, los cinco primeros libros de la <i>Biblia </i>o <i>Pentateuco</i>). Asimismo, se adentró en el análisis de la <i>Guía de los perplejos</i>, la obra cumbre de <a href="http://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Maim%C3%B3nides"><b>Maimónides</b></a>, médico y pensador judío nacido en Córdoba, célebre por intentar maridar de forma armoniosa fe y razón. Según Abulafia, el texto encerraba un compendio de sabiduría enmascarada que, después de un minucioso examen, era posible decodificar.<br />
<br />
Tras obtener cierto reconocimiento y contar con sus primeros discípulos, en 1271 se trasladó a la Península Ibérica para ahondar en su formación. Residió temporalmente en Barcelona y en Castilla, centros cabalísticos de primer orden (es más que probable que uno de los textos centrales de la cábala, el <i>Zohar</i>, fuese escrito por Moisés de León, contemporáneo del zaragozano), antes de iniciar nuevos viajes que le llevaron a Sicilia y, otra vez, a Grecia y Capua.<br />
<br />
Parece ser que fruto de sus estudios y reflexiones llegó a la conclusión de la inminente llegada al mundo del verdadero Mesías y sus experiencias místicas le llevaron a determinar que el encargado de dar a conocer la buena nueva, tocado por la mano de Dios, resultaba que era él.<br />
<br />
En 1280, protagonizó un impar episodio que le dio notoriedad y revela la singularidad de su persona y obra. Cada vez más convencido de su condición mesiánica, decidió entrevistarse con el papa Nicolás III, a quien anunció su visita, para darle cuenta de sus logros y obtener la alianza de judíos y cristianos de cara a la etapa que se avecinaba. Con ese fin, se encaminó a Viterbo, ciudad a la que se había trasladado la curia papal en 1257 para huir de la hostilidad ciudadana y de la constante violencia que reinaba en Roma.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZQoLGe5vHhim0oBBO8Bcf5YhVD_YPM4N5bRjwABALUPq5E5Vb1N_Z7Ht_nTqFWVT-Tesl28yjBp4kAazCDslzXLerUCkNyLbLM1B4jjeLKcLIpzHBpW5qd2wRa1DVOs4kWdd-STN6zK9_/s1600/PopeNicholasIIICameo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZQoLGe5vHhim0oBBO8Bcf5YhVD_YPM4N5bRjwABALUPq5E5Vb1N_Z7Ht_nTqFWVT-Tesl28yjBp4kAazCDslzXLerUCkNyLbLM1B4jjeLKcLIpzHBpW5qd2wRa1DVOs4kWdd-STN6zK9_/s1600/PopeNicholasIIICameo.jpg" width="158" /></a>En agosto, como tenía costumbre en época estival, el pontífice descansaba en un castillo cercano, Roca Suriana. Miembro de la poderosísima familia Orsini, de genio vivo, abundantes preocupaciones terrenales (no hay que olvidar que <b>Dante</b>, en su <i>Divina comedia</i>, no dudó en tacharlo de codicioso y corrupto, y lo colocó en el Infierno) y, por lo que se ve, poco dado al diálogo ecuménico, Nicolás III ordenó que se levantara una gran pira y que en cuanto asomase por ahí fuese apresado y quemado.<br />
<br />
La noticia no hizo mella en el ánimo de Abulafia, que no abandonó la empresa, seguro de que Dios protegería a su emisario. Y al entrar decidido en el recinto amurallado, se enteró de que el papa había fallecido la noche anterior, de repente, a resultas de un inesperado ataque de apoplejía, lo que confirmaba sin lugar a dudas sus argumentos. No obstante, fue detenido y enviado a prisión. Pero los cardenales, enzarzados en una dura pugna por la sucesión en el trono de San Pedro, no sabían qué hacer con él y, finalmente, transcurrido un mes, lo pusieron en libertad.<br />
<br />
Algo más prudente, visto lo visto, no quiso poner a prueba de nuevo el socorro divino y, por si acaso, sin esperar a que fuera elegido un nuevo interlocutor válido, esto es, un nuevo pontífice (las disputas entre candidatos italianos y franceses no se zanjarían hasta siete meses después de la muerte de Nicolás III, cuando Carlos de Anjou impusiera por la fuerza a su protegido, Martín IV), abandonó el lugar y se afincó en Sicilia, donde continuó con sus prédicas mesiánicas. La comunidad hebrea de Palermo hizo públicas sus protestas por la influencia que ejercía sobre los jóvenes del lugar y el rabino barcelonés Salomón ben Adret, gran autoridad jurídica del momento, condenó sus enseñanzas.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5TGoU9ZW84kcXncKzd8yn7Vl2R9GlySw1TVhjU3VxApy4a3h0XLTjH89kGg7OQ8WZNQY0nKY0CoK5SMvUbNWiy_T0a5s7Sf7ZVg4s1h0TbWT3pKkHfSsSNOUBzdxhrFXbP15g4dLhwYtE/s1600/Abulafia2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="185" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5TGoU9ZW84kcXncKzd8yn7Vl2R9GlySw1TVhjU3VxApy4a3h0XLTjH89kGg7OQ8WZNQY0nKY0CoK5SMvUbNWiy_T0a5s7Sf7ZVg4s1h0TbWT3pKkHfSsSNOUBzdxhrFXbP15g4dLhwYtE/s1600/Abulafia2.jpg" width="200" /></a></div>
Como consecuencia, entre 1285 y 1288 estuvo confinado en la diminuta y ventosa isla de Comino, en el archipiélago maltés. Volvió posteriormente a Italia y en 1291 dio a conocer <i>Imre Shefer</i>, libro que reúne gran parte de sus enseñanzas. A partir de entonces se pierde su rastro y nada más se sabe de él.<br />
<br />
A lo largo de su vida, este sorprendente zaragozano redactó más de cincuenta obras, muchas de las cuales se han perdido y otras permanecen inéditas. Entre las que alcanzaron alguna difusión figuran poemas, análisis gramáticos, comentarios a los libros de otros autores y textos proféticos. Pero las de mayor calado son tratados místicos y cabalísticos basados en la <b>gematría</b>, una ciencia centrada en la permutación y combinación de letras, y en las relaciones existentes entre las palabras de un mismo valor numérico, para revelar su trascendencia espiritual y dilucidar su simbolismo (a cada letra hebrea le corresponde un valor numérico; cuando la suma de las que componen una palabra es igual a la suma de las que forman otra, se considera que ambas deben tener una conexión).<br />
<br />
No es este el lugar para analizar al detalle sus intrincadas teorías (doctores tiene la cábala), pero su fin último era establecer las técnicas y medios necesarios para conseguir la gozosa unión del hombre con Dios. Fijar un camino, ajeno a la realidad que nos muestran los sentidos, que libere nuestra mente y conduzca al Creador, para sumergirse en la esencia de su divinidad. Su misticismo, lleno de referencias musicales y términos eróticos, está emparentado con el de los <b>sufíes </b>musulmanes y enlaza con la lírica religiosa que siglos más tarde compondrá <b>San Juan de la Cruz</b>.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWU8BLnKU6l9iCuEx3wOJcBtUAkRhVvKtwurlEvdOkdV1ze0d51buxNzotZrgH9SoASXXbAz5blspEVbUGJupjKXFzV3RrO6g3iQp8baxAPo7cHjXRaQEdqxMSNySnAr4UPmd09m5UvKNY/s1600/letra42.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWU8BLnKU6l9iCuEx3wOJcBtUAkRhVvKtwurlEvdOkdV1ze0d51buxNzotZrgH9SoASXXbAz5blspEVbUGJupjKXFzV3RrO6g3iQp8baxAPo7cHjXRaQEdqxMSNySnAr4UPmd09m5UvKNY/s1600/letra42.jpg" width="200" /></a></div>
Su influencia, muchas veces velada, condicionó la obra de sus discípulos y de toda la cábala posterior. Algunos de sus escritos fueron vertidos al latín e italiano durante el Renacimiento por intelectuales cercanos a <b>Pico della Mirandola</b>, sobre todo por Guillermo de Sicilia, un judío converso más conocido como <b>Flavio Mitrídates</b>, y dejaron su poso en algunas corrientes cristianas del momento. Y hasta hay quien opina que afloran en la obra pictórica de <b>Miguel Ángel</b>, en especial en sus frescos vaticanos.<br />
<br />
En la actualidad, la gente de la calle ignora por completo su existencia. No así ciertos novelistas amigos de misterios arcanos y algunos especialistas en Semiótica, Matemáticas e Informática, admirados por su capacidad para el análisis lingüístico y los cálculos combinatorios.<br />
<br />
Sus textos han inspirado a creadores judíos contemporáneos, ya sean músicos, literatos (<a href="http://www.berreby.net/accueil/index.html">Élie-Geroges Barreby</a>, <a href="http://www.shearsman.com/pages/books/authors/tarnA.html">Nathaniel Tarn</a>, <a href="http://poetassigloveintiuno.blogspot.com.es/2012/10/yvan-goll-8187.html">Yvan Goll</a>) o artistas plásticos (<a href="http://www.bruriafinkel.com/">Bruria Finkel</a>, <a href="http://pincas.net/">Abraham Pincas</a>), por lo general de públicos minoritarios.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbo4OBqfblV0GeBqZBPRbrjJidEByRVy-YdkUbQ_E4yvSG1HRQgwuJe7Oiz_GfMFzQi59pm3BpGcHyifuzUX-jxOdrtE-MVg8VTC74j76arWIvBYCbaVPNlnkdjNah9WUNSUuxAMgRfKvJ/s1600/Miguel+Angel+Sibila+d%C3%A9lfica.+Capilla+Sixtina.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbo4OBqfblV0GeBqZBPRbrjJidEByRVy-YdkUbQ_E4yvSG1HRQgwuJe7Oiz_GfMFzQi59pm3BpGcHyifuzUX-jxOdrtE-MVg8VTC74j76arWIvBYCbaVPNlnkdjNah9WUNSUuxAMgRfKvJ/s1600/Miguel+Angel+Sibila+d%C3%A9lfica.+Capilla+Sixtina.jpg" width="313" /></a>Pero su figura también está presente en famosos <i>best-sellers</i> de difusión planetaria. <a href="http://www.lecturalia.com/autor/525/philipp-vandenberg">Philipp Vandenberg</a> hace referencia a Abulafia y a su influjo sobre Miguel Ángel en <i>La conjura sixtina</i>. Los personajes de mayor peso de <i>El último cabalista de Lisboa</i>, del estadounidense <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Richard_Zimler">Richard Zimler</a>, siguen las doctrinas de Abulafia. La también estadounidense <a href="http://www.mylagoldberg.com/">Myla Goldberg</a>, alude a Abulafia en su novela <i>La huella del silencio</i>, que fue llevada al cine en 2005 con Richard Gere y Juliette Binoche al frente del reparto. El matemático e informático australiano <a href="http://elquimericolector.blogspot.com.es/2012/10/luminoso-greg-egan.html">Greg Egan</a>, metido a escritor de ciencia-ficción, escogió en la ya clásica <i>Ciudad Permutación</i> el interfaz “Abulafia” como clave de acceso del principal protagonista, Paul Durham. Y el celebrado <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Umberto_Eco">Umberto Eco</a>, en <i>El péndulo de Foucault</i>, cuya acción está dividida en 120 capítulos agrupados en diez <i>sefirot </i>de la cábala hebrea, bautizó con el nombre del zaragozano un ordenador de vital importancia en la trama.<br />
<br />
<b>Para saber más</b>:<br />
-González Frías, Federico y Valls, Mireia: <i>Presencia viva de la cábala</i>, Zaragoza, Libros del Innombrable, 2006.<br />
-Hames, Harvey J.: <i>Like angels on Jacob’s ladder: Abraham Abulafia, the Franciscans and Joachimism</i>, State University of New York Press, Albany (N.Y.), 2009.<br />
-Idel, Moshe: <i>The mystical experience in Abraham Abulafia</i>, State University of New York Press, Albany (N.Y.), 1988. Hay una edición en francés: <i>L’experience mystique d’Abraham Aboulafia</i>, París, Les Editions du Cerf, 1989.<br />
—<i>Cábala, nuevas perspectivas</i>, Madrid, Siruela, 2005.<br />
-Scholem, Gershom: <i>Las grandes tendencias de la mística judía</i>, México, Fondo de Cultura Económica, 1996.<br />
—<i>Los orígenes de la cábala</i>, Barcelona, Paidós, 2001.<br />
—<i>La cábala y su simbolismo</i>, Madrid, Siglo XXI, 2009.<br />
-VV.AA.: <i>Cábala y deconstrucción</i>, Barcelona, Azul, 1999.<br />
—<i>Aragón Sefarad</i>, Zaragoza, DPZ-Ibercaja, 2004.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-63225632347580686292013-12-18T10:39:00.003+01:002015-09-29T18:31:26.452+02:00José Cabrero Arnal y el perro PifEn Francia, el <b>cómic </b>(<i>bande dessinée</i>) es a un mismo tiempo pasión e industria. No hay otro país de Europa que le dedique mayor atención y allí se celebra anualmente el Festival Internacional de Angulema, una de las más concurridas reuniones de autores, editores y lectores de <b>historietas </b>del mundo.<br />
<br />
A mediados del siglo XX, antes de que la televisión se apoderase de todos y cada uno de los hogares del viejo continente, el cómic francés vivió un periodo de especial esplendor. En ese tiempo, a figuras clásicas llegadas de Bélgica, como Tintín, Spirou o Lucky Luke, se fueron sumando héroes locales de la talla del irreductible Astérix. Con todos ellos, con los viejos y con los nuevos, convivió otro personaje menos conocido en España pero que en el país vecino rivalizó y hasta superó a los anteriores, <b>el perro Pif</b>.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIiOX1htX8C8WMe8SQNNYMuhm9RztoPbRvfEn00EPZ-Q0E-DM0nwsrOpmjZig-e5UljDnnKpRNIeQUvVXl1_2ung9YoxSgjkEJpFUambRrwpgFhHObcHwzc4Dpm75O9R-ZFbTDEeZQ7FJu/s1600/pif1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiIiOX1htX8C8WMe8SQNNYMuhm9RztoPbRvfEn00EPZ-Q0E-DM0nwsrOpmjZig-e5UljDnnKpRNIeQUvVXl1_2ung9YoxSgjkEJpFUambRrwpgFhHObcHwzc4Dpm75O9R-ZFbTDEeZQ7FJu/s200/pif1.jpg" width="190" /></a>Llegó a dar nombre a una popular revista, con una tirada semanal que oscilaba entre los 700.000 y el millón de ejemplares, esperada todos los jueves como el maná por los niños y los no tan niños. Y en muchos de ellos dejó una profunda impronta, como recuerda el escritor francés <a href="http://www.lecturalia.com/autor/268/michel-houellebecq">Michel Houellebecq</a> en las páginas de <i>Las partículas elementales</i> (1998), donde evoca cómo durante su infancia le ayudaba a hacer volar su fantasía en la soledad de su habitación, en casa de su abuela paterna, comunista, en Charny (Borgoña).<br />
<br />
La mayor parte de sus lectores suponían que la firma C. Arnal que aparecía en las aventuras de Pif hacía referencia a un francés, Claude Arnal. Sólo los más informados sabían que el autor del guión y los dibujos era un español. Pero, equivocadamente, lo creían nacido en Barcelona.<br />
<br />
Lo cierto es que<b> José Cabrero Arnal</b> no era catalán sino aragonés. Su vida no fue un camino de rosas. Le tocó vivir episodios terribles, plagados de violencia y barbarie, y sólo su omnipresente sentido del humor y los lápices de colores, inseparables compañeros, lograron sacarlo a flote.<br />
<br />
Había nacido en septiembre de 1909 en <b>Castilsabás</b>, un pequeño pueblo 12 kilómetros al nordeste de la capital oscense cuyos habitantes pueden contarse hoy con los dedos de las manos. Como tantas otras, su familia se vio obligada a ganarse el pan lejos de casa. Su padre, Emeterio, un labrador sin tierras propias, consiguió trabajo como policía en Barcelona, a donde se trasladó con su mujer e hijos.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcXvWi3WxNexeUi_Kyv4mYYEA8l3bJdGYUtkPswgijiw5HZlF2CCh80mPPB4ZnfsOycN7dntcIIzFGf-o5KMzAhYYgxbIB2uLFihomxK86hozmF4xw0EQJ-wOnhjwzKB_mFoIKG7DrsB-Q/s1600/PacoZumba1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcXvWi3WxNexeUi_Kyv4mYYEA8l3bJdGYUtkPswgijiw5HZlF2CCh80mPPB4ZnfsOycN7dntcIIzFGf-o5KMzAhYYgxbIB2uLFihomxK86hozmF4xw0EQJ-wOnhjwzKB_mFoIKG7DrsB-Q/s200/PacoZumba1.jpg" width="160" /></a>Para un niño criado en la inveterada inmutabilidad de la vida rural, llegar a la Barcelona de la época, un hervidero de luchas obreras, pistolerismo y reivindicaciones políticas, fue como aterrizar en otro planeta. Todo le parecía fascinante: sus inmensas avenidas, el gentío que las poblaba, el ruidoso tráfico, los diferentes ambientes de sus barrios, los cines y cafés, el mar... Pronto, sin embargo, se acomodó a la nueva situación y, tras abandonar sus estudios, consiguió algunos empleos como ebanista y mecánico.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUOGdSPpqPNpCqVfIOG0eklokO4K1sh8niXG5KyD5h7LDU6kxLm6JFxBGUd1gzrgLHM4izvgW_N0qHIjPvrSKWzbEYRLOzy86R07al8KC7WUHqUw52rXUhn-5v4882xDMJa1eKfUG5z-4n/s1600/Guerra+en+el+pais+de+los+insectos_.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUOGdSPpqPNpCqVfIOG0eklokO4K1sh8niXG5KyD5h7LDU6kxLm6JFxBGUd1gzrgLHM4izvgW_N0qHIjPvrSKWzbEYRLOzy86R07al8KC7WUHqUw52rXUhn-5v4882xDMJa1eKfUG5z-4n/s200/Guerra+en+el+pais+de+los+insectos_.jpg" width="155" /></a>Desde crío había tenido un don para el dibujo y sería esa cualidad la que le permitiría salir de los límites de su devenir cotidiano. Su carácter abierto y bromista, condimentado con sus infinitos monigotes y caricaturas, le abrieron las puertas de los cabarets del Barrio Chino y del mundo nocturno y bohemio. A él le gustaba divertirse y vivir la vida.<br />
<br />
Se intentó hacer boxeador, pero le partieron la nariz y renunció a la idea. Comenzó entonces a colaborar de forma profesional con las principales <b>revistas infantiles</b> del momento, con historias y personajes emparentados con El Gato Félix y los divulgados por la casa Disney. Dibujó para <i>TBO</i>, <i>KKO</i>, <i>Gente Menuda</i>, <i>Mickey </i>y, sobre todo, <a href="http://www.tebeosfera.com/obras/publicaciones/pocholo_pocholo_1930.html"><i>Pocholo</i></a>, donde animó varias series que le reportaron un merecido reconocimiento: <i>Hazañas de Paco Zumba, el moscón aventurero</i>; <i>Cascarilla, detective</i>; la premonitoria <i>Guerra en el país de los insectos</i>; y las andanzas y viajes extraordinarios protagonizados por el perro Top, “padre” del futuro Pif.<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-GRTL49j2rVgxIb6cAEh9m1pD56Iy4rYYFVRz1cVuEWXMYHL9y43UIAmA4037r7zIjKfdocK7g2q4n_yTvS8RMjCHKRfjMS1AjlUTtmNUriTpVFuDRuBZASY3Vxg5nLKYVMdS0DXkLPua/s1600/VIAJEStop.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-GRTL49j2rVgxIb6cAEh9m1pD56Iy4rYYFVRz1cVuEWXMYHL9y43UIAmA4037r7zIjKfdocK7g2q4n_yTvS8RMjCHKRfjMS1AjlUTtmNUriTpVFuDRuBZASY3Vxg5nLKYVMdS0DXkLPua/s200/VIAJEStop.jpg" width="155" /></a><br />
Su dominio de los recursos gráficos y el dinamismo de sus composiciones en seguida le hicieron destacar en el universo del entretenimiento para niños. Cabrero Arnal fue uno de los primeros historietistas españoles en generalizar el uso del “bocadillo” en los diálogos, las líneas de movimiento, las elipsis narrativas, las onomatopeyas de ruidos y las metáforas visuales (estrellas, corazones, bombillas, rayos, calaveras, etc.).<br />
<br />
A su vez, participó en la ilustración de publicaciones de adultos, como <i>Lecturas </i>y <i>El Hogar y la Moda</i>, así como en el semanario satírico <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/L'Esquella_de_la_Torratxa"><i>L'Esquella de la Torratxa</i></a>, antimonárquico y anticlerical, para el que firmó caricaturas y viñetas humorísticas.<br />
<br />
El inicio de la Guerra Civil dinamitó su bien encaminada trayectoria vital y profesional. Podía haberse buscado un puesto en retaguardia dedicado a la confección de revistas, folletos o carteles de propaganda, pero decidió ir voluntario al frente, en las Milicias Populares, para defender la República. Combatió como artillero, hasta ser herido en una pierna. Y tras curar sus lesiones, fue asignado a una compañía de ametralladoras.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxFRThdijzLEvkeebu6FagILMUUQXRuMKdEcTihj9nHnN8pL5R-N21wIpVnLtkb2rcbiti3MPW8chyphenhyphenUm7Yw9OGT9NaRuDTl1uzb9yQ_01xLX6m9M4upZxnfhvw4G0PopWs4ZaZhxpAlgr2/s1600/esquella+de+la+t.+(1936).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="265" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxFRThdijzLEvkeebu6FagILMUUQXRuMKdEcTihj9nHnN8pL5R-N21wIpVnLtkb2rcbiti3MPW8chyphenhyphenUm7Yw9OGT9NaRuDTl1uzb9yQ_01xLX6m9M4upZxnfhvw4G0PopWs4ZaZhxpAlgr2/s320/esquella+de+la+t.+(1936).jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Después de tres años de penalidades, en marzo de 1939 su padre fue fusilado en Huesca por los partidarios de los militares sublevados. Perdida toda esperanza y con Barcelona ya ocupada por las tropas franquistas, cruzó extenuado la frontera en compañía de miles de refugiados.<br />
<br />
Peregrinó por los campos de internamiento de Argelès, Barcarès y Saint-Cyprien, donde más de medio millón de exiliados españoles, custodiados por guardias senegaleses o magrebíes, malvivieron o murieron a la intemperie, desnutridos y sin las mínimas condiciones higiénicas, a causa del frío, las enfermedades o las epidemias.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxn_wU3KTwQxzNCIDoHK2iYCjrJ8Eg1p9hEUjEj98SWU3yB7fos0bYOXx9nuu1yFRIYsD-yYW0Pzz4B0n_Ok5I3m8cgwYuEZr0MC5sW3i8S97MR1QNrbnDWiw1EA1oYajXgsmXEH5AIqAO/s1600/2GM.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxn_wU3KTwQxzNCIDoHK2iYCjrJ8Eg1p9hEUjEj98SWU3yB7fos0bYOXx9nuu1yFRIYsD-yYW0Pzz4B0n_Ok5I3m8cgwYuEZr0MC5sW3i8S97MR1QNrbnDWiw1EA1oYajXgsmXEH5AIqAO/s320/2GM.jpg" width="320" /></a>Al comenzar la II Guerra Mundial, se enroló en la 109 Compañía de Trabajadores Extranjeros (CTE) una de las unidades militarizadas que prestaban servicios auxiliares al ejército francés, compuestas principalmente por republicanos españoles. Por medio franco al día, trabajaban a destajo, cubiertos con pesados capotes de la gran guerra del 14 y desarmados.<br />
<br />
Cuando los alemanes rebasaron la línea Maginot, en la primavera de 1940, fue hecho prisionero junto con sus compañeros y, tras estar un tiempo confinado, el 27 de enero de 1941 ingresó en el campo de exterminio de <b>Mauthausen</b>, un infierno en la Tierra, donde se le asignó el número 6299.<br />
<br />
Al revisar las pertenencias de los internos, un oficial de las SS encontró varios dibujitos pornográficos que había hecho a petición de uno de los policías alemanes que lo habían custodiado. Desencajado, exigió a gritos saber el nombre de su autor y Cabrero Arnal, aunque se temía lo peor, dio un paso al frente. Para sorpresa de todos, el oficial soltó una risotada y dijo que en adelante dibujaría para él.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV4M1QXEXZgzTDfZ3kklONG9SvswJ2kGUVw6o8Lk2OmKAwX4VZ_cIm8GcIocq8Cp33uR5vnQJkBOMPPRbcA8QZbsKWZuESdJq5Au1PQrei772HkWKTUupZ0bQ4taz_51-Q_4pMeYs2Yizo/s1600/MiguelLucianoAznarSes%C3%A9.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhV4M1QXEXZgzTDfZ3kklONG9SvswJ2kGUVw6o8Lk2OmKAwX4VZ_cIm8GcIocq8Cp33uR5vnQJkBOMPPRbcA8QZbsKWZuESdJq5Au1PQrei772HkWKTUupZ0bQ4taz_51-Q_4pMeYs2Yizo/s1600/MiguelLucianoAznarSes%C3%A9.jpg" /></a></div>
Se le asignó un puesto en el almacén de ropa y allí pasó sus primeros meses en el campo, lo que aprovechó para conseguir, a escondidas, prendas de abrigo para los compañeros que las necesitaban o para intercambiar por comida. De esa época data la caricatura que hizo de otro prisionero altoaragonés, Miguel Luciano Aznar Sesé, natural de Oto.<br />
<br />
Su “tranquilidad”, sin embargo, tuvo fecha de caducidad pues el responsable de la instalación, un alemán, fue sorprendido con joyas y otros objetos de valor de los deportados, fruto de un pillaje organizado, y todos los que trabajaban en el almacén y se libraron de ser ejecutados fueron destinados a la cantera de granito, a acarrear piedras de unos 20 kg por una interminable escalera de 186 escalones, “la escalera de la muerte”, en la que infinidad de presos, exhaustos o apaleados, dejaron la vida.<br />
<br />
Un tiempo después, fue enviado al llamado <i>kommando Steyr</i>, un complejo fabril que abastecía a la maquinaria de guerra nazi, unos kilómetros al sur del campo principal. La muerte era habitual entre los obreros forzosos a causa de la desnutrición, el frío y el ritmo de trabajo, así como por los ataques aéreos aliados.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjiXqZWeds_PpG9TdModDVGYP1AHDj9pHvVY4fSZeojt6sui6vWEGgFp6u_pNwpJIF9qpGSNdd433g5eSQux-0iDSA8OpJsoDSEAKwVvkx88XJ5QY9kFQCoXQepufgIvLEBVVyNwZq0bVD/s1600/ArnalMauthausen.gif" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjiXqZWeds_PpG9TdModDVGYP1AHDj9pHvVY4fSZeojt6sui6vWEGgFp6u_pNwpJIF9qpGSNdd433g5eSQux-0iDSA8OpJsoDSEAKwVvkx88XJ5QY9kFQCoXQepufgIvLEBVVyNwZq0bVD/s1600/ArnalMauthausen.gif" /></a></div>
Al contrario que Hércules, Teseo u Orfeo, que salieron indemnes de su paso por el Hades, cuando Mauthausen fue liberado por los estadounidenses, en mayo de 1945, los pocos que habían logrado resistir con vida se habían convertido en espectros. Entre ellos se encontraba Cabrero Arnal. Tenía 36 años y pesaba 39 kilos.<br />
<br />
A pesar de lo menguado de sus fuerzas, pudo llegar hasta París, donde conoció un nuevo calvario. Mendigaba y dormía en bancos de la calle o en alguna pensión miserable. Medio muerto de hambre y frío, una camarera, con la que se casaría, se apiadó de él y lo alimentó por compasión. La suerte por fin vino a visitarle cuando la Cruz Roja Republicana y antiguos compañeros de infortunio, que conocían su arte con los lápices, le pusieron en contacto con el periódico <i><b>L’Humanité</b></i>, órgano oficial del Partido Comunista Francés, donde coincidió con el fotógrafo <a href="http://www.historiadelahumanidad.com/2008/02/francesc-boix-el-fotgrafo-que-derrib-al.html">Francesc Boix</a>, otro superviviente de Mauthausen.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi92T-FB_m1YQ8pBMq-DTkPPeEP_y3gekpm1QTC6-ZwMv8vMSN0vDiSbJUhV4ftSe-5sgWXGKBV7_m9zRRI7-t3Quj8Avxl2svh4AMEuiGbk0BH5KtwdxIKZE4x96MKiSElij1JMsImfZlW/s1600/humanite.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi92T-FB_m1YQ8pBMq-DTkPPeEP_y3gekpm1QTC6-ZwMv8vMSN0vDiSbJUhV4ftSe-5sgWXGKBV7_m9zRRI7-t3Quj8Avxl2svh4AMEuiGbk0BH5KtwdxIKZE4x96MKiSElij1JMsImfZlW/s200/humanite.jpg" width="147" /></a>En <i>L`Humanité</i> publicó con asiduidad tiras cómicas y en 1948, aunque con el tiempo daría vida a multitud de personajes, vio la luz su creación más popular: el perro Pif, la mascota de una familia de clase trabajadora envuelta en innumerables líos que siempre se solventaban con humor.<br />
<br />
Tal fue su éxito que, en 1952, Pif se mudó a <a href="http://www.bdoubliees.com/vaillantpif/"><i>Vaillant</i></a>, un semanario infantil creado por antiguos miembros de la Resistencia en el que Cabrero Arnal ya colaboraba con las correrías de Placid y Muzo. En sólo unos meses, la efigie de Pif colonizó la cabecera, luego cedió su nombre a la sección de pasatiempos y en 1954 sus peripecias viajaron de la contraportada a la portada. En 1965, la publicación pasó a denominarse <i>Vaillant, le Journal de Pif</i> y cuatro años más tarde únicamente <i>Pif Gadget</i> (en referencia al juguetito que se regalaba con cada número).<br />
<br />
Bajo su manto protector surgieron célebres “actores secundarios”, como el gato Hércules o Pifou, el hijo de Pif. Alguno de ellos nació ya de la pluma de colaboradores de Cabrero Arnal pues éste, con su salud quebrada tras lustros de desventuras, fue dejando a sus criaturas en manos de otros dibujantes y guionistas.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZK5zkcodq-ZF9VOmi6Ywu0mC4CUsZhaexNDUSJUoYpVYIlwFmHxVBVyg5zbhsrllqAq0TKL0rHMNkGw8Py8_0nTHa2Dek_hwcKFpUrMpdSqltK9JbJAQTLBL6S34vyczXYXvxQv_a4RyJ/s1600/PifCabecera.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="122" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZK5zkcodq-ZF9VOmi6Ywu0mC4CUsZhaexNDUSJUoYpVYIlwFmHxVBVyg5zbhsrllqAq0TKL0rHMNkGw8Py8_0nTHa2Dek_hwcKFpUrMpdSqltK9JbJAQTLBL6S34vyczXYXvxQv_a4RyJ/s320/PifCabecera.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Las andanzas de Pif aparecieron en multitud de formatos. Salieron a la venta juguetes promocionales e incluso llegó a contar con una serie de animación, en 1989, años después del fallecimiento de su creador. Su fama se extendió por países francófonos como Bélgica y Suiza, pero también alcanzó Italia, Alemania y varias naciones del otro lado del telón de acero (no hay que olvidar el origen comunista de la revista), en especial Rumanía.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja4y4TCAy9MbiZa5Led6-ClLcEgMuNpsHRO5DSKwkToT8IBpiFi26bgerKXU2q0CoT8ErCq-YwqbaTmqh-yrQzqMBsFvoE3lY9Yr5D0pn_r5b1gfnHCl7ILAwYpnFMq4LNv3hOuKZ_8K9S/s1600/Pif-en-Roumanie.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja4y4TCAy9MbiZa5Led6-ClLcEgMuNpsHRO5DSKwkToT8IBpiFi26bgerKXU2q0CoT8ErCq-YwqbaTmqh-yrQzqMBsFvoE3lY9Yr5D0pn_r5b1gfnHCl7ILAwYpnFMq4LNv3hOuKZ_8K9S/s320/Pif-en-Roumanie.png" width="320" /></a></div>
En España se publicó en 1978 una versión traducida, titulada <i>Pif</i>, con un formato menor que el original. Pero sólo salieron a la venta 37 números, al no tener el arraigo de los <b>tebeos </b>de la editorial Bruguera, una competencia inabordable.<br />
<br />
Cabrero Arnal no volvió nunca a España, aun cuando jamás pudo obtener la nacionalidad francesa. La solicitó a comienzos de su estancia parisina, pero le fue denegada repetidamente. Con la Guerra Fría ya en marcha, las autoridades le etiquetaron como miembro del Partido Comunista, algo que nunca fue y que no encajaba en su forma de ser, tan celosa de su libertad personal y refractaria a todo tipo de disciplina.<br />
<br />
Cuando murió en Antibes, en 1982, al día siguiente de cumplir los 73 años, había sido incomprensiblemente orillado por el mundo del cómic, del que su frágil salud le había ido apartando, pese a que sus creaciones, convertidas ya en iconos, mantenían intacto su brillo.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKH6cTd0HoyVbEo-kY1Mo6Yu75sjCUSEhL9jWV7Gv9-hgiMAPNSeMPkwm22hK1tRDhkwBt66HcdhR0d7wLL4i42tL06Zsyr-IMbUXikbMGwb3c5QdqfbzHJz1z8bLEJHeqUgtDDQDtXbeR/s1600/PifHistoire.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKH6cTd0HoyVbEo-kY1Mo6Yu75sjCUSEhL9jWV7Gv9-hgiMAPNSeMPkwm22hK1tRDhkwBt66HcdhR0d7wLL4i42tL06Zsyr-IMbUXikbMGwb3c5QdqfbzHJz1z8bLEJHeqUgtDDQDtXbeR/s320/PifHistoire.jpg" width="232" /></a>Hace escasas fechas se ha celebrado una nueva edición del <b>Salón del Cómic de Zaragoza</b>. En ninguna de ellas ha recibido homenaje alguno, aun siendo el principal autor aragonés en la historia del tebeo. Seguramente, porque ni organizadores ni visitantes, en su propia tierra, saben de su existencia.<br />
<br />
Por fortuna, un profesor de historia francés, también dibujante y nieto de exiliados aragoneses, <b>Philippe Guillen</b>, se ha propuesto sacarlo de las tinieblas del olvido y le ha dedicado un magnífico libro, que todavía no tiene versión en castellano. Y José Luis Melero, hace escasas fechas, lo presentó al público desde su tribuna en <i>Heraldo de Aragón</i>.<br />
<br />
También se puede rastrear su paso por el campo de concentración en la novela <i>K. L. Reich</i>, escrita por un compañero de Mauthausen y editada por primera vez en 1963, ya que su figura inspiró al protagonista de la narración, Emilio, un prisionero que consigue sobrevivir haciendo dibujos pornográficos para los SS.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgemwK5Ss7h4pDUK2jABuaPCGSSSvEs8KjHo8rnyDnPF-y2lJq0hgtHyyRy8K2_oprFzO6Biv0NWea_m4rpUJRAGoAz2zFY9UymPFezM3N4wB29MCNGV2LdKi_KTRZo2aaxBY4G8_3NKgKe/s1600/arnal.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgemwK5Ss7h4pDUK2jABuaPCGSSSvEs8KjHo8rnyDnPF-y2lJq0hgtHyyRy8K2_oprFzO6Biv0NWea_m4rpUJRAGoAz2zFY9UymPFezM3N4wB29MCNGV2LdKi_KTRZo2aaxBY4G8_3NKgKe/s200/arnal.jpg" width="131" /></a></div>
<b>Para saber más</b>:<br />
<br />
-Amat-Piniella, Joaquim: <i>K. L. Reich</i>, Barcelona, Seix Barral, 1963. / Barcelona, Libros del Asteroide, 2014.<br />
-Guillen, Philippe:<i> José Cabrero Arnal. De la République espagnole aux pages de ‘Vaillant’, la vie du créateur de ‘Pif le chien’</i>, Portet-sur-Garonne, ed. Loubatières, 2011.<br />
-Roig, Montserrat: <i>Noche y niebla. Los catalanes en los campos nazis</i>, Barcelona, Península, 1978.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-66397188624429694882013-11-05T21:30:00.000+01:002016-05-19T18:11:26.130+02:00Emilio Bonelli, el creador del Sáhara EspañolA finales de 1975, mientras Franco agonizaba, los televisores de todo el país, todavía en blanco y negro, prestaban constante atención a la llamada “Marcha Verde”, un bíblico éxodo de civiles orquestado por la monarquía marroquí para ocupar los territorios saharauis hasta entonces bajo autoridad española. La sagaz estratagema de Hassan II, que aprovechaba el vacío de poder que en ese momento reinaba en la política nacional, dio sus frutos de forma inmediata y a través de la “Operación Golondrina” todos los residentes españoles fueron evacuados de la región en un tiempo récord. La atropellada retirada, que abandonó a su suerte a los naturales de la zona, fue absoluta (hasta los cadáveres de los cementerios fueron recogidos). El último núcleo urbano en ser desalojado fue <b>Villa Cisneros</b>, el 9 de enero de 1976. Curiosamente, esa había sido también la primera fundación española en el Sáhara, casi un siglo antes, producto de la obstinación de un zaragozano singular, <b>Emilio Bonelli</b>.<br />
<br />
Durante la segunda mitad del siglo XIX África se convirtió en el escenario principal de míticas expediciones. Toda una legión de novelescos aventureros europeos, coronados por un salacot y apoyados por Sociedades Geográficas, se adentraron en el entonces continente misterioso en busca de legendarias ciudades tragadas por las dunas, las fuentes del Nilo o civilizaciones perdidas cuyos restos custodiaban feroces tribus o fieras salvajes.<br />
<br />
Al carro de ese heterogéneo grupo de exploradores, científicos, misioneros y cazadores de tesoros, en su mayoría británicos o franceses, se subió en marcha Emilio Bonelli. Sus huellas aparecen hoy borrosas pero fue él, gran conocedor del Magreb, quien fundó las primeras colonias españolas en el <b>Sáhara</b> y quien, más tarde, recorrió impenetrables selvas y caudalosos ríos para fijar los límites de <b>Guinea Ecuatorial</b>.<br />
<br />
Su padre, Eduardo Bonelli, un ingeniero agrónomo italiano amigo de los viajes, se había domiciliado en la capital aragonesa mediada la centuria. Allí conocería a Isabel Hernando, con quien contrajo matrimonio. En noviembre de 1855 nació Emilio, bautizado en la parroquia de San Gil y cuya infancia quedó truncada por la temprana muerte de su madre. Tras el fallecimiento, la familia abandonó Zaragoza para establecerse en Marsella durante unos años, que al chico, con facilidad para los idiomas, le sirvieron para aprender francés e italiano.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEGs8SlcJ2F099qI-mySxig9algl6sJ-DBNfAVtcWQv-Fswu767eF3YYWz4WcMMfJ8s1hdbtSv29gE0zAFAtYsEszxYtv5HNHV8fQpdQD_CMT-3Gh37xgWHC3Ox_a95nIPj06VE7x8fmTz/s1600/BonelliIEA.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEGs8SlcJ2F099qI-mySxig9algl6sJ-DBNfAVtcWQv-Fswu767eF3YYWz4WcMMfJ8s1hdbtSv29gE0zAFAtYsEszxYtv5HNHV8fQpdQD_CMT-3Gh37xgWHC3Ox_a95nIPj06VE7x8fmTz/s320/BonelliIEA.JPG" width="219" /></a>A continuación se trasladó al Norte de África. Argel y Túnez fueron las primeras etapas de un periplo que finalizaría en Tánger, donde un hermano de su padre regentaba una farmacia. Éste tuvo que hacerse cargo del muchacho cuando su progenitor falleció, víctima del cólera, en 1869. Para entonces, Emilio se hallaba ya perfectamente integrado en la vida del país. Vestía chilaba y babuchas, estaba al tanto de las costumbres y se manejaba en la lengua local sin problemas. Poco después, su dominio del idioma le permitió afincarse en Rabat y ganarse la vida de intérprete para el consulado de España.<br />
<br />
Al ser llamado a filas, decidió seguir la carrera militar e ingresó en la Academia de Infantería de Toledo. Durante sus estudios castrenses, solventó como pudo sus problemas económicos con traducciones y la ayuda de algún compañero. Ya como alférez, fue destinado a Madrid y consiguió un sobresueldo estable como contable en el Ayuntamiento. Esto le permitió regresar con cierta frecuencia al Norte de África y sumergirse en la vida cotidiana de distintas poblaciones de la zona.<br />
<br />
En 1882, tras recibir una jugosa recompensa económica de la corporación municipal por desenmarañar intrincadas partidas presupuestarias, Bonelli pidió una licencia temporal y viajó durante meses por la cuenca del río Sebú y la región de Garb, además de visitar las ciudades de Fez y Mequínez, al igual que unos años antes había hecho <a href="http://www.zumalakarregimuseoa.net/actividades/investigacion-y-documentacion/pequenos-personajes-del-siglo-xix/jose-maria-murga-murgategui">José María Murga Mugartegui</a>, el llamado “moro vizcaíno”. A su vuelta, dio una conferencia en la sede de la <b>Sociedad Geográfica</b> de Madrid, animada por Joaquín Costa, que le dio a conocer entre los interesados por el continente africano.<br />
<br />
A comienzos de 1884, informado de los problemas que sufrían los pesqueros canarios en las costas atlánticas del Sáhara, pues eran acosados cuando buscaban refugio, propuso a Genaro de Quesada, ministro de la Guerra y veterano de la campaña de Marruecos de 1859-1860, ocupar la zona y establecer varias bases fijas, con objeto de brindarles protección y puntos de aprovisionamiento. Éste rechazó el proyecto, pese a que venía avalado por la <b>Sociedad Española de Africanistas y Colonistas</b>. Pero Bonelli, tenaz, no tiró la toalla y porfió hasta conseguir audiencia con el presidente del Gobierno, Cánovas del Castillo.<br />
<br />
Si bien el máximo dirigente del Partido Conservador acogió con cautela la empresa, puso a disposición del aragonés 7500 pesetas, una cantidad meramente testimonial procedente de los fondos reservados, para que intentara ponerla en marcha. Si no cristalizaba, tampoco sería mucha la pérdida y el Gobierno podía darse por no enterado y lavarse las manos.<br />
<br />
Es probable que Cánovas viera la oportunidad de que España, de forma discreta y apenas sin coste, se sumara a otras naciones europeas, que en ese momento se repartían África sin pudor con el fin de apropiarse de sus inmensas riquezas naturales. Aunque hoy resulte algo inconcebible, para reclamar la soberanía sobre un territorio africano en aquella época solo había que comprobar que no había otra potencia colonial en el lugar, ocuparlo de forma efectiva, es decir, establecer guarniciones militares o puestos comerciales, y comunicar dicha ocupación con carácter oficial en los medios internacionales. Este “derecho”, que refrendó la <b>Conferencia de Berlín</b> (1884-1885), no tenía en cuenta a la población local, gentes primitivas a quienes llevar la civilización. Bastaba tan sólo con suscribir algún tratado, de buen grado o por la fuerza, con sus elites dirigentes, los únicos nativos que obtenían beneficios del convenio.<br />
<br />
Una vez recibido el plácet, Bonelli marchó rápidamente a Canarias, pues existía el temor de que un explorador británico, el escocés Donald Mackenzie, instalase factorías en la zona y demandase su posesión. Allí preparó sin tardanza la expedición con la ayuda de la Compañía Mercantil Hispano-Africana y la Sociedad de Pesquerías Canario-Africana, que le proporcionaron diversas mercancías y materiales de construcción. Y a bordo de la goleta <i>Ceres</i>, se encaminó hacia la costa saharaui.<br />
<br />
En noviembre de 1884 atracó en la llamada península de <b>Río de Oro</b> (que carecía tanto de río como de oro), junto a un pontón que la Sociedad Española de Africanistas y Colonistas había instalado unos meses antes para que sirviese de muelle y almacén. El enclave era un puerto natural, con pozos de agua potable en las cercanías, visitado por tribus nómadas y ajeno a la jurisdicción del sultán de Marruecos.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCIIrViMPg0cMqjUEtjcVqJXb2C0VSMduIK2ylP-bYTXR5tpZK3znLf9kT8CGFMFNQ_HsfuI3YptqmDP-14UovAdzEH2Vhl0lux69dKpmzZ5ekaOK78D2dlTzujjhDuUb281Xt7lmtKIU5/s1600/VillaCisneros.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="209" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCIIrViMPg0cMqjUEtjcVqJXb2C0VSMduIK2ylP-bYTXR5tpZK3znLf9kT8CGFMFNQ_HsfuI3YptqmDP-14UovAdzEH2Vhl0lux69dKpmzZ5ekaOK78D2dlTzujjhDuUb281Xt7lmtKIU5/s320/VillaCisneros.jpg" width="320" /></a>En solo unos días fue edificada una caseta de madera en la que se izó la bandera española, la primera construcción de un asentamiento bautizado con el nombre de <b>Villa Cisneros</b> (hoy <b>Dajla</b>) en homenaje al confesor de Isabel <i>la Católica</i>, promotor de la conquista de Orán en 1509.<br />
<br />
Lo mismo hizo en las siguientes semanas en puntos más al norte y más al sur. En el golfo de Cintra fundó Puerto Badía, en recuerdo del arabista y aventurero <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Domingo_Bad%C3%ADa">Domingo Badía</a>. Y en el cabo Blanco, Medina Gatell conmemoró al tarraconense <a href="https://sites.google.com/site/teimrevista/numeros/numero-13-julio-diciembre-2012/joaquin-gatell-y-folch">Joaquin Gatell</a> (ninguno de los dos establecimientos prosperaría y serían pronto abandonados).<br />
<br />
Bonelli entró inmediatamente en conversación con varios jefes de tribus locales, con quienes acordó poner bajo protectorado español la franja costera en la que se habían levantado las instalaciones, germen del futuro Sáhara Español. En dichas negociaciones resultó clave la figura del zaragozano. Tenía mano izquierda, era generoso con los regalos, consideraba sagrada la hospitalidad, conocía el Corán, no dudaba en vestir la indumentaria local y se acompañaba siempre de su tetera y su pipa de kif. Además, entendía la hassanía, el dialecto árabe usado en la zona.<br />
<br />
Como el propio Bonelli dejó en papel: “el objetivo principal de este viaje por tan áridas comarcas, desconocidas del mundo civilizado, consistía en asegurar para mi patria la explotación de aquellos bancos de pesquerías, que algunos escritores, mucho más competentes que yo en esta industria, aseguran ser muy superiores en calidad y abundancia de peces á los famosísimos de Terranova”.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6k_KCKLWorwwERFWQJq6Unx0tffP3_63lvuF6JO-dIlEwVD-pKazKDsHEressxG-kFHYnX6spgUpg8wOlZUOtSOKPiZxKPjE5nMiTHCoVWYkiiPkszAkRlJ1ZSMEJ4nTrs_h5jiKh3gbu/s1600/BonelliOrde%C3%B1o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="230" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6k_KCKLWorwwERFWQJq6Unx0tffP3_63lvuF6JO-dIlEwVD-pKazKDsHEressxG-kFHYnX6spgUpg8wOlZUOtSOKPiZxKPjE5nMiTHCoVWYkiiPkszAkRlJ1ZSMEJ4nTrs_h5jiKh3gbu/s320/BonelliOrde%C3%B1o.jpg" width="320" /></a></div>
También se pretendió abastecer de agua y carbón a los barcos que lo necesitaran, además de potenciar el comercio con los nómadas y hacer que algunas caravanas se desviasen de su camino habitual, transahariano, para intercambiar animales o géneros exóticos como oro, marfil, pieles o plumas de avestruz por alimentos, azúcar, té y manufacturas españolas. El éxito de esas últimas iniciativas fue, sin embargo, muy escaso. Aunque comenzaron a circular tímidamente duros con la efigie de Isabel II (sabil) y Alfonso XII (fonsus), el comercio de trueque mantuvo su primacía. La región era paupérrima y estaba muy alejada de las rutas del gran comercio, que nunca se asomaron por el territorio ocupado.<br />
<br />
No se pretendió sojuzgar militarmente el lugar, “civilizar” a los saharauis, imponerles leyes o convertirlos al cristianismo, como se hacía en otros puntos del continente. En todo momento se respetó su autogobierno, así como sus costumbres y tradiciones.<br />
<br />
A pesar de ello, en los primeros años hubo algunos roces e incluso enfrentamientos con tribus despechadas, en busca de botín, que habían quedado al margen de los tratados. El primero, en 1885, cuando Bonelli visitaba la Península para dar cuenta de sus actividades y ser nombrado nada más y nada menos que Comisario Regio para África Occidental. Villa Cisneros fue saqueada y hubo varios muertos. Su regreso a toda prisa, acompañado de un pequeño destacamento militar, apaciguó la situación y, con ayuda de nativos leales, recompuso el orden.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0vg3XH6e3hu9_0qclpxg5junNiwDWV3Zbc6VWD3whezrsDiEUO1JJwOoP1AYuvtZaOBm7rwEEJIYgOkbqj5KEXlTaEw_q6z9nKsPjA_vLt89zgod1dejwtDLTKoZ27cjAmdyso4AMAXIL/s1600/WesternSahara1909.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="283" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0vg3XH6e3hu9_0qclpxg5junNiwDWV3Zbc6VWD3whezrsDiEUO1JJwOoP1AYuvtZaOBm7rwEEJIYgOkbqj5KEXlTaEw_q6z9nKsPjA_vLt89zgod1dejwtDLTKoZ27cjAmdyso4AMAXIL/s320/WesternSahara1909.png" width="320" /></a></div>
<br />
Se planificaron entonces expediciones hacia el interior del desierto, hacia el Sur y hacia el Norte, y se suscribieron nuevos pactos de amistad. Poco a poco, el dominio se fue extendiendo y consolidando, aun cuando en el Gobierno español no sobraban ni los recursos ni el interés por el territorio sahariano.<br />
<br />
Bonelli, sin embargo, ya no dirigiría las operaciones principales desde el puesto de mando. Su inesperado éxito, que cogió a todos por sorpresa, había llamado la atención tanto dentro como fuera de España.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTx7SIMXfgELHenmIejvVDYBzbE4TukIGiNuRYW3BtWm75Nx8lLJ0HB7DL1lyy3STgT3iPt9kOgQ6Gy4TM6L2GOYlYvbDOryNycFKNJOsHRFTH1RDxgurG6KeZYSaXeUsqkOBWlZNQb7_R/s1600/R%C3%ADoMuni.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTx7SIMXfgELHenmIejvVDYBzbE4TukIGiNuRYW3BtWm75Nx8lLJ0HB7DL1lyy3STgT3iPt9kOgQ6Gy4TM6L2GOYlYvbDOryNycFKNJOsHRFTH1RDxgurG6KeZYSaXeUsqkOBWlZNQb7_R/s320/R%C3%ADoMuni.jpg" width="191" /></a><b>Claudio López Bru</b>, segundo marqués de Comillas, lo “fichó” para su <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Compa%C3%B1%C3%ADa_Trasatl%C3%A1ntica_Espa%C3%B1ola">Compañía Trasatlántica</a>, un verdadero imperio naviero puesto en pie por su padre, el primero en ostentar el título nobiliario. En junio de 1886 cesó como Comisario Regio y unos meses más tarde emprendió viaje hacia la Guinea española.<br />
<br />
Durante tres años, en colaboración con <a href="http://agirretxe.blogspot.com.es/2012/12/sahara-occidental-libros-y-otras.html">Enrique D'Almonte</a> y con vistas a su explotación económica, reconoció y cartografió varias de sus islas y la parte continental de Guinea Ecuatorial, explorada sólo unos años antes por el vitoriano <a href="http://www.iradier.org/iradier/?page_id=308">Manuel Iradier</a>. Remontó la cuenca del río Muni y las de sus afluentes el Noya, el Utamboni, el Bañe, el Utongo y el Congüe, además de las de los ríos Benito y Campo. Después, levantó una factoría en la isla de Elobey Chico.<br />
<br />
Según algunas fuentes, a su regreso a España la <b>Royal Geographic Society</b> de Londres, dados sus amplios conocimientos del Sáhara occidental, le encargó la búsqueda de la expedición del coronel <a href="http://fr.wikipedia.org/wiki/Paul_Flatters">Paul Flatters</a>. El militar francés había partido en diciembre de 1881 de Ouargla, en el sur de Argelia, al frente de un numeroso convoy con la intención de abrir una ruta entre el Mediterráneo y el Atlántico a través del desierto. Dos meses después de su salida la caravana fue asaltada por los tuaregs, que no dejaron supervivientes. Parece ser que Bonelli dio con los restos de la columna y los hizo llegar a Londres a excepción hecha del podómetro personal de Flatters, que le fue obsequiado como recuerdo.<br />
<br />
Su reconocido prestigio le permitió dar numerosas conferencias y llevar a la imprenta varias publicaciones sobre sus viajes antes de su fallecimiento, en 1926. Llegó a dirigir la Compañía Mercantil Hispano-Africana y como representante de la Real Sociedad Geográfica participó en los congresos comerciales hispano-marroquíes celebrados en 1907 (Madrid), 1908 (Zaragoza), 1909 (Valencia) y 1910 (Madrid).<br />
<br />
Varios de sus hijos también eligieron la vida castrense. Uno de ellos, <b>Juan María Bonelli Rubio</b>, fue gobernador de Guinea Ecuatorial en la década de 1940. Como máximo responsable político de la colonia, secundó a los docentes indígenas que solicitaban la equiparación laboral con los funcionarios españoles. Y al igual que al inspector general de educación, ese apoyo le costó el puesto, una decisión que alimentaría los primeros brotes independentistas en la región.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWozx_WzYtHYPl-xSa56o_f3GVl-8TBmrUCGdldLiOFrQ_TwFYfR_xWolcmhoDQSqY-OcIKCC04oqrVrwqQfHFvxDyJlmwpOSz5vXRS_2MUR6xdVAl_ey33Rtfyn_EYrqTD3cFtTMxnkhO/s1600/SelloBonelli.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWozx_WzYtHYPl-xSa56o_f3GVl-8TBmrUCGdldLiOFrQ_TwFYfR_xWolcmhoDQSqY-OcIKCC04oqrVrwqQfHFvxDyJlmwpOSz5vXRS_2MUR6xdVAl_ey33Rtfyn_EYrqTD3cFtTMxnkhO/s1600/SelloBonelli.jpg" /></a></div>
<br />
<b>Para saber más</b>:<br />
-Ballano, Fernando: <i>Españoles en África</i>, Madrid, Tombooktu, 2013.<br />
-Bonelli Hernando, Emilio: <i>Observaciones de un viaje por Marruecos</i>, Madrid, Fortanet, 1883.<br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">—</span><i>El Sáhara: descripción geográfica, comercial y agrícola, desde Cabo Bojador a Cabo Blanco, viajes al interior, habitantes del desierto y consideraciones generales</i>, Madrid, Tip. de I. Péant e hijos, 1887.<br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">—</span><i>Un viaje al Golfo de Guinea</i>, Madrid, Fortanet, 1888.<br />
-Bonelli Rubio, Juan María: <i>Emilio Bonelli Hernando: un español que vivió para África</i>, Madrid, s. n., 1947.<br />
-Fernández-Aceytuno, Mariano: <i>Ifni y Sáhara, una encrucijada en la historia de España</i>, Dueñas, Simancas, 2001.<br />
-Fernández Rodríguez, Manuel: <i>España y Marruecos en los primeros años de la Restauración</i>, Madrid, Centro de Estudios Históricos, 1985.<br />
-García, Alejandro: <i>Historias del Sáhara. El peor y el mejor de los mundos</i>, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2001.<br />
-Martín, Jos: <i>Exploradores españoles olvidados del siglo XIX</i>, Madrid, TF, 2001.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-35946502573283331722013-10-25T10:27:00.005+02:002021-09-01T21:21:20.233+02:00María Andresa (Andrea) Casamayor, la prosperidad a través de las Matemáticas<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
La <b>matemática </b>zaragozana <b>María Andresa Casamayor y de la Coma</b> fue la primera mujer de la que se tiene noticia en publicar un libro de tema científico en España. Lo hizo durante la primera mitad del siglo XVIII y, a juzgar por el contenido de su obra y por la forma en que está expuesto, su intención fue la de “democratizar” el saber y dotar de instrumentos útiles a sus conciudadanos para que pudieran prosperar en sus tareas cotidianas.<br />
<br />
Sus padres, el mercader Juan José Casamayor, de origen francés, y la zaragozana Juana Rosa de la Coma Alexandre, contrajeron matrimonio el 13 de abril de 1705 en la basílica del Pilar, a tiro de piedra de su domicilio en la calle de la Coma (hoy Damián Forment), posiblemente así llamada porque en ella se encontraba la casa materna. Allí bautizarían también a sus nueve hijos, entre niños y niñas. María Andresa nació en 1720, el 30 de noviembre, festividad de san Andrés, y de ahí su nombre, que mal transcrito por un comentarista posterior se ha conocido hasta recientes fechas por Andrea.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRgLSHPkUaRv402ug3U7NJRsYmWjcsax3sbhxSMuuQJ4zDdZYHZaVwAOViCJgGki1JW6td_cvFsiS7o3fmen_rqtKssHRUAvBqPgJZbyHuppSXjWYZhhyaKyxzIfihJ0N86Tzs4kfqFfbG/s1600/VISTA+ORIENTAL+DE+ZARAGOZA.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="237" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRgLSHPkUaRv402ug3U7NJRsYmWjcsax3sbhxSMuuQJ4zDdZYHZaVwAOViCJgGki1JW6td_cvFsiS7o3fmen_rqtKssHRUAvBqPgJZbyHuppSXjWYZhhyaKyxzIfihJ0N86Tzs4kfqFfbG/s320/VISTA+ORIENTAL+DE+ZARAGOZA.jpg" width="320" /></a></div>
La Zaragoza en la que vivió esta pionera de la ciencia fue una de las más florecientes de su historia. Una vez superados los estragos que había dejado a su paso la Guerra de Sucesión, la ciudad fue recuperando el pulso. La influencia en la Corte del llamado “partido aragonés”, encabezado por el conde de Aranda, repercutió en la capital del reino. Y en ella se fueron abriendo paso, aunque a duras penas, los postulados de la <b>Ilustración</b>.<br />
<br />
Dicha corriente cultural, nacida en Francia e Inglaterra, sostenía que había que combatir la ignorancia y la superstición. La razón, la ciencia y la educación eran imprescindibles para impulsar el progreso económico y renovar la sociedad.<br />
<br />
Semejante ideario, llamado a alterar el orden establecido, no fue del agrado de todo el mundo, claro está. Pero una minoría, pese a formar parte de la elite acomodada, lo asumió y lo llevó a la práctica. A ese grupo ilustrado parece pertenecer la familia de María Andresa Casamayor, ya que ésta recibió una esmerada instrucción, algo insólito para una mujer en la España de su tiempo.<br />
<br />
No es probable que acudiera a la escuela, pues durante su infancia todavía no había en Zaragoza colegios femeninos (y los mixtos eran impensables). El primero lo abriría la Compañía de María, en 1744. Unos años más tarde, las dominicas de Santa Rosa también orientaron su vocación hacia la enseñanza. Pero hasta 1783, por Real Cédula, no se establecieron en el país las escuelas de barrio para niñas. Había mujeres que recibían en su casa a alumnas privadas y tutores para las más pudientes, si bien, en la práctica totalidad de los casos, las chicas sólo recibían nociones de doctrina católica y labores domésticas. Aprender a leer y escribir, por ejemplo, se consideraba secundario.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxsQspNwbv96LJ9hGJ1hN7WEYQVGf1GiNtwyfN-9-k6HGucm2lqueqAji780prCcpGUpYKCH2ZQJ2OXeSE0chMdlkMLhK5tbmbQRY8lFhYafrixkDdpAv1vt904oVczz-QAwqi2t7Ea_g5/s1600/Tyrocinio.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxsQspNwbv96LJ9hGJ1hN7WEYQVGf1GiNtwyfN-9-k6HGucm2lqueqAji780prCcpGUpYKCH2ZQJ2OXeSE0chMdlkMLhK5tbmbQRY8lFhYafrixkDdpAv1vt904oVczz-QAwqi2t7Ea_g5/s1600/Tyrocinio.jpg" /></a>Una de las contadas excepciones a esa norma fue María Andresa. Fray Pedro Martínez, rector y regente de estudios del colegio San Vicente Ferrer, dejó testimonio del admirable nivel que había adquirido en las ciencias matemáticas. Ambos se reunían con frecuencia para trabajar en difíciles cálculos aritméticos y abrir nuevas vías de investigación. Por eso, el religioso manifestó una enorme sorpresa cuando, en 1738, sin haber cumplido todavía los dieciocho años, su compañera de elucubraciones numerarias llevó a la imprenta un libro, <i><b>Tyrocinio Artihmetico. Instrucción de las cuatro reglas llanas</b></i>, en el que se explicaban, de forma muy sencilla, las operaciones más básicas: sumar, restar, multiplicar y dividir.<br />
<br />
Existían otras publicaciones que abordaban el mismo tema, pero todas eran más prolijas y farragosas. El <i>Tyrocinio</i> (“aprendizaje”) aportaba ejemplos asequibles extraídos de la vida real en ámbitos como el comercio, la agricultura y la ganadería. Y, a su vez, incluía un completo tratado de los <b>pesos, medidas y monedas</b> vigentes en Aragón, con detalladas tablas de valores y equivalencias.<br />
<br />
El texto lo tuvo que firmar con un nombre masculino, <b>Casandro Mamés de la Marca y Araoia</b>, un anagrama del suyo propio. Es decir, trastocó el orden de las letras de su verdadero nombre para componer su seudónimo. Ese supuesto autor dedicaba la obra al colegio de Santo Tomás, de las <b>Escuelas Pías</b> zaragozanas, de las que se decía discípulo. Y el censor que suscribe el permiso de edición era Juan Francisco de Jesús, catedrático de Matemáticas de dicho centro. Ahí puede estar otra de las claves de la edición de un libro en el que priman varios principios básicos: ser accesible, didáctico, útil y ofrecer herramientas para mejorar la productividad y la consideración social.<br />
<br />
Los escolapios se instalaron en Zaragoza en 1731. Y no sería de extrañar que alguno de sus miembros hubiese sido instructor de María Andrea. A su llegada traerían la primitiva filosofía de la orden, fundada en 1597, en Roma, por el oscense <b>José de Calasanz</b>. Su idea de atender la educación de los más necesitados de forma gratuita supuso toda una revolución en su tiempo. Tanto los citados jesuitas, que temían perder su monopolio docente, como, sobre todo, los estamentos privilegiados, la vieron como una amenaza e intentaron eliminarla.<br />
<br />
Si los pobres tenían acceso a las escuelas, aprendían a leer y a escribir, algo que se consideraba antinatural, y se convertían en unos “señoritos” ¿quién querría trabajar la tierra de sol a sol?, ¿quién se encargaría de cuidar los animales?, ¿quién acarrearía sacos y fardos?, ¿quién limpiaría todo lo que se ensuciaba? Y si, además, sabían de cuentas ¿a qué peligrosas conclusiones podían llegar?<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCmoun3hWIEVGvE_l77P1BS7_RCFl7OoUZUvmS3waKoVQ7YZwEx757BXRsWhnEplQLY3iQejCf8JOetPybcQpMIVs2XVQuCTrDrHXCEKFLvHysRISlFAza64T0fCNUlaJfq1vN4ZnnjT0b/s1600/calasanz.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCmoun3hWIEVGvE_l77P1BS7_RCFl7OoUZUvmS3waKoVQ7YZwEx757BXRsWhnEplQLY3iQejCf8JOetPybcQpMIVs2XVQuCTrDrHXCEKFLvHysRISlFAza64T0fCNUlaJfq1vN4ZnnjT0b/s1600/calasanz.jpg" /></a>Calasanz también abogó porque la formación fuese provechosa y permitiera a los alumnos ganarse el pan en el futuro. Por ello hizo especial hincapié en las Matemáticas y sus aplicaciones prácticas. Varios de los primeros escolapios fueron notables matemáticos y físicos. El propio fundador se interesó por la disciplina y hasta tuvo el coraje de apoyar a <a href="http://secviccentarticulo.blogspot.com.es/2007/11/san-jos-de-calasanz-y-galileo-galilei.html"><b>Galileo</b></a> antes, durante y después del juicio al que fue sometido, en el que la Iglesia le dio a elegir entre renegar de la absurda y herética teoría de que la Tierra giraba alrededor del sol o morir quemado vivo en la hoguera.<br />
<br />
Como no podía ser de otra manera, dado su “subversivo historial” y sus “amistades peligrosas”, Calasanz se vio obligado a comparecer ante el Santo Oficio en 1642 y terminó suspendido. Seis años después, Inocencio X redujo sus pretensiones y convirtió su creación, muy controlada, en una orden secular sin votos. Hasta 1699, tras incontables presiones en todos los sentidos y ya muerto el santo oscense, las Escuelas Pías no recobrarían su pujanza, al ser restituidas como orden de votos solemnes.<br />
<br />
Tanto el ideario de los primeros escolapios como los principios ilustrados se hallan en la base del <i>Tyrocinio </i>de Andresa Casamayor, quien rebajó sus amplios conocimientos matemáticos en favor de la pedagogía y el bien común, algo que no es tan sencillo ni está al alcance de cualquiera, por mucho que se domine determinada materia. Todo en él se explica con claridad, paso a paso, para facilitar su comprensión.<br />
<br />
Al poco tiempo de editar su libro, falleció el padre de la joven matemática y la familia zozobró en un mar de deudas. Pese a ello, María Andresa nunca contrajo matrimonio ni buscó cobijo en la Iglesia, casi las únicas salidas viables para una mujer de su tiempo en sus circunstancias. Se vio obligada a trabajar fuera de casa para subsistir, una excepción a la norma. Fue maestra de niñas en colegios públicos, labor por la que además de un modesto sueldo disfrutó de un humilde alojamiento en las inmediaciones de la plaza de San Agustín.<br />
<br />
Una obra suya de más calado pero de menos repercusión social, como el título ya indica, sería <i><b>El para sí solo</b> de Casandro Mamés de la Marca y Araioa. Noticias especulativas y prácticas de los números, uso de las tablas de raíces y reglas generales para responder algunas demandas que con dichas tablas se resuelven sin álgebra</i>, su segunda composición, hoy perdida. Sus 109 folios manuscritos quedaron en posesión de sus hermanos cuando María Andrea murió sin hijos en octubre de 1780, ya anciana. Éstos la dieron a conocer a eruditos y curiosos, pero nunca costearon su impresión, pues no resultaba rentable.<br />
<br />
Por desgracia, aparte de lo que sus escritos dejan entrever y de vagas referencias de otros autores, pocos datos más hay de esta zaragozana excepcional, enterrada en el Pilar, que vio pasar su vida a orillas del Ebro y a la que doctos contemporáneos dedicaron escasas pero meritorias líneas. Disfrutó del saber y de su difusión en una época en que ambas actividades estaban vedadas al sexo femenino por los usos y costumbres. Y aun cuando se desconozcan la mayor parte de su trayectoria vital y de sus logros, no aparezca en ningún manual y nadie haya oído nunca mencionar su nombre, se trata de la primera mujer de ciencia española de la que se conserva obra escrita. Eso sí, oculta bajo un seudónimo masculino.<br />
<br />
<b>Para saber más</b>:<br />
-Bernués, Julio y Miana, Pedro J.: “Soñando con números, María Andresa Casamayor (1720-1780)”, en <i>Suma. Revista sobre Enseñanza y Aprendizaje de las Matemáticas</i>, n.º 91, 2019.<br />
-Casado Ruiz, María José: <i>Las damas del laboratorio. Mujeres científicas en la historia</i>, Barcelona, Debate, 2006.<br />
-Urgel Masip, Asunción: <i>José de Calasanz</i>, Zaragoza, CAI, 2000.<br />
<br />
---------<br />
PD: Esta entrada participa en la <a href="http://scientiablog.com/2013/10/17/arranca-la-edicion-4-1231056-del-carnaval-de-matematicas/">Edición 4.1231056</a> del <a href="http://carnavaldematematicas.bligoo.es/">Carnaval de Matemáticas</a>, cuyo anfitrión es el blog <a href="http://scientiablog.com/2013/10/17/arranca-la-edicion-4-1231056-del-carnaval-de-matematicas/">Scientia</a>. </div>
Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-60074854911961891002013-10-15T18:50:00.001+02:002021-10-26T20:54:05.093+02:00Roque Joaquín de Alcubierre, el descubridor de Pompeya y Herculano¿Quién no ha oído hablar de <b>Pompeya</b>? Salvo la propia capital, no existe ninguna otra ciudad, de las cientos que florecieron en la Antigüedad bajo el control político de Roma, que haya alcanzado la popularidad que hoy tiene en cualquier parte del globo la localidad de la bahía de Nápoles. Incontables enjambres de turistas la recorren a diario. Y todo el mundo, además, está al corriente de su trágico fin.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ7HEEsFXo0FUHwIbKCrB5XC73d8GxChbwSif2EG0e02Y_03WL0LN6oWt5sMwe-CN_1yy_wVrtzt4a9OPRcNlbrw6220-liaXsqfE8lM2Dhfn9vtFGPVMASygeli3f06QpCUglghA4Sg8h/s1600/Pompeya1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQ7HEEsFXo0FUHwIbKCrB5XC73d8GxChbwSif2EG0e02Y_03WL0LN6oWt5sMwe-CN_1yy_wVrtzt4a9OPRcNlbrw6220-liaXsqfE8lM2Dhfn9vtFGPVMASygeli3f06QpCUglghA4Sg8h/s320/Pompeya1.jpg" width="320" /></a>Pompeya no fue una gran metrópoli sino una urbe de tamaño medio, similar a otras muchas. Y ni siquiera sus ruinas son las más majestuosas entre las conservadas, pues se han hallado restos de mayor monumentalidad y extensión a orillas del Mediterráneo (basta con visitar <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Leptis_Magna">Leptis Magna</a>, <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Dj%C3%A9mila">Djémila</a> o <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Timgad">Timgad</a>, en el Norte de África, para comprobarlo). Sin embargo, tanto Pompeya como sus vecinas, en especial <b>Herculano</b>, poseen unas características distintivas que las dotan de un valor especial.<br />
<br />
Un cataclismo interrumpió abruptamente el discurrir de su existencia un verano del año 832 desde la fundación de Roma, esto es, el año 79 del calendario cristiano actual, cuando todavía estaban calientes, ironías del destino, las brasas de las grandes hogueras con las que sus pobladores acababan de celebrar las Vulcanalias, fiestas dedicadas a Vulcano, esposo de Venus y dios del fuego, la forja y los volcanes —si bien hace escasas fechas se ha descubierto que la catástrofe tuvo lugar en octubre y no en agosto, como se creía hasta ahora—.<br />
<br />
Como contrapartida, ese apocalipsis que las devastó les proporcionó un cobijo estable y permitió que, en parte, se conservaran tal y como estaban en el momento de la tragedia. Calles, viviendas, comercios, oratorios, zonas de ocio, estatuas, pinturas y grafitis, muebles, utensilios de uso cotidiano, joyas y hasta la huella dejada por los cuerpos de algunos de sus habitantes y de sus mascotas, a los que no dio tiempo de huir, permanecieron durante siglos preservados en una “cámara sellada”, bajo tierra, a salvo del despiadado paso del tiempo.<br />
<br />
Y allí seguirían, como lugares de leyenda, si no hubiese sido por la tenacidad de un zaragozano, <b>Roque Joaquín de Alcubierre</b>, quien las localizó y devolvió a la luz.<br />
<br />
En una carta, un testigo ocular, Gayo Plinio Cecilio Segundo, conocido hoy como <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Plinio_el_Joven">Plinio <i>el Joven</i></a>, narró con detalle la catástrofe a su amigo y gran historiador <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%A1cito">Cornelio Tácito</a>, así como la muerte de su tío. Éste, el mayor naturalista del mundo antiguo, al que se da el sobrenombre de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Plinio_el_Viejo">Plinio <i>el Viejo</i></a> para diferenciarlo de su sobrino, había acudido a evacuar a los supervivientes al mando de la flota romana emplazada en la zona.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQdmDI5ZjM4jZFXiVV4TCRQdIUvMWnayJSaOczqkqqIN0EaiMFJjPCUd61pD2QuiTytpxQxG_E0PuU2EXYcVo5kk0VLLQDr-HekibQtObru2sLLRRVA2j_wvmPnRsdGV5BqbAai6C5fBeR/s1600/recreaci%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQdmDI5ZjM4jZFXiVV4TCRQdIUvMWnayJSaOczqkqqIN0EaiMFJjPCUd61pD2QuiTytpxQxG_E0PuU2EXYcVo5kk0VLLQDr-HekibQtObru2sLLRRVA2j_wvmPnRsdGV5BqbAai6C5fBeR/s320/recreaci%C3%B3n.jpg" width="287" /></a>Según Plinio, tras unos pequeños temblores de tierra, el noveno día antes de las calendas de septiembre (24 de agosto) una colosal columna de humo procedente del Vesubio ascendió a los cielos. A continuación, comenzó una densa lluvia de piedras volcánicas y ceniza que ocultó el sol. Durante horas, cubrió toda la comarca, hundió tejados y colapsó vías y caminos. Finalmente, grandes nubes de gases ardientes y materiales en suspensión que se movían a nivel del suelo (oleadas de flujo piroclástico) abrasaron todo lo que encontraron a su paso.<br />
<br />
Cuando el volcán se serenó, Pompeya, Herculano, Estabia, Oplontis y otros asentamientos menores habían desaparecido de la faz de la tierra. El emperador Tito, que sólo llevaba un par de meses en el poder, envió rápidos auxilios, donó dinero para las víctimas y hasta se personó en el lugar. Pero muy poco se pudo hacer. Durante un tiempo, antiguos habitantes y saqueadores intentaron recuperar objetos de algún valor. Después, el recuerdo de las ciudades sepultadas se fue haciendo cada vez más difuso hasta acabar por perderse. Como único testimonio de lo sucedido sólo quedaron las cartas de Plinio.<br />
<br />
Diecisiete siglos más tarde un ingeniero militar nacido en Zaragoza, en 1702, se afincó en la región. No se sabe la fecha con certeza, pero es más que probable que fuera durante la segunda mitad de 1734, una vez que el reino de Nápoles retornó a manos españolas. Tras la batalla de Bitonto, en mayo de ese año, los soldados del conde de Montemar doblegaron los últimos focos de resistencia austriaca y fue entronizado un hijo del monarca español Felipe V, que pasó a reinar con el nombre de Carlos VII de Nápoles (el mismo que en 1759, al morir sin descendencia sus hermanos mayores Luis I y Fernando VI, abandonaría la corona napolitana para ceñir la española y convertirse en Carlos III).<br />
<br />
Roque Joaquín de Alcubierre había recibido su primera formación a orillas del Ebro. Y en cuanto tuvo edad para ello, al parecer bajo la protección del conde de Bureta, se unió como voluntario al Real Cuerpo de Ingenieros Militares, creado en 1711. A las órdenes de Esteban Panón y de Andrés Bonito y Pignatelli, pasó por varios destinos, entre los que figuraron Gerona y Valsaín, antes de trasladarse a la Corte. Allí intentó ser admitido de forma definitiva en la oficialidad del Cuerpo de Ingenieros. Pero su complicado carácter y rencillas internas se lo impidieron.<br />
<br />
Al ser enviado a Nápoles Andrés de los Cobos, su superior en ese momento, Alcubierre, a quien su jefe inmediato tenía en alta estima, le acompañó. El primer documento que certifica su presencia en el Sur de Italia data de enero de 1736.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8aez0G8wdZ4Vsusdr-hWp_bahPdzhxUCcrqNeQ9jwBr27HyzJxjArfkDH-4_lL1ikyPq2DBWA3TIEhkZ8JG9x-ieHHV6hWcZ4aB2rqQ7-zBTscREbAbdwWYYj9rMKZPR-5ywbCWRlb8z9/s1600/bayofnaples.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8aez0G8wdZ4Vsusdr-hWp_bahPdzhxUCcrqNeQ9jwBr27HyzJxjArfkDH-4_lL1ikyPq2DBWA3TIEhkZ8JG9x-ieHHV6hWcZ4aB2rqQ7-zBTscREbAbdwWYYj9rMKZPR-5ywbCWRlb8z9/s320/bayofnaples.jpg" width="320" /></a>Dos años después y ya, por fin, con los galones de capitán, se hallaba enfrascado en la nivelación de los terrenos aledaños a un pabellón de caza para el rey, en Portici, cuando le llamó poderosamente la atención la gran cantidad de objetos antiguos que surgían diseminados, a pocos centímetros de la superficie. Un amigo del lugar, el cirujano Giovanni de Angelis, le confirmó la constante presencia de materiales romanos. Al mismo tiempo, le llegó la noticia de que unos años antes, durante el dominio austriaco, al cavar un pozo en una finca cercana por orden de Manuel Mauricio de Lorena, príncipe D’Elbeuf, se habían encontrado lo que parecían vestigios arquitectónicos, junto a mármoles labrados y otros restos menores.<br />
<br />
Todo ello le hizo sospechar que la tierra albergaba tesoros escondidos y pidió permiso para iniciar una búsqueda más exhaustiva. No hay que olvidar que desde el Renacimiento las piezas de arte griegas y romanas estaban muy cotizadas y existía un floreciente mercado para coleccionistas, copado por las familias más adineradas, en el que abundaban las falsificaciones (hasta Miguel Ángel, en su juventud, labró varias estatuas que luego enterró y “avejentó” para poder venderlas a mejor precio). Tras mucho insistir, obtuvo la autorización del propio monarca en octubre de 1738 y, con la ayuda de tres peones, se puso manos a la obra.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaHkwflLs4qsrN7y_PmVr2_-LTyjBj2qsFwJyGpTpLKqGUY-WdD26ckhumBuLr_24uEWlS1EQECnO1SdhpYMVjMJ-2sZaOG41WS7dbG14SDzjkPHk_XXNf7SGABngQWEt6NSW0d96-Nn4I/s1600/HERCULANO.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaHkwflLs4qsrN7y_PmVr2_-LTyjBj2qsFwJyGpTpLKqGUY-WdD26ckhumBuLr_24uEWlS1EQECnO1SdhpYMVjMJ-2sZaOG41WS7dbG14SDzjkPHk_XXNf7SGABngQWEt6NSW0d96-Nn4I/s320/HERCULANO.jpg" width="320" /></a></div>
En aquel entonces, ni la Arqueología ni sus métodos científicos existían todavía. El penoso trabajo de Alcubierre y sus hombres se asemejaba al de los mineros en busca de metales o piedras preciosas. Excavaban pozos y a partir de éstos abrían galerías subterráneas, en muchas ocasiones en terrenos “petrificados” donde llegaban a emplear explosivos para abrirse paso. A medida que iban avanzando, las galerías se estrechaban y se hacían más inhóspitas, por la humedad y, sobre todo, el humo de las antorchas con las que se alumbraban. Al lugar de la excavación sólo se podía acceder por el pozo. Tanto hombres como materiales ascendían y descendían atados a una soga, con la ayuda de un cabestrante.<br />
<br />
Por suerte, los resultados no se hicieron esperar. Bronces, lápidas, estatuas de diferentes tamaños... comenzaron a abandonar su apacible refugio en un flujo interminable y multiplicaron el interés del monarca, que decidió aumentar el número de operarios. Alcubierre, a su vez, fue obligado a llevar un diario donde rendir puntual cuenta de los avances y de todos y cada uno de los hallazgos, que debían ser descritos de forma meticulosa y dibujados. A éste se añadían informes periódicos y alguno más, suplementario, en caso de dar con elementos de una calidad extraordinaria.<br />
<br />
No tardó en ser localizado un muro, que se pensó era de un templo campestre. Sin embargo, poco después, la inscripción de una lápida reveló que pertenecía a un teatro, el teatro de la ciudad de Herculano, una de las mencionadas en las cartas de Plinio <i>el Joven</i>.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiILp_W1K6Y5g_LU4yuxBnzHkVavj1UWpIZbCSEF3b5LtoUU61bYhSuAeZslvW_MONwxibCtgITM7sZ-NBo-wexMuq-qwvKLRCpBqfKwVtPLcKsigimEX7epdRxE0sgil42xpDitQsYFSIQ/s1600/herculano-relieves1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="171" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiILp_W1K6Y5g_LU4yuxBnzHkVavj1UWpIZbCSEF3b5LtoUU61bYhSuAeZslvW_MONwxibCtgITM7sZ-NBo-wexMuq-qwvKLRCpBqfKwVtPLcKsigimEX7epdRxE0sgil42xpDitQsYFSIQ/s320/herculano-relieves1.jpg" width="320" /></a>El entusiasmo se desató. Cada nueva galería ofrecía descubrimientos más asombrosos que la anterior. Con el fin de aligerar las tareas, un grupo de presos se sumó a los trabajos. Apareció la basílica, lugar destinado a la administración de justicia y las transacciones financieras. Y aparecieron, una tras otra, viviendas engalanadas con increíbles mosaicos y pinturas murales. Una de ellas, la <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Villa_de_los_Papiros">villa de los Papiros</a>, custodiaba 1.785 manuscritos con textos latinos y griegos, la mayoría hasta entonces desconocidos.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1UbIjgwxNvhk0mHZ6NgT4bFFBNw_bi1WycIhHIOSe8_rcz6Zz6pksE25fw_Ep5qndKqOEgVjZa65buketQ-6bMS2WxHl8dQ2KNTC2c8eMF59GIeIWz-H51-mfZtzE4yrBblRBdXp5uUsr/s1600/herculano2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1UbIjgwxNvhk0mHZ6NgT4bFFBNw_bi1WycIhHIOSe8_rcz6Zz6pksE25fw_Ep5qndKqOEgVjZa65buketQ-6bMS2WxHl8dQ2KNTC2c8eMF59GIeIWz-H51-mfZtzE4yrBblRBdXp5uUsr/s200/herculano2.jpg" width="190" /></a></div>
<br />
El prestigio de Alcubierre como director de la excavación aumentaba pero su salud se fue minando, maltratada por la aspereza de su cometido. Perdió todos sus dientes y su vista se vio gravemente afectada. Agotado y enfermo, tuvo que abandonar temporalmente su quehacer entre 1741 y 1745. En su ausencia disminuyeron los hallazgos, por lo que en cuanto recobró la energía, ya con el grado de teniente coronel, volvió a su puesto y con él retornaron los resultados espectaculares.<br />
<br />
En 1748 fue informado de que a unos kilómetros de donde excavaban también era frecuente que emergieran durante tareas agrícolas abundantes objetos antiguos y que los lugareños aprovechaban las piedras talladas que encontraban para levantar sus propias edificaciones. Decidió entonces solicitar permiso al ministro de Estado para iniciar nuevas búsquedas en esa zona y, en cuanto tuvo el beneplácito real, puso en marcha la empresa.<br />
<br />
Su intuición y dedicación pronto dieron fruto y un nuevo rosario de objetos fascinantes se encaminó hacia el Museo Real de Portici, donde todo, sin excepción alguna, debía ser catalogado y estudiado. Alcubierre creía haber dado esta vez con la ciudad de Estabia. Pero estaba equivocado. En 1763 sería desenterrada una inscripción que daba nombre a la localidad. Se trataba, nada más y nada menos, que de Pompeya, la mayor de cuantas había devorado la furia del Vesubio.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYhN_RD_53UgIc0PJ0P99ECpjoq2Rkb0fWxEzRwWB50J3IY4xK3kiqYG7ksgTN8D1GOCuzY0qNDg7ZwbpiUwvQdhnaZo9VAp0OezJdHMjlbrX304Qy1Tzgs2KenM3uFq90GzCbrja7clqD/s1600/ruta_pompeya_italia.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYhN_RD_53UgIc0PJ0P99ECpjoq2Rkb0fWxEzRwWB50J3IY4xK3kiqYG7ksgTN8D1GOCuzY0qNDg7ZwbpiUwvQdhnaZo9VAp0OezJdHMjlbrX304Qy1Tzgs2KenM3uFq90GzCbrja7clqD/s320/ruta_pompeya_italia.jpg" width="320" /></a>El celo de Alcubierre por su tarea y su eterna curiosidad le impulsaron a implicarse en la resurrección de nuevos enclaves. Se sabe que excavó la villa del político, historiador y literato <a href="http://lacosechadelviento.blogspot.com.es/2011/08/quien-fue-gayo-asinio-polion.html">Gayo Asinio Polion</a> en <b>Sorrento </b>y también que trabajó en algún momento de su carrera en <b>Estabia</b>, <b>Pozzuoli</b>, <b>Capri</b><b> </b>y <b>Cumas</b>. Pero sus innumerables éxitos se vieron salpicados por malentendidos, envidias y rivalidades de algunos de los funcionarios que tenía bajo su severo mando.<br />
<br />
Esos reproches se sumaron a diversas críticas académicas. Atraídos por la desbocada fama del lugar, numerosos eruditos visitaron las excavaciones pero poco pudieron ver, pues el acceso estaba muy restringido. Uno de los más acreditados, <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Johann_Joachim_Winckelmann">Johann Joachim Winckelmann</a>, considerado en la actualidad el padre de las modernas Arqueología e Historia del Arte, muy enfadado, censuró abiertamente y con extrema dureza el secretismo y los “primitivos” métodos del aragonés. Lo que no impidió que éste siguiera al frente de los trabajos hasta su muerte, en 1780, una ocupación absorbente que compaginó, no obstante, con sus obligaciones militares. En 1772 había sido ascendido a brigadier e ingeniero jefe de los ejércitos del rey, así como gobernador del castillo del Carmen, adosado a la muralla aragonesa de Nápoles. Y cinco años después fue nombrado mariscal de campo.<br />
<br />
A pesar de vivir cautivo por su labor día y noche durante décadas, de revelar al mundo tesoros de incalculable valor y de ser el principal responsable de que hoy podamos viajar en el tiempo hasta los años de esplendor del Imperio Romano, este primitivo “Indiana Jones” aragonés, que acabaría abandonado en la cuneta de la historia, nunca se aprovechó de su posición para lucrarse. Tras su fallecimiento, su viuda se vio obligada a solicitar ayuda económica a las autoridades y, en atención a los servicios prestados, recibió una pensión vitalicia de 150 ducados anuales, renta que sólo alcanzó a la familia para seguir residiendo, en honrada pobreza, en una humilde vivienda de Nápoles.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIbGv7dBvmBorzs-ABY0LF6Lw5kj0QDTxBVeaGwZ5dv1cxuM6aM7oBSS8CrecSk0DRX03YyxKF_9RiHrIhafC87koeCKTWhyNISUV9Lyp0sy-1gPXsuk5dJZ9agihc_F1o3hpbMXwyj-D8/s1600/pinturas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIbGv7dBvmBorzs-ABY0LF6Lw5kj0QDTxBVeaGwZ5dv1cxuM6aM7oBSS8CrecSk0DRX03YyxKF_9RiHrIhafC87koeCKTWhyNISUV9Lyp0sy-1gPXsuk5dJZ9agihc_F1o3hpbMXwyj-D8/s400/pinturas.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<b>Para saber más</b>:<br />
-FERNÁNDEZ MURGA, Félix: <i>Carlos III y el descubrimiento de Herculano, Pompeya y Estabia</i>, Salamanca, Universidad, 1989.<br />
-Blog de viajes Pasaporteblog.com: <a href="http://www.pasaporteblog.com/pompeya/#.V4dAZdSLSt8">http://www.pasaporteblog.com/pompeya/</a>Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-27905039285684225082013-10-02T23:38:00.001+02:002022-03-15T10:02:50.196+01:00Pedro Cubero, el primero en dar la vuelta al mundo al encuentro del sol nacienteTodos estudiamos en el colegio que los primeros exploradores en dar la <b>vuelta al mundo</b> partieron de Sanlúcar de Barrameda en 1519, capitaneados por Magallanes, y culminaron su hazaña tres años después a las órdenes de Juan Sebastián Elcano. La mayoría de los expedicionarios, entre ellos el propio Magallanes, se dejaron la vida en el empeño. De los 234 que embarcaron, únicamente 18 arribaron a las playas gaditanas en un primer momento y unos cuantos más lo hicieron, esqueléticos y a duras penas, meses después. Su principal logro fue, sin duda, el de abrir las mentes de su contemporáneos, menguar su miedo a lo desconocido y demostrar que la Tierra era esférica y sus dimensiones mensurables.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCi9j7-mQwJjXsIwqBh-5TJueUF7y_mkFdYtN7rtEWruw3jw7uFBs4jacwofOa1Dl4Uu_dhrwYplVlv43FyJiR58nyMT04UW7bR4tElut8k2ciRnnVtyw4mtlj4OK01yoRQ6FHf6t1jmhb/s1600/mapamundi4.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCi9j7-mQwJjXsIwqBh-5TJueUF7y_mkFdYtN7rtEWruw3jw7uFBs4jacwofOa1Dl4Uu_dhrwYplVlv43FyJiR58nyMT04UW7bR4tElut8k2ciRnnVtyw4mtlj4OK01yoRQ6FHf6t1jmhb/s320/mapamundi4.jpg" width="320" /></a>El afán por ceñir el globo terráqueo impulsó en las décadas siguientes a otros pioneros de indudable mérito, como los españoles <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Garc%C3%ADa_Jofre_de_Loa%C3%ADsa">García Jofré de Loaísa</a> o <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Ignacio_de_Loyola">Martín Ignacio de Loyola</a>, el holandés <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Jacob_Le_Maire">Jacob Le Maire</a> o los ingleses <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Francis_Drake">Francis Drake</a> y <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Thomas_Cavendish">Thomas Cavendish</a>. Las travesías de todos ellos compartieron con la inaugural varias características. Fueron circunnavegaciones, es decir, travesías en barco que sólo tocaban tierra para avituallarse, comerciar o buscar refugio. Y todos avanzaron en dirección Oeste, hacia el Ocaso, en oposición al movimiento de rotación terrestre.<br />
<br />
El primer ser humano del que se tiene noticia en circundar el planeta en sentido inverso al habitual, de Oeste a Este, siempre al encuentro del sol, fue aragonés y se llamó <b>Pedro Cubero Sebastián</b>. Su prodigioso periplo, cuya crónica plasmó en un extraordinario libro al igual que <b>Marco Polo</b>, tiene algunas particularidades que lo hacen todavía más excepcional. Viajó solo o con ocasionales compañeros, recorrió territorios hasta entonces herméticos, como Rusia o Persia, y como su fin último era el de difundir el catolicismo, siempre que le fue posible hizo el trayecto por tierra (a pie, en carro, a lomos de caballerías, en camello, en trineo, etc.) o surcó en barcazas los cursos fluviales. La empresa le ocupó nueve años de su vida, entre 1670 y 1679, bastante más tiempo que a <b>Phileas Fogg</b> quien, apurado por una apuesta, completaría en sólo 80 días un itinerario análogo.<br />
<br />
Pedro Cubero había nacido en <b>El Frasno</b>, en la comarca de Calatayud, en 1645. Estudió Gramática y Filosofía en Zaragoza y cursó Teología y Jurisprudencia en Salamanca. Una vez concluida su formación, fue ordenado sacerdote y nombrado canónigo doctoral en Tarazona. Sin embargo, su afán de aventuras y su celo misionero pronto le movieron a abandonar ese cómodo “encierro” y dedicar su vida a la evangelización. Con dicho propósito, decidió marchar a Roma y obtener el título de predicador apostólico que concedía la Congregación para la Propaganda de la Fe, fundada en 1622 por el papa Gregorio XV para difundir el catolicismo y regular los asuntos eclesiásticos en regiones de herejes o idólatras.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuVsQeaCmkAZlpRUU7WFwxEveERls8nE5KqLyPV9qaea7HC9muCyUlFFS3NI-KQvcaFwVdbWiUoFyQA_VLub09v5TjD5sbJJFVukhKH5hjFc0x468ZWbawAl7us8nV2Y3gQY5wdxzgpLGb/s1600/pedro_cubero.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuVsQeaCmkAZlpRUU7WFwxEveERls8nE5KqLyPV9qaea7HC9muCyUlFFS3NI-KQvcaFwVdbWiUoFyQA_VLub09v5TjD5sbJJFVukhKH5hjFc0x468ZWbawAl7us8nV2Y3gQY5wdxzgpLGb/s320/pedro_cubero.jpg" width="230" /></a>Tras visitar al Santo Cristo de <b>Calatorao</b>, comenzó su aventura en <b>Zaragoza</b>, “cabeza de siete reinos por serlo del de Aragón”. La primera ciudad, “una de las más hermosas de Europa”, de las muchas que describirá con todo detalle.<br />
<br />
En lugar de seguir la ruta más corta hacia Roma, su inagotable curiosidad le condujo primero a París, donde se entrevistó con Luis XIV, a Lion, la ciudad de los libreros, y a Ginebra, refugio de malvados calvinistas. A continuación, atravesó los Alpes y el Norte de Italia (se maravilló en Florencia y Siena) y por fin llegó a la Ciudad Eterna. Allí obtuvo de Clemente X la autorización para predicar en <b>Asia y las Indias Orientales</b>, y en seguida se puso en camino, pertrechado con su báculo y su breviario.<br />
<br />
No se dirigió directamente a su destino, pues visitó antes Venecia, Austria y Hungría. Descendió luego por el Danubio y se adentró en el Imperio Otomano hasta Estambul. Sus prejuicios antes de entrar en la ciudad (“los turcos no son inclinados a las artes liberales ni a la arquitectura”) quedaron borrados de golpe al contemplar atónito la suntuosidad de sus palacios y mezquitas.<br />
<br />
Se desvió luego hacia el Norte. Abandonó los dominios del turco y cruzó Transilvania, Silesia y Polonia, donde asistió a la entronización de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_III_Sobieski">Juan III Sobieski</a> (quien unos años más tarde salvaría el imperio de los Habsburgo con una temeraria carga de caballería al frente de los legendarios húsares alados que desbarató el ejército otomano cuando sitiaba Viena). Este monarca le facilitó su viaje a través del gran ducado de Lituania, que en aquel tiempo se extendía hasta Ucrania. Además, le dio cartas de presentación para el zar de Rusia y el sha de Persia.<br />
<br />
En pleno invierno y en trineo, pues en otoño el barro impedía circular por los escasos caminos existentes, hizo su entrada en Moscú. Alejo I, que regía un reino pobre, aislado y atrasado (sería su hijo <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_I_de_Rusia">Pedro I <i>el Grande</i></a> quien lo abriría al mundo y modernizaría), le permitió ejercer su ministerio en un barrio menor, a las afueras de la ciudad, durante una temporada. Al terminar su labor, bajó por el Volga, el río más caudaloso y grande de Europa, hasta el mar Caspio. Pero antes pasó por <b>Astracán</b>, ciudad célebre por sus pieles de cordero, donde probó el caviar y erigió un oratorio dedicado a la Virgen del Pilar en un suburbio habitado por mercaderes extranjeros.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM_qZ72tOxxVTkHdOqRfAj2HPBza8svrsbbkH9MKZEg-Hi65ugRpVnJXRonY9LHTvWdTLa7087W4EqtS4dqYbvoRfyP3WoiqYNjB0TiY6WHeKjfMg3sTYTznM-PNG3_iWLIQexoPHme2Hi/s1600/Shah_Suleiman_Safavi_portrait,_by_Aliquli_Jabbadar,_1670.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM_qZ72tOxxVTkHdOqRfAj2HPBza8svrsbbkH9MKZEg-Hi65ugRpVnJXRonY9LHTvWdTLa7087W4EqtS4dqYbvoRfyP3WoiqYNjB0TiY6WHeKjfMg3sTYTznM-PNG3_iWLIQexoPHme2Hi/s320/Shah_Suleiman_Safavi_portrait,_by_Aliquli_Jabbadar,_1670.jpg" width="219" /></a>Superada la singladura por el Caspio, entró en Persia, donde reinaba un soberano de la dinastía safávida, Suleimán I. Su capacidad de asombro se puso de nuevo a prueba en <b>Qazvín</b>, <b>Isfahán </b>y ante las ruinas de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Pers%C3%A9polis">Persépolis</a>. Logró alcanzar las costas del golfo Pérsico y allí se embarcó hacia la India: “Di infinitas gracias a Dios, porque hacía cerca de dos años que caminaba por tierra [...] con que ya deseaba entrar en el mar”.<br />
<br />
Por fin en Asia, predicó en varias factorías de la costa hindú regentadas por portugueses, ingleses u holandeses, muchas veces a escondidas. En Goa veneró el cuerpo de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Javier">San Francisco Javier</a> y fue obsequiado con una reliquia <i>ex visceribus eius</i> (tantas reliquias del santo se repartieron que finalmente su cadáver desapareció, esparcido en trocitos). Recorrió Ceilán, un paraíso en la Tierra, las islas Maldivas y la costa del golfo de Bengala.<br />
<br />
Malasia e Indonesia fueron las últimas etapas de su odisea antes de entrar en territorio español, las islas Filipinas. Como había hecho desde Rusia, intentó dar el salto a China, pero parece ser que no le fue permitido. Ya de vuelta, abordó el mítico <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Gale%C3%B3n_de_Manila">galeón de Manila</a>, que comunicaba el archipiélago asiático con Acapulco. De los más de cuatrocientos viajeros que lo acompañaban, sólo 192 llegaron a tierras mejicanas. La mayoría murió de escorbuto.<br />
<br />
Franqueó Méjico a pie, de costa a costa, sin olvidar nunca su misión apostólica, y en Veracruz se hizo a la mar rumbo a España. Tras hacer escala en La Habana, pisó de nuevo suelo peninsular y aún llegó a tiempo para ver la entrada en Madrid de María Luisa de Orleáns, en enero de 1680, que relató minuciosamente.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_1ZmxsNgB0BLsxZ3cRuw0syyciy678FB5XHoqO2t_3OwJWjtFSmHeqH7wORTVOQIULrF7kwEUBSK9BfbBfffhoNj9kxNNeNKtqdaeQ5bi3BS0S1mvLkrqazhX6UnJWtxhFqaXqj4hKln1/s1600/libro2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_1ZmxsNgB0BLsxZ3cRuw0syyciy678FB5XHoqO2t_3OwJWjtFSmHeqH7wORTVOQIULrF7kwEUBSK9BfbBfffhoNj9kxNNeNKtqdaeQ5bi3BS0S1mvLkrqazhX6UnJWtxhFqaXqj4hKln1/s320/libro2.jpg" width="246" /></a>Su libro, <i><b>Peregrinación del mundo</b></i>, conoció tres ediciones en vida del autor, hechas en Madrid (1680), Nápoles (1682) y Zaragoza (1688). En él dejó testimonio de todo lo vivido, así como de lugares absolutamente desconocidos en Europa: “no hay más vestigios que lo que yo escribo, como testigo de vista, pues todo lo vi por mis ojos y lo toqué y si hubiera otra cosa también la escribiera porque me precio mucho de escribir la verdad”, e intentó, en la medida de lo posible, ser preciso: “si acaso hubiere algún yerro, no fue culpa mía sino del intérprete”, llega a decir.<br />
<br />
Por sus páginas desfilan lugares fascinantes, colmados de peligros (espesos bosques, estepas heladas, desiertos, inhóspitas selvas, altas cumbres, barrancos, ríos y mares), que sirven de escenario a fabulosos episodios. Nuestro protagonista a punto estuvo de morir en Silesia a causa de unas fiebres, conoció terribles tempestades en el mar Caspio y las costas filipinas, se vio involucrado en combates navales en el golfo Pérsico, atacado por piratas en el Índico y por nativos en Malasia. Fue encarcelado por el gobernador holandés de Malaca y vendido como esclavo por bandidos en las islas Maldivas (su dueña, descendiente de un portugués, lo liberó por ser de Aragón, dada su veneración por <a href="http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=7209">Santa Isabel de Portugal</a>). Aun en territorio “amigo”, vivió peripecias sin cuento, ya que sobrevivió a un devastador terremoto en Manila y poco después vio cómo un cocodrilo atrapaba a un niño asomado en una canoa para devorarlo.<br />
<br />
Siempre estuvo abierto a asumir con cierta naturalidad cosas ajenas a su cultura. En Polonia vio a la “gran bestia”, probablemente uno de los últimos ejemplares vivos de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Bos_primigenius_primigenius">uro</a>. En Persia, por ejemplo, comió langostas y saltamontes fritos, y no le disgustaron. Pero en la India, donde le pasmó la inteligencia de los elefantes, contempló con estupor a los brahmanes, “unos con el brazo levantado continuamente, que ya casi lo tienen seco; otros con las uñas tan grandes que algunas de ellas son de más de medio palmo; otros cargados de cilicios su cuerpo; otros continuamente echados en el suelo, sin levantarse toda su vida...”, y cómo las viudas se inmolaban voluntariamente en la hoguera en la que se incineraba el cadáver del marido.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRm8jOiRzp84uII74O2ROImyXPdxAGx87JhYixWbta9nTfKe65S-i4OP1sq_9N0qPp3kvcXyEzQLyhQmRg1m5o4UuWrphdgdYHKYF_lGVexnCBhc504OyYlGm2mWwNf4S7eGXOtoDkODDP/s1600/Malacca_1750.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="273" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRm8jOiRzp84uII74O2ROImyXPdxAGx87JhYixWbta9nTfKe65S-i4OP1sq_9N0qPp3kvcXyEzQLyhQmRg1m5o4UuWrphdgdYHKYF_lGVexnCBhc504OyYlGm2mWwNf4S7eGXOtoDkODDP/s320/Malacca_1750.jpg" width="320" /></a>Por lo general, mantuvo la ecuanimidad: “Eso lo digo para que no tengamos en Europa por bárbaros a los asiáticos, pues puedo asegurar que dejando aparte el engaño en que viven, tocante a la religión, en lo demás son muy sagaces”. Su espíritu crítico, como no podía ser de otra manera, sólo se exacerbaba en temas religiosos. Sentía una profunda aversión por las doctrinas islámicas y el credo protestante, pero no así por los ortodoxos, casi hermanos: “ellos nos tienen a nosotros por lo que ellos son. Esto es, por cismáticos”.<br />
<br />
Su apostolado no consistió tanto en ganar nuevos adeptos para el catolicismo como en dar asistencia con misas, bautizos y confesiones a creyentes de lugares remotos (algunas de las confesiones las hizo ¡con intérprete! y varios de los fieles atendidos llevaban más de tres décadas sin ver a un sacerdote).<br />
<br />
Poco después de su regreso, viajó a Roma para informar al papa Inocencio XI de su misión. Y hay noticia de que no tardó en volver a los caminos, en tareas pastorales o diplomáticas. Ejerció como confesor apostólico en los ejércitos imperiales que luchaban contra los turcos en Hungría, visitó el Norte de África y, en 1681, asistió a la ceremonia de colocación de la primera piedra de las obras del Pilar. Posteriormente se le puede seguir la pista de nuevo en Estambul, Nápoles, Flandes, Inglaterra, Cataluña, Madrid, Valencia, Ceuta y Cádiz.<br />
<br />
De algunas de sus aventuras dejó constancia en una segunda publicación, que dedicó a <b>Pedro Calderón de la Barca</b>: <i>Segunda Peregrinación, donde se refieren los sucesos más memorables, así de las guerras de Hungría en el asedio de Buda, batalla de Arsan y otras, como de los últimos tumultos de Inglaterra, deposición del rey Jacobo e introducción del príncipe Guillelmo de Nassao, hasta llegar a la ciudad de Valencia</i> (Valencia, 1697). Ese mismo año y también en la ciudad del Turia salió a la venta con su firma: <i>Descripcion general del mundo y notables sucessos que han sucedido en el: con la armonía de sus tiempos, ritos, ceremonias, costumbres y trages de sus naciones y varones ilustres que en el ha avido</i>.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcf4-CV-LI48NqlJwsgNekGRsDC7zUz2mLRcoiJaZ1DlRjl5wyeG9v2xAyWZSPF8eb0dhrWJCYdlmCweVe4S2fCcEeWnVXqrns1-QkjUP8dFrUypn-MUjT2loHgIONBjUgPvFNEYBJ-j1X/s1600/libro5.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcf4-CV-LI48NqlJwsgNekGRsDC7zUz2mLRcoiJaZ1DlRjl5wyeG9v2xAyWZSPF8eb0dhrWJCYdlmCweVe4S2fCcEeWnVXqrns1-QkjUP8dFrUypn-MUjT2loHgIONBjUgPvFNEYBJ-j1X/s320/libro5.jpg" width="245" /></a>La Biblioteca Nacional, además, guarda en sus archivos otra obra suya que carece de fecha y lugar de impresión: <i>Porfiado sitio de Mequines adusto sobre la plaza de Ceuta: valor incontrastable con que se han portado las armas catolicas: notables acontecimientos que ha avido en el</i> y un libro resumen aparecido en Cádiz en 1700: <i>Epitome de los arduos viages que ha hecho el doctor don... en las quatro partes del mundo: Asia, Africa, America y Europa, con las cosas mas memorables que ha podido adquirir</i>; así como un manuscrito que no llegó a la imprenta: <i>Vida, crueldades y tiranías de Muley Ismael, emperador de Marruecos y rey de Mequínez</i>, dedicado a Alonso Pachecho, caballero toledano de la orden de Alcántara y mayordomo de la reina viuda Mariana de Austria.<br />
<br />
Este singular trotamundos aragonés es probable que falleciera en fechas cercanas a la edición de su segundo libro y, a pesar de sus hazañas, pronto pasó a sumergirse en las aguas del olvido en compañía de otros insignes viajeros y exploradores de la época, como <a href="http://guampedia.com/fray-juan-pobre-de-zamora/">Juan Pobre de Zamora</a> o <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Ord%C3%B3%C3%B1ez_de_Cevallos">Pedro Ordóñez de Cevallos</a>.<br />
<div>
<br /></div>
<div>
<b>Para saber más</b></div>
<div>
-Cubero Sebastián, Pedro: <i>Peregrinación del mundo</i>, Madrid, Miraguano Editores-Ediciones Polifemo, 1993.</div>
<div>
-Serrano, José María: <i>El insólito viaje de Pedro Cubero alrededor del mundo</i>, Zaragoza, Mira, 1996.</div>
Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-72618585322279600412013-09-23T09:41:00.001+02:002017-11-09T21:17:21.080+01:00Marcelino Orbés, el cómico más famoso del mundoUna mañana de noviembre de 1927 Essie Goodman, una criada negra de un modesto hotel de Manhattan, entró a limpiar la habitación de uno de los huéspedes. Encontró a éste arrodillado frente a la cama, de espaldas, y salió sin hacer ruido, pues creyó que rezaba. Unas horas más tarde regresó, lo vio en la misma postura y se fijó mejor. Sobre la colcha, un confuso conjunto de trajes y fotos de payasos enmarcaba una gran mancha de sangre. Ese taciturno tipo con acento de <i>cockney </i>londinense se había pegado un tiro en la cabeza. El policía que acudió a la llamada se quedó un momento mirándolo y preguntó su identidad. Quince años antes no hubiese sido necesario. Todo Nueva York lo conocía. Su cara y su nombre destacaban omnipresentes en multitud de letreros luminosos, carteles callejeros, periódicos, revistas y hasta protagonizaban tebeos que devoraban con los ojos los niños. El muerto era <i><b>Marceline</b></i>, el cómico más famoso del mundo.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6ZFnTkUQQDE0rliHVOH-Db7qVlbvBX4tHq3zGECq5Hj_RzphHgjilw30yYUWAUKqMTWE6YIiehZAFfnxzTjBKXPRoJbbJY21BOaGXhZNct90-PFSSR14HWMzhgMYwRVyx6CWTjldg4ruy/s1600/Marceline.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6ZFnTkUQQDE0rliHVOH-Db7qVlbvBX4tHq3zGECq5Hj_RzphHgjilw30yYUWAUKqMTWE6YIiehZAFfnxzTjBKXPRoJbbJY21BOaGXhZNct90-PFSSR14HWMzhgMYwRVyx6CWTjldg4ruy/s1600/Marceline.jpg" /></a></div>
Hace algunas fechas varios artículos, en particular del periodista del <i>Heraldo de Aragón</i> Mariano García, así como un cortometraje documental, resucitaron el recuerdo de ese legendario actor burlesco, que marcó a toda una generación, la más brillante de la escena cómica. <b>Buster Keaton</b> llegó a decir de él: “es el payaso más grande que nunca vi”. Pero en quien más influyó, seguramente, fue en <b>Charles Chaplin</b>, que modeló un personaje universal, <i><b>Charlot</b></i>, que compartía con <i>Marceline </i>algo más que los zapatones, el pantalón ancho, el sombrero y el bastón. De niño lo vio actuar en Londres y se las arregló para intervenir en uno de sus números, disfrazado de gato. En 1918, ya célebre, Chaplin viajó a Los Ángeles para ver a su ídolo, que trabajaba en el circo Ringling Brothers, pero de su gloria y oropeles nada quedaba. <i>Marceline</i>, que renegaba del calificativo de payaso, era sólo eso, un payaso del montón, uno más de los que corrían sin ton ni son por la pista, al igual que pollos sin cabeza, como telón de fondo a la actuación principal. Lo fue a saludar a los camerinos, pero <i>Marceline</i>, ensimismado, no lo reconoció y lo trató con frialdad. En su funeral, costeado por el sindicato de actores, llamaría poderosamente la atención una gran corona de flores con el nombre de Charles Chaplin.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlNeCOHQaUleVi5pA86h33oAzWvzcdOiAr_hTeRhpWlMdjS91CNbhDQSj41BW7j1GIEtX1YDNtjP4oa7X9_FyMbeP_aszt2mb9WZS8TfiDmynBtqxxEAANeiPWxqSUT5okJG-yvjHZTadL/s1600/002h.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlNeCOHQaUleVi5pA86h33oAzWvzcdOiAr_hTeRhpWlMdjS91CNbhDQSj41BW7j1GIEtX1YDNtjP4oa7X9_FyMbeP_aszt2mb9WZS8TfiDmynBtqxxEAANeiPWxqSUT5okJG-yvjHZTadL/s400/002h.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
A pesar de que tejió un tupido velo de fábulas para revestir su humilde origen (durante un tiempo se pensó que era francés o inglés), hoy se sabe que tras la cara pintada de <i>Marceline </i>se ocultaba <b>Isidro Marcelino Orbés Casanova</b>, nacido en <b>Jaca</b>, en mayo de 1873. Hijo de un peón caminero analfabeto, durante su infancia pasó largas temporadas en <b>Zaragoza</b>, ciudad de donde procedía su familia paterna. Fue seguramente en la capital aragonesa donde entró en contacto con la vida circense. Muy joven, se enroló en el circo Alegría como acróbata. De las giras por España pasó a recorrer Europa y una de sus actuaciones fue vista por un ojeador del británico circo Hengler, que no tuvo que hablar mucho para convencerle de que haría carrera al otro lado del canal de la Mancha.<br />
<br />
Parece ser que varios accidentes como volatinero terminaron por encaminar definitivamente su quehacer cotidiano hacia la actuación cómica. Y en poco tiempo se hizo muy popular en <b>Londres</b>. Entre 1900 y 1905 fue considerado una de las atracciones más sugerentes de la capital inglesa y hasta el rey Eduardo VII fue a ver su espectáculo. Llegó a compartir cartel con los hermanos Fratellini, <i>clowns </i>adorados en toda Europa, con la mítica bailarina Anna Pavlova y hasta con el mismísimo Houdini. Sus pantomimas mudas eran ensalzadas y su éxito corría de boca en boca. En una de ellas, como recordaba con arrobo Chaplin, la arena del circo se inundaba de agua y decenas de chicas se sumergían en ella. El cómico jacetano, sentado en un taburete, las iba pescando con una caña en cuyo anzuelo colocaba falsas joyas.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnVTEHafCgzf0TBvto6-renm28RRgXFfChAEjBofzv1b4-UZVNOQ6mqU5dzNiSAqyRzJUX6RgUOJiA7PnbLrfsjNiTWl8BsGbpjtY4aSDsffKc4nKr9RLIH0R9WlEYC3-xdFMUEwsyTzpJ/s1600/002b2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnVTEHafCgzf0TBvto6-renm28RRgXFfChAEjBofzv1b4-UZVNOQ6mqU5dzNiSAqyRzJUX6RgUOJiA7PnbLrfsjNiTWl8BsGbpjtY4aSDsffKc4nKr9RLIH0R9WlEYC3-xdFMUEwsyTzpJ/s1600/002b2.jpg" /></a>Su fama atravesó océanos y en 1905 abandonó Londres para desesperación de sus admiradores británicos, al ser llamado por el recién construido <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/New_York_Hippodrome"><b>Hipodromme </b>de <b>Nueva York</b></a>. Con aforo para más de 5.000 espectadores, se había convertido en el mayor coliseo, con mucha diferencia, de <b>Broadway</b>, la meca del espectáculo. Una carpa gigantesca, con capacidad para albergar un tanque de agua de cristal adornado con una cascada, era iluminada por más de 25.000 bombillas. Ese teatro, el más grande y caro del mundo, una moderna maravilla arquitectónica, necesitaba al artista más cotizado del momento para su puesta en marcha. Y ese era <i>Marceline</i>, quien a su llegada firmó un contrato estelar: mil dólares semanales por tiempo indefinido.<br />
<br />
Su triunfo fue delirante. Durante nueve temporadas seguidas, “<b>el hombre más divertido de la tierra</b>”, como anunciaba <i>The New York Times</i>, fue el indiscutible cabeza de cartel. Su simple aparición en escena ya provocaba las primeras risas. Un crítico escribió: “parte de su atractivo reside en su expresión de desconcierto, como si la vida lo dejara siempre perplejo”. Su personaje, tan bien intencionado como torpe, arrancaba estruendosas carcajadas cada vez que intentaba ayudar a alguien, enlazando chaplinescos tropezones y enredos hasta la catástrofe final.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2MUU9VotuKL1dU8u1LPgjKQ4W1gCFvh2hYTRBKEwmDU-avlFccbUyvUhtCQtQ6Iz7Tq1HfvKen1YeXfHaG5LACh0qyAc9Xyqjze9xK7of5jPU_Bo8aMPXyQDzpnfecDv-Uf0Cc05dRc4e/s1600/002d.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2MUU9VotuKL1dU8u1LPgjKQ4W1gCFvh2hYTRBKEwmDU-avlFccbUyvUhtCQtQ6Iz7Tq1HfvKen1YeXfHaG5LACh0qyAc9Xyqjze9xK7of5jPU_Bo8aMPXyQDzpnfecDv-Uf0Cc05dRc4e/s1600/002d.jpg" /></a>Solo o en compañía de otro cómico de leyenda, Frank “Mechas” Oakley, quien también se suicidaría, en su caso por un desengaño amoroso, protagonizó paródicas aventuras en la selva, combates de boxeo, ataques de indios a diligencias, partidos de béisbol, regatas, terremotos, vuelos en dirigible, etc. <i>Marceline </i>era tan admirado que la Winthrop Moving Picture filmó una actuación suya en 1907 de la que sólo se conservan unos pocos segundos, como una de las grandes joyas del celuloide, en la <b>Librería del Congreso de los Estados Unidos</b>.<br />
<br />
Sin embargo, a finales de la década el Hippodrome comenzó a languidecer. Las magnas producciones resultaban muy caras y los gustos evolucionaban rápidamente. La imparable expansión del cine le dio la puntilla. No tardó mucho en cambiar de dueños y de política. <i>Marceline </i>intentó entonces montar su propio espectáculo, pero fracasó. Invirtió en inmuebles y puso en funcionamiento dos restaurantes. Volvió a fracasar. Su divorcio le puso la guinda al pastel.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTn4cNAd25Yv9gqkJIuBDsHIYCgi9lB79ChOP_AskqdyT9enBNEupXIJPp5Wx0Xkee2LzYBH3NQjVwLGXpU-tnuS8gZ3lNI739myEAJMNlEHi0x_dA5iNbardGZvFlsmYFNAJkS5EFDETq/s1600/002g.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTn4cNAd25Yv9gqkJIuBDsHIYCgi9lB79ChOP_AskqdyT9enBNEupXIJPp5Wx0Xkee2LzYBH3NQjVwLGXpU-tnuS8gZ3lNI739myEAJMNlEHi0x_dA5iNbardGZvFlsmYFNAJkS5EFDETq/s1600/002g.jpg" /></a>No le quedó otro remedio que volver a los escenarios, en papeles secundarios, en diferentes compañías que recorrían el país. Más tarde, actuó en pequeñas salas de fiestas y bares. Al final, ni siquiera eso.<br />
<br />
Aun cuando las apoteósicas ovaciones recibidas quedaban ya muy lejos, su muerte no pasó desapercibida. <i><b>The New York Times</b></i> y <i><b>The Washington Post</b></i> llevaron el suceso a sus portadas y la revista <i><b>Time </b></i>le brindó una extensa crónica. Esas fueron las últimas páginas que se le dedicaron en exclusiva a <i>Marceline</i>, el sin par <b>aragonés</b>, hasta su efímera “resurrección”, hace sólo unos años.<br />
<br />
Su tumba se puede visitar en el cementerio de artistas de Kensico, a una hora en coche de Manhattan, si no hay mucho tráfico. Junto a él descansan en paz otras personalidades de renombre, como el músico ruso Serguei Rajmáninov, los actores Danny Kaye y Anne Bancroft, o el padre de Robert de Niro, reputado pintor expresionista abstracto. En 2011 una colección de grabados de Julio Zachrisson, panameño afincado en España, le rindió homenaje en Fuendetodos.<br />
<br />
<b>Para saber más</b><br />
-Chaplin, Charles:<i> Mi autobiografía</i>, Madrid, Debate, 1993.<br />
-Clarke, Norman: <i>The mighty Hippodrome</i>, Nueva York, AS Barnes and Co., 1968.<br />
-García, Mariano: <i>Marcelino. El mejor payaso del mundo</i>, Zaragoza, Mira, 2017.<br />
-Sweeney, Kevin W.: <i>Buster Keaton: interwiews</i>, Jackson, University Press of Mississippi, 2007.Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7030796178352110024.post-68681115763840723292013-09-20T12:38:00.001+02:002014-04-08T11:53:47.597+02:00Antonio Gavín y sus terroríficos cuentos<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
¿Quién fue <b>el escritor español más leído fuera de nuestro país</b> en los siglos XVIII y XIX después de Cervantes? ¿Algún clásico del Siglo de Oro como Mateo Alemán, Lope de Vega, Calderón, Quevedo o Góngora? ¿O bien un autor del momento: un intelectual de la talla de Jovellanos o los fabulistas Iriarte y Samaniego? </div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<br /></div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
Pues bien, aunque no aparezca en ningún manual de Literatura, que, como muchas otras cosas, habría que revisar en profundidad para ser justos, el escritor español que más ediciones conoció de su obra en el mundo anglosajón durante los siglos XVIII y XIX, quince, sólo por detrás del Quijote y al mismo nivel que <i>La Celestina</i>, fue un <b>aragonés </b>hoy olvidado llamado <b>Antonio Gavín</b>. Su vida se nos revela como una novela de aventuras y la trascendencia de sus escritos, tanto literarios como políticos, de mucho más alcance del que se pueda sospechar. </div>
<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
Nació en <b>Zaragoza</b>, en 1682, en una familia acomodada. Estudió en los jesuitas de la capital del Ebro y, después, cursó Teología en la Universidad cesaraugustana. En 1705 fue ordenado <b>sacerdote </b>y pasó a ejercer de confesor en la catedral de la Seo (fuente de inspiración para numerosas tramas de sus narraciones). Fue admitido como miembro en la Academia de Teología Moral de la Santísima Trinidad de Zaragoza y asistió a varios juicios de la Inquisición. </div>
</div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<br /></div>
En ese tiempo, la ciudad, como el resto del país, se veía azotada y dividida por la <b>Guerra de Sucesión</b>, que enfrentaba a muerte a los partidarios de dos pretendientes al trono de España, Felipe de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV, y el archiduque Carlos de Austria. El alto clero aragonés y la Inquisición se pusieron del lado del Borbón, mientras que el bajo clero dio su apoyo al bando austracista. <br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzN58OrenyAdXCvIxWqoeYQDsqfiTZIMt2r_FZ0M43STcb-VnWa1Hb457J7-1evjj-4B9zT4qYLhR0rJSWdHnMqUa6kRi0DNQhevNmrlFYajVJLNk68dvP446ADgkZRicHX6ovJZltWajx/s1600/0001b.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" closure_lm_891754="null" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzN58OrenyAdXCvIxWqoeYQDsqfiTZIMt2r_FZ0M43STcb-VnWa1Hb457J7-1evjj-4B9zT4qYLhR0rJSWdHnMqUa6kRi0DNQhevNmrlFYajVJLNk68dvP446ADgkZRicHX6ovJZltWajx/s320/0001b.jpg" height="320" vsa="true" width="183" /></a>Probablemente emparentado con uno de los últimos Justicias de Aragón, también llamado Antonio Gavín, que penaría hasta la muerte en una prisión borbónica, nuestro autor engrosó las filas de los incondicionales del archiduque y en 1711, cuando vio la causa perdida, huyó de Zaragoza. Disfrazado de militar, se adentró en Francia hasta alcanzar París. Allí se logró entrevistar con el confesor de Luis XIV, al que expuso una historia inventada. Pero éste, receloso, le negó el pasaporte para viajar a Inglaterra. Volvió a cruzar la frontera y en San Sebastián embaucó a un sacerdote jesuita que le ayudó a buscar amparo en Portugal, donde coincidió con <b>James Stanhope</b>, militar inglés de alto rango a quien conocía de su estancia en la capital aragonesa durante la guerra. Stanhope le facilitó el viaje a Inglaterra y le proporcionó cartas de presentación. Así, en 1714, tres años después de su fuga, por fin pudo poner los pies en suelo británico. <br />
<br />
Pronto abrazó de corazón el protestantismo, complacido por la austeridad de su puesta en escena y el rigor de sus lecturas bíblicas. Gracias a la intercesión del obispo de <b>Londres</b>, se inició como <b>pastor anglicano</b>, primero en castellano, para inmigrantes y exiliados, y, más tarde, en inglés. Ocupó temporalmente el cargo de capellán en el navío real Preston y en 1720, en busca de mejorar su situación económica, muy marchita, se afincó en <b>Irlanda</b>. Tras unos años de denodados esfuerzos por combatir el catolicismo imperante en la isla, retomó su carrera como capellán castrense. Se sabe de su estancia en Gibraltar, donde sus encontronazos con el gobernador del peñón, el general Sabine, le empujaron a abandonar la milicia en 1734 y a solicitar su traslado a las colonias inglesas de América. <br />
<br />
Una vez instalado, predicó en varias parroquias de <b>Virginia</b>, pero su temperamento y sus arraigadas convicciones pusieron trabas a su labor. Siempre a contracorriente, en ninguna aguantaba mucho tiempo a causa, principalmente, de su pionera, belicosa y tenaz postura en contra de la esclavitud. <br />
<br />
Falleció en septiembre de 1750 y en sus últimas voluntades dejó dispuesto su sobrio funeral, aun cuando su fama comenzaba a extenderse a causa de las sucesivas ediciones de su libro<i> <b>A Master-Key to Popery </b></i><b>(<i>La llave maestra del papado</i>), </b>que también fue conocido como <b><i>The great red dragon</i> (<i>El gran dragón rojo</i>)</b>. Escrito durante su estancia en Irlanda, había sido editado en inglés por primera vez en 1724, en tres tomos, y no tardó en ser vertido al francés (<i>Le passe par-tout de l’Eglise romaine</i>), alemán y holandés. La publicación está compuesta por una amalgama de textos heterogéneos cuyo fin último es denunciar la corrupción y depravación de la Iglesia Católica. Ensayos doctrinales, bien sean de creación personal o bien extraídos de otros autores, en especial del extremeño <b>Cipriano de Valera</b>, que en el siglo XVI también se vio seducido por la Reforma, se hermanan con ejemplos de comportamientos innobles de autoridades eclesiásticas y ficciones literarias. Estas últimas, aderezadas con experiencias propias, más o menos fidedignas y cuyo escenario es la Zaragoza de la Guerra de Sucesión, son lo más llamativo del conjunto. <br />
<br />
Por diferentes <b>cuentos o novelitas breves</b> desfilan toda una suerte de clérigos, inquisidores y aristócratas perversos, codiciosos y concupiscentes que abusan de su poder para seducir a jóvenes incautas a las que muchas veces, ya despojadas de honra y fortuna, no dudan en asesinar. La mayoría de los malvados sale indemne de sus tropelías y, además, asciende en la escala social. <br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtbOUf0TJBMASrVrxhTtp6AHVy4fG_yOsylukBglNQPuATXhkQDdiZCtzWpAeC1FaHEw1V9XHz6W8YorRaplvBavWk6DCgvB_NnXBR_yAWuMkmm9nT4pWUfD79MsdUKybvL2elpsf6GJsM/s1600/0001c.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtbOUf0TJBMASrVrxhTtp6AHVy4fG_yOsylukBglNQPuATXhkQDdiZCtzWpAeC1FaHEw1V9XHz6W8YorRaplvBavWk6DCgvB_NnXBR_yAWuMkmm9nT4pWUfD79MsdUKybvL2elpsf6GJsM/s1600/0001c.jpg" /></a>Esas <b>descarnadas narraciones de terror</b> pasaron y pasan desapercibidas en España. Sólo contados eruditos enciclopédicos, como Menéndez Pelayo, o residentes durante décadas en Estados Unidos, como Ramón J. Sender, las han tenido en alguna consideración. El primero, en su <i>Historia de los heterodoxos españoles</i>, las tilda de “lubricidad monstruosa y desenfrenada” y celebra que nadie sepa de su existencia a este lado de los Pirineos. El segundo, tradujo e incorporó a su novela <i>Carolus rex</i>, “olvidando” citar la fuente, una de las historias breves de Gavín protagonizada por una joven rescatada por los franceses de las cárceles inquisitoriales de la Aljafería. <br />
<br />
Por el contrario, la morbosa mezcla de sexo y sangre, tan del agrado del público local no sólo de entonces sino también de ahora, y que reafirmaba la primacía moral protestante sobre los papistas, gentes sin escrúpulos y suma de todos los vicios, tuvo un enorme eco en el mundo anglosajón. Su ascendente sobre la llamada literatura gótica es palpable, en particular sobre su obra cumbre, <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/El_monje"><b><i>El monje</i> (1795), de Matthew Gregory Lewis</b></a>, con ambientación y personajes españoles, y que inspiró un guión a Luis Buñuel que no pudo rodar por falta de fondos. Y subyace también en multitud de relatos de escritores románticos posteriores y de clásicos del terror como <b>Edgar Allan Poe</b>.<br />
<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
Pero el gran influjo del aragonés al otro lado del Atlántico quizá no haya que buscarlo sólo en el terreno literario. Antonio Gavín manifestó por escrito su admiración por el imperio de la ley de que gozaban los ingleses frente a los atropellos de los poderosos, tanto en la metrópoli como en las colonias. Tras su muerte, sus papeles y su biblioteca, a través de su viuda Rachel, fueron a parar a manos del virginiano <b>Thomas Jefferson</b>, autor del <i>Estatuto para la Libertad Religiosa de Virginia</i>, así como uno de los padres de la Declaración de Independencia de los EE.UU. y su tercer presidente. </div>
<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
Y no es descabellado pensar que no sería el único en quien dejarían una profunda impronta. En la <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Convenci%C3%B3n_de_Filadelfia"><b>Convención de Filadelfia</b></a>, reunida en 1787 para dotar de una <b>Constitución </b>al recién nacido país, se citaron las leyes forales de Aragón como modelo de protección de las libertades individuales.<b> John Dickinson</b>, uno de los redactores del texto definitivo, alabó de forma expresa la institución del <a href="http://www.eljusticiadearagon.com/index.php?zona=historia"><b>Justicia de Aragón</b></a>, un ejemplo que imitar por resultar un poder moderador del soberano, garante de su legitimidad y fuente de legislación.<br />
<br />
No hay que olvidar que Gavín estuvo seguramente emparentado con uno de esos últimos Justicias y se opuso con denuedo a la llegada de los Borbones que, tras hacerse con el poder, promulgarían los Decretos de Nueva Planta. Éstos suprimieron definitivamente dicha figura jurídica (muy maltrecha tras el mazazo recibido por parte de Felipe II), junto con centenarios códigos legislativos que atemperaban la autoridad del monarca en los territorios de la Corona de Aragón y le obligaban a cumplir lo pactado. </div>
<br />
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
<b>Para saber más </b></div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
-Barreiro, Javier: <i>Galería del olvido</i>, Zaragoza, Cremallo Ediciones, 2001. </div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
-Gavín, Antonio: <i>Compendio del origen y abusos de la Inquisición en Zaragoza. Escritos en inglés por D. Antonio Gavin, sacerdote español, y después Ministro de la Iglesia protestante en Inglaterra. Traducido al castellano por D. Ricardo Baxter</i>. Buenos Aires, Imp. del Estado, 1826. </div>
<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;">
-Gavín, Antonio: <i>El antipapismo de un aragonés anglicano en la Inglaterra del siglo XVIII. Claves de la corrupción moral de la Iglesia Católica </i>(ed. Genaro Lamarca). Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2008. </div>
-Gavín, Antonio: <i>El licenciado Lucindo o El cura canalla </i>(ed. Genaro Lamarca). Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2011.<br />
<img closure_lm_891754="null" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzN58OrenyAdXCvIxWqoeYQDsqfiTZIMt2r_FZ0M43STcb-VnWa1Hb457J7-1evjj-4B9zT4qYLhR0rJSWdHnMqUa6kRi0DNQhevNmrlFYajVJLNk68dvP446ADgkZRicHX6ovJZltWajx/s320/0001b.jpg" height="96" style="filter: alpha(opacity=30); left: 660px; mozopacity: 0.3; opacity: 0.3; position: absolute; top: 1720px; visibility: hidden;" width="55" /><img closure_lm_891754="null" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzN58OrenyAdXCvIxWqoeYQDsqfiTZIMt2r_FZ0M43STcb-VnWa1Hb457J7-1evjj-4B9zT4qYLhR0rJSWdHnMqUa6kRi0DNQhevNmrlFYajVJLNk68dvP446ADgkZRicHX6ovJZltWajx/s320/0001b.jpg" height="96" style="filter: alpha(opacity=30); left: 660px; mozopacity: 0.3; opacity: 0.3; position: absolute; top: 1720px; visibility: hidden;" width="55" />Fico Ruizhttp://www.blogger.com/profile/15815438053534869304noreply@blogger.com3